Siete días descendiendo al infierno (Parte dos)

Una joven y romántica pareja, se lanzan a unas vacaciones donde dejarán salir sus perversiones más extremas..
Este relato, que continúa la serie, contiene muchas situaciones basadas en experiencias propias de nuestra pareja, contiene escenas demasiado extremas para espíritus sensibles, por lo que no es para todo el mundo, solo para quienes son atraídos por los fetiches más oscuros. Así, esta serie de relatos tendrá situaciones más pervertidas y siniestras que las exploradas en relatos anteriores. Reconsidera leerlo y si aún quieres hacerlo, que sea con discreción.

Arturo , ya caliente por las ideas perversas de su dulce esposa Natalia, sin poder tocarse ni sacar su endurecida y babosa polla fuera para aliviarse porque tenía que seguir conduciendo el auto, continuó.

Primer día.

– Ahora te voy a dar la idea que tengo para este juego cachondo, y ya que me miras así, si, podes masturbarte, de hecho quiero verte hacerlo, pero no no, a mi déjame, por ahora mi polla está bien como está, a ver cuánto aguanto – dijo Arturo con la voz ronca, notando que ya tenía una mancha húmeda en su pantalón mientras su linda y tierna esposa abría sus piernas y se manoseaba lenta y sensualmente, esperando ansiosa qué le iba a contar. – Bien. Luego de varias horas de conducir, llegamos a la casilla maltrecha de esa puta adicta, ese desastre de madre, esa mierda de persona que nos entregará a sus nenas por un poco de drogas y alcohol y terminará destruida, borracha y quizás con una sobredosis, meada y vomitada, pero feliz en su miseria inmunda… vamos a llamarla, hmmmm Carla – dijo Arturo, inventando un nombre, luego mirando a Natalia dijo: – no tengo idea como se llama, pero vamos a decir que esa puta de mierda se llama Carla y antes que preguntes… una vez conocí a una Carla que era una negra asquerosa, una puta de mala muerte que siempre olía a basurero. En fin, esta puta de Carla, desmayada de éxtasis en su propia mugre  mientras sabe que dos desconocidos de la ciudad van a violar sin piedad a sus dos hijas. Hijitas que quizás hasta son producto del propio padre de Carla, que la ha prostituido desde que tenía la misma edad de sus hijas…

-Bueno, debo reconocer que me gusta esa idea… me calienta imaginar que esas nenas son hijas de la relación incestuosa entre un viejo enfermo, degenerado, y esa puta Carla, violada desde bebé por ese viejo. – dijo Natalia con la voz ronca mientras sus dedos acariciaban su coño sin parar, colándose por momentos entre sus labios vaginales inflamados y ya escurriendo babas a montones.

– Sigo… Decía que llegábamos a su casa, un ranchito miserable, rodeado de montañas de basura… y ya en la puerta está esta Carla, apenas vestida con una camiseta sucia y rota, con manchas de grasa y otras amarillentas, un joggin aún más sucio, agujereado y maloliente. Esta puta está medio borracha, despeinada, con maquillaje exagerado, pero ya todo desprolijo, seguro de la noche anterior. Pero lo mejor, junto a ella las dos nenas…. Vamos a ponerles… hmmm Aiara la más chica, la de 8 y Ayelén la más grande, la de 15. Pero las dos son chiquitas, flaquitas, sucias, negritas… chiquitas y flaquitas por haberse alimentado muy muy mal..

-hmmm me gusta eso, dos putitas chiquitas, sucias, malnutridas, tímidas no? Sisi, con ojos grandes, temerosas. Me gusta eso y me da morbo porque así cagaditas de hambre se me ocurre que podemos hacerles más cosas, mas sucias, mas extremas… obligarlas a cositas mas dolorosas y humillantes. – dijo Natalia ahora masturbándose más intensamente, con los ojos cerrados, llevando su otra mano a sus tetas, casi arrancando los botones de su camisa para poder llegar a sus pezones duros.

-Déjame seguir, es mi parte, luego tu seguirás con tu parte – dijo Arturo moviéndose un poco para acomodar su pelvis en el asiento del auto, la erección le dolía de tan intensa y notaba como su polla soltaba presemen en cantidades. Por suerte en la ruta iban solos, así podía distraerse viendo a la puta de su mujer pajeándose como perrra sin temor a chocarse con nadie.- Aiara, la más chica, casi parece de 5 o d 6, bajita, flaquita, pelito negro, sucio, revuelto, la cara manchada con cachetes gorditos, ojos negros, grandes, un poquito de panza, pero como la de esos nenes desnutridos, y ya desde el auto podemos olerla, huele fuerte a pis y caca y aunque agarra fuerte la mano de su hermana mayor, parece que nadie la ha cuidado nunca ni lo van a hacer, está solita y su cuerpito llama a que la amarremos, la estrangulemos mientras le meto la polla como un puto animal, haciendo que pierda el conocimiento por el miedo y el dolor, que la llene de leche una y otra vez inflándola como un globo. La otra, Ayelén, también es chiquita, flaquita, parece de 11 o 12, pero tiene ya unas tetitas que se le marcan en una camiseta tanto o más sucia que la de la mamá, descolorida, dice “New York” en letras que alguna vez habrán sido plateadas. Tiene también un short asqueroso de sucio. Las piernitas bien formadas, parecen mas largas de lo que son por ser flaquitas. Están sucias y tienen algunas cicatrices antiguas… como si de chiquita la hubieran azotado varias veces. Cambien huele a pis y si te acercas, a semen rancio y de alguna forma, al verla, te das cuenta que tiene carita de que la han follado mucho, seguro sus tios, su abuelo, algún vecino, la ha violado mas de una vez, a punta de cuchillo, a golpes, engañándola… quizás hasta ya tiene uno o dos abortos en su historial. Seguro que el primero de esos abortos fue producido por su abuelo que mientras metía su verga asquerosa, gorda y sucia, en la boquita de su nieta, le daba puñetazos en su pancita de embarazada de 7 meses, para que aborte.

-Ufff vos decís? Así que su abuelo, que es su papá también, la preñó como a una puta cerda, cuando tenía 11 y cuando se dio cuenta, siguió violándola solo y a veces con amigos, pero para no tener problemas con el embarazo un día empezó a golpearla para que lo pierda, pero se calentó en medio de la golpiza, sintiendo en sus puños su carne aplastarse, llenarse de moretones, crujir sus huesos, sacarle sangre de su carita hinchada… empezó a follar su boca, como queriendo ahogarla y siguió dándole duro en su pancita hasta que si perdío el embarazo… un par de dientes y pasó una semana en terapia intensiva, escurriendo leche de sus agujeros, pero nadie en el hospital denunció nada, porque los enfermeros y el doctor seguían abusando de la nena inconsciente. – dijo Natalia ya salida de si, medio enloquecida, gimiendo, dedeandose mas fuerte hasta acabar, corriéndose con un intenso orgasmo chapoteante, que terminó en un chorro de orina que empapó el interior del auto.

– Otra vez interrumpiste mi relato para sumarle tus cosas… pero te lo perdono porque me encantó que te corrieras así, me salpicaste todo y mojaste todo el auto, ahora vamos a tener que seguir viajando apestando a tu orina y tu coño… lo que me encanta. – dijo Arturo mordiéndose el labio, viendo como Natalia empezaba a relajar un poco su cuerpo, encharchando más su asiento y con las piernas muy abiertas, exhibiendo su coño palpitante. – Pero si, esa es a imagen que dan las nenas. Ahí la puta de su mamá, Carla, las putea, las manda con nosotros… no, no imitaré cómo habla, pero imagina que es una negra de la peor calaña, así que habla mal, muy mal, y está medio borracha, es violenta y trata a sus nenas como basura. Estas, las nenas, asustadas vienen hacia nosotros, temen a muerte a su mama y sin duda han visto muchas cosas en sus cortas vidas… no no, no me interrumpas, se qué cosas querés agregar, pero es mi turno. Asi que, lo diré yo. Las nenas seguro que están ahí siempre que su mama se prostituye, seguro ha olido a sus clientes y amantes más asquerosos, los han visto, han sido obligadas a masturbarlos, a tocarlos, besarlos. Seguro más de una vez, algún cliente ha dejado a su mamá desmayada, borracha o destruida en esa letrina inmunda que está junto a la casilla que usan como casa, solo para pasar el resto de la noche abusando de las nenas, aplastando a la mayor, Ayenel, penetrándola, violándola, golpeándola, mordiéndola, escupiendo en su boca, mientras obliga a Aiara, la mas chica, a que le chupe el cuerpo, le bese el culo, le chupe el culo peludo y lleno de mierda. Una vez violada la mayor, por horas, se dedicaron el resto de la madrugada a yacer con la mas chiquita, apagándole cigarrillos en el cuerpito, pellizcándola, golpeándolas fuerte, pero no tanto como para tener que hospitalizarla. Dejandole marcas imborrables. Obligándola a chupar el coñto y el culo abiertos y desgarrados de su hermana mayor, para comerse todo lo que le salga. – Dijo Arturo, ya entonces Natalia se había ido sobre él, sacando su polla del pantalón para comenzar a chuparla frenéticamente, para lograr en pocos segundos que se corra como un caballo, sorprendiéndola con varios chorros abundantes de espeso y caliente semen que tragó con placer.

– hmmmm amor, necesito  más leche, mucha… como la que largaba aquel transexual del año pasado, te acordás? Tenía una verga no tan grande, pero soltaba leche como una manguera de bombero….

-si, que rico que era ese puto…. Esa si fue aun polla que disfrutamos chupar – dijo Arturo recuperándose de su orgasmo, sintiendo como Natalia continuaba chupando y limpiando su polla – Aun no puedo terminar el relato… veamos, Las nenas, las subimos al auto, dejamos las cosas para la puta de mierda de la mama y nos vamos a la cabaña – dijo Arturo apresurando su parte, ya deseando saber cómo continuaría su mujer.

-Bueno, veo que estás ansioso y terminaste tu parte de una forma muy anticlimática… te perdono porque me diste leche rica y muy rápido. Ahora sigo yo…