SORPRESA HELADA
Roberto tiene calor y encuentra una curiosa congelada en el refrigerador de su casa sin saber que esta esconde un estremecedor secreto de su propio padre..
El departamento estaba lleno, como de costumbre, y como de costumbre había caras ausentes pero también caras nuevas, un club de caballeros de lo mas distinguido.
Uno de los presentes comenzó a hablar en voz alta y todos hicieron silencio – Muy bien camaradas, no se si mi historia sea mas difícil de creer que la de la ultima ocasión, lo que si les puedo decir es que a sido un secreto mantenido entre mi padre y yo durante años. Creo que es una lección de como alguien de «apariencia común» puede esconder grandes secretos, y sobre todo un libido muy alto y creativo…
Aquel día era mas caluroso que el anterior, igual a como había sido todo el mes. Yo llegaba de la escuela bañado en sudor y ansioso por saborear algo fresco, pero nunca imagine con lo que me encontraría. No había nadie en casa, papá trabajaba y mamá estaba de compras, así que fui directo al refrigerador, al congelador, y debido precisamente a las temperaturas tan altas de ese mes, lo encontré vacío.
O medio vacío mas bien, porque busque entre las hieleras vacías y las bolsas de verduras congeladas y en la parte trasera pude distinguir una bolsa negra, envuelta de unos 15 centímetros. Estaba fría, así que decidí explorarla aunque estaba muy bien protegida por un bunker de comida congelada. Aquello me pareció extraño pero al abrirla me tope con una congelada; una barra congelada de nieve de sabor envuelta en plástico.
Me la lleve a mi habitación para comerla mientras hacia mis pendientes, la abrí y me la puse en la boca, succionando con fuerza. Su sabor me paro en seco, no era dulce en absoluto, tenia un sabor fuerte y algo cremoso, algo salado que causaba una sensación muy curiosa con la baja temperatura. No sabia a nada que hubiera probado antes así que no supe distinguir de que era. Era blanca y el plástico que la cubría era muy delgado pero estaba cerrada con un nudo, no sellada y eso me alarmo.
Seguí lamiéndola y la sensación en mi lengua era bastante curiosa, su sabor inundaba toda mi garganta, la verdad es que si me gustaba el sabor, y como al descongelarse se ponía cremosa. Me pregunte constantemente porque estaba en aquella bolsa negra tan bien oculta y no encontraba una respuesta real hasta que mi nariz capto algo…poco a poco y con el calor que hacia, la congelada despedía un olor curioso que me costaba aun mas definir que su sabor. Ninguna idea se formaba en mi mente para identificar ese sabor, y mejor opte por volver a cerrar aquella congelada, empacarla en su bolsa y devolverla a su lugar en el congelador.
Mas tarde llego mamá pero opte por no decirle nada, un instinto me lo dicto, era mejor esperar…Papá llego de trabajar y la vida en familia fue rutinaria, cenamos, nos preparamos a dormir y cada quien a su habitación. Era mi oportunidad, espere media hora a dejar de escuchar ruidos y salí en silencio, dirigiéndome a la cocina y encontrando aquella congelada en el mismo lugar donde la había puesto. Algunas noches a la semana papá se metía en su estudio durante la noche, así que sabia que el estaría despierto ya que veía la luz resplandecer tras la puerta de su estudio.
Papá era un «Godínez» así que en su estudio tenia bastantes libros, expedientes del trabajo, notas, una computadora, un sillón, nada fuera de lo ordinario y aunque nunca antes había entrado durante la noche, no pensé que fuera a traerle problemas visitarlo, así que toque muy suavemente. No recibí respuesta, después volví a tocar despacio, papá dudaba en abrir por alguna razón pero eventualmente se asomo en silencio y al verme abrió la puerta y me invito a pasar.
– Hola Rob (así es como le llama el, mi nombre es Roberto), no puedes dormir por el calor? – me pregunto, y en efecto hacia mucho calor, el mismo estaba sudando y tenia la camisa medio abierta, aunque se cubría debajo de al cintura con una sabana. – Si hace un calorón, pero en la tarde encontré una forma de refréscame, encontré esto – le dije al mostrarle la congelada, sin la bolsa negra, que traía en mi mano.
– Roberto, deja eso, no estés agarrando cosas que no son tuyas – me dijo tratando de sonar severo pero con una mirada enturbiada y muy nerviosa – Entonces si es tuya, cierto? Quería preguntarte de que sabor es, no lo identifico – y comencé a lamer la congelada.
Papá contuvo su respiración y vi como su pálida piel se puso roja – Te….te gusta? – me dijo con una voz llena de dudas, a lo que respondí afirmativo con la cabeza. No dijo nada, solo me observo lamiéndola y chupándola como si quisiera que ese momento no terminara – Si, pero de que es? – pregunte.
– Mira hijo – se sentó en el sillón mientras se notaba que le costaba encontrar las palabras – este ….es un tema…de adultos, aunque creo….es bueno te lo explique, ya es hora. Los adultos tenemos necesidad de explorar las posibilidades del sexo, para encontrar lo que nos gusta, para jugar con ello…en mi caso, y tu mamá lo sabe! Soy bisexual, me atraen tanto hombres como mujeres.
Ahora el que se sonrojo fui yo, esperaba alguna explicación extraña pero no algo tan intimo – A tu mama no le gustan estas cosas, así que aquí me ocupo en privado de eso – se levanto y encendió el monitor de su computadora, en ella había una película pornográfica de una orgia tanto de hombres como mujeres. Mis ojos se pegaron en la pantalla, ya sentía el calor invadirme.
– Tu mamá me mata si se entera de que te muestro esto, pero yo no creo sea malo en absoluto, es natural y es mejor lo entiendas desde joven. Para mi no hay nada como la semilla de un hombre, su semen…me gusta tanto y me gusta tanto estar lleno de ella que e tratado de guardar la que mas e podido en un condón, y la tengo congelada para que dure….pera que pueda usarla en mi.
No lo entendía, me quede pensándolo un rato, ese olor me parecía familiar pero entonces, la congelada que había estado chupando era el semen de mi padre? Mi cara debió evidenciarlo y papa se adelanto – Hijo, perdón, no pensé que la fueras a encontrar o a tomar, esto era algo privado.
Aun confundido continúe lamiéndola. Su sabor inundaba mi garganta y su aroma entraba por mi nariz mas fuerte que nunca, estaba consumiendo el semen de mi padre, no podía creerlo pero eso me hizo no querer dejarlo – No…no voy a decirle…a mama, nada, pero aun no lo entiendo.
En uno de los escritorios había una cafetera, con agua y todo lo necesario para preparar café y una charola. Papá me pidió su «congelada», la puso en la charola y vertió en ella un poco de agua caliente ya con el condón cerrado – Esto es privado Roberto, pero te enseño? Quieres ver?
Dije que si sin dudarlo y papá se quito la sabana con la que medio se cubría y su camisa. Nunca antes lo había visto desnudo, sus piernas, brazos y abdomen tenían pelo y no tenia un cuerpo de gimnasio, pero solo traía puesta una diminuta tanga que a duras penas cubría su miembro erecto, que se proyectaba como una torre a penas cubierta por un elástico a punto de reventar.
Yo estaba en las mismas condiciones bajo mi pijama. Bamboleo su paquete de un lado a otro y dio señales de disfrutarlo – Hijo, te gustaría probarlo directo…al natural? – Sentí mariposas en el estomago, los nervios me dominaban pero me arrodille frente a el, quien bajo la fina tela de su tanga y pude ver su miembro grueso y duro, con el glande apenas asomándose, rodeado de un grueso prepucio. Sin ninguna experiencia solo lo rodee con mis labios y fue entrando en mi boca.
El sabor a carne se mezclaba con el sabor salado del semen, muy similar al de la congelada pero mucho más fuerte. Papá dio un largo gemido y empujo mi cabeza para que entrara mas de su miembro. Yo succionaba con lentitud e inseguridad pero cada que lo hacia, sentía el jugo salir del glande a mi lengua, un jugo salado, cerré los ojos y me entregue a ese acto indecente con papa…
Pero en poco tiempo me detuvo, se subió la tanga y fue por la «congelada». Ahora ya no era hielo y se veía por completo como un condón repleto al máximo de semen, me pregunté cuanto le habría tomado reunir todo eso?. Papá saco una jeringa de su escritorio, sin aguja, la lleno con el semen y volvió a anudar el condón.
Se recostó en el sillón, abrió las piernas y humedeció sus dedos en un lubricante que tenia en un cajón, luego empezó a masajear su ano, a empujarlo por debajo de la tanga, se escuchaba el sonido del aceite impregnando su piel y su ano se movía rítmicamente cada vez que sus dedos entraban y salían – Hijo, me excita mucho que me veas haciendo esto…..uffffff – yo también estaba demasiado excitado, tomando mi erección sobre mi pijama.
Papá se dio la vuelta dejando al aire sus enormes y peludas nalgas y me dio el lubricante – Úsalo en la jeringa, quiero que lo hagas tu – dijo. La jeringa estaba tibia por su contenido, la lubrique bien de la punta y la inserte en el ano de papa. El abrió sus nalgas con sus manos, y pronto su ano consumió mas de la jeringa con facilidad. Presione el embolo y papá dio un suave gemido.
Su respiración era mas fuerte, podía sentir el calor que emanaba su cuerpo, toque sus nalgas hirvientes y sentí como se erizaban, como disfrutaba de ser inseminado con su propio semen, todo aquello era tan extraño, tan retorcido, nunca imagine que se llevara a cabo a un cuarto de distancia sin que ni mamá ni yo lo supiéramos.
Vacié la jeringa lentamente y papa dio un fuerte suspiro de placer – Aaahh…..aaahhhh….hijo, quieres probarlo? – trague saliva y comencé a quitarme la pijama. Por alguna razón sentí mucha pena de que mi papa me viera desnudo y duro, aunque el estaba igual de desnudo que yo y con la cola auto-preñada frente a mi.
Me recosté en su lugar mientras el llenaba la jeringa de nuevo y al poco rato sentí sus dedos húmedos de lubricante explorar mi entrada. Las yemas empujaban – Relájate, piensa que estas en el baño, ábreme esa entrada – me dijo mientras metía uno de sus dedos, el cual cosquilleaba dentro de mi como una serpiente. La verdad es que dolía y era incomodo, pero eso no evito un segundo dedo entro de mi. Giraba y abría lentamente mientras sentía mi respiración aumentar.
Después de un rato llego la jeringa plástica, tibia pero con bordes lo cual fue aun menos cómodo. Papá insistía en que me relajara pero era mas difícil de lo que esperaba. La jeringa entro un buen tramo dentro de mi para luego sentir su tibio contenido deslizarse en mi interior. Respire fuertemente y me concentre en la sensación de ese semen llenándome y es que, me lleno realmente, paso un bien tiempo y seguía fluyendo, seguía fluyendo, papá había llenado la jeringa al tope y sentí como escurría fuera de mi ano, recorriendo mis huevos y piernas.
Admito que era agradable y cuando la jeringa salió, no pude evitar que mi ano escupiera parte del semen, me había llenado por completo. Sentí la verga de papa golpeando mis glúteos, recogiendo parte del semen que escurría, volviendo a empujarlo en mi ano. Por un segundo supe lo que pasaría y no dije nada, papá lo tomo como una respuesta positiva.
Gracias a toda esa lubricación, el miembro de mi padre entro sin problemas como un cuchillo caliente en mantequilla. Era mas grueso que la jeringa y mas largo, se deslizo abriendo todo mi interior – Ayyy…..uuffff….que rico….perdón hijo pero tenia que hacerlo – dijo mi papá cuando sentí la totalidad de su miembro dentro de mi.
Me tomo de las nalgas y me jalo hacia el mientras su cadera empujaba, luego retrocedía y repetía, fallándome con absoluta soltura. Con cada empujón, su propio semen salía a presión alrededor de su miembro haciendo un sonido húmedo. El miembro de mi padre era mucho mas cómodo que la jeringa así que me concentre en ese calor que comenzó a surgir de mi ano para invadir mi cuerpo, mi miembro estaba escurriendo ya liquido preseminal.
Sin poder contenerme empecé a gemir, pero papá puso su mano en mi boca tapando cualquier sonido de mi parte, solo se escuchaba nuestras carnes chocando y el húmedo semen saliendo de mi orificio. Papá me había desvirgado, veinte minutos antes, ni si quiera hubiera soñado en algo así.
Papá luchaba por contener sus propios gemidos – Ufffff….uffff….mmmmmm…ten hijo, ten a tus hermanitos….uuuuyyyy que rico – y se corrió, llenándome aun mas con su semen.
Cuando salió de mi sentí un terrible vacío en mi culo y no pude contener la leche, esta fluyo entre mis piernas con total libertad. Me recosté sobre el sillón, que estaba cubierto por la sabana con la que papá se cubría al principio, y me di la vuelta. Sin pensarlo, papá se lanzo entre mis pierna y engullo mi verga por completo. La succión de su garganta caliente y húmeda aumentaba mientras nos mirábamos directo a los ojos. No aguante mucho tiempo y mi cuerpo se arqueo, tape mi boca y me vine en lo mas profundo de la garganta de mi padre.
Me quede sin aliento descansando en el sillón mientras papá hacia lo mismo sentado en el suelo, después de un rato comenzó a limpiarme las piernas con la sabana y me ayudo a vestirme. El también se limpio, se vistió, apago la computadora y empaco su congelada como al inicio.
– Recuerda Roberto, ni una palabra de esto a nadie, OK? Ya eres todo un hombre, estoy muy orgulloso. Ahora aprieta bien las piernas que no quiero que se te salgan tus hermanitos – no pude resistirme, lo abrace y lo bese. Su barba canosa picaba pero aquel fue mi primer beso y no pudo ser mejor.
Volví a mi cuarto en silencio mientras el se dirigió a la cocina. La verdad estaba super cansado y adolorido, me recosté y ni si quiera la humedad escapándose de mi culo pudo evitar que callera dormido.
Ni si quiera recuerdo lo que soñé, solo recuerdo escuchar unos ligeros toques en mi puerta. Apenas abrí mis lagañosos ojos y viendo borroso pude distinguir que apenas había salido el sol, y a mi papá junto a mi cama. De nuevo estaba desnudo, sólo traía puesta su bata abierta por completo y otra tanga de un color diferente. Se masturbaba sobre la tanga mientras me observaba.
Intente levantarme ante tal visión pero el puso un dedo en sus labios indicándome silencio y me destapo. Yo estaba, por supuesto duro a esa hora de la mañana, el se subió a la cama con sus piernas alrededor mío, hizo a un lado su tanga y se sentó en mi verga.
Toda esa neblina mental de estar dormido tres segundos antes desapareció, cuando sentí mi miembro en las entrañas de mi padre. Su peso sobre mi cuerpo eran enorme y por dentro era tan tibio y suave. Papá comenzó a subir y bajar sobre de mi mientras su erección botaba de arriba a abajo sobre mi estomago, mis manos recorrieron sus peludas piernas, luego su barriga y sus pectorales velludos, en verdad aquella visión era la cosa más erótica del mundo.
No paso mucho tiempo antes de que me corriera con fuerza de nuevo, dentro de papá pero ahora en su recto. El se inclino sobre mi y me dio un largo, húmedo y amoroso beso en los labios, con lengua. Se levanto, se cerro la bata y me dijo adiós con su mano y salió de mi cuarto dejándome totalmente deslechado y sin nada de sueño.
Media hora después escuche a mamá levantarse, y opte por llevar a cabo mi rutina normal, desayunar e ir a la escuela.
A partir de entonces, una o dos veces a la semana, papá y yo nos encerrábamos en su oficina de madrugada, veíamos películas porno en la computadora mientras nos masturbábamos y compartíamos su congelada. Después, en el sillón, papá me follaba cuanto quería y en las posiciones que quisiera, mi culo era suyo y siempre me mandaba a dormir bien lleno de mis hermanos.
Una o dos veces a la semana el también se metía a mi cuarto justo cuando salía el sol, yo ya lo esperaba despierto, se metía bajo las sabanas conmigo y nos besábamos como amantes mientras yo le ensartaba mi verga por el culo y lo inseminaba. Decía que le excitaba mucho ir a trabajar con su culo lleno de su leche pero que lo extasiaba mas aun ir a trabajar con el culo lleno de la leche de su propio hijo sin que nadie lo sospechara.
También me prohibió masturbarme, y en las noches el mismo lo hacia y toda la leche que reunía de mi la juntaba en un condón, para almacenarla como la suya. Me ordeñaba como una simple vaca.
Y aunque mi papá era bisexual y mantenía relaciones con mamá, yo si soy homosexual. Nunca me llamaron la atención chicas de mi clase, todo en lo que podía pensar era en las enormes y peludas nalga de papa y en su gruesa verga llenando mi recto.
Todos en el departamento estaba ya teniendo sexo, en parejas, tríos o hasta pequeñas orgias de a cinco, la anécdota de Roberto había tenido éxito y otros dos miembros del club de caballeros ya se encontraban encima de el, uno en busca de su verga y otro en busca de su ano.
Como sigue? Necesito mas…
Excelente relato… Espero con ansias la próxima parte.
Como sigue?
Excelente relato… como sigue?