sorpresa muy especial I
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Una sorpresa muy especial
Hola, lo primero es presentarme. Soy un hombre de casi cuarenta años, con una pareja con la que vivo desde hace más de 10 años; tenemos dos hijos preciosos.
Desde hace varios años nuestra vida sexual ha sido patética, valga como ejemplo que estuvimos varios años sin tener ningún tipo de relaciones sexuales.
Hace unos meses realizamos una terapia de pareja, y desde ahí una terapia sexual, que por fortuna hizo salvar nuestra relación ya que comenzamos a tener relaciones sexuales con frecuencia, y con muy alta satisfacción. En la terapia si que comentamos algunas fantasías, deseos que nos gustaría … Pero en los meses siguientes las relaciones eran, por decir de alguna manera, bastantes normales. Sexo oral, masturbaciones, sexo anal para mí, porque reconozco y antes habíamos experimentado, me encanta que me introduzca los dedos por el culo y me haga una paja mientras. Es algo sublime, y ella lo sabía. Por otra parte comenzamos, eso era algo novedoso , a hacer sesiones de sexo oral muy largas, siempre igual, ella tumbada u ofreciéndome su coño encima de mí, y yo comiendo, lamiendo y sorbiendo todo su coño y sus jugos. Todo bastante normal.
Dentro de la terapia, había reconocido delante de ella y de la terapeuta que me encantaría tener sesiones de dominación y humillación, siendo yo naturalmente el dominado. Lo comentamos alguna vez en las terapias, lo hablamos por encima, pero no volvimos a ello. Desde que lo dije, incluso por como era nuestra relación no tenía ninguna esperanza de poder explorar ese campo con ella, es imposible. También comentamos alguna otra cosa, como que me encantaba su ropa interior, concretamente sus bragas y tangas, ….después de usadas. Me encanta y me hacía unas pajas antológicas cuando las olía, saboreaba, me las metía en la boca ….. ese olor a sexo, a sudor …, ufff, solo de pensarlo me empiezo a tocar …
Pasaron varios meses, hasta que una tarde que estaba en casa con los niños, llegó de la calle, hacía un calor propio del mes de julio. Según entró, eran las 6 de la tarde, sudando, roja y acalorada, me miró con una cara muy “picarona”, nos dio besos a los tres, y se fue para la habitación. A los pocos minutos apareció, con ropa más cómoda y me dijo al oido: “vete al cuarto, te he dejado un regalito encima de la cama, y una nota …” y me dio un beso apasionado, como hacía mucho tiempo no me daba. Enseguida empezó a jugar con los niños, atrayendo su atención para sí.
No podía esperar, fui casi corriendo, me encantan las sorpresas!!!; entré en la habitación y encima de la cama estaban sus bragas!!! Y una nota. Me sorprendí, no daba crédito, leí la nota, decía: “mi amor, a veces las fantasías se hacen realidad, estas bragas son para ti. Vengo toda sudada, y para que puedas sentirme más, me he pajeado con ellas antes de salir del trabajo, y después hice pis, y no me limpié. Todo para ti. Disfrutalo, correte encima de ellas, y póntelas. Te amo”.
No me lo podía creer, las cogí como si fueran una obra de arte, escuché que me decía desde el salón que se iba con los niños a casa de una vecina, y que no vendría hasta una hora más tarde, Estaba solo. Solo con unas bragas maravillosas. No eran especialmente bonitas, son unas bragas de Dim, de color blanco, ajustaditas, lisas …, pero de su sencillez emanaba toda su hermosura.
Pensar en todo lo que había hecho para mí, me hizo estremecer, alguna lágrima se escapó de emociónEn este momento supe que realmente me amaba, y que yo la amaría para siempre.
Toqué la braga, me puse de rodillas, las olí, aspiré su aroma, estaban húmedas, imagino que por el sudor, tenían un olor fuerte, a sexo, a sudor, impregnado con el aroma de sus flujos, se notaban las trazas blancas del flujo en las bragas, había mucha cantidad, imaginé que se hizo una muy buena paja llegando a correrse abundamente; también tenía unas manchitas amarillas, del pis y de secarse con la propia braga. Solo de verlo y del primer olor tuve una erección tremenda, me hubiese echo una paja en ese mismo momento, pero he aprendido a ser más pausado.
Me desnudé, cogí unas bolas chinas que tiene mi amor, las unté con lubricante, y me las metí en el culo. No era la primera vez que lo hacía, y el momento lo propiciaba, había que celebrarlo por todo lo alto.
Me puse de rodillas, continué oliéndolas, absorviendo cada uno de los aromas que desprendía, sudor, sexo, su corrida, pis …., después empece a lamerlas, a saborear e identificarcada uno de los sabores, a deleitarme con ello, me las metí en la boca todo lo que pude, el sabor era salado, estaba que no podía más, empecé a meneármela, mientras seguía chupando las bragas, con la lengua, recorriendo cada centrímetro.
Al poco tiempo estaba que me iba, aceleré el ritmo y estaba a punto de correrme, bajé las bragas empecé a terminar de hacerme la paja con ellas, envolviendo toda mi polla. Al final, las extendí en el suelo y me corrí sobre ellas. Fue una corrida gloriosa, una cantidad enorme de semen, mucho más de lo que habitualmente echo. Me quedé agotado, tumbado, contorsionándome por el tremendo orgasmo que acababa de tener, con las bolas aún metidas en el culo y sudando como un pollo. Creo que me quedé traspuesto, miré el reloj y se acercaban las 19,00, dentro de nada vendría a casa. Recogí todo, fui al baño, me saqué las bolas del culo y las limpié. Las dejé encima de un mueble, fuera del alcance de los chicos pero donde sabía que ella dejaba sus pendientes, para que supiese que las había utilizado, no era la primera vez. Y lo mejor de todo, me puse sus bragas, húmedas, húmedas de mis lamidas y chupadas, y empapadas por el semen de mi corrida. Me las puse y tuve otra erección al momento. Sentirme así me hacía sentir sucio, pero pensar que llevaba las bragas en esas condiciones, era de una excitación enorme, sentía que ella estaba conmigo, dentro de mí, que la llevaba donde yo fuera.
Pocas veces me he sentido con tanta plenitud y tan feliz.
Llegó al poco rato, me miró lascivamente, sonrió; vino con los niños, nos quedamos un momento solos y me dijo que si había echo lo que me había ordenado. La comenté que sí, que me había hecho muy feliz. Sonrió, me dio un beso , tierno, de amor. Me metió la mano por debajo del pantalón y de las bragas, y me dijo, “vaya corrida, estas todo mojado, y muy empalmado, esta noche haremos el amor, no te desahogues, te amo”.
La tarde pasó interminable, y por la noche, después de acostar a los niños, de cenar y no sacar el tema, nos fuimos a la cama, lo cual estaba deseando, con un dolor de huevos tremendo. Al empezar, se quedó desnuda, y yo con sus bragas puestas. Me dijo, he estado meando toda la tarde y no me he limpiado, he sudado, me he tenido que hacer una paja en el baño de la vecina, porque me imaginaba lo que estabas haciendo y me puse como una perra en celo, y sin ducharme, todo para ti, quiero que me comas cada centímetro de mi coño, de mi vulva, de mi culo … quiero correrme muchas veces en tu boca. Dicho esto me puso boca arriba en la cama, y se sentó en mi cara, ofreciéndome su coño y su culo.
Empecé a comerla el coño, sabía de maravilla, era un olor y un sabor muy fuerte, más fuerte que de costumbre, la saboreaba entera, toda ella, las ingles, la vulva, los labios mayores, los labios menores, metía la lengua lo más profundo que podía en su vagina, la encanta, dice que es como si la follara con mi lengua, y el clítoris, dándole besos, chupandolo con fuerza, dando mordisquitos. Sabía por otras veces que la encantaba hacerlo fuerte al principio, hasta que se corría, después del primer orgasmo, prefería que se lo hiciese más lentamente.
Seguía chupando ávidamente, utilizando mi lengua como mi experiencia me había enseñado, centrándome en su clítoris, y bebiendo la inmensa cantidad de flujo que estaba echando. En esto que me dijo una cosa, que nunca lo habíamos echo, aunque yo había fantaseado múltiples veces, y lo había echo con un ligue que tuve hace más de 10 años, me dijo “chupame el culo, comeme el culo, meteme tu lengua por el culo …. Ahhhh!!!” no daba crédito, era una de mis fantasías, sin pensarlo dos veces comencé a pasar la lengua por la raja de su culo, una y otra vez, hasta que me detuve en su ojete, era la primera vez, estaba lleno de pelos, pues nunca se había depilado el culo, pero estaba que me corría de pensar lo que estaba haciendo, empecé a chupar, a meter e introducir cada vez más mi lengua, a intentar follarme ese culo con mi lengua; ella estaba haciéndose un dedo a todo esto, por decir algo, porque se estaba metiendo tres dedos en su coño y con la otra mano se estaba acariciando su clítoris, tanto que creía que se lo iba a arrancar. A los pocos momentos comenzó a correrse, jadeó y comenzó a gritar y a contorsionarse, estaba que explotaba de calentura, continué un buen rato comiéndola el culo.
Después de un rato, ella tumbada sobre mí, me dijo “me ha encantado, no se como no lo he descubierto antes, pero no te preocupes, lo repetiremos, es maravillosa la sensación; creo que estas muy caliente, pero estoy echa polvo de la corrida, hazte una paja con mis bragas y correte en mi chochete. Dicho y hecho, en un momento tenía sus bragas con mi corrida de por la tarde en la boca, y yo meneándomela delante de ella, espatarrada mirándome con una cara de felicidad indescriptible. A los pocos meneos, debido a la calentura, me corrí, en su coño, por fuera claro, todos los pelos, su vientre e incluso algo de sus tetas estaban cubiertas de mi abundante corrida. Vaya segunda corrida!!!, estaba agotado.
Se embadurnó con mi semen las tetas, el vientre, su coño …, me dio un beso en los labios y me dijo, mañana antes de que se levanten los niños, me tendrás que limpiar toda, no querrás que me vean así …..
Sinceramente, estoy más enamorado que nunca.
(continuará).
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