"Soy La amante de un vestido nupcial"
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Todo comenzo de muy pequeña. Sentir la delicia de las sedas y satines en mi piel excitaban mis genitales. El cuerpo desnudo ya sea de hombre o de mujer no me atraia.
Me encantaba pasearme por el centro de la ciudad y ver los aparadores donde se exhibian preciosos vestidos confeccionados con las telas que mas amaba, sobre todo los vestidos de novia, donde encontraba lo que mas queria en una prenda tan maravillosas, rasos brillantes, telas que se transparentaban y el hermoso sonido de las telas al rozarse entre ellas.
Fui con una doctora en psiquiatria para saber mas de mi problema, era hermosa y muy atractiva, ella me dijo que mi atraccion por las telas era muy comun entre las mujeres, pero son rarisimas las mujeres que se excitan sexualmente con ellas, en especial la seda y los rasos satinados.
Un dia me cito en su consultorio, no habia ningun paciente y me pidio que entrara a un cuarto y que despues esperaba sus instrucciones.
Llegue y estaba una cama muy grande con cortinas transparentes y la colcha y las sabanas eran de raso montecarlo color rosa, con hermosos cojines de la misma tela, por un altavoz me dijo que me desnudara y me metiera entre las sabanas, accedi a ello y mi corazon palpitaba aceleradamente, inmediatamente al sentir la sedosidad que me envolvian esas sabanas empece a exitarme de placer, me decia la doctora por el altavoz que me tallara los senos con la tela, siguiendo sus instrucciones mis senos se rigirizaron totalmente, despues que me tallara suavemente mi ingle con la sabana hasta deslizarla en mi clitoris y proseguir con el tallado pero con mas intensidad, mi cuerpo empezo a responder ante las delicias de la seda, con mis movimientos las sabanas producian el sonido clasico de las sedas y eso me produjo mas placer, en ese momento no queria parar, gritaba que queria mas y mas y me frotaba la tela con mas intensidad.
La doctora monitoreaba con un aparato mi intensa excitacion de mi cuerpo, por ultimo me pidio cuando estaba en mi punto mas alto del placer y a punto de sucumbir en un orgasmo que introdujera la tela hasta lo mas interno de mi vagina; como mi vagina estaba totalmente dilatada, la seda se deslizaba divinamente acariciando mis paredes vaginales, nunca habia experimentado esa sensacion de sedosidad interna, al llegar a mi punto "G" senti el mas sublime de los orgasmos, sentia como la sabana de raso se mojaba de un liquido que nunca me habia salido. Fueron varias secuencias de orgasmos sin iguales y totalmente devastada de placer, desvaneci quedandome totalmente dormida.
La doctora me desperto despues, curiosamente dandome un beso en la boca, fue la primera vez que alguien me besaba, no le di importancia, pero me gusto sentir sus labios.
En dias posteriores me sito de nuevo para darme mi diagnostico y me dijo que yo era una mujer totalmente fetichista, que el placer sexual que tenia por las telas en especial los rasos y sedas no era posible quitarmelo, que tenia que vivir con ello, ya que las pocas mujeres que lo han padecido se han dedicado a la confeccion y costura con el proposito de estar siempre al contacto con esas telas para desahogar su placer sexual hacia ellas, algunas de estas chicas, para no sentirse solas se han casado pero se divorcian sus maridos al conocer sus preferencias fetichistas, pero otras permanecer solteras por siempre.
Ella me recomendaba ocuparme en lo mismo pero que me dedicara en especial a diseñar vestidos de novia ya que es la prenda que mas me atraia sexualmente, pero tambien veia en mi algo que no podia explicar hasta que hiciera otro experimento.
Nuevamente ella me cito en su consultorio, y lo mismo me pidio que me desnudara y me metiera en esa cama con sus exquisitas sabanas de raso, pero mi sorpresa fue que la doctora entro a la habitacion luciendo un hermosisimo camison de seda satinada, llego a un lado de la cama yo me quede impresionada de su belleza y tuve el deseo de besarla, ella se metio al aposento y efectivamente me abrazo me beso intensamente, me envolvio mi desnudez con su camison y por primera vez senti los deseos de hacer el amor con una mujer y esa noche fue muy especial pues me enamore de ella, pero no deje de amar las telas.
A partir de ahi tuvimos un romance viviamos juntas como cualquier matrimonio ella con su profesion de doctora psicoanalista y yo como diseñadora de modas. Ella comprendia mi fetichismo hacia las telas y mis vestidos pero lograbamos combinar esto con nuestras relaciones sexuales, ya que algunas veces ella llegaba de trabajar y me encontraba desnuda en la cama haciendome el amor con uno de mis vestidos de novia y en lugar de molestarse ella participaba en ese encuentro tan peculiar.
Por desgracia el amor no fructifico mucho, ya que unos años despues ella se le manifesto su otro lado sentimental de mujer y se enamoro de un hombre y por mutuo acuerdo nos separamos las dos
Hoy en dia la extraño mucho, pero me consuelo con mis telas de seda y mis vestidos de novia. Cuando se caso ella le diseñe el vestido de novia mas hermoso de mi vida, pocos meses despues por mi agradecimiento me envio de regalo su vestido de novia, con una carta diciendome: "Sigo estando enamorada de ti, te extraño inmensamente pero te envio mi vestido de novia que tu me diseñaste, se que a ti te fascino intensamente pues es mas tuyo que mio y para que sientas mi presencia tomalo como si yo fuera ese hermoso atuendo y haz el amor con el como si yo estuviera presente".
Ese es mi gran consuelo soy la amante de un vestido de novia que tiene una caracteristica especial, conserva el aroma de mi amada doctora.
Autora: Leslyna
"la amante de las sedas"
Autor: Anonimo
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