Su lenceria y ahora la mia (I)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por MrBraguitas.
Soy un hombre casado, de 38 años.
No tenemos hijos, nunca hemos sentido la necesidad de tenerlos.
Físicamente, con el tiempo, me ha pasado lo que a muchos .
he echado tripa y he perdido algo de forma.
Por el contrario, mi mujer que tiene 35 años esta mejor que nunca.
Es morena, mide 1,68 y pesa 65 kg.
Tiene un culo duro redondo y respingon y unos pechos grandes .
una talla 100 copa c con unos grandes pezones
negros, con grandes aureolas como galletas marias.
Siempre hemos disfrutado mucho del sexo aunque, ella siempre a tenido un papel bastante dominante .
Hace unos años, me dijo que debería depilarme entero y así lo hice.
Bueno, entero no porque no me depile ni el
culo ni la zona del pubis .
cuando me vio asi .
se echo a reir y acto seguido me dijo:
– Aunque ya lo has visto muchas veces, te lo voy a volver a enseñar y tu debes estar así.
Se levanto la falda, se bajo el tanga hasta la rodillas y me enseño su hermoso sexo rasurado, tanto desde el frente
comoo desde atras .
dándose la vuelta y abriendo un poco su nalgas para enseñarme su coño y su ano.
Después se volvió a vestir y me dijo:
– Mientras no este totalmente rasurado no tendrá sexo conmigo.
Asi que no me quedo más remedio, y me tuve que depilar completo.
De eso hace ya unos años y siempre debo estar
totalmente depilado para estar con ella.
Esa fue la primera vez que, aunque ya habia dicho que era un poco dominante, me dio una "orden".
En cuanto a nuestros gustos y practicas sexuales "nos gustaba probar de todo".
Lo pongo entre comillas porque, a
la que le gustaba de todo era a ella.
Oral, anal a veces .
y todo tipo de juguetes sexuales, aunque esto, lo
descrubri más tarde porque, yo nunca los había visto ni los habiamos usado.
Lo que si le gustaba y a mi me volvia loco era la lenceria.
No había semana que se comprara algun conjunto, braguita,
tanga o prenda.
Yo disfrutaba acompañandola y viendo probarse la ropa.
Cuando entraba en las tiendas de lenceria me excitaba mucho solo viendo las prendas en sus perchas y pensando como le quedarían.
En especial, me excitaba la lenceria blanca de encaje .
La fijación por la lenceria usada por mi mujer paso a ser un deseo propio.
De repente, me excitaba pensar como me quedaría a mi
esa ropa puesta.
Comencé a rebuscar entre sus cajones y a intenar pescar alguna braguita o tanga usado en el cesto de la ropa.
Recuerdo la primera vez.
Era verano pero, todavía no estabamos de vacaciones.
Era fin de semana y habiamos salido por la noche.
No tuvimos sexo, pero recuerdo lo preciosa que estaba.
Habia salido con un vestido azul y debajo un conjunto de tanga y sujetador
de color azul zafiro, todo de encaje.
Llegamos a casa, nos desnudamos y nos fuimos a dormir.
Al dia siguiente ella salio pronto porque tenia que ir donde su madre.
Yo me levante mas tarde, y fui a desayunar.
Al salir al balcon, vi que la ropa de la noche estaba mal metida en el cesto de la ropa
y fui a recogerla.
Al tocar la ropa vi el conjunto de tanga y sujetador y los cogí.
Cogí el tanga e instintivamente me lo lleve a la
cara .
estaba impregnado del olor a sus sexo .
y tube una erección instantanea.
Acto seguido, con el miedo de un niño que sabe
que esta haciendo una trastada, me fui a nuestra habitacion y me dispuse a ponerme el tanga y el sujetador.
Primero cogí el tanga, y me dispuse a ponermelo.
Me puse de pies frente al espejo del armario y meti una piernas por cada lado y lo
subí hasta las rodillas.
Después lo subí.
Noté, por primera vez en mi vida, como la prenda se inserta entre mi dos nalgas y para que
quedará perfecto eche mi polla hacia atrás para poder ponerme bien la parte delante y que quedará perfecto.
Después me puse el sujetador y me mire al espejo.
Me puse a cuatro patas sobre la cama y me miré al espejo y después pasé por la casa
con la ropa puesta.
La sensación del tanga en mi culo, al principio un poco incomoda, me hizo pensar que como podian llevar esa ropa
las mujeres .
pero la sensación una vez acostumbrado me pareció placentera.
Me corrí en su tanga casi solo con acariciarme y después
lo deje donde estaba.
Pasaban los dias, y yo rebuscaba entre los cajones y el cesto para pescar algún trofeo.
Me imaginaba con medias, liguero y tanga a
cuatro patas .
y eso me excitaba.
Volvía alguna vez a ponerme ropa usada pero, nunca la que estaba limpia en su cajón.
Me daba miedo que me pillara y que pensaría.
Además, siempre tenia los cajones ordenador y seguro que se daba cuenta.
Al de un mes, un día que ella no estaba, decidí porneme el conjunto de lenceria que tiene que más me excita.
Estaba en un caja.
Era un corpiño blanco de encaje con liguero y un tanga de encaje.
Me fui a la habitación y me dispuse a ponermelo.
Con el tanga no
hubo problema .
ya habia practicado mucho pero el corpiño era pequeño y al intentar ponerlo se ropió.
Lo recogí todo y lo guardé.
Al de un par de días, mi mujer me llamó.
Estaba en nuestra habitación y me dijo:
– ¿Has andado tu en mis cajones?.
Mi ropa interior esta revuelta y revisando he visto que el corpiño del conjunto que tanto te gusta esta roto.
Yo me quedé mudo, y ella siguió:
– Llevo notando tiempo que alguien anda con mi ropa interior.
Al final, muy sonrojado y avergonzado le dije:
– He sido yo.
Se quedo delante de mi parada, pensaba que me iba a montar un gran follón, pero al contrario solo me dijo:
– Te gustan las braguitas .
te gustan lo tangas .
pues a mi me gustan las putitas .
desnudate inmediantamente
Me desnudé y ella me dijo:
– Creo que nos gustan las mismas cosas.
A partir de ahora, vas a ser mi putita.
Aprenderás despacio sin prisa y vas a descubrir tambien todos mis
secretos
De momento, ponte el tanga y el corpiño que has roto porque esa será la ropa que uses hasta que yo te lo diga.
.
CONTINURÁ .
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!