Sus tacones se enterraron en mi II
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Como dije antes, conocí a mujer en la facultad, tres años menor que yo. Sandra ya compartía el gusto por el trampling tanto como yo, ya lo hacíamos cotidianamente, cuando hablaba por teléfono, cuando cocinaba, cuando se arreglaba, yo hacia las veces de alfombra y ella(la mayoría de veces calzada) pisaba, ya despreocupadamente todo mi cuerpo. Sucedió que el mes pasado nos invitaron a una boda, Sandra llegó a casa con una bolsa de la zapatería y entrando a nuestra habitación me dijo -mira cariño, los he comprado para la boda- abriendo la caja observé que eran unas preciosas sandalias de tacón fino, aproximadamente 8 cms de altura y con una cinta gruesa para la zona de los dedos, sueltas de la zona del talón. Procedió a ponérselas, sus pies bien cuidados se introdujeron en aquellas sandalias y se miraban de ensueño. – haremos la prueba de fuego- me dijo, yo sabiendo lo que aquello significaba me quité toda la ropa y me tumbé en el piso, ella se quitó la suya y sólo quedó con sus sandalias puestas. Se colocó con un pie a cada lado de mi cabeza, se subió sobre mi pecho y directamente puso un tacón en cada uno de mis pezones, el dolor era impresionante, ella hundió más los tacones y yo ya dejé escapar un gritillo de dolor, esa era la señal y entonces empezó a pasearse por mi cuerpo al tiempo que observaba sus sandalias en un gran espejo de cuerpo entero que tenemos en la habitación. – están bonitas no cariño?- me decía mientras yo, con mucha dificultad le decía que estaban preciosas. Cuando ya hubo marcado y macerado la piel, me dijo -estoy excitada, me vas a dar la mejor mamada de tu vida- diciendo esto se sentó directamente en mi cara, sus labios ya húmedos se pusieron en contacto con mi boca y yo empecé a trabajar con mi lengua. Al cabo de un minuto me dice: para, voy a orinar que tengo la vejiga llena. Yo, quizá más excitado que ella, sin pensarlo dije -no vayas al baño, yo seré tu water personal- ella un poco dudosa me dijo -hasta allí no hemos llegado, no se. – yo le respondí -todo lo que venga de ti para mi es un premio mi diosa- entonces ella me dijo -vale, abre bien lo voy a intentar- diciendo esto se puso de cuclillas a aproximadamente 5 cms de mi boca y al principio soltó un pequeño chorro. Yo sentí el líquido caliente y un tanto salado entrar a mi boca, estaba tan excitado que empecé a tragar sin problema. Al principio derramamos algo de orina en el piso, luego ella pausaba la salida para dejar que yo tragara. Vi en su cara una sonrisa de satisfacción, me dijo: ahora eres más mío que nunca- luego de terminar, más excitada aún se sentó otra vez sobre mi cara y en tono autoritario me dijo -lame perro!! – lame perro??! Nunca me había dicho esto, pero parecía que esa lluvia dorada había sido el punto de inflexión, había sacado la domina que llevaba dentro y a mi me había excitado aún más!!! Entonces lamí y chupé como si la vida se me fuera, ella empezó a alternar vagina-culo hasta que con una fuerte contorsión tuvo un orgasmo descomunal llenándole la cara y la boca de su néctar precioso el cual yo también degusté. Ella me siguió cabalgando hasta que tuvo otro orgasmo, ya satisfecha me premió con un delicioso pedo en la cara, el olor de sus pedos me embriagaba, a decir verdad, se cuidaba tanto, yogures, leche, muy poca grasa en sí dieta que sus pedos para mi gusto hasta olían bien. Cuando ya volvió en si, yo seguía empalmado, y me dijo -vamos a por tu premio perrito, te lo has ganado- me llevó hacia una silla que tenemos en la habitación, me puso de rodillas y me hizo introducir la polla tras el respaldo. Ella, subiendose en la silla inició con sus nuevas sandalias a pisarme al principio levemente, posteriormente fue aumentando la intensidad y yo, aunque sentía dolor, la excitación era mayor y me mantenía empalmado. Sandra se giró y me dió la espalda dental manera que levantó su tacón derecho y lo colocó suavemente sobre mi glande, paulatinamente fue presionando, levantaba y presionaba hasta que yo me corrí salvajemente bajo la presión de su talón. Al terminar tenía la polla hinchada y el glande con la marca cuadrada del sello de mi mujer, pero estaba feliz. Le limpié su suela llena de mi semen y nos dimos un beso. Mientras nos duchábamos comentábamos que había sido nuestra primera lluvia dorada y que la habíamos disfrutado mucho. Ella en un momento me dijo -cariño, con el morbo que tienes cuando me dijiste que serias mi water personal, a lo mejor me vas a ir pidiendo más, quiero decir que a lo mejor piensas ser mi WC para todo- una cara de picardía se dibujó en su rostro. Yo respondí. -seré tu WC para lo que quieras mi señora-
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