TAIL (cola de perro)
Muchos chavales de 15, 17 años, se metían en sus anos tails (plugs in con forma de colas de animales). Esto lo hacían cuando querían follar sin ser follados..
TAIL
Muchos chavales de 15, 17 años, se metían en sus anos tails (plugs in con forma de colas de animales). Esto lo hacían cuando querían follar sin ser follados.
Había dos tipos de tail o cola, unas con apariencia de rabo de perro y otras con apariencia de rabo de zorro.
La diferencia era externa pero también interna. La cola de perro tenía un plug en forma de huevo. Con la punta muy marcada era muy fácil de meter. Luego engrosaba como un huevo pero terminaba en un tubo fino, que dejaba el plug incrustado en tu ano sin que se cayera –para sacarlo había que tirar de él–, con lo que los muchachos podían caminar desnudos, con ese rabo o cola saliendo del culo, por toda la isla, sin que se les cayera.
El tail, para muchos, era una forma de vestir más. Era muy habitual ver a chavales con rabos de zorro o colas de perro como única vestimenta e ir desnudos. El llevar eso metido en el ano a veces les excitaba al andar y moverse por la isla o por las instalaciones del complejo, por lo que veías a chicos con cola y el pene semiempalmado o eyaculando pre-semen, pero era muy práctico para follar sin ser follado, porque eso sellaba tu culo y evitaba una penetración anal indeseada. De hecho marcaba un mensaje claro: «hoy sólo quiero follar. No quiero ser follado» porque, como hemos dicho, era muy habitual que te pudiesen follar en cualquier parte de la isla en cualquier momento.
Antón, un joven de 17 años, pelirrojo y pecosito, de pelo rizo, atlético y buen rabo, hoy solo quería follarse a los más pequeños -de 15 años-.
Fue a su taquilla y sacó el plug in anal. Vertió una gota de gel lubricante en la punta del huevo metálico, y se puso de cuclillas sobre él penetrándoselo.
–Uaggghhhhh ooooohhh -gimió cuando la punta del huevo metálico traspasó su ano y el esfínter inmediatamente selló el resto de aparato metálico de 9 centímetros de largo por cuatro de ancho, que se estrechaba subitamente a un centímetro de ancho ajustándose al esfínter y quedando ahí anclado.
Su polla dio un respingo y se medio empalmó al introducirse ese huevo de metal en su ano. A todos los chavales de la isla, ya fuesen dadores o recibidores, les excitaba tener algo metido en su ano –por eso era muy habitual ver a chicos con este tipo de rabos o colas de animales saliendo de sus anos (la cola de animal era la otra parte del plug… el huevo de metal era la que lo mantendría firme a su ano, y la cola exterior de perro era lo que evidenciaba a los demás que el ano de ese chaval estaba ocupado y que no quería dejarse follar.
Antón no se puso ni el calzoncillo y con su pene medio empalmado y el rabo de perro en el interior y saliendo de su culo, salió del vestuario dispuesto a follarse un par de chavales de 15 años.
(continuará)
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