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Fetichismo, Incestos en Familia, Intercambios / Trios

Título: Cierto grado de perversidad.

Espero una respuesta positiva a una situación, aunque el pago es muy caro. .
Estaba viendo la televisión en el comedor y en eso entra mi pareja, con la que salgo así casi tres años y nos llevamos de maravilla porque tiene todas las características de la mujer pícara, traviesa y atrevida. Tiene varios hijos e hijas que a su vez tienen sus hijos.

-Hola Amor, ¿Cómo estás?

-Bien, respondí, sin dejar de ver la televisión.

-El sábado estamos invitados a la casa de mi hija Luly a comer un asado, nos vamos a pasar el día.

-Por qué no vas solita, sabés que cuando juega Racing no quiero perdérmelo.

-Dale, no seas malo. Después a la anoche te doy lo que más te gusta.

Cuando me dice ese tipo de cosas me puede y yo como buen estúpido caigo y respondo que sí. Aclaro lo que me da es su enorme culo, que tanto me place meter mi pica allí y serruchar y serruchar y serruchar hasta descargar mi leche.

Llegó el sábado y fuimos a la casa de Luly, llegaron todos los hermanos, la casa estaba llena de gente, cosa que me pone un poco de mal genio. Pero bueno no me quedaba otra. Pasado el almuerzo, y caso a la tres de la tarde, me encontraba en el amplio patio y me quedó a solas con una de las nietas de mi pareja, Antonia, ella es muy joven, tiene 14 años y está preñada por un pendijito dos años mayor que ella y que se fue rápidamente cuando se enteró de la cuestión.

-¿Patea la beba?, pegunté inocentemente.

-Sí, ¿querés tocas?, respondió ella con una sonrisita burlona.

-Sí, quiero.

-Bueno, dijo ella.

Se acercó hasta donde estaba sentado, se paró delante mío, se levantó la remera que tenía hasta el límite del corpiño; tenía, además, una calza corta, le llegaba a la mitad del muslo.

-Pasá la palma de la mano por mi panza, me dijo con la sonrisa dibujada todavía en sus labios.

Yo lentamente comencé a tocar alrededor del ombligo, sin pasarme mucho de la raya porque uno no sabe con qué cosas pueden salir estas pendejas modernas.

-No pasa nada, le dije.

-Tenés que tocar por otros lados, abarcar toda la panza, por arriba, por abajo, tenés que buscar hasta que patee.

-Bueno, dijo con ojos bien abiertos.

Y comencé a tocarla por toda la panza, así fue que llegué hasta la base de las tetas y las toqué, del mismo llegué hasta el bajo vientre y pasé la mano por donde están los pelos del monte de venus.

-No pasa nada, debe estar dormida. Dije con serenidad.

-Debe estar me respondió.

La cosa pasó y quedó en la nada. Cuando caía la tarde, Marga, mi pareja, me dijo que nos íbamos así podía llegar a ver el partido. Cuando nos íbamos en el auto, le dije:

-Tengo que contarte algo amor, porque no quiero que te llegue distorsionado.

-Si mi bebote, decime, me dijo y me dio un beso en la mejilla.

-Esta tarde le dije a tu nieta, Antonia, si la beba pateaba y la putita me dijo que tocara, se levantó la remera y le toquetee toda la panza, incluso un poco las tetas y llegué hasta los pendejos de la concha. Así que esa es la pura verdad, que no te vengan con cuentos.

-Esta pendeja, dijo Marga. No tiene límites. Y vos te podías haber quedado solo en la parte central de la panza y no legar a ciertos lugares eróticos.

-¿No me digas que estás celosa?

-No, mi amor, una tocadita a la nena no es nada grave.

-Acordate que me prometiste que me iba a dar lo que más quiero si iba a la casa de tu hija.

-Por supuesto, ya me estoy imaginando y estoy toda dilatada.

-Ves, por eso estoy enamorado de vos, porque sos muy puta.

La semana pasó sin novedades relevantes, era viernes por la tarde y marga me dice:

-Me voy de mi nieta Antonia.

-Vas a comprobar que lo que te dije el domingo cuando volvíamos de tu hija es verdad. Sos una conchuda sin remedio. No me tenés confianza.

-Para nada, amor, me dijo Marga con una sonrisa y me tiró un beso al aire. En un rato estoy de vuelta.

-Bueno, respondí mientras seguía mirando la televisión.

Al cabo de casi tres horas volvió mi pareja a casa.

-Estoy azorada, me dijo con preocupación.

-¿Por qué?, le pregunté.

-¡Mi nieta!, me dijo.

-Tu nieta, ¿qué?, le dije con un tono de hartazgo.

-Me fui a la pieza a hablar con ella, quedate tranquilo, me confirmó todo lo que me dijiste, y ella asumió la culpa de haber coqueteado con vos.

-Bueno, por fin se me da una.

-Callate me dijo, que se te dan todas, guachito.

-Bueno, ¿y eso es todo? Tan preocupada que llegaste.

-No, eso no es todo. Me dijo con voz entrecortada.

-¿Y qué es mujer?. Dale, hablá, le dije.

-¿No sabés lo que me confesó,?

-¿Qué fue? A ver, porque vos hacés un mundo de nada.

-Me dijo que ella desde que se fue el machito que la preñó no tiene relaciones sexuales, que las necesita y que con el padre del chico tenía sexo dos o tres veces por día. Y que ahora se masturba al menos una cuatro veces por día.

-Calentona, la pendeja, dije con voz de asombro. Putona igual que vos, tiene a quien salir la nena.

-Yo le dije que ahora que va a ser mamá tiene que pensar en el crío y que debe dedicarse a cuidarse en este último mes y medio. Que tiene una responsabilidad grande.

-¿Y qué te dijo, la nena?, dije con sorna.

-Que bajo ningún punto de vista que ella necesita sexo sí o sí.

-Buena puta, la chiquilla.

-¡Ay callate! Y escuchame.

-¿Hay más? Dije entre asombrado y perplejo.

-Sí, y tiene que ver con vos.

-¿Sí, y qué es?

-Me dijo que quiere que le des el apellido a la beba, que no quiere que se llame como todos en la familia, que eso no le gusta.

-Decile a la nena que yo no me la cogí, así que no tengo nada que ver y no le voy a dar nada.

-No seas así. Me dijo Marga.

-No soy nada, solo digo la verdad y nada más.

-No le daría el apellido. Hacelo por mí.

-lo único que puedo hacer pro vos es cogérmela si vos me dejas. Dije con serenidad y pregunté inmediatamente: ¿Me dejás?

-Me tomás por sorpresa con el pedido que me hacés. Nunca se me hubiera ocurrido.

-Qué tiene de malo, dijo con voz cansina, ni ella tiene nada que ver conmigo ni yo con ella, a lo sumo soy la pareja de su abuela. Nada más. No es tan grave. Salvo que vos no quieras.

-en serio me lo decís, me preguntó Marga.

-Muy en serio. Incluso te digo más. Si vos aceptás no quiero que la cosa sea a escondidas. Quiero que estés vos en la habitación mientras cogemos con la pendeja y vos en bolas mirando o jugando con nosotros. ¿Qué me decís a la propuesta? ¿No me digas que es mala?

-No puedo quedarme en bolas delante de mi nieta. Respondió Marga.

-Pero mi amor, no tiene nada de malo, las dos son mujeres, ¿qué vas a encontrar en ella distintos a lo que vos tenés? ¿Y qué va a encontrar ella en mí no que no haya visto antes? ¿Y quién sabe desde cuándo?

-Mi amor, me dijo Marga en todo de reproche.

-Me baso en lo que Antonia te ha contado, si ella no tuvo reparos en decirte que está caliente y se pajea todos los días y varias veces. ¿Vos crees que tendría problemas en hacer lo que te propuse?

-No sé, dijo Marga, es cierto no tuvo pudor en contarme sus aventuras sexuales.

-Bueno, ¿entonces? Pregunté inocentemente. Y agregué: pensalo, si te gustaría verme cogiendo con tu nieta embarazada. Sería una buena experiencia. ¿Qué te parece?

-Dejame pensarlo, amor.

Bueno, pero con lo que me contaste me calenté, al saber que tu nieta es tan fogosa me agarraron ganas de hacerte el culo, así que preparate.

-Sí, mi amor, me dijo con ojos vivaces y pícaros. Mientras me la estaba cogiendo por la almeja, entraba y salía con mi verga muy dura le dije al pido que sería muy interesante esa experiencia con su nieta, siendo ella tan putita y querendona, y la alagué diciéndole que lo era como ella. Tenía que convencerla de alguna manera. Pero estaba dura la negrita. La puse boca abajo y comencé a lamerle el agujero del ojete, lo dilaté todo lo que puede y le metí la tripa hasta el fondo, gimió un poco, pero comenzó a gozar rápidamente.

Luego de echarle unos chorritos de esperma dentro de su conducto anal, saqué mi chipote y la última gota que quedaba se la tomó mi chica.

-¿Y? Pensante en lo de tu nieta.

-Todavía no. Dame un poco más de tiempo. Te aseguro que te voy a contestar, a sea por sí o por no. Me dio un beso y se dio media vuelta y se durmió.

CONTINUARÁ.

 

 

708 Lecturas/5 mayo, 2025/0 Comentarios/por holograma
Etiquetas: anal, cogiendo, culo, hermanos, hija, mayor, padre, sexo
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