Un poco de mi, de Danny J

Esto no es ficción… Puede ser el inicio de mi degenere….
Esto no es ficción… Puede ser el inicio de mi degenere…

A los 5 años cuando yo estaba en el kinder, recuerdo como un sueño el haber ido al baño, el baño de varones tenía aun los mingitorios hechos en obra que eran largos, claro, a la escala infantil, recuerdo que ese día fui y saqué mi pequeño pene para orinar, mientras lo hacía se creó una leve sombra que surgió porque el señor de la limpieza entró, recuerdo que me sonrió y caminó hacia el mingitorio y también sacó su miembro, tenía pelo y recuerdo su olor, no me extrañó el pelo púbico porque toda mi infancia me bañé con mi papá, así que sabía como eran los penes adultos, pero recuerdo la sonrisa de ese hombre y sacudió su miembro y me arrojó algunas gotas de sus meados, me sentía hipnotizado, me dijo cosas pero no recuerdo que son, de repente me dieron ganas de salir y me fui.

Esa idea de ver el pene de otro hombre que no fuera mi papá me empezó a volar la cabeza, cada vez intentaba ir más al baño de la escuela para verlo, a veces podía y aveces no, recuerdo que solo una vez toqué ese pene, pero él varias veces tocó el mío. En casa a la hora de dormir jugaba con mis bolitas y recordaba como le tocaba aquel hombre, aun no consolidaba una reacción, pero me gustaba sentir eso.

Recuerdo cuando íbamos a nadar y mi momento favorito era ir a las regaderas comunes y ver muchos hombres sin ropa, me gustaba ver esos machos caminar, ver sus pelos, como brincaban sus penes, el olor a hombre, era algo que a mi corta edad me volaba la cabeza, no sabía qué hacer, aún no me daban ganas de hacer algo sexual, solo me gustaba ver.

El primer contacto sexual que tuve, si es que se le puede llamar sexual, fue con mi hermano mayor, lo encontré masturbándose, y el me explicó que los hombres necesitan hacerlo, recuerdo que puso mi mano en su pene y lo estuve jalando, lueho me hizo que lo besara y lamiera, no lo hice mucho, pero recuerdo que después se vino, fue la primera vez que toqué semen, era muy caliente, tenía su aroma particular, fue algo raro que no se volvió a repetir.

Ahora de adulto recuerdo esas experiencias y me masturbo, me gustaría haber hecho más, pero mi mentalidad infantil aún no lo hacía consciente, por eso disfruto esas historias y relatos, porque de esa manera yo puedo vivir lo que hubiera querido.

¿Por qué escribo mucho de niñas? Porque en ese entonces yo quería ser una niña, recuerdo que en las mañanas esperaba despertar con una vagina y en mis oraciones yo lo pedía hacerme mujer. Ahora me gusta ser hombre y disfruto mi sexualidad, disfruto compartir mis perversiones y leer experiencias y fantasías de hombres igual de degenerados qué yo. El sexo es riquísimo y la perversión aun más.

Espero, colegas, que se hagan masturbaciones deliciosas a diario, muéstrense y perviertan, denle la oportunidad a otros de descubrir su sexualidad como me lo hicieron a mi, el amor es lo más bello que hay, el amor al sexo.

Danny J