Verónica
Le gusta el padrecito de la iglesia..
Era toda una bandida, muy joven pero no tanto como para no saber qué es lo que hace, lo que provoca… Y bastante hermosa.
Joven, apenas sus encantos terminaron de brotar, las curvas, redondeses, cúmulos de grasa terminaron de crecer donde tenían que crecer.
Tenía fuego en el alma, le hervía la sangre… Se le metió la idea de poner a prueba la lealtad, la integridad de la comunidad religiosa.
Comenzó frecuentando la iglesia, ¡pero no la que le tocaría por su zona habitacional, no! Si tonta no era… Frecuentaba la de otra colonia, ¡Con decirte que tomaba transporte público!
Tenía sentimientos encontrados, para decir la verdad; seguía siendo aún muy jovencita, todavía tenía conciencia… Inocencia de niña…
Pero de todas formas el morbo le ganaba… Era como si algo dentro de ella la instara a hacer lo que hacía.
Esa parroquia no fue seleccionada al azar, Verónica llegó por el rumor que una vez escuchó por ahí, «el padre Konrad» joven y muy atractivo. es lo que se escuchaba por ahí.
Y bueno, después de varías semanas de frecuentar la parroquia en diferentes horarios, la constancia rindió frutos y lo encontró; efectivamente, era agradable a la vista…
-ave Maria purisima, hija.
-sin pecado concebida, padre.
El padre hace sus cosas de padres, va de aquí para allá; la chica hace sus cosas de feligreses, sigue rezando así parece.
Y así pasan días y semanas, yendo a rezar, yendo a misa, yendo a la visita al altísimo sacramento… Cada vez se saludaban con mayor efusividad y afecto.
Observando desde afuera… Cada vez se notaba más interés de parte del padre, ya se notaba su falta de experiencia controlando a sus devotas… Y también a sus pasiones.
Observando desde adentro, ahí con ellos. La atracción era súper notoria, la tensión sexual se sentía en el aire… Al menos; si quiera, que eran discretos y nadie se dió cuenta de nada ¡Ni siquiera las cucarachitas de templo!
Verónica deseaba tanto la cercanía de Konrad! Pero tenía miedo de verse descubierta… No deja de ser mujer, no deja de vivir en una sociedad machista…
Si los descubren, ella tendría toda la responsabilidad y hay que ver cuan peligrosa es una multitud de fanáticos religiosos enardecida.
El la deseaba también, pero recién se había ordenado, es su primera parroquia…
Era un martes, medio día. Verónica entró para rezar un poco, después de todo creció en una familia católica, y hay mañas que no se quitan… Sumida en sus oraciones, no escucho siquiera los pasos en rededor.
-ave Maria purisima.
…
-ave Maria purisima!- dijo en un tono un poquito más fuerte…
Verónica brincó del susto, así como estaba arrodillada.
-aaay! Sin pecado concebida, perdón padre no escuché.
-estas bien, hijita?
-sí, estoy bien.
Termina su plegaria y se dispone a salir, se puso nerviosa. Hoy le pareció particularmente más atractivo, le tiemblan las piernas, le salta el corazón como si se fuera a infartar…
Emprende la retirada, pero… Es extraño, siente detrás de ella una mirada penetrante… Observa el recinto, no hay una sola alma… Nadie… Y continua ésa sensación… La devoran con los ojos, con el pensamiento…
Se detiene en seco, le empieza a hervir la sangre… Inhala, exhala… Se gira… 180° y ahí está… El padrecito, mirándola irse…
No, no la mira, la devora… Allá arriba, en su cabecita pervertida ya la devoró, ya la tomó, ya la violó… Ya se la comió…
Ambos se miran, se sostienen las miradas…
¿Qué pasará?
Ni Electra tiene abonos tan chiquitos.