y a la mañana siguiente… Secuencia de mi relato "Llegó pedo"
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por cy50.
A la mañana siguiente despertó él primero, despacio y absolutamente crudo. No sé porqué pero a ambos nos pega una pinche calentura cabrona cuando estamos crudos, así que se acercó a mi acariciando mi cuerpo y poco a poco me desperté.
– hola nena, me dijo cómo estás?
– hola papi, uta qué pedo te pusiste guey, ya viste tu desmadre?
– ya lo olí cabrón, en eso nos incorporamos un poco y la visión de la cama era apocalíptica.
Había una enorme masa de vomitada por toda la cama, resultó evidente que durante la noche el guey había vomitado al menos otras 2 ó 3 veces ya que la cantidad era enorme. No sólo enorme, era la más asquerosa masa de vómitos que recuerde. La humedad se había absorbido en el colchón pero todos los desperdicios sólidos permanecían y no puedo describir el olor. Aunque habíamos cagado los dos, sobre todo él que se desfondó con una diarrea asquerosa, la masa de vómito era mayor, pero se podía ver por todos lados pedazos de caca y el color café oscuro mezclado entre toda aquella inmundicia. Ante esta visión perversa y asquerosa, nos reímos.
– Qué pasó pa’? ya no sé ni qué pedo, no mames
– cabrón llegaste con una peda de miedo y caliente como pocas veces.
– me acuerdo que te estaba platicando mi original reunión de exaltemos y creo que me la mamaste no?
– Te la mamé, pero no sólo eso; cuéntame, me dijo
Pues te puedes imaginar un poco nomas de ver este desmadre guey, el caso es que te sacaste la verga y te la comencé a chupar mientras me contabas tu travesura con José. – puta es cierto, qué rico pa’, me comí su mierda.
– Y yo también. cómo? no mames? me dijo.
Si guey, mientras te dada una buena mamada te mareaste de la peda que traías, así que te recosté en la cama y te seguí chupando mientras terminabas la historia de tus puterías guey, en eso sólo dijiste “estoy mareado” y sin agua va, que te vomitas en grande sobre mi cabeza.
– no mames? cómo que no, te la seguí mamando, y aun más pues seguiste vomitando como saco roto y al mismo tiempo se te salió toda la caca, aguada, una pinche diarrea de borracho de no me chingues que batió toda la cama y dejaste tremendo charco de cagada y a eso agrégale todo lo que vomitabas como cerdo.
Pues a mi que me entra la perversión y te la mamé aun más llenándote la verga con tu diarrea y tu vómito hasta que al fin te pudiste venir.
– no mames pa’ no me acuerdo de eso me cae…
– lo increíble es que la tuviste parada todo el tiempo, puto, así de caliente venías, el pedo es que tan sólo soltaste la leche, que desde luego me trague, y te fuiste a la chingada.
– qué? me dormí? no mames, dormir es poco, yo creo que perdiste el sentido guey, no había forma de despertarte o moverte, así que como yo ya estaba bien caliente pues seguí jugando contigo bien dormidito el puto.
– qué hiciste guey, me ultrajaste? jajaja!!, a huevo puto, le dije. Cuéntame nena…
El que me dijera nena indicaba que ya estaba caliente, pues le gusta hablarme en femenino cuando anda bien cachondo, así que le conté la historia que ustedes pueden leer en el capítulo llamado “llegó pedo”.
Como iba avanzando la historia, el cabrón se acercaba más a mi y comenzó a acariciar mi verga que también ya estaba dura, para después tirarse boca a bajo frente a mi y chupármela despacio y delicadamente, mmmm! delicioso.
Para cuando terminé de narrarle las porquerías de la noche anterior, ya estábamos revolcándonos de nuevo sobre toda aquella masa de mierda y vómitos que se extendía por toda la cama, no besábamos apasionadamente y nos restregábamos como perras en celo y la mente comenzó a fraguar el cerdeo de esa maña; y vaya que teníamos material ya que prácticamente nadábamos en vómito.
La idea que vino a mi mente y que de inmediato la pusimos en práctica fue así:
Me paré al baño y regresé a la cama con la dulla que usamos para reempacar la mierda, así que le dije, vamos a llenar la dulla con todo este vómito que hay sobre la cama y me lo vas a meter por el culo, que por cierto y como tu sabes, por las mañanas está totalmente a reventar de caca. Él abrió sus hermosos ojos enormes y me dijo, qué buena idea puto y se hincó sobre la cama y comenzamos a llenar la dulla con la porquería aquella para de inmediato hincarme y dejar que mi hombre me inyectara su vómito de borracho de la noche anterior mezclado con su diarrea y no sé que porquería más. Sentí delicioso en el interior de mi coño. El fluido o caso sólido entraba despacio invadiendo mi esfínter dándome una rica sensación. Seguimos con el segundo vaciado y un tercero y seguía habiendo más porquerías sobre la cama y dado que además estaba llena de caca ya no podía otros más, así que ahora los tres siguientes se los metí a él por el ano que por cierto mientras lo llenaba me regaló una sarta de pedos como ametralladora. Estábamos atacados de la risa y bien cachondos. Seguimos por un rato fajándonos y chupando nuestras vergas, cuando el hambre nos invadió, así que nos levantamos y así como estábamos todas batidas en mierda y vómitos de la noche, bajamos a la cocina y preparamos un desayuna vasto y apetitoso que nos subimos a la habitación.
El desayuno fue en la cama y muy divertido.
Comenzamos por la fruta que nos metimos en la boca y masticamos un poco para después escupirla en nuestras bocas, también me metió un plátano por el culo para que se macerara y mientras comimos unos huevos con frijoles de la misma manera asquerosa que la fruta y ahí comenzó lo fuerte ya que casi al mismo tiempo los dos comenzamos a vomitarnos mutuamente. Puta qué pinche delicia, huevos vomitados directo a mi boca, los tragaba con placer y después se los regresaba vomitándole en su cerda boca, después le pedí que sobre mi plato que aun tenía parte del huevo cagara todo lo que le había metido por el culo y oh delicia, qué asquerosidad más grande!! lo que le salía por el culo, ni siquiera lo puedo describir, ya que nunca había visto algo igual. Era vómito con caca del día anterior, mezclada con caca de esa mañana pero de crudo por lo que era un amasijo verdaderamente asqueroso e indescriptible que cayó sobre mi plato desbordándolo y que yo, pinche cerda, que me lo trago, si no todo al menos parte ya que no pude contener la vomitada que salió como a propulsión a chorro y al mismo tiempo de mi culo salió proyectada a su cara todo su vómito mierdoso que me había metido en el ano.
El batidillo era increible. Me hinque a comer de mi plato como perra puta y mientras tragaba aquella inmundicia mi hombre clavó su vergota dura y deliciosa hasta el fondo de mi coño y comenzó a bombearme y a decirme, puta, cerda, pinche tragamierda, cómete mi vomitada puta, marica, te adoro puta, aprieta tu pinche culo de cerda, pinche puta y otras delicias que sólo me calentaban más y más. Para mi gloria y placer el cabrón seguía vomitándome encima y yo seguía “desayunando” bien cogidota y feliz. El puto me bombeaba con fuerza y casi furia y durante más tiempo que el normal ya que no podía descargar su lechita, así que me la sacó y me pidió que yo lo bombeara ahora y que lo vomitara y que si podía cagar sobre él.
Puta madre, mi culo tenía cagada para dar y regalar así que a pedido del cliente…, ahí te voy puto abre la boca y comencé a cagar como cerda, llenando su boca en un segundo y cubriendo su cara de mierda fresca mezclada aun con el sucio enema que me había aplicado.
Mi verga entraba y salía de su varonil culo que me encanta y el puto sólo gritaba y gemía, más papi, más dámela toda cabrón, hazme tu puta papi, y yo lo estimulaba diciéndole, ten puto, goza mi verga cerdo que para eso eres puto, aprieta cabrón y lo seguía apuñalando duro y sin para hasta que el guey soltó a chorros su deliciosa lecha, espesa, blanca brillante y más abundante que nunca rociándola sobre la cagada y el vómito que cubría todo nuestro alrededor y a cada metida de mi verga al puto le salía otro pequeño escupitajo de semen; el guey quedó casi perdido y yo estaba desde luego como loca y gustosa al ver que su verga seguía parada!!! que puta maravilla, así que me hinqué de nuevo a comerme su semen con todo la rica cagada y el espeso vómito mientras de nuevo la clavó en mi coño y me dio algunos golpes de verga suficientes para que yo pudiese soltar al fin mi rica lechita que lamió y recogió con su boca para darme un delicado beso y a dormir de nuevo.
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