(1) Follando en la playa a la puesta de sol
EL PELIRROJO (historia romántica) (cap. 1) Andy y Maikel son dos jóvenes amigos de 18 y 19 años que terminarán follando en la playa.
Andy era un jovencito delgado, de pelo lacio y larga polla de vello negro también lacio. Tenía 19 años y solía ir con Maikel, 18, pelirrojo de nariz respingona, un poco pecoso, de ojos claros y pelo rizado en su cabeza y su polla. No eran oficialmente novios pero en la isla a veces los chavales establecían relaciones. Andy y Maikel se conocían desde los 16-17 años y follaban habitualmente entre ellos. No era una relación cerrada, se podía decir que a ambos muchachos les gustaba tener relaciones sexuales con muchos chicos de la isla de más o menos su edad, pero a veces se juntaban, como buenos amigos, y tenían sexo entre ellos.
Había gran complicidad, y ambos hacían de activos y pasivos, intercambiando papeles.
Aquella tarde, al ocaso, Andy estaba viendo el sol esconderse en el mar cuando detrás de él apareció Maikel y le abrazó sentándose a su lado.
Ambos chicos miraron el horizonte. Era espectacular ver el sol ponerse detrás del mar. Aquella bola naranja poco a poco se sumergía en el horizonte.
Maikel pasó su brazo por el hombro de Andy y le besó.
Sus penes se empalmaron con el simple roce de los labios.
Sus torsos desnudos y lampiños pronto recibieron el contacto de las yemas de los dedos de las manos que se frotaban los pezones estimulándose. Pecho, espalda, besos y abrazos.
Sus penes tiesos enseguida clamaron por salir de sus pantalones de baloncesto, que, envueltos en la pasión, no tardaron en quitarse.
Maikel fue el primero de comerle el pene a su amigo que exhaló un seco jadeo cuando su glande rozó el cielo del paladar de su amigo. El gemidito de Andy avivó la pasión de Maikel, que empezó a chupar el pene de su amigo con ansia, para ponérselo tieso. ¡¡Quería guerra!!
No tardó tiempo el largo y delgado pene de Andy en ponerse como un mástil. Y entonces Maikel de brindó su ojete que tras ser chupado brevemente para lubricar el acceso, recibió el duro glande de su amigo que lo penetró a lo perro, sin parar, rápido, constante, lo que sirvió para que Maikel soltase un profundo jadeo…
Ambos chicos se volvieron en frenesí, en una ardorosa pasión, follando con el sol escondiéndose en el horizonte finalizando aquella tarde de playa.
Otros chavales que habían estado bañándose los vieron no dijeron nada –era habitual ver follar–. Alguno le hubiese gustado apuntarse a la fiesta y participar en un trío, mientras unos amiguitos más pequeños –en torno a trece años– hicieron un comentario de aprobación. Eran un niño rubito de pelotas grandes, como un querubín, que se acababan de bañar y tras estar secándose en la toalla se dirigían a cenar al complejo 0.
Peter, el moreno de 14 años, el mayor del grupo de tres niños que habían estado jugando y bañándose todo el día, hizo un guiño a los otros, pero no molestaron a los mayores.
El pene de Maikel estaba tieso mientras Andy le penetraba por detrás. Los chavales, de 18 y 19 años, gemían y a veces giraban la cabeza para comerse la boca. Andy le clavaba la polla entera y le metía la lengua a Maikel en su boquita de fresa (decían que la saliva tenía también efecto calmante del dolor).
Los tres niños se fueron a cenar mientras Andy y Maikel se comían la boca. Llegarían tarde al buffet libre –pero ahora tocaba buffet libre de sexo en la arena de la playa al crepúsculo.
Los últimos rayos de sol iluminaban el horizonte a punto de anochecer, pero el día había sido muy cálido y auguraba una noche templada para follar al aire libre sin pasar frío.
El ruido del mar y de las olas meciéndose hasta morir sobre la arena de la dorada playa acompasaba el acorde y rítmico follar de Andy en su querubín pelirrojo. Le metía la polla y se la sacaba, aunque Maikel, ávido de pene, a veces echaba su culo atrás.
Los gemidos de pasión pronto sonaban más fuertes en el horizonte al no haber nadie en la playa. El único ruido que había era el que hacían ellos.
(continuará)
Algo me dice que lo sacaste de los vídeos de los chicos de beaberdam
quizas