13 años y ya con el culo roto.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hola. Hace aproximadamente un mes descubrí ésta pagina y me han gustado muchos relatos y ahora quiero compartirles uno mío, el primero de varios que tengo. Éste es mi primer relato sobre la vez que estrenaron mi ano. Me llamo Alexis, soy de Morelia Michoacán México, actualmente tengo 23 años, soy moreno claro, mido 1,70, tengo cuerpo marcado y un buen trasero. Labios carnosos y me gustan mis ojos, y estoy a punto de graduarme de la universidad.
Desde que iba en sexto de primaria sentía atracción hacia los hombres, me imaginaba que mis primos o alguno de mis tios me cogiera, me gustaban algunos de mis compañeros, pero no me hablaba mucho con ellos. Tenía amigos que vivían por mi casa, eramos 5 hombres y 3 mujeres los que regularmente nos juntabamos a jugar después de la escuela. Algunas veces nos quedabamos a dormir en casa de Alonso, sólo los hombres, jugábamos videojuegos, contábamos chistes y nos dormíamos muy tarde, regularmente después de las 3 am.
Un día, cuando tenía yo 13 años ya, nos invitó Alonso, que tenía 15 a dormir a su casa, pedí permiso y mis papás accedieron. Todo parecía una noche como las demás, pero eso cambiaría después. Siempre nos dormíamos en un cuarto pequeño, tenía una cama dónde siempre se dormían dos de mis amigos, y Alonso, otro amigo y yo en el piso. Ése día jugamos videojuegos hasta muy noche como de costumbre, y mis amigos se fueron durmiendo uno a uno hasta que sólo quedamos despiertos Alonso y yo.
Alo – Ya todos están bien dormidos, ¿quieres seguir jugando o ya nos dormimos?
Yo – Pues ya tengo algo de sueño, hay que dormir ya.
Alo – Ok, pero primero acompañame por agua, tengo sed.
Y lo acompañé, salimos del cuarto y me senté en un sillón mientras él tomaba agua. Ya sólo estabamos en boxer los dos, y cuando terminó de beber agua, noté una enorme erección y no pude despegar mi mirada de ahí, él lo notó y me sonrió, se acercó a mí y me dijo:
Alo – ¿Te gusta?
Yo – Sí
Alo – Lo sabía, ¿quieres chuparla?
Yo – Sí quiero, pero nunca lo he hecho.
Y se sacó su pene del bóxer, era de unos 17 cm, blanca y con el glande rosado, estaba gruesa y muy venuda. Me la puso en la boca y comenzé a chuparla, a penas me cabía en la boca, y tenía un sabor a orina, por lo que no aguanté chuparsela mucho porque me dió un poco de asco (actualmente me encanta chupar). Me levantó y me dijo:
Alo – Si ya no la quieres mamar, ponte a gatas.
Yo estaba nervioso, nadie me había cogido, era mi primera vez, pero estaba muy caliente y quería saber qué se siente que te metieran la verga. Así que obedecí y me puse a gatas, él se puso detrás de mí, y sentí su verga rozando mi ano.
Alo – ¿Quieres que te la meta fuerte o despacito?
Yo – Fuerte.
Y fue un grave error. Nunca había experimentado el sexo anal, por lo que se me hizo fácil decirle eso, y no puso ni saliva, ni lubricante ni nada y al empujar su verga contra mi ano, entró de un sólo golpe, me dolió muchísimo, sentí como me abrió y me partía, sólo se me salió un grito, el dolor era insoportable y quería safarme, pero él me tenía agarrado de la cadera y no me dejaba ir, me decía:
Alo – Esperate tantito, ahorita se te pasa.
Yo – Ahhh! Ya, me duele, dejame ir.
Alo- Espera a que me venga.
Y duré como un minuto intentando pararme, pero se paraba él también y se pegaba a mí, y seguía metiendo y sacando su verga de mi ano cerradito. Hice fuerza por que el dolor no pasaba, y logre safarme y corrí hacia el baño, cerré con seguro y me limpié con papel sanitario, y vi que salió con sangre, lo que me asustó. Quería llorar, lo caliente se me había desaparecido, me habían cogido sólo durante menos de 5 minutos, me dolía y sangraba, y salí corriendo directamente al cuarto y me hice el dormido. Alonso se metió al baño a jalarsela, y después de un rato sentí que se metió en las cobijas y se durmió. Con el culo recién estrenado y palpitando, me fui quedando poco a poco dormido yo también.
A la mañana siguiente, al despertarnos todo transcurria normal, como mis otros amigos estaban ahí, bromeabamos e hicimos como si nada hubiera pasado. Bajamos a desayunar, jugamos un rato más y cada quién se fue a su casa. A mí el dolor se me quitó después de 2 días, por lo que casi me juré a mí mismo no volver a dejar que me dieran por el ano, y duré 4 años para volver a intentarlo. Mi segunda vez fue hasta los 17 años, también fue con Alonso, pero ésa es otra historia que después les contaré.
Es una historia 100% real, y son bienvenidos sus comentarios o alguna pregunta/duda que tengan, espero pronto publicar otro relato.
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