A ESTEBITA LE GUSTA QUE LO PREÑEN 7: MI PAPÁ SORPRENDE A TOÑO ABRIÉNDOME EL CULO EN CASA.
Si las relaciones con mi padre eran distantes antes, ahora, por haberme encontrado clavado con tres hombres, lo serán más aún..
Con lo ocurrido anteriormente, mi papá no me hablaba casi, sólo me daba lo necesario para gastar en la comida o algo que le pidiera, por lo demás no me dirigía la palabra ni para agradecer por la comida que le preparaba.
Un día mi madre salió de viaje, muy temprano, para Barranquilla a hacer unas diligencias del trabajo, quedándose donde su hermana. Mi papá, como es costumbre, se va para la finca en su bicicleta a hacer sus quehaceres temprano hasta el mediodía quedando yo sólo en la casa preparando la comida. Me puse a recordar lo que pasó en la casa abandonada: el estar con las dos vergas de esos hombres dentro de mi boca, mientras Toño me clavaba ferozmente, además la entrada repentina de mi padre sorprendiéndonos y ver cómo tenían a su hija gimiendo como una perra. Esas imágenes me empezaron a excitar, deseaba que Toño apareciera para que me clavara y terminara lo que empezó, ya que no se vino esa vez. Al rato escucho que llaman a la puerta, al ver, era nada más y nada menos que mi marido Toño, lo traje con mi mente.
Toño: “¡Hola putica! ¿Cómo estás? ¿Cuándo terminamos lo que dejamos a medias? Recuerda que tu padre dañó todo, cuando ya estaba casi para llegarme”.
Yo: “¡Hola Toño! Muy bien, si quieres ahora, mi madre salió de viaje esta mañana y no regresa por ahora, mi padre se fue para la finca no hace mucho y regresa al medio día. Como puedes ver estoy sola para que termines de darme la leche que me debes”.
Entramos, mi casa no es muy grande, está la sala y al lado el cuarto de mis padres, al fodo está mi cuarto, otros dos curtos más para los huéspedes que lleguen y uno que usamos para guardar las cosas, por último, el patio que es grande con muchos árboles y está encerrado por cerca de guaduas.
Toño: “Mami ¿Por qué no culiamos en el cuarto de tu papá? Me gustaría preñarte donde tus padres de engendraron”.
La idea morbosa de Toño me excitó más aún, sin dudarlo le dije que sí. Ingresamos al cuarto, Toño se bajó el pantalón dejando asomar su chorizo cervecero, teniéndolo duro por la leche guardada que no pudo darme el día que mi papá nos sorprendió, yo me le pegué a chupárselo enseguida, tratando de meterme lo más que pueda en mi boca con unas ganas.
Toño: “Veo que tienes unas ansias de verga por la forma como lo chupas”.
Yo: “Sí, recuerda que mi papá no los dejó que preñara como me gusta”.
Toño: “Es cierto, así fue”.
Después Toño me levanta poniéndome sobre la cama de mis padres, desnudándome totalmente, con mi culito a su disposición. Me escupe el ojo del culo, introduciendo un dedo para lubricar mi interior con su saliva. Al rato me entierra, poco a poco, su verga hasta que quede totalmente adentro, se queda en esa posición haciendo movimientos circulares para que mi culo se adapte, después de un rato empieza a sacar y a meter, salvajemente, su verga haciéndome gemir de placer.
Yo: “¡Ay, ay, ay! Así Toño, dame duro desquítate lo de la otra vez que tenemos todo el rato”.
Toño: “Claro mamita, es lo que haré, voy a preñarte en la cama donde tus padres te concibieron”.
Toño me sacaba la verga del culo, dejándomelo bien abierto, cuando se iba a cerrar me lo volvía enterrar con fuerza y así lo repetía varias veces, haciéndome lubricar y gemir de la dicha; mientras esto ocurría, mi papá se dirigía para la finca a trabajar, casi llegando se echa las manos a la cabeza.
Papá: “¡Hijueputa! ¡Qué tonto soy! Se me acaba de olvidar las llaves de la finca, sin ellas no podré abrir para sacar las herramientas y poder trabajar. Tocará hacer como el burro: coger para atrás”.
Mi padre se regresa a la casa, abre la puerta con su llave y escucha que alguien se está quejando, parecido al que hace su esposa cuando él la tiene clavada. Nota que los quejidos provienen de su cuarto y entra en seguida. Al entrar queda sorprendido al ver a Toño de espalda, sobre la cama, apoyado sobre sus pies, con las piernas de su hijo en sus hombros, boca arriba, con su cadera un poco levantada y su culo siendo penetrado por la verga de Toño ferozmente. Mi papá queda paralizado por unos segundos; al instante escucha a Toño dar un grito de satisfacción y ver cómo del culo de su hijo se desborda el semen derramado por la verga de Toño, al mismo tiempo que su hijo se viene. Reacciona después cogiendo a Toño por el cuello, haciéndole recoger la ropa que se había quitado y sacándolo del cuarto.
Toño: “¡Espera, espera! No puedo salir desnudo a la calle, déjame y me pongo la ropa para salir”.
Papá: “¡Hazlo rápido, hijueputa! Ya no te conformas con comerte a mi hijo en la calle, sino que tampoco respetas mi casa, haciéndolo ahora en mi cama. ¡Maldito!”
Toño: “¡Es hija, suegro, es hija! Ja, ja, ja, ja, ja”.
Esto le dijo Toño saliendo de la casa, cerrándole la puerta a mi papá. Mi papá regresa al cuarto, me ve que estoy boca arriba con las piernas levantadas dobladas por las rodillas y el culo escurriendo la leche de Toño aún, con una expresión en mi cara de una sonrisa, de oreja a oreja, como si estuviera en éxtasis.
Papá: “¡Reacciona! Mira cómo te tiene, embobado, todo ido, ya no sé qué hacer contigo. Lo que no me gusta, es que te estés boleteándote, haciéndolo con cualquiera y en todos lados, me tocará comunicárselo a tu mamá”.
Yo reaccioné enseguida, recogiendo mis cosas y con la cara caída al suelo de la vergüenza que sentía, salgo de la habitación de mi papá. No sé qué me pasó, pero Toño me comió como nunca que no me di cuenta de la presencia de mi padre. Me encerré en mi cuarto y no me bañe para quedarme con el olor y la leche, dentro de mi culo, de mi macho todo el tiempo posible.
No sé qué haré ahora que mi padre le cuente a mi madre, como dice Daddy Yankee, el cantante: “Lo que pasó, pasó”. Nadie me puede quitar ese momento maravilloso que viví con Toño, lo de mi madre me preocuparé después.
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