A ESTEBITA LE GUSTA QUE LO PREÑEN 9: TOÑO PROVOCA A MI PADRE PARA QUE ME FOLLE.
Toño no se conformaría con que mi papá sólo haya visto cómo follaba a su hijo, delante de sus ojos, tenía que hacer que, también me probara..
Mi padre es la persona con la que menos hablo, excepto para pedirle algo o hacerle alguna pregunta. Físicamente es de contextura atlética igual a la de Toño tonificada debido al trabajo que realizan, ser campesino. Tiene 45 años, mide 165 cm de estatura, color de piel trigueño, cabello castaño y ojos cafés. No me puedo quejar de él en la crianza que me ha dado ya que me ha dado lo básico comida, techo, estudio y digamos que amor, aunque sea a su manera. A medida que uno va creciendo cambia la forma como uno percibe a los adultos.
Un día viernes mi madre decide viajar a la ciudad de Barranquilla, en la mañana, quedando con mi papá sólo en la casa, a mí se me ocurre la gran idea de decirle que voy a invitar a Toño para estar con él en la noche, pensaba que se iba a oponer, pero para mi sorpresa me dice
Papá:” ¡Claro que sí! ¿Por qué no? Puedes invitarlo y hacer lo que quieras de todas formas tu eres su mujer”.
Me puse contento por la respuesta de mi papá y porque podré tener mi ración de leche de mi marido Toño. Pasado el tiempo llegó la noche, eran como las 7:00 pm, yo estaba en mi cuarto escuchando música cuando mi padre me grita
Papá: “¡Esteban te busca Toño ¡”
Salí de mi habitación corriendo para recibirlo. Vi que mi padre y Toño se saludaron como si fueran viejos amigos, Toño me mira y me dice
Toño: “¡Hola Estebita, mamita rica, ya vino tu marido para darte leche!”.
Sentí pena por la forma como me trató en frente de mi papá, pero para mi sorpresa, contesta
Papá: “Bueno siéntase como si fuera su casa, ve al cuarto de mi hijo allá atrás, se encierran y no despierten a los vecinos haciendo mucho ruido”.
Nos fuimos a mi cuarto y mi padre se metió en su habitación que queda al lado de la sala. Dentro de mi habitación Toño me empieza a besar y acariciar mi cuerpo, yo me le pego a él abrazándolo fuertemente porque tenía toda la noche para mí solo sin apuros y disfrutar a gusto su enorme vergón de 25 cm. Él de una se empieza a quitar todo, al ver su chorizo cervecero negro cerquita a mí abro la boca y me meto ese gran chocolate hasta la mitad, si por mí fuera me la metería toda, pero debido a su tamaño no puedo. Toño me levanta, me quita de una la pantaloneta y el calzoncillo, al tenerme en el aire me pone en posición abriéndome las piernas para enterrármela, al sentir su gran verga entrando dentro de mí, grité
Yo: “Aaaaaaay Toño, ay Toño, ay, ay, ay Toño”
Toño sin compasión me la enterraba toda sin importarte mi dolor, que después se convirtió en placer para mí y no quería que me la sacara ni un centímetro porque quería tenerla todo el rato que pudiera.
Toño:” ¿Quién es el macho tuyo?”
Yo: “Tú Toño, tú eres mi macho”
Toño:” En este pueblo, ¿Quién es el que tiene la verga más grande de aquí?”
Yo: “Tú Toño, tú eres el hombre con la verga más grande de este pueblo”.
Después de un rato teniéndome en el aire clavándome fuerte Toño me saca su verga, cosa que no quería, me baja y me pone sobre la cama diciéndome que quiere hacer algo diferente
Toño:” Estebita mi putica, culiemos en la sala, quiero tener mayor libertad, mayor espacio sentirme libre”.
Yo: “No, no sabes que mi papá está en su cuarto y nos puede escuchar, además él nos dijo que lo hiciéramos acá”.
Toño: “No prestes atención a eso, si ya tu papá sabe que te clavo, ¿cuál es el problema con eso?”
Toño insistía que quería hacerlo en la sala, yo no quería, pero yo soy su perra, obediente y sumisa; nunca le digo no a ese macho, porque me tiene dominada. Él me coge en sus brazos, prácticamente me lleva cargado a la sala, vamos totalmente desnudos. Cuadramos el sofá para poder culiar, él me pone en cuatro y me la entierra fuerte para que yo gritara y gimiera, no comprendía las intenciones de él de culiar ahí, lo entendí después cuando veo que mi papá sale del cuarto en pantaloneta descamisado y nos ve en pleno acto, supongo que fue de tanto escándalo que teníamos.
Papá:” Acaso, ¿no les dije que culiaran en el cuarto de atrás?”.
Toño: “Si, pero quería mayor libertad y ya que estamos en confianza, pues espero no te molestes que me coma a tu hijita aquí”.
Mi papá no le contestó, se metió al cuarto y Toño continuó embutiéndome su verga. La puerta del cuarto de mi padre nos quedaba al lado, Toño seguía perforándome el culo con fuerza como me gustaba, a lo salvaje, sentir a un macho dominante rindiéndome ante él, pero Toño se fijó que la puerta estaba entre abierta y veía la silueta de mi padre parado detrás. Toño no se conformaría con que lo viera como le abría el ojo del culo de su hijo quería algo más. Así que me dijo: “cambiemos de lugar”, me puso de tal forma que yo quedara viendo para la puerta del cuarto de mi padre, como estaba en éxtasis con los ojos cerrados con la verga de Toño dentro de mí, al abrirlos, veo a mi papá de pie en la puerta sobándose la pantaloneta disfrutando el espectáculo de ver a su hijo como gritaba y gemía con la verga de su amigo dándole duro como a una perra.
Toño muy descaradamente le hacía señas para que viniera y participara del festín, pero él se resistía, mi papá seguía sobándose al ver a su hijo como le daban duro un hombre moreno fuerte y como ponía yo la cara de satisfacción porque me gustaba lo salvaje.
Toño: “Ven, ven, acércate para que veas como tengo a la hijita tuya y te des cuenta como aguanta la monda”.
Mi papá, excitado, se negaba a acercarse. Toño al ver a mi papá matándose solo, masturbándose con la mano dentro de la pantaloneta, me saca la verga y se acerca a mi papá para traerlo donde estaba yo. Al ponérmelo cerquita a mí, Toño le baja la pantaloneta, dejando salir su enorme chorizo que palpitaba de la erección que tenía. No pensé que mi papá pudiera tener una gran verga del mismo largo y grueso que mi marido Toño, pero más clara. Al ver la bazuca de mi padre en todo su esplendor me puse más arrecha (arrecha quiere decir excitada) y se me hizo agua la boca deseando poder metérmela en la boca.
Toño: “¡Abre la boca! ¡Abre la boca perra!”
Yo abrí la boca y Toño obligó a mi papá para que me la metiera. Me engullí la cabeza de la verga de mi padre, podía ver cómo sentía lo cálida que era mi boca y empezaba a derretirse con la sensación que le daba, al rato comenzó a emocionarse que me agarró de la cabeza haciendo que me la tragara la verga hasta la mitad, mientras Toño me volvió a enterrar la verga por el culo.
Toño: “¡Ven, ven prueba este culito que está rico, sabroso, sé que te va a gustar!”
Papá: “No, no, mejor no”.
Después Toño me carga, cambiándome de posición, me acuesta sobre el sofá boca arriba con mis piernas arriba y el culo al descubierto. Toño agarra de la mano a mi papá, acercándolo a mí y me lo tira encima. Mi papá me la enterró toda enseguida hasta donde empiezan sus bolas, que chillé.
Toño: “¡Pero culéatela dale duro, dale duro!”
Ante esas palabras de Toño, la excitación de mi papá y la sensación de tener el culito tierno de su hijo que le apretaba su verga. Mi padre empezó a cogerle ritmo, se encendió como un toro desbocado, a darme fuertemente me la sacaba y como quedaba abierto mi culo me la volvía a meter sin compasión. Se podía escuchar el chacareo que me daba en toda la sala ¡choclock, choclock!
Yo: “¡Ay, ay, ay papi, ay papi! Me estás destrozando, me estás partiendo papi”.
Toño: “¡Así, así, clávala, clávala duro!”
Mi papá me desconocía en ese momento, no tenía conciencia de quién tenía clavado. Cuando más gritaba de dolor, más se encendía en darme verga salvajemente, hasta que, de repente, siento un chorro caliente en mi interior que me inundaba completamente, así de excitado estaba mi papá que se vino enseguida. Veo el rostro de mi padre que tiene una expresión como si estuviera en el cielo, con la boca abierta dando un grito de placer por venirse dentro de mí, cambiándola a una de culpabilidad al reconocer a quien tenía ensartado. Enseguida mi padre me saca la verga escurrida de mi culo y se mete al cuarto sin decir una palabra.
Toño: “Así es como me gusta comerme los culos, bien lubricado de leche para que entre más fácil y se goce más rico”.
Me la enterró de una sin mayor esfuerzo, se me fue suavecito, dándome duro hasta llegarnos; después Toño se viste y se va para su casa: Yo estaba preocupado por lo de mi padre, me acerco a su cuarto y le toco para hablar con él, pero me dice que me vaya a mi cuarto, no quiere hablar ahora. No sé lo que pensó mi padre en ese momento, cuando vi su cara de culpabilidad en sus ojos, pero disfruté tener dos grandes vergas para mí y especialmente la de mi padre que era con la que había soñado.
Esperaré mañana para hablar con él con más calma.
quiero contactar contigo, monda peluda