A las afueras con Tavito (3/?)
Primero una disculpa por la demora, pero como expliqué antes tengo menos tiempo para escribir y editar, además que éste capítulo fué un poco más complicado de escribir. Ojalá lo disfruten, parte 3 del viaje con Tavito lleno de experiencias..
Tavito y yo caminamos unos minutos contemplando la naturaleza, yo sentía mi piel un poco pegajosa después de haber estado cogiendo y sudando dentro de la carpa y sentía mi miembro sucio. Tavito me preguntaba de cómo es que habíamos encontrado ese lugar y yo le platicaba como fué mi papá quien tuvo la idea hace muchos años de ir de campamento.
– Y si nos bañamos aquí?- Me dijo Tavito.
– No, más adelante hay un lugar más tranquilo, vas a ver qué te va a gustar- Le respondí. El río no tenía una corriente muy fuerte, pero tenía una considerable profundidad, así que no me quería arriesgar a que fuera demasiado para Tavito.
– Falta mucho?- La voz de Tavito sonaba un poco cansada.
– No bebé, ya casi llegamos- Le dije, y bajé mi mano para meterla en su pantaloncillo y tocar su trasero, entonces Tavito se rió pícaramente, – Ya sé te cerró el culo?- Le dije riendo.
– Ya, quieres ver?- Me dijo. Se miraba en la cara de Tavito la picardía.
– No, más al rato me enseñas- Le dije, y ambos reímos.
Caminamos por cerca de 20 minutos en total. Ya comenzaba a dudar si realmente sabía dónde íbamos, cuando en un momento llegamos al lugar que buscaba: era una parte alejada que se ocultaba detrás de un cerro, justo donde se formaba una curva del río y unos metros más adelante se formaba una cascada de unos cuantos metros, pero lo mejor de todo era que en esa parte el agua no era muy profunda y la corriente era aún menos fuerte y se podía estar de pie sin problemas,
– Aquí es- Le dije a Tavito. Él miraba maravillado lo bonito del lugar, no era un lugar paradisíaco, ni tampoco una cascada gigantesca, pero el hecho de ternerla para nosotros dos era lo genial del lugar.
– Siiii!! Vamos a bañarnos!!- Dijo Tavito. Me encantaba lo felíz que mi pequeño estaba por la situación, y me hizo recordar cuando hace años yo sentí la misma emoción cuando por casualidad descubrimos ese lugar con mi papá gracias a una recomendación de las personas del rancho.
Dejé la mochila que venía cargando debajo de un árbol, me saqué la playera, los tenis y los calcetines y Tavito hizo lo mismo con una cara súper sonriente. Le dije a Tavito que debíamos esperar un momento a que se nos enfriaran los pies, y unos minutos más tarde empezamos a adentrarnos en el río,
– Está helada el agua- Decía Tavito caminando muy despacito dentro del agua y yo detrás de él lo seguía de cerca,
– Poquito- Le dije riéndome, guardando atención a que el agua no estuviera muy profunda para él. Caminamos hasta estar a unos 4 metros dentro del río y el agua le llegaba casi al cuello a Tavito,
– Estás bien?- Le dije a Tavito, mi voz se perdía un poco con el sonido del agua,
– Que?- Dijo Tavito alzando la voz.
– Que si estás bien?- Le repetí hablando más fuerte.
– Sí, si puedo caminar bien- Dijo alzando la cabeza. Su respuesta me hizo tranquilizar, entonces le sonreí y él me respondió igual.
Estuvimos jugando en el agua, yo trataba de estar muy cerca de Tavito por si había algún hoyo en el que pudiera caer y trataba de enseñarle como flotar y a nadar mientras nos divertíamos. Jugaba con Tavito a aguantar la respiración, ambos reíamos cuando en una de esas salí del agua y no pude ver a Tavito por ningún lado, entonces me asusté y empecé a voltear a los lados pero no lo miraba, comenzaba a tener pánico cuando de pronto sentí que algo sujetó mi pene y de pronto Tavito salió a la superficie frente a mí,
– Ya sé te paró- Dijo Tavito riendo apretando mi verga en su mano. Debido a lo frío del agua había tenido una erección involuntaria.
– Me asustaste mucho, pensé que te había llevado el río- Le dije con los labios temblorosos.
– No, es que cuando estábamos debajo del agua noté que tenías el pico parado- Decía Tavito aún apretando mi verga, entonces estiré mi mano tocando también su entre pierna,
– A ti también se te paró- Le dije a Tavito sintiendo su erección en mis dedos y ambos reímos. Tavito soltó mi pene y metió su mano por entre mi ropa para comenzar a tocar mi verga y mis huevos directamente y yo hize lo mismo, así que estuvimos un rato ahí parados en el agua manoseandonos los miembros mutuamente cuando de repente ví como Tavito salía más a la superficie quedando casi a mi altura,
– Aquí hay una piedra, mira- Me dijo, y volteé abajo tratando de ver y pude notar que efectivamente, había una piedra grande que no había notado antes. Teniendo aún mi mano entre las piernas de Tavo y él entre las mías se me ocurrió una idea,
– Quédate ahí- Le dije, entonces saqué mi pene de mi ropa y me acerqué más a él quedando a centímetros de distancia mientras él miraba mi carne dura bajo el agua. Bajé los pantaloncillos de Tavo con todo y ropa interior hasta el borde de sus nalgas y entonces metí mi verga firme entre sus piernas tocando sus huevitos con mi palanca. Comencé a hacer movimientos copulativos sientiendo la suavidad de las piernitas de Tavo acariando mi falo, y podía también sentir como sus huevitos se deslizaban por mi pene haciéndolo suspirar y sintiendo también la dureza de su verguita cuando me pegaba más a él. Me movía despacio, mirando a Tavito a la cara y le sonreía mientras él igual sonriente me miraba a los ojos soltando pequeños sonidos de excitación de vez en cuando al igual que yo. Quizás no había penetración, pero igual el rozar nuestros sexos de esa forma me hacía disfrutar, además el estar así en la naturaleza le aportaba un plus de romanticismo al acto.
– Porqué no me la metes mejor?- Dijo Tavito mientras con sus brazos me sujetaba.
– No te gusta así?- Le dije yo sin dejar de moverme.
– Si, pero pensé que te gustaba más metermela por el culo- Me dijo bajando una mano y tocando mi trasero.
– Claro que me gusta, pero así está bien, además sería más obvio si alguien nos viera- Respondí.
– Bueno- Contestó, y seguí moviéndome rozando en algunas ocasiones el borde de las nalguitas gordas de mi pequeño con la cabeza de mi herramienta. Sentía que mi climax estaba por llegar, así que bajé ambas manos apretando los esponjosos cachetes del culo de Tavo y seguí moviéndome hasta que mi leche salió haciendome soltar el aire ante la satisfacción,
– Ya?- Me dijo Tavito volteando a entre sus piernas.
– Si- Le dije viéndolo a los ojos y entonces le regalé una sonrisa que él respondío de igual manera.
– Ya tengo hambre- Comentó Tavo. Chequé mi reloj y eran ya pasadas las dos, así que acomodé mi ropa y él hizo lo mismo para posteriormente caminar juntos de salida del río. Nos colocamos debajo del mismo árbol donde había dejado la mochila, saqué las cosas que había empacado para comer y preparabamos uno sandwiches de atún mientras platicábamos,
– Quiero hacer del baño- Dijo Tavito,
– Porqué no hiciste en el río?- Le dije risueño.
– No, quiero hacer popo- Respondió.
– Ahh, ok- Le dije, entonces busqué en la mochila, traía una pala pequeñita para ser usada cuando ocuparamos ir al baño, – Ten, haz un hoyo en la tierra y después lo tapas- Le dije dándole la herramienta y también un poco de papel.
– Y a dónde voy?- Dijo Tavito con una carita seria.
– Puedes ir por allá- Le dije apuntandole a un arbusto grande que estaba junto a un árbol a unos metros, entonces él comenzó a caminar despacio hasta perderse atrás del arbusto y yo seguí con la comida. Pasaron unos cuantos minutos y entonces Tavito regresó y se volvió a sentar junto a mí,
– Todo bien?- Le pregunté.
– Si, pero yo pensaba que ibas a ir conmigo- Dijo con un toque de seriedad en sus palabras
– Y para qué? Querías que te ayudara a limpiarte el culito?- Le dije riendo y entonces le dí una mordida a uno de los sandwiches que acababa de hacer.
– Qué tal que me salía una serpiente o algo?- Dijo Tavito molesto.
– Nunca he visto una serpiente aquí, y tienes que aprender a no tener miedo,- Tavito me seguía viendo enojado, – Ya, ve y lávate las manos en el río- Le dije, y entonces se levantó
– Bueno- Dijo solamente y se giró, -Y si me limpié bien el culo- Dijo bajandose la ropa y haciéndose para el frente mostrándome su ano e inmediatamente corrió al río para limpiarse las manos en el agua y después volver a unirse a mi para comer. Estuvimos un rato comiendo, le dije a Tavito que esperaramos un poco antes de volver a entrar al agua así que empezamos a platicar y le contaba a Tavito las mismas cosas que mi papá me había enseñado algún día de cómo cuidarse de los animales, qué hacer si miraba una serpiente, si se encontraba con un lobo, y cosas de ese tipo, hasta que sentí que ya era suficiente parloteo y le dije a Tavito que fuéramos de nuevo a jugar en el río. Nos sumergimos y comenzamos a jugar lanzandonos agua con las manos y a hacer como si fuéramos personajes de Dragón Ball lanzandonos golpes. Ocasionalmente aprovechaba la situación para manosear a Tavito tocándole el trasero y él también me apretaba la verga o me agarraba de los huevos cuando tenía oportunidad,
– Vamos a la cascada, ven, súbete en mi espalda- Le dije a Tavito,
– Me da miedo- Dijo él viendo el agua de la cascada como caía.
– Yo te voy a llevar- Le dije nuevamente, y despacio se fué acercando a mí para encaramarse en mi espalda abrasandome con piernas y brazos, – Agárrate fuerte- Le dije,
– Sí- Dijo el apretándome. Alcanzaba a sentir que tenía su piquito duro, pero a medida que nos acercabamos más a la cascada deje de sentir esa sensación en mi espalda.
El agua en la parta de la caída de la cascada era más profunda pero no lo suficientemente para cubrirme, pues la cascada solo medía unos 4 metros de altura. Tavito temblaba cuando en un momento llegamos a la caída del agua,
– Ves, no pasa nada- Le dije con voz fuerte,-
– Sí- Dijo Tavito y estiraba su mano para tocar la cortina de agua que se formaba,
– Ahora vamos a pasar por el agua, agárrate bien- Le dije y Tavito de nuevo se agarró fuerte de mí mientras caminé un poco más y pasamos por el agua de la cascada a una pequeña cueva que se formaba detrás de las cortina de agua.
– Aquí te puedes bajar si quieres, hay piedras abajo- Le dije a Tavito acercándolo a una piedra grande donde podía quedarse de pie,
– Me da miedo- Dijo,
– No te va a pasar nada- Le respondí, entonces se separó muy lento de mí y se colocó de pie en la roca y volteó a verme contento.
– Está bien padre!!- Me dijo, y entonces le empecé a contar cómo fué que descubrirnos ese lugar: Cuando era pequeño descubrimos que esa cuevita existía porque mi hermano por accidente termino ahí, lo estuvimos buscando asustados por casi dos horas pensando lo peor cuando de causalidad a mi papá se le ocurrió pasar de la cascada y encontró a mi hermano agarrado de una de las piedras que habían atrás de la caída de agua, llorando y con los ojos hinchados.
– De seguro tu hermano tenía mucho miedo,- Dijo Tavito viendo mis ojos con una dulce mirada, -No te vayas a ir y dejarme solo, ehh- Añadió
– Cómo crees, bebé- Le contesté, y me acerqué a él para darle un abrazo, -Yo nunca te voy a dejar solo- Le dije, mientras Tavito tenía su cabeza reposada a la altura de mi cuello.
– Bueno- Respondió hablando bajito.
Estuvimos por un momento abrazados, escuchaba el agua corriendo y sentía la respiración de Tavito en mi piel húmeda, me daba paz interior poder estar así con mi pequeño.
– Yo pensaba que me la ibas a meter hace rato- Dijo Tavo sin despegar su cabeza de mi pecho cambiando completamente la situación.
– Si quería, pero alguien nos podía ver – Le respondí.
– Aquí no nos puede ver nadie- dijo Tavito pasando su mano por sobre mi ropa haciendo que mi buen amigo fuera despertando preparándose para entrar en acción. Bajé mis manos por la espalda de Tavo hasta alcanzar su trasero y con cada mano sujeté una de sus nalgas apretandolas mientras él ya estaba con su mano dentro de mi traje de baño amazando mis huevos haciendolos bailar en su palma.
– A poco ya quiere verga otra vez éste culito?- Le dije pasando mis manos de arriba de su tela a estar dentro de su bañador gozando la esponjosidad de esos hermosos cachetes tiernos y pasar por momentos la punta de mis dedos por su agujerito aprovechando la humedad del agua en su piel.
– Si…- Decía Tavito sujetando ahora mi verga subiendo y bajando despacio la piel.
– Sí qué, bebé?- Le dije, al acto que metía la punta de uno de mis índices por su agujerito.
– Si quiero que me la metas- Decía Tavito con voz entre cortada y podía sentir en sus nalgas como su piel se erizaba formando en mí una sonrisa.
– Qué quieres que te meta?- Le dije ahora uniendo la punta de mi otro dedo a hacer compañía dentro del culo de Tavo.
– Pues… Tu vergota… Métemela…- Respondió. Me fascinaba como después de haberlo hecho tantas veces aún había esa ternura en Tavito cuando lo seducía.
– Quieres que te meta la verga por esta colita gorda?- Le decía. Ya tenía la mitad de mis dedos en su ano, me fascinaba la lubricación que el agua ejercía y la suavidad del hoyito de mi bebé que esperaba ansioso recibir mi carne dura en su interior.
– Sí, cógeme ya- Dijo Tavito dándose la vuelta haciéndome sacar los dedos de él, se bajó el bañador dejando su cola a la vista y buscando posición se hizo hacia delante dándome el culo con sus manos apoyadas en una piedra más grande. El agua le llegaba justo al borde de sus nalgas y tenía el culo bien levantadito mostrando su entrada lustrosa y un poco abierta esperando a ser penetrada. Me acomodé de manera en que mi verga quedara justo a la altura de su ano, sentía el agua fría en mis piernas aunque yo por dentro me sentía realmente caliente por la excitación, así que dejé caer un escupitajo en mi verga y otro igual en el hoyito de Tavo, me meneé dos veces mi rabo y sin persarlo más apunté a la abertura caliente de Tavito metiendo la mitad de un solo empujón haciéndome sentir un calambre muy rico en mi pelvis y haciendo a Tavito soltar un pujido,
– Te dolió?- Le dije viendo desde su espalda como bajaba la cabeza.
– Sí… Pero me gusta. Espérame tantito- Dijo Tavo aún con la cabeza baja.
– Si bebé- Le dije acercando mi cara a su espalda besándolo, entonces pasé mi mano por enfrente para masturbar su verguita la cual estaba completamente dura debajo del agua facilitando mi meneó de muñeca. No pasó mucho tiempo cuando Tavito empezó a moverse él mismo clavandose y sacando mi verga de su culito lentamente mientras yo gozaba de la vista de ese pequeño caliente que se daba él mismo contra mi verga cada vez más intenso mientras yo jugaba con sus huevitos en mi mano. Estuvimos unos minutos así, yo disfrutando de las auto clavadas que Tavito se daba con mi palanca hasta que decidí tomar las riendas y sacando mi pene de su interior le apliqué otra buena cantidad de saliva, lo puse de nuevo en la entrada de Tavito y tomándolo de la cadera con mis manos se la dejé ir entera hasta que sus nalgas quedaron estampadas en mi pelvis con mi verga completamente dentro de sus tripitas,
-Ahhh…- Hizo Tavito en un gemido ahogado mientras podía sentir el palpitar de su culo envolviendo mi pene.
-Qué rico culo tienes, Tavito- Le dije al oído abrazándolo, entonces Tavito soltó una risita, -De qué te ríes?- Le dije con una risa cómplice
– Eso mismo me dijiste la primera vez que me viste el culo, te acuerdas?- Me contestó.
– Sí, porque de verdad lo tienes bien rico, desde la primera vez que me tocaste la verga me la pasé pensando en verte el culo y cogerte- Le respondí comenzando el meneó de cadera.
– Yo también me la pasaba pensando en tu pico y me daban ganas de agarrartelo otra vez- Me dijo con una voz más suave.
– Tanto te gustó mi verga?- Le dije chupando su oreja.
– Sí… Me daban cosquillitas cuando me la ponías en la colita- Decía Tavito con una voz temblorosa.
– Te gustó cuando te la metí?- Le dije sujetándolo de la cintura pegándolo más a mí, sintiendo como todo mi falo estaba dentro de él.
– Me dolió, pero después me gustó mucho- Dijo Tavo parando más el culito
– Así?- Le dije, y comencé un mete y saca a media velocidad sacando y metiendo mi barra entera de su hoyo goloso,
– S… Si…- Decía Tavito a como podía.
– Así?- Le dije ahora subiendo la velocidad haciendo sonar sus nalgas ante el golpeteo de mi cuerpo impactando en su trasero.
– Ah… S…- Tavito no podía ni responder, en el ambiente solo se podía escuchar el agua cayendo, los azotes que le daba y sus gemidos entre cortados.
– No te escuché- Le dije tomándolo de nuevo de las caderas dándole mi palanca entera por su abertura caliente.
-…Ss…- Tavo parecía estar flotando, su culo se tragaba mi palanca completa sin dificultad aguantando cada clavada que le daba.
– Yo creo que no te gusta, porque no dices nada- Le dije sacando mi barra de su ano dejando un hueco grande entre sus nalgas.
– No! Métemela! Sí me gusta, me gusta mucho que me la metas así- Dijo Tavito estirando su mano agarrando mi verga y direccionandola nuevamente a su ano clavándosela nuevamente él mismo y echando más su culo hacia mí.
– Ok- Dije simplemente, y con una sonrisa perversa volví a empalar completamente a mi pequeñín haciendo que soltara un suspiro tan pronto mi pene entero entró nuevamente en él. Recobré las embestidas dándole fuerte y veloz haciendo bailar las nalguitas de Tavo ante mi vaiven. Sentía como más y más líquido fluía desde el ojillo de mi palanca en el interior de Tavo gozando el tacto suave de sus tripas como si muchas pequeñas bocas besaran mi pene cada vez que regresaba a dónde pertenecía dentro de Tavito. Estaba cerca de mi climax cuando preferí detenerme un momento y apretar duro a Tavo de las caderas reteniendo con fuerza la venida que tenía en la punta de mi verga. Amasaba las nalgas de Tavito viendo cómo su abertura seguía con mi sexo dentro suyo y las ganas me ganaron haciendo que le diera una sonora nalgada en su glúteo derecho dejando una marca roja,
– Auhh- Dijo Tavito quejándose, entonces volví a la carga retomando la cogida,
– Qué?- Le dije, pero él estaba ocupado nuevamente gimiendo, entonces dejé caer de nuevo una nalgada en su trasero, pero ésta vez Tavito solo giró un poco la cabeza hacia atrás sin decir palabra, entonces una tercera palmada cayó en sus gordas nalgas, ésta vez en la izquierda.
– Auhhhh- Se quejó de nuevo, pero en ningún momento me pidió que parara. Le dí una cuarta palmada, la más sonora de todas haciendo que ambas ,nalguitas de Tavo se tornaran en un tierno color rosita para finalmente dándole un último empujón, lo jalé con un brazo hacia mí quedando completamente unidos mientras mi verga lanzaba en su interior los chorros de leche caliente. Esperé a que mi palpitante pene terminara de sacar leche gozando mi vaciada bien adentro del culito de Tavo, sin embargo aún no me sentía del todo satisfecho, así que tan pronto el último chorro salió le saqué la verga de entre las nalgas a Tavo haciendo que de su ano comenzara a caer el semen directo en el agua del río. Tomé la ropa de Tavo con mi mano y comencé a bajarla para quitarsela, él entendiendo el mensaje levantó una pierna y luego la otra para dejarlo totalmente desnudo, lo hize girar hasta quedar de frente a mí y tomándolo de los muslos lo comencé a levantar con él abrazándome del cuello y tan pronto lo tuve arriva posicioné mi verga para volver a penetrar su ano dejándosela ir de golpe,
– Ahh- Gimió Tavito.
– Te gusta?- Le dije empezando a cogerlo nuevamente, Tavito movió la cabeza respondiendo mientras hacía más ruiditos de satisfacción.
Me encantaba como Tavito apretaba, el tacto de su verguita dura y sus huevitos rozando mi abdomen y lo caliente de su colita, la suavidad de su culito que se tragaba entera mi tranca ayudado por nuestros fluidos que hacían perfecta cada penetración deslizando fácilmente toda mi barra por el conducto rectal de mi pequeño.
– Quiero hacer pipí- Dijo Tavito aferrándose fuerte a mi cuello.
– Pues haz- Le dije sin dejar de seguir bombeando,
– Bájame- Respondió. La voz de Tavo se escuchaba acomplejada, se notaba como se aguantaba las ganas de orinar pero al mismo tiempo como gozaba de nuestra follada.
– Así haz- Le dije, y entonces aumenté la velocidad impactando con mis huevos el borde de sus nalgas con cada perforada resonando más nuestros cuerpos cada vez que chocaban. Tavito comenzó a gemir más y más, sus uñitas se clababan un poco en mi piel y en su ano sentía como se contraía y apretaba más mi verga cuando comencé a sentir caliente en mi abdomen producto de que Tavo dejaba su pipí salir. Estaba descubriendo nuevos fetiches, me gustaba la idea de hacer gozar a mi niño al grado de hacerlo perder el control de su orina y cómo tiernamente se relajaba cuando había terminado y dejaba caer su cara en mi hombro aflojando todo el cuerpo aprovechando yo para arremeter duro contra su culo que complaciente seguía comiendo mi verga hasta que en tres últimos empujones me vacíe nuevamente sujetando con fuerza a mi pequeño amante mientras en su oído dejaba salir de mi boca los sonidos animales de mi satisfacción, memorizando la temperatura, la presión, el palpitar que el recto de Tavito me daba con mi pene bien adentro descargando todo mi esperma. Besaba el cuello de Tavo esperando a que mi erección bajara pues no quería ser yo quién se la sacara, pero de pronto alcancé a escuchar ruidos fuera, pasos de varias personas,
– Mira, aquí hay una mochila- Dijo una voz.
Cómo dato curioso este es el capítulo más largo que he publicado (Más de 20 mil caracteres) pero que igual es muy ameno de leer y el que más me ha costado para trasmitir lo que quería y que fuera entendible para más personas. Gracias a quiénes se toman el tiempo de comentar, ya ubico a varios seguidores y gracias por votar mis relatos, gracias a eso hay 4 de mis relatos en los mejor valorados de la página (Puestos 8, 13, 24, 28). Ojalá siga siendo de su agrado lo que escribo, aún hay más por venir.
Super tu relato sé me paro la verga mientras lo leía gracias estaré pendiente del próximo relato.
DELICIOSO RELATO ME PONE BIEN TEMPLADO SIGUE CONTANDO MAS
Dos años y meses después, sigue siendo emocionante y EXCITANTE 💦💦💦, leerlo y releerlo…
Hola ase dias estaba esperando este hermoso relato me iso parar la verga. Estaré pendiente del próximo relato gracias. Espero tu respuesta .
Me encantó este relato demasiado,valió la pena esperar tanto.
Espero este sea uno de muchos más capítulos
Este es por ahora el mejor capítulo de esta aventura a las afueras con Tavito. Sigue así. Espero que esas personas afuera de la cascada sean nenes explorando dispuestos a unirse añ duo de Tavo y Joel y que esa integración le de ideas a Joel de incluir a Mario al regresar en esta aventura. Puede que quienes estén afuera de la cascada sean hermanos juguetones y calientes. Sigue adelante <3
wow…que rico relato, lo trabajaste muy bien.
Wow demasiado rico tu relato Sonic 13, se me paro incontables veces cada vez q leo tus relatos amigo y ese bebe calenton me encanta 💖💞💜