A las afueras con Tavito (5/?)
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Tenía los ojos cerrados tratando de aferrarme a mi sueño pero lentamente fuí despertando, escuchando el sonido del bosque y el agua corriendo. Seguía con los ojos cerrados con la esperanza de tal vez volver a atraer el sueño, pero tras varios minutos intentando finalmente me rendí y comencé a abrir lentamente los ojos. Aclaré mi mirada y me estiré un poco haciendo que la punta de uno de mis pies saliera de la frazada con la que me cubría, así que rápidamente volví a meter mi pie para cubrirme y me giré viendo a Tavito que de espaldas seguía profundamente dormido. Sentía el cuerpo tibio y ligero haciéndome recordar que no tenía ropa de la cintura para abajo, así que Tavito debía estar igual, entonces levanté la frazada para contemplar la figura de la colita tierna de mi bebé sin ninguna prenda que la cubriera. Estiré mi mano para tocar las jugosas nalgas de Tavo palpando lo suave de su terza piel y sintiendo la calidez de su cuerpo que la frazada ayudaba a retener. Un recuerdo fugaz vino a mi mente mientras veía y tocaba el trasero de Tavo, un recuerdo de cuando tuve también en mis manos el culo de Michelle. Me detuve en seco y recordé un pequeño detalle que había olvidado por completo, hace días había comprado una botella de lubricante para cuando tuviera de nuevo oportunidad de hacerlo con Michelle, esa botella la había escondido en mi armario en una bolsa pequeña de una de mis maletas y justamente esa maleta era en la que había empacado mi ropa. Me levanté rápido quedando con mi desnudes al aire y tomé la maleta, abrí la pequeña bolsa de uno de los costados y ahí estaba la botella envuelta en la nota de compra, la saqué y volví a mi lugar junto a Tavo.
Volví a revisar la etiqueta de la botella recordando los momentos con Michelle, había comprado el líquido con sabor a fresa esperando que fuera de su agrado sin imaginarme en ese momento que ya jamás la volvería a ver. Quité el sello de la botella y la abrí, el aroma a fresa llegó a mi naríz, levanté de nuevo la frazada y dejé caer una leve cantidad de lubricante en mi pene y empecé a masturbarme despacio esparciendo bien el líquido por toda mi barra de carne descubriendo nuevamente esa sensación de calor que el lubricante ejercicía. Bajé un poco más la frazada dejando nuevamente el culo de Tavo a la vista, me mojé el dedo índice con más lubricante y separando las nalgas de Tavo lo dirigí directo a su ano que sin gran problema lo recibió. Empecé a meter y sacar mi dedo del culo de Tavo con gran facilidad, mi índice entraba entero resbalando como mantequilla, entonces lo retiré del culito de Tavo para aplicar un poco más de lubricante pero esta vez mojando tambien mi dedo medio y ahora usando mis dos dedos volví a penetrar el ano de Tavo comenzando un mete y saca suave en su tierna y caliente abertura. Apliqué más lubricante en mi pene y usando mi mano libre regresé a masturbarme mientras a su vez le daba con mis dedos al culo de Tavo que seguía dormido.
Me resultaba muy excitante la situación, el clima frío contrastando con mi calentura pero ya me comenzaba a sentir entumecido, saqué mis dedos del interior de Tavo dejando ya su hoyo bien estimulado, el pequeño se había movido un poco mientras yo había estado jugando con su colita pero seguía aún dormido. Me apliqué de nuevo liquido en mi pene, ésta vez de forma generosa y acomodándome de cucharita junto a Tavito dirigí mi palanca a su abertura, reposé la punta de mi verga en su huequito haciéndome tener una sacudida de placer ante lo caliente y lubricado que estaba y ejerciendo un poco de presión mi verga se deslizó exquisitamente por su hoyito empalándolo a la mitad. Se sintió tan deliciosa esa metida de verga que le dí a mi bebé que me hizo retirarme un poco para no venirme solo con la primer metida. Esperé un par de segundos y poniendo mi mano es su cadera comencé a cogerlo muy lentamente gozando cada milímetro de mi verga deslizandose por el recto de Tavito hasta que de pronto de manera inconsciente sentí como sus nalguitas quedaban embarradas en mi cuerpo mientras mi verga entera salía y entraba por su agujero. Seguí cogiendome muy lento a Tavito mientras él aún dormía, pero entre las metidas de verga que le daba y mis alaridos el pequeño empezó a despertarse, primero soltando sonidos ligeros de satisfacción y después moviéndose hasta que noté que ya estaba casi despierto del todo,
– Buenos días, bebé- Le dije, y metí mi mano por debajo de su playera acariciando su pancita y sus pezones haciendo círculos con mis dedos.
– Ayy… Buenos días- Dijo Tavito pegando más las nalgas a mí, – Como me la metiste sin que me diera cuenta?- Dijo hablando muy despacio.
– Te puse un liquidito en la colita para que te entrara más suave, te gusta?- Le dije ahora bajando mi mano por su cuerpo hasta llegar a su entre pierna y comencé a jugar con su verguita dura.
– Si, se siente bien rico- Respondió Tavito gimiendo quedito.
Tavito se había hecho todo un putito, le gustaba tanto mi verga como a mí su culo, y me celaba como si yo fuera suyo. Solté la verga de Tavo y pasé mi mano por debajo de su pierna levantándola y entonces empecé a subir la intensidad de mis clavadas a la vez que aumentaban también los gemidos que él soltaba. Estuve a punto de correrme en esa posición pero alcancé a detenerme dejando mi verga bien clavada en el culo de Tavo esperando a que se pausara por completo mi climax, entonces Tavito empezó a mover las caderas,
– Cógeme más- Decía mi pequeño vicioso agitando mi verga en su interior mientras yo me concentraba para no venirme.
Tomé aliento y saqué mi pene del ano de mi niño soltando éste un sonido de vacío, entonces le indiqué a Tavo que se acomodara boca arriba y levantara las piernas. Estiré mi mano recogiendo la botella y me coloqué entre las piernas de Tavo, destapé nuevamente el lubricante y dejé caer otro chorrito más en mi palanca y acercando la botella al culo de Tavo le vacíe un chorro en su ano, listo para volver a ser llenado con mi verga.
– Eso es lo que me pusiste en la cola?- Decía a Tavito viendo mi verga brillosa mientras seguía abierto de piernas esperando a que se la volviera a meter.
– Si, se siente rico verdad?- Le respondí viendo a su ano como relucía abierto y lleno de lubricante.
– Huele como a dulce- Dijo Tavito.
– Si quieres ahorita me la chupas para que lo pruebes- Le respondí. Salibaba viendo el culo de Tavo y me sentía afortunado de tener así a un niño tan caliente esperando a ser cogido por mí.
– Ahorita, mejor metemala ya- Dijo alzando más las piernas, así que me acomode mejor quedando de rodillas y apuntando con mi tiesa verga se la clavé de tirón haciendo que me retorciera de placer ante lo caliente, suave y resbaloso de su culo que se tragó mi verga completa en un segundo y ante mis ojos,
– Ahhh…- Hizo Tavito al recibir mi garrote en sus entrañas y yo lo miraba como apretaba los ojitos mientras comenzaba a cogerlo lento, solo por unos segundos para pasar después a hacerlo rápido y violento azotando mi cuerpo sus las nalgas haciéndome gozar y gozar del placer que ese infantil culito me regalaba. Hacerlo con Tavito siempre fué delicioso, su tan joven y apretado ano me hacía sentir maravillas en mi falo cada vez que lo penetraba, pero la ayuda del lubricante hacía un trabajo asombroso añadiendo mayor calor y haciendo que la lubricación mejorara aún más el tacto de las tripas de Tavito apretando mi estaca al entrar y salir de él. Solté las piernas de Tavo y me recosté sobre él estirando mis piernas y retomé el ritmo penetrandolo rápido, pero ahora con mi cara en su cuello besándolo, chupando su oreja y lamiendo sus cachetes hasta llegar a su boca para besarlo y restregar mi lengua con la suya igual como debajo su culo y mi verga se juntaban y comenzaba a sentir que la respiración agitada de Tavito aumentaba y apretaba con su recto la barra de carne intrusa que tenía en su interior y sin parar seguí mi meneó de cadera hasta desbordar esperma dentro de mi pequeño amante.
Me detuve dejando qué tanto yo como Tavito recobraramos el aliento y se la saqué dejando entre sus nalgas un boquete que me enorgullecía saber que yo llené.
– Volteate- Le dije a Tavito, él comenzó lento a posicionarse de rodillas dándome el culo pero yo estaba poseído, así que con brusquedad lo acomodé a mi antojo y aferrando mis manos a cada lado de su cintura se la volví a meter entera pegándome bien duro a él, deseando que hasta el último milímetro de mi verga entrara en su interior. Sentía mis huevos tocando el borde de las nalgas de Tavo confirmandome que tan unidos estaban nuestros cuerpos y comencé de nuevo a moverme follandolo como desquiciado soltando sonidos fuertes de los aplausos que sus nalgas hacían contra mi pelvis. Tavito dejó caer la parte alta de su cuerpo dándome de forma sumisa su culo para que hiciera con él lo que quisiera, algo que yo aproveché y seguí cogiendolo fuerte, estiré mi mano tomando de nuevo la botella de lubricante y sin detenerme vacíe otro chorro más en la unión de su culo y mi verga, quizás un poco en exceso porque una parte del líquido escurrió hasta mis huevos y notaba como igual una parte bajaba por las nalgas de Tavo llegando de igual forma a sus huevitos.
Me estaba enamorando por segunda vez del culo de Tavo, las sensaciones que me daba era lo mejor que había sentido nunca en mi vida y estaba seguro que para él era igual porque no dejaba de gemir cada vez que mi verga salía y volvía a entrar por su hoyo apretado.
– Te gusta?- Le dije a Tavito con voz rancia tratando de ignorar las gotas de sudor que bajaban por mi frente aún cuando el clima estaba considerablemente frío, sin embargo el calor que ejerciamos los dos en la pequeña carpa de campaña era mayor.
– Sí- Respondía Tavo con dificultad.
– Te gusta mi verga?- Le decía yo bufando.
– Ah… Si…- Contestó Tavo jalando aire por la boca.
– Sí qué?- Le pregunté dándole duro y profundo.
– Si me gusta tu verga- Contestó Tavo haciéndome regocijar de orgullo de tener a ese pequeñín diciendo cuanto le gustaba mi herramienta.
– Tu culo es perfecto, Tavito- Le decía separando sus cachetes viendo mi pene desaparecer dentro de ese hoyo que se tragaba y volvía a comer mi verga completa hasta que no pude más y palpitando dentro del culo de Tavo me volví a vaciar revolviendo mi propia leche con unas cuantas clavadas más hasta que me dejé caer sentado en mis talones liberando así mi pene del interior de Tavo y dejándolo a él con el culo en popa bien abierto y escupiendo leche.
Estaba sudado, sentía mi cuerpo sucio y mi miembro embarrado de la espuma ligera de mi semen revuelto con lubricante, olía a sexo, demasiado a sexo revuelto con el aroma artificial del lubricante. Miraba a Tavo que seguía en la misma posición con su ano escurriendo semen que bajaba mojando sus testiculos hasta que empezó a moverse lento reincorporándose para después volver a acomodarse acostado, tomó el tubo de lubricante en su mano y comenzó a leer en voz alta:
– Lubricante, para una penetración vaginal o anal sin dolor y con mucho placer- Decía Tavito, palabras que se escuchaban raro en voz de un niño pequeño.
La temperatura ocasionada por mi deseo sexual había bajado y sentía un poco de frío, así que regresé a mi lugar junta a Tavo cubriendo mi desnudes con la frazada pegándome a mi bebé,
– Joel- Dijo Tavito aún leyendo la botella.
– Qué?- Pregunté.
– Entonces lo que tú y yo hacemos es sexo anal?- Me dijo buscando mi cara.
– Si bebé- Le dije acariciando su torso por debajo de la ropa.
– Entonces… Tu y yo somos putos?- Me dijo Tavito con una voz curiosa. Comencé a explicarle a Tavito que no tenía nada de malo que le gustara estar con otro hombre, que él podía querer a quién el quisiera, y si los otros no lo entendían era problema suyo. Estuvimos hablando un buen rato sobre sexo, sobre que él podría decidir qué le gustaba más, si los hombres o las mujeres, o incluso ambos, y eso no era malo, porque él podía ser lo que quisiera siempre y cuando eso lo hiciera felíz. Esa plática fué la más profunda que tuve con Tavo y la única vez que ese niño de entonces diez años me expresó su curiosidad acerca de su sexualidad, ya después iría cambiando su mentalidad, pero por ese momento él sabía que contaba conmigo independientemente de lo que decidiera y que si el lo deseaba tanto como yo, sería su hombre y lo haría mío siempre que quisiera.
Me encanto tu relato amigo esperó q sigas con más y lo celoso de tavito jejeje siempre son así 😘😍😘😍😘
Necesitamos mas de esta historia 🤤🤤🤤
Que pasó con tavito? 🙁
Disculpa la demora, está un nuevo capítulo disponible.
Se extrañan las historias de Tavito!
Sonic… sube más de tácito.. se extraña mill
Hecho
Hola, me gustaría que me mandes el linkc de todos tus relatos, estan buenos