A los 10, la historia de mi despertar sexual – parte II
no sé si esta es la mejor forma de probar el semen por primera vez , pero cuando lo recuerdo, me caliento.
Durante muchos años para mi era normal muchas cosas, ver a hombres mayores desnudos paseándose por mi casa, amigos que a sus 10-11 ya hablaban de sexo, fuegos artificiales en mi pasaje por las noches, peleas y gritos de los vecinos, pero y por sobre todo, la fuerte música de los vecinos hasta altas horas de la madrugada por las constantes pedas.
Ese mismo día me quede pensando en lo que había ocurrido con Fabi y su tío esa tarde, en la cama de mi mamá, me habré masturbado unas tres o cuatro veces hasta que llego la noche. A eso de las 2 de la mañana escucho un ruido fuera de la casa, un cuchicheo y risas acercándose a la puerta. entre tanto ruido alcanzo a escuchar escuchar un:
-ya para aquí no-
Era mi mamá que volvía de la casa del Botellón, con otro de sus «amigos». tenia su labial corrido por sobre el labio y se reía media desorientada, cuando me mira recostado sobre el sillón mirando tv y me dice.
-Maikol, si tienes hambre, tu tío hizo unas carnes, anda a comer -refiriéndose al Botellón. Mis tripas rugían, todo lo que había comido esa tarde había sido un pan con mermelada, era común que el Botellón mande a alguien a buscarme para ir a comer cada vez que hacían algo, así que fui, justo después de ver al amigo de mi madre.
ya lo conocía, era un hombre edad, alto y flacucho, para nada guapo, la piel de su cara ya se tensaba, tenia el pelo negro y corto con grandes entradas, y sus brazos bronceados pronunciaban sus gruesas venas. cuando me ve, su sonrisa desaparece. siempre lo veía serio o enojado.
-anda que te esperan niño- me dice y pasa al baño mientras mi mamá sube a su habitación.
me senté en el sillón para ponerme las chalas y cuando aquel hombre pasa por mi lado y me golpea fuerte en la cabeza.
-que te vayas- me dice enojado, y yo solo pude responder.
-perdón-
y me fui corriendo. por alguna inexplicable razón se me puso dura después de que me trató así, y antes de abrir la puerta de la cocina para entrar a la casa del Botellón, decidí devolver a mi casa.
ya era una costumbre fisgonear y masajear mi penecito con esas escenas de mi madre, pero lo que mas me prendía era que a él nunca lo vi en acción.
Como siempre, subí despacio la escalera para ver por la rendija, mi madre ya estaba desnuda sobre la cama, levantando el trasero mientras aquel hombre le movía el calzón y le masajeaba alguna parte de su vagina, mi madre gemía mientras abrazaba una almohada, los fuertes palmetazos y apretones en sus cachetes solo hacían que ella mueva mas el culo, no fue hasta que alcance a ver el pene del señor que me calenté de verdad, era grande y negro, igual al del Botellón, de cuerpo grueso y cabeza en punta, vi como se escupía la cabeza del pene y se masturbaba mientras veía el culo alzado de mi madre frente a él, algo le dijo y ella se acomodo, y entonces aquel viejo se la metió de una como si nada, ella abrazaba con fuerza su almohada y gemía con fuerza, de la misma forma que lo hizo el Fabi antes de ponerse a llorar.
nuevamente vi como ese viejo feo agarraba el culo de mi madre como si fuera masa, y lo subía y bajada sobre su pene, hasta que escuche que ella le decía:
-para para- mientras se retorcía y ponía sus manos sobre las piernas del señor, hasta que él la suelta y ella se da vuelta quedando de espaldas sobre la cama con sus piernas abiertas hacia él.
-necesito baño- le dice al viejo, y yo de inmediato salgo de la casa lo mas rápido que pude
Ya en la casa del Botellón, estaba el y otras tres personas con los que conversaban sentados sobre los sillones, cuando me acerqué a ellos el Botellón me vio y lo primero que dijo fue.
-llego el come vergas, -seguido de carcajadas de los señores ebrios.
– luego uno de ellos dijo- ven a comerte esta Maikol- y siguieron burlándose de mi.
yo me acerqué y saqué unos trozos fríos de carne que quedaban sobre la mesa, al lado de unas botellas de alcohol vacías, el botellón me invito a sentarme a su lado y comenzó a servirme bebida en su bazo engrasada por comer la carne con sus manos. comenzaron a hablar pero estaban tan ebrios que no podía entenderles bien. mientras seguían conversando, el Botellón pasaba su mano por mi espalda, algo que solía hacer, mientras comía me di cuenta que uno de los hombres frente a mi no me dejaba de mirar. yo decidí ignorarlo y seguir comiendo, además mis ojos ya me pesaban por el sueño.
El Botellón al verme cabecear se acerco y me invito a dormir en su cama, pero luego de recordar lo que había hecho con su sobrino le dije que no, que ya era tarde. así que me despedí y me fui.
me fui somnoliento hacia mi casa, y justo antes de llegar a la puerta sentí un tirón en el cuello de mi camisa.
-dale Maikol cómetela.- escucho que me dicen en voz baja. en ese momento en la cocina no había luz para saber quien era, intente retroceder, pero sentí algo caliente chocar en mis labios. y me seguía diciendo.
-abre Maikol, si te gusta, abre –
mientras su pene rosaba mi mejilla dejándome la cara húmeda con un liquido espeso que olía a orina, pronto su punta helada y mojada comenzó a golpear mis labios mientras agarraba mi cabeza con sus manos para que no voltee, hasta que abrí la boca y sentí su pene entrando, era blando y olía y sabia fuerte a sudor y orina, no era tan grueso pero si muy largo o eso parecía, me lo comenzó a meter mientras yo empujaba sus piernas con mis manos para que no entre tan profundo, no estoy seguro de cuanto tiempo estuvimos así, hasta que su pene se puso duro y sentí que realmente era grueso, mi mandíbula ya me dolía y antes de pensar en morderlo, sentí un chorro salado llenando mi boca y garganta, en ese entonces pensé que se había orinado, él saco su pene de mi boca y yo de inmediato abrí la puerta, al salí y escupí en el suelo, casi con ganas de vomitar. y me fui limpiando los labios y tosiendo hasta llegar a mi casa.
al entrar ya no se escuchaba nada en el segundo piso, lo único que quería era lavarme los dientes y dormir, pero cuando abrí el baño, me topé con aquel amigo de mi madre, desnudo y sacudiendo su pene luego de haber orinado.
-volvió el maricón. – murmuro en cuanto me vio y se afirmaba en la pared con su mano. -así que ya mamas como la perra de tu madre- balbuceaba mientras se balanceaba, intentando mantener el equilibrio de lo ebrio (o drogado) que estaba.
-a ver ven para que me lo chupes- yo lo mire y salí corriendo de la casa y me volví a donde el Botellón. ellos estaban tan pendientes de su conversación que no vieron que subí corriendo a la habitación del Botellón y me tape con una sabana. ya había sido demasiado por un día y solo quería dormir.
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