A los 12 descubro mi homosexualidad
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por luzquiños.
Este relato es el recuerdo de mis 12 años, lo tengo presente en mi mente con toda claridad porque, a pesar de haber pasado muchos años, marco mi destino.
Me llamo Patrick y en ese entonces vivía en Arequipa, Perù.
Vivia solo con mi mamá, madre soltera joven.
Nunca conocí a mi padre, pero a mi insistencia, mamá me contó que era un joven de un grupo mochileros hippies que pasaron por Arequipa rumbo a Cuzco y que no le volviera a preguntar porque nunca lo vería, por estar….
sabe Dios donde.
Solo años después comprendí que ella era también una chica liberal, hippie de los años 70, con relaciones promiscuas, con la libertad de hacer el amor y no la guerra, como era el lema de los jóvenes de entonces.
Seguro que a mi madre le gustó el tipo y en una noche de alcohol y droga me dejo clavado en sus ovarios entre miles de espermatozoides, mama tenia 17 años.
Como yo no soy parecido a mi madre, seguro que saque los rasgos de mi desconocido padre.
Yo era de niño rubio y bonito, pero no salí hombrecito como él, sino medio mariconcito.
Lo que me trajo molestias e insultos de los chicos en la escuela, pero también el asedio de los mayorcitos, que ya tenían necesidades sexuales.
Mi vida a los 12 transcurría en la escuela secundaria.
en mi casa y en el parque que estaba al frente.
Ese año había ingresado a 1ro “C” de secundaria en una Gran Unidad Escolar cercana a mi casa.
Alli estudiaba entre cientos de púberes y adolescentes arequipeños y puneños.
Volviendo al relato, ocurrió que una noche me desperté como la 1 de la mañana, me levante me calze las sandalias para ir al baño que estaba pasando un pequeño patio.
solía dormir solo con polo y calzoncillo.
Al regresar a mi habitación y pasar cerca al dormitorio de mi madre escuche ruidos y esa noche algo hizo que me acercara sigilosamente a la ventana.
Yo sabia desde muy chico que mama traía amantes a su cama y hasta conocí algunos, asi que ya sabia que estaba con uno de ellos, pero fue la primera vez que se me ocurrió curiosear.
Y allí estaba con uno de sus amantes, revolcándose desnudos en la cama.
Entonces reconocí al hombre: era don Felipe , un vecino de 46 años dueño de tres Ferreterias y también era el padre de los mellizos Manuel y Máximo que estudiaban en mi aula.
Vi a don Felipe se arrodillarse en la cama abrir piernas de mama y las colocarlas sobre sus hombros y empezar a cacharla de manera frenética, sin pausa.
La luz de la lámpara encendida tenuemente me permitía ver todo, el hombre encima empujaba bramando como toro, sus enormes huevos, chocaban en cada embestida con el culo de mama, que gemia.
La cachada duro bastante hasta que se detuvo, sacó su verga de la concha de mamà y wowww pude ver un enorme pene que me dejó lelo, impresionado, tenía el glande mas oscuro que el resto, creo mi pijita era la cuarta parte de esa verga.
Seguí viendo todo, mamá empezó a chupar el pene , se notaba su esfuerzo por mantenerlo todo en la boca, él la tomaba por la cabeza y decía : ¡¡Chupa asi, Chupa así, que rico , sigue , sigueee puta, trágatela toda !!! Después ella se puso a cuatro patas , levantado el culo, vi que él se echo una crema en la verga y también en el ano de mama.
Se frotaba con una mano el pene mientras su otra mano le metia el dedo pulgar en el agujero encremado, sus otros dedos se apoyaban sobre una de sus nalgas .
Apunto la verga y empezó a metersela por el recto ella empezó a gemir como una loca , lo cual excitaba mas al hombre empujándole todo el pene.
Ella se agarraba con fuerza de las sábanas, mientras él seguia , cada vez mas rápido, la tenia toda adentro, solo los huevos quedaron afuera .
El sonido que hacían los amantes y también el sonido de la cama chocando contra la pared era descontrolado.
Sentí mi pene parado levantando la tela de algodón de mi calzoncillo.
Senti frio y me fui a mi habitación y me quede dormido, al despertar en la mañana tuve una erección y me masturbé recordando las escenas pero lo que mas me excitaba era recordar la pingota del hombre, sus huevos peludos, su cuerpo varonil desnudo dominando penetrando a mi madre.
Comencé a pajearme imaginado que era yo también era atravesado por esa enorme pinga
Los días que siguieron solo pensaba en lo que vi, me pajeaba a diario.
En una de esas, estando solo en casa al regresar del colegio, me desnude totalmente y echado de espaldas frotaba mi pinga sin parar, recogi mis piernas y meti un dedo en mi ano , luego dos , el placer aumento, imagine a don Felipe metiéndome la pinga , me frote mas y mas mi pene durito y de pronto…… oh de pronto me vine por primera vez…que sensación increíble de placer, mi pene eyaculaba gotas de semen mientras el esfínter de mi anito apretaba con espasmos mis dedos…que placer era esto.
Quede exhausto y sorprendido, quede asi mucho rato meditando lo ocurrido, .
Si bien encontré el placer de la masturbación este pensamiento estaba acompañado de la certeza que yo era maricón.
Faltaba una semana para cumplir 13 y había tenido mi primer orgasmo con deseos homosexuales.
El año trascurría y yo seguía con mis pajas y mi secreto oculto, pero mi actitud comenzó a delatarme, deje de ser un niñato y me volví un púber.
Veía a los chicos con otros ojos y me atraían los más varoniles, aunque me molestaran y me atraían más los chicos mayores.
Me volví más amanerado y el tono de mi voz delataba mi inclinación sexual.
Las metidas de mano, aumentaron pero ya no me molestaban, comencé a juntarme en los recreos con dos chicos también cabros, rosquetes dos años mayores que yo.
Comencé a sentir el asedio de los varones pajeros, no había día que alguien no me metiera su mano pajera en las nalgas.
Y ocurrió lo que tenia que ocurrir, fue un día en el baño mas alejado del colegio, yo había pedido permiso al profe de Lenguaje para ir al baño, y no me percaté que me siguió un chico.
Allí el baño estaban escondidos dos alumnos evadidos de sus clases.
Ese día tuve tres pingas a mi disposición, una ellas fue del alumno que me siguió, Máximo, uno de los hijos mellizos de don Felipe.
Me puse en cuatro, me bajaron el pantalón gris del uniforme escolar…
Pero esa es otra historia que ya les contaré.
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