A los 8 años me convierto en el putito del barrio. Segunda parte.
Al aproximarme encuentro a Alvarito de 7 años siendo cogido por Maikol de 20.
Agradezco a todos los lectores que me escribieron y que les gustó mi primer relato, mi primera vivencia sexual. Como dije es la primera vez que me atrevo a contar lo que viví a alguna persona, ni a una pareja.
Actualmente tengo 32 años. Han pasado muchos años, hay mucho que contar, intentaré ser lo más cronológico posible, así que empezaré a escribir por donde lo deje.
Llegue a mi casa en shok sin entender lo que había sucedido, en una especie de bloqueo, entre al baño baje mi short azul con muchas ganas de defecar. Mis piernas aún temblantes, empecé a expulsar liquido, hoy se que era semen, toque mi ano el cual me ardía, y aún sentía abierto y algo salido como inflamado supongo, palpitaba. Estaba mojado aún de semen y sucio, y no se por que, pero lo lleve a mi boca y lo probé. Supongo habrá sido la curiosidad, esa fue la primera vez que probé semen y de mi propio culo, el cual me gustó el sabor. Estaba paralizado, no podía emitir expresión, solo sentía como quien hubiera descubierto algo impresionante, me sentía extasiado y confundido.
A partir de ahí actúe como si nada hubiera sucedido, pero todo había cambiado en mi, algo se había despertado, quería seguir experimentando.
Lamentablemente había sido una trampa de Alex el gordo para hacerme bullyng, al siguiente día ya se lo había contado a todos los niños y a otro grande del barrio, se reían de mí a lo cual yo no emitía sonido, fue terrible. Pero a su vez descubrí que estos juegos entre los niños y con dos jóvenes adultos, uno era Maikol y el otro Diego, venían sucediendo desde hace años, eran muchos involucrados, supongo que era normal de la edad y de esos tiempos, no lo sé.
A pesar de que me sentía avergonzado y acosado se había despertado una hipersexualidad adelantada en mi. Ya no miraba a los hombres igual, miraba sus bultos sin darme cuenta.
Los siguientes días fueron intensos de mucho bullyng pero a su vez se me abrió mucha información y se me involucró en los juegos. Alex era el que orquestaba todos los juegos y a su vez nos entregaba a los adultos jóvenes.
En este relato contaré uno de los juegos que se repitió inumerables veces, «las escondidas», solo que el inocente juego se convertía en una casería.
El juego comenzaba todos los niños corrían a esconderse y siempre había alguno que no aparecía. En una de las ocasiones me tocaba contar a mi, yo sabía que algo pasaba. Seríamos unos 6, encontré a 2 de mis amiguitos y Alex, Maikol y Álvaro no aparecían, Álvaro era un niño de unos 7 años, blanco, pelo corto castaño y algo delicado, delgado, de buen culo.
Busque un rato y no los encontré, ya era tarde y los otros amiguitos que eran llamado ya por sus madres se fueron, supusimos que se hubieran ido para su casa. Al quedar solo se me dio instintivamente por buscar en un taller mecánico que tenía muchos autos viejos en un gran terreno, me aproxime suavemente con ese raro instinto que le da a uno, ese presentimiento de que algo estaba pasando y para mí sorpresa me encontré entre dos autos al oscuro en la tierra con Álvarito ese niño de 7 años a cuatro patas arrodillado siendo cogido por Maikol de 20, y Alex al lado de Maikol mirando y haciendo campana por si venía alguien, fueeee una escena en la cual me quedé nuevamente paralizado, Maikol me vio y me sonrió. Lo agarraba de las caderas y le daba verga por el culo a ese niño que era muy hermoso de una manera brutal, creo que al verme se éxito más, Alvarito gemia como muy acostumbrado, lo cual supe que llevaban al menos un año en ese juego.
Me quede petrificado observando, el culo de ese niño se abría tragando la verga, era muy pequeño, las nalgas se estiraban, era una imagen hermosa. Maikol era un mulato grande, era increíble estar viendo esa diferencia de tamaño de los cuerpos.
Maikol solo me miraba fijo con una sonrisa, le gustaba que yo lo estuviera mirando, con sus manos en las caderas de Álvarito abriendo sus pequeñas nalgas con sus dedos pulgares para que le entrará más profundo, me miraba y se reía. Alvarito tenia su cara contra sus manos en la tierra, creo que ni me miró, estaba en extasis, siendo penetrado, emitía pequeños gemiditos, paraba bien su culito de putito para que Maikol lo cogiera.
Maikol no paraba de mirarme con perversidad, sin parar de meter su gorda verga en ese culito de niño. Creo que en su mente recordaba lo que me había hecho noches atrás, como me había reventado el culo con su verga, sabía que me había quitado la virginidad, y sabía que me había gustado, seguro que durante mucho tiempo me habría observado deseandome y había cumplido el poder desvirgarme.
Estuve unos minutos como estatua y Maikol seguía cogiendo a su antojo a ese pequeño niño, que al igual que yo no se resistía, le gustaba.
Hoy en día pienso que Maikol era un depredador con mucha suerte, era lindo, masculino y estaba en el lugar y momento adecuado, tenía a muchos niños, y todos se callaban porque Alex su principal niño nos amenazaba con contar, y a nosotros nos daba miedo por vergüenza, como si fuera a nosotros que nos fuera a pasar algo, una manipulación perfecta. Pero a su vez el sexo era un tema muy tabu en aquel momento, y estábamos muy desinformados de todo.
Maikol le gustaba jugar, el quería que yo lo viera lo se, él sabía que en el juego yo buscaba esconderme con él, pero decidió esperar a que me tocará contar y buscar para cogerse a Alvarito y que yo los encontrará. Además que Alex seguramente me había visto cuando me aproximaba, era la campana. Pero quería que los viera.
Continuando la historia, así siguio con su verga dentro de ese niño metiendo hasta el último centímetro de su miembro, hasta los huevos, lo tenía como a una perrita dominada, con cada metida de verga el culo de Álvarito se paraba y levantaba haciendo pequeños chasquidos y arrastrándolo levemente por la tierra, el niño estaba en transe, Maikol era el macho sin pena, con dos niños mirándolo mientras se cogía a otro más pequeño. A pesar de la imagen tan erotica me sentí muy molesto, se que me puse celoso, me sentía enojado los miraba con desaprobación porque no me habian invitado, ver ahi a Maikol cogerse a ese niño, meterle toda la verga dura por el culo y a Alvarito como un putito disfrutando me enfureció, así que me fui, escuche sus risas al irme. Eran celos que no sabía expresar, porque yo quería ser al que lo estuvieran cogiendo, yo quería gustarle. Era un poco el querer experimentar, el querer agradarle al grande y el que me sentía excluido del juego.
Imagino que Alvarito se fue con su aujerito bien abierto y con leche dentro. A partir de ese momento le tome mucha roña a Alvarito sin entender por qué, y creo que él también me la tenía a mi, nunca nos dijimos nada pero no jugábamos el uno con el otro, hoy en día se que desaproveche una buena oportunidad por esas tonterías de la edad, de hacer los juegos con Alvarito y los grandes.
Espero les guste esta segunda parte de mis vivencias, si les gusta seguiré en el próximo, es muy largo, paso demasiado, fue todo una locura y a su vez hoy siendo grande lo cuento y me éxito. Se que puede resultar increíble lo que cuento, pero en esencia a pesar que lo dramátizo con detalles que no recuerdo tan bien para hacerlo morboso y exitarlos, deben saber que es totalmente real. Lo cuento un poco como terapia.
Si me quieren contactar me pueden escribir a mi correo.
wow cuenta mas amigo saludos….. 🙂 😉 🙂 😉 🙂 😉
No es largo!!!conta y da mas detalles, muy bueno👍