A mis 8 años mi amigo Marco me enseñó de sexo – parte 4, mis últimas experiencias con Marco y Alberto
Este relato es de las ultimas cogidas que pasé estando con Marco y su primo Alberto, .
Después de lo que había pasado en la pijamada con Marco y su primo Alberto, cada vez me volvía más caliente estando en mi casa, antes ya me acariciaba mucho ahora incluso me desnudaba durante las noches o en las pocas ocasiones que estaba solo en mi casa durante el día. Incluso cuando me fui me regalaron varios calzones de niña para que los usara en mi casa, cosa que hice muchas veces siendo mi favorito el rosado con corazones, cada vez que podía me desnudaba y me los ponía para poder pasearme por la casa vestido así. Fueron momentos muy excitantes para mi corta edad.
Más adelante tuve otro encuentro con Alberto y Marco, volví a pedir permiso para quedarme a dormir en su casa y mi mamá accedió. En la escuela llevaba puesto los calzones de niña para poder estar con Marco en los baños, pero solo nos calentábamos para lo que ocurriría el fin de semana. Como en esta ocasión fui un sábado entonces llegué desde la mañana, al entrar pude ver a Alberto por lo que me puse feliz y excitado al mismo tiempo. Marco fue a hablar con su mamá para decirle si se acordaba de lo que había dicho, ella se quedó pensando un momento pero al recordarlo dijo que podían ir sin problema, yo no entendía que pasaba, pero Alberto me dijo «pensábamos ir al río, vienes?», yo asentí sin dudarlo porque me parecía divertido. Entonces la mamá de Marco dijo que podíamos ir pero que me prestaran un trabaje de baño, Marco respondió «claro que le presto uno». Fuimos a su cuarto y él metió un poco de ropa en su mochila casi sin darse cuenta que metió, agarró dos toallas y salimos rápidamente, Alberto nos estaba esperando, al llegar nos señaló que saliéramos. Para ir al río tuvimos que montarnos los tres en una bicicleta ya que la mamá de Marco no nos acompañaría, aunque el trayecto fue algo pesado pudimos llegar sin contratiempos, estaba un poco retirado de donde estaban las casas pero eso igual nos daba privacidad. Al llegar pude ver un río con el agua no tan profunda y una corriente muy leve que apenas movía las hojas, al bajarnos Alberto nos agarro de las cinturas para darnos besitos en la mejilla y boca, le respondimos de la misma forma para que luego sintiéramos como nos agarraba las pompas para bajarnos nuestros short al no haber nadie no me preocupó incluso podía sentir como mi pene se endurecía. En ese momento nos soltó y agarró su mochila de la cual sacó dos trajes de baño, uno de niña de una sola pieza y otro estilo bikini, nos preguntó cual quería cada uno. Marco se me adelantó pidiendo el estilo bikini, quedándome yo con el de una pieza. Al ponérmelo me quería ver a un espejo para ver como me quedaba debido a que era un color azul cielo, mientras que el bikini era más rojo con puntos blancos, tanto Marco como yo nos fuimos al río para vernos y pudimos apreciar ligeramente nuestra apariencia. Nos emocionamos tanto que empezamos a besarnos para sentir como nuestros penes empezaban a ponerse duros, «no se adelanten» nos habló Alberto y al voltearlo a ver ya traía puesto su traje de baño, también era tipo bikini pero en la parte de arriba era un top y la de abajo una tanga que al darse vuelta mostraba sus pompas bien formadas. Corrió para alcanzarnos pero nosotros nos tiramos al agua para huir de él en forma de juego, estuvimos un rato jugueteando en el agua hasta que vi a Alberto sujetando a Marco en su pene.
Marco al parecer se éxito y se puso a besarlo agarrando fuerte el pene de Alberto que ya se notaba sobresaliendo de la tanga, me fui directamente a chupar ese pene para poder unirme al momento. lo lamía con muchas ganas intentando tenerlo todo en mi boca, podía sentir todo su sabor al pasarle la lengua desde la punta hasta la base, incluso Alberto se movía como si quisiera cogerme la boca. Veía a Marco moviendo su parte inferior del bikini a un lado para poder sacar su pene y acariciarlo mientras besaba a Alberto quien le sujetaba fuertemente las pompas a Marco para después meterle un dedo. Yo tenía mi mano sobre mi pene a través del traje de baño para poder acariciarme, entonces sentí como Alberto se separa, me garra de frente y me da la vuelta, hace a un lado el traje de baño en la zona de mis pompas y empieza a poner su pene en mi ano, siento como lentamente se empieza a meter su pene, a pesar de no haberlo tenido dentro tantas veces no tenía dificultad al meterlo y yo empezaba a tener placer desde el inicio, por lo que empecé a gemir como loca. Ante mi reacción levantó mis piernas para ponerme encima de él, se sentó en un montículo de tierra y al estar encima de él podía subir y bajar a mi antojo, Marco se unió pero él se puso más arriba para que Alberto chupara su pene, solo escuchaba como Alberto chupaba con ganas ese pene duro me hacía moverme con más ganas, el problema es que al moverme más duro también llegaba más profundo, ocasionándome un ligero dolor, por lo que cerré los ojos intentando concentrarme únicamente en el placer. Mientras ponía toda mi concentración en la sensación de mi ano repentinamente sentí un calor en mi pene que ya estaba duro, pensé que era Marco, pero todavía escuchaba a Alberto chupar, cuando abrí los ojos vi a Sandra (la que me había agarrado desnudo en el callejón) pasando su lengua por mi pene. Me asusté tanto que me caí del pene de Alberto estrellándome en el piso, Sandra se empezó a reír, vi que a su lado también estaban las otras niñas que me habían visto, Sandra tenía un bikini en la parte de arriba y un short corto abajo, mientras que las niñas iban de pantalón corto y blusa. Las tres se empezaron a reír de la situación, yo intentaba taparme el traje de baño lo mejor que podía, Alberto se levantó saludando a Sandra y a las niñas llamándolas por su nombre Claudia y María, también Marco las saludó sin pena y con el pene sobresaliendo del bikini. Yo no entendía que pasaba pero la vergüenza me invadía todo el cuerpo, «esta es la putita que me decías?, ya decía yo que esa verguita no daba para ser un hombre y se volvió niñita» dijo Sandra a Alberto, «No seas perra con el pobre, si vieras lo mucho que le gusta coger» le respondió Alberto. Sandra se me acercó para intentar apreciarme más de cerca pero ya me intentaba taparme, ella me quitó las manos de mi pene y empezó a acariciarme, a lo cual mi pene reaccionó de inmediato poniéndose duro, «A ver si esta cosita puede hacer algo» dijo en lo que me ponía boca arriba y se quitaba su short junto a sus calzones.
Me agarró mi pene y se fue sentando encima de mi, sentí como mi pene iba entrando pero por un momento creí que era su ano pero era más húmedo de lo que había experimentado con Marco, intenté mirar pero mi vista no alcanzaba a ver donde estaba mi pene, Sandra solo se reía porque estaba buscando mi pene. «Si quieres verga, te la pueden dar», me levantó y me puso encima suyo para luego decirle a Marco que se nos acercara, Marco llegó casi corriendo para posicionarse detrás mío y meterme su pene por mi ano. Ambas sensaciones me hacían calentarme mucho en ese momento, primero era lo caliente y húmedo de la vagina de Sandra (aunque en ese momento no sabía que era) y luego la familiar sensación del pene de Marco llenando mi ano mientras se mueve de atrás para adelante, ambas cosas hicieron que empezara a gemir pero por la costumbre lo hice con voz femenina a lo que Sandra empezó a reír diciendo «No que no era un putita?», Alberto solo respondía que aunque lo fuera igual me gustaba por todos lados. Al voltear, pude ver a una de las niñas en cuatro, completamente desnuda y siendo cogida por Alberto mientras que le lamía la vagina a su amiga. Eso me hizo excitar más por lo que comencé a moverme aunque Marco ya me movía con su adelante y atrás. Sandra empezó a decir que no me detuviera, yo gemía más fuerte ante la sensación, apunto de tener mi orgasmo Marco lo tuvo primero e hizo que su pene llegara más profundo lo que me sacó un gemido largo y agudo eso provocó que Sandra apretara más y al parecer también tuvo su orgasmo. Los tres nos quedamos en esa posición uno encima del otro por un tiempo, en lo que recuperaba la fuerza vi como Alberto se seguía cogiendo a una de las niñas, pero la otra se había separado y se dirigía hacia donde estábamos, a lo que Sandra se levantó y le dijo que podía intentarlo conmigo, la niña me agarró y me llevó un poco aparte. Ella estaba medio desnuda de la cintura para abajo, mostrando unas pompas bien formadas, se acostó y me dijo que se la metiera. Yo no sabía como hacerlo así que empecé a buscar su ano, pero ella me guio y así entendí lo que era una vagina, yo aún tenía el traje de baño así que esa idea parecía gustarle a ella también porque nunca me dijo que me lo quitara, la sensación era semejante pero ella estaba más apretada debido a su edad. Debido a lo cansado que estaba era ella la que más me movía al poner sus manos sobre mis pompas y hacerlas arriba y abajo, aunque me era un poco complicado mantener duro mi pene por el orgasmo que había tenido, para intentar concentrarme busqué excitarme con lo que pasaba a un lado, Alberto ya había tenido su orgasmo sobre la niña quien tenía sus pompas en alto y parecía que la leche de Alberto le escurría por sus piernas, mientras que Marco estaba de pie mientras Sandra le lamía su ano para luego meterle un dedo al mismo tiempo que le acariciaba por encima del bikini que seguramente era lo que más disfrutaba Marco. Estuve con la niña poco tiempo porque ella tuvo su orgasmo rápido y yo no volví a tener uno, al terminar todos estábamos cansados, así que decidimos irnos. Antes de irnos la niña a la que le había metido el pene se me acercó y me ofreció sus calzones, que eran blancos con estampado de muchas lunas y estrellas, yo se lo agradecí y me despedí. Al llegar a la casa actuamos como si nada hubiera pasado, pero en la noche igual tuvimos nuestra sesión de vestirnos de niñas para luego cogernos entre nosotros.
Lo más notorio que pasó fue la mañana siguiente, que nos despertamos temprano, la mamá de Marco había salido para atender un mandado que iba a tardar, al irse y sin perder tiempo Marco y Alberto fueron a buscar algo y yo me quedé esperándolos en la sala. Al volver regresaron con una mochila y diciendo que íbamos a ir al parque, yo me alegre de lo que dijeron, más allá de poder hacer las cosas que hicimos la otra noche igual quería divertirme en el parque. Como quedaba cerca nos fuimos caminando sin problemas, al llegar vi con alegría que el parque estaba vacío, al ser un fin de semana en la mañana el sol estaba fuerte por lo que muchos niños esperarían más tarde para salir, a mi no me importaba el calor por lo que me fui directamente a los juegos. Estaba tranquilo jugando hasta que Marco me llamó para que subiera a la estructura, yo ya sabía a que iba, pero igual me excitó bastante, al subir vi que Alberto ya tenía su pene afuera y completamente duro, seguramente Marco se lo estaba chupando antes, por el otro lado, Marco estaba sin pantalones ni trusa. Me dijeron que me uniera, así que lo hice besando a Marco y acariciando el pene de Alberto, ambos me respondieron bien, besándome y acariciándome, aunque rápidamente me voltearon y me bajaron el pantalón con todo y trusa para luego quitarme la playera dejándome completamente desnudo a plena luz del día, por suerte las paredes de la estructura me cubrían por lo que solo me sentía excitado, a lo que me dijeron que igual debía ponerme ropa de niña, de la mochila que traían sacaron un calzón blanco para Marco y otro rosado con flores para mi, nos lo pusimos, pero también me pasaron un corpiño con el mismo color y estampado que el calzón, me ayudaron a ponérmelo para luego pasarme un vestido rosa de princesa, el vestido era pegado en la parte de arriba donde tenía bordado, para que al llegar a la cintura y hacia abajo se abría la falda que tenía diferentes capas, siendo las de arriba más finas que las de abajo. Yo me sorprendí por esa ropa y me dijeron que era de Sandra que prácticamente toda la ropa que habíamos usado era de ella (en ese momento entendí porque ella había llegado al río con nosotros). Al verme así Alberto me inclinó para cogerme de forma dura en la estructura, no le importaba si nos oían porque no se detenía y dejaba que mis gemidos salieran sin problemas, al terminar siento como su leche me llena el ano, me había gustado tanto que no me percaté que Marco ya no estaba, sin previo aviso Alberto se subió su pantalón diciéndome «te esperamos en la casa, ya sabes donde queda» mientras se deslizaba por el tobogán para irse.
Yo me percaté que mi ropa ya no estaba por lo que solo me quedaba regresarme vestido como princesa, en ese momento si tuve un gran miedo porque era de día y era una distancia considerable, por lo que no me atrevía a salir, por un momento pensé que si no me veían regresar entonces vendrían por mi, así que me quedé esperando un rato. No sabía cuanto tiempo había pasado cuando de repente escuché voces en la lejanía, al asomarme vi que eran unos cuatro niños de unos 6 o 7 años que venían a jugar al parque. Me puse nervioso de que me encontraran y pensé seriamente irme para que no me vieran de cerca y realmente pensaran que era una niña, pero no me dio tiempo de decidir hasta que escuché un «Hola» detrás de mi, por instinto voltee y vi a uno de los niños quien se percató que yo no era niña, así que empezó a reírse de mi, llamó a sus amigos para que me vieran. Al verme igual empezaron a sacar carcajadas al verme y decirme que era niñita, yo solo podía bajar la mirada ante las risas, hasta que uno de ellos levantó el vestido lo que provocó más carcajadas «también usa calzón de niña», yo al querer bajar el vestido puse una pose femenina de niña queriendo ocultar sus calzones lo que provocó que me siguieran intentado alzar el vestido mientras se seguían burlando. Por la pena y el miedo de que alguien los oyera me fui por el tobogán, al caer salí corriendo en dirección a la casa, corría torpemente porque el vestido me estorbaba solo al llegar a la esquina fue que realmente empecé a tener cuidado de que nadie me viera, me asome y al no ver a nadie igual me fui a paso rápido, no quería correr para no caerme, pero intentaba darme prisa. Mi pena era enorme, eso ya no me parecía tan excitante porque realmente muchas personas podían verme, aunque el miedo no evitaba que mi pene se endureciera al andar vestido de princesa por la calle a plena luz del día, por suerte ya había girado para solo caminar un par de calles y así llegar a la casa. Iba caminando lo más rápido que podía, sin embargo, al pasar por un callejón no volteé a verlo si había algo solo lo pasé hasta que sentí un jalón que me llevaba al callejón. Al alzar la vista vi a un joven mayor pero no parecía de edad avanzada, me asusté, él sin previo aviso se desabrochó el pantalón, se bajó la trusa y me puso su pene enfrente, era grande sin estar duro y grueso con la cabeza expuesta. Me dijo «lámelo, putita» yo me negué al principio intentando alejarme «ya me dijeron que te gusta, tómalo» eso me dio a entender que fue una trampa de Marco o Alberto. El sujeto agarró mi cabeza para acercarla a su pene, por lo que no me quedó más opción que lamérselo, era más grande que el de Alberto y por eso se me dificultaba, primero intenté usar únicamente mi lengua enfocándome en la punta y por la reacciones que hacía si le gustaba lo que hacía, pero no conforme con eso hizo que me la metiera a la boca aunque apenas entraba un poco más de la punta, sentía que abría la mandíbula todo lo que podía apenas pudiendo mover mi lengua por su pene, escuchaba como gemía más y empezaba a moverse como si me cogiera la boca, hasta que la sacó de mi boca y tiró un gran chorro de leche en mi cara.
Como el sujeto se distrajo, logré salir huyendo aunque sin limpiarme, logré llegar a la casa pero la puerta estaba cerrada, desde adentro me dijeron que debía entrar por atrás. Sabía que habría alguien esperándome ahí, por lo que intenté hacer más ruido para que me abrieran pero fue en vano. Ya resignado fui de nuevo por el callejón casi corriendo para que todo pasara más rápido, en el callejón no había nadie pero al llegar a donde estaban las demás casas vi que habían tres adolescentes como de la edad de Alberto quienes al verme impidieron que escapara y me agarraron, «miren le gusta ser putita como al Alberto» dijo uno «entonces mejor la tratamos como tal» respondió otro. Me levantaron para llevarme a una de las casas mientras yo luchaba en vano para que me soltaran, «no te pongas así, se nota que te gusta por la leche que tienes en la cara» dijo uno y los otros se rieron dándole la razón diciendo que eran tan putita que ni me limpiaba, al meterme me llevaron a una habitación donde me recostaron sobre la cama. Escuché como se desabrochaban sus cinturones para luego subirme el vestido y bajarme un poco el calzón que traía escuché un sonido de cámara que me asustó, al ver vi que uno de ellos estaba tomando fotos y tomó otra cuando lo vi, «ya tengo una de tu cara llena de leche» antes de que pudiera moverme me agarraron de la cintura y uno de ellos se puso encima mío con el pene apuntando a mi ano, sin delicadeza me lo metió al mismo tiempo que la cámara sonaba de nuevo. Empezó a moverse rápidamente, por instinto yo empecé a gemir de forma femenina porque su pene era de un tamaño semejante al de Alberto por lo que no podía evitar que se sintiera bien, los gemidos provocaron que el tipo se moviera más rápido y el que tenía la cámara tomara más fotos para que el tercero acercara su pene a mi cara para que se lo chupara, cosa que hice sin negarme. Me estaban llenando por ambos lados y apenas podía disfrutarlo por la humillación que había tenido anteriormente, ellos parecían excitarse más porque se movían más duro que antes, incluso el que tomaba fotos se empezó a acariciar el pene con solo vernos. Uno de ellos agarró el vestido y me lo quitó, aunque tuve que dejar de chupar el pene para poder quitármelo, también me quitaron el corpiño, dejándome solo con el calzón a medio bajar, el que me cogía lo hacía cada vez más duro hasta que siento que la mete más profundo gimiendo y terminando por llenar mi ano de su leche, al salirse me subió el calzón y me dio la vuelta, al hacerlo al que se la estaba chupando la sacó y me tiró un gran chorro de leche a mi cuerpo. Para terminar el que estaba tomando fotos se acercó e igual soltó un chorro de leche sobre mi, «que buena putita, te portaste muy bien» dijo el que me había cogido, «ya puedes irte» dijo al que se la había chupado «pero te daremos más cuando vuelvas» añadió. Sin importarme como estaba corrí a la salida y al salir me encontré con Sandra quien se río de mi diciendo «ya te bautizaron, verdad?», solo me di la vuelta y me dirigí a la reja para escalar, Sandra solo alcanzó a decirme que me cheque bien atrás, me revisé y vi que una mancha de humedad se había creado en el calzón por la leche que escurría de mi ano, no le di importancia, subí la reja y baje en el patio trasero de Marco.
Al llegar pude ver a Alberto usando una tanga cogiéndose a Marco que estaba sobre el sillón usando únicamente una falda, cuando me vieron dijeron que habían empezado sin mí porque me había tardado, añadiendo que por como me veía me la había pasado bien. Sin decirles nada me fui al baño para lavarme, en el espejo pude ver todo mi cuerpo desnudo lleno de leche y usando un calzón que se estaba manchando de leche que salía de mi ano. Me quité el calzón y me limpié el cuerpo con agua, al salir con el calzón en mano me fui al cuarto para ver si mi ropa estaba ahí para vestirme. En efecto lo estaba, sin problemas me vestí y al poco rato llegó Marco todavía con la falda puesta para preguntarme si me quería unir, yo le dije que ya no que estaba cansado, no le dio importancia y se fue, en ese momento yo estaba molesto con los dos por todo lo que me habían hecho pasar, así que no quería seguir haciéndolo con ellos, solo me quedé en la habitación en lo que terminaban. Aunque cuando lo hicieron no tardó mucho la mamá de Marco para llegar, por lo que no pasó nada más, sin embargo, antes de irme me regalaron ropa de niña a modo de disculpa pero yo pedí que me dieran principalmente calzones de niña. A pesar de los regalos ya no quería relacionarme con Marco o Alberto por lo que hicieron, por eso en la escuela ya no le hablaba y tampoco sirvió que el próximo año me cambiara de escuela por cosas de mis papás. Al final ya no tuve contacto ni con Marco ni Alberto, pero esos no fueron mis únicos momentos, después tuve otras experiencias.
Si quieren contactarme mi telegram es: @mae012 y mi correo es [email protected]
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