Abuelo cuentame una historia parte 7
Mi abuelo me cuenta de como se cogió a Constantino su hijo frente a sus amigos..
Sonó el teléfono. No encontrábamos aun sobre la mecedora en el patio de la casa del abuelo, ambos desnudos, yo un nene de 4 años sobre el siendo penetrado aun por su verga ya más flácida. Mi abuelo me cargo, sintiendo por fin como mi culito era abandonado por ese trozo de carne, me cargo y puso sobre el suelo y luego él se levantó caminando al interior de la casa. Vi andar su cuerpo grande y robusto, muy moreno, tenía vello en todo el cuerpo pero más en la cara, era de brazos y manos muy grandes y barriga algo abultada.
Yo me quede quieto en el patio, sabía que eran mis papas quienes llamaban, yo no quería saber de ellos, no aun. Habían estado peleando varios días, decidiendo separarse y tendría que viajar con mi mama y hermana al pueblo de mama, pero yo no quería. Toda la situación me causaba mucha ansiedad. Mi abuelo me había rescatado y me sentía muy agusto con el, quería quedarme aquí, en su casa, llena de vida, con animales de granja y Canelo, el perro grande y rojizo del abuelo
Sentí que lamian mi mano, precisamente había llegado Canelo, lo acaricie y le sonreí pero sentí como los ojos se me llenaron de lágrimas. Sabía que malas noticias llegarían cuando el abuelo saliera de nuevo a comunicarme que le habían dicho en la llamada.
Canelo me olfateo la entrepierna y fue oliendo a mi alrededor, hasta que llego a mi culito, luego sentí como su lengua limpiaba los restos de esperma del abuelo, que aún se alojaban ahí. La sensación era muy placentera, Canelo lamia rápido y constante, sentí que el calor me recorría por el cuerpo.
Su lengua busco hasta el fondo, causándome gemidos, yo me agarre del respaldo de la mecedora, mientras disfrutaba de esa intromisión en mi culito, que sin piedad iba y venía con cada lamida del perro compañero fiel de mi abuelo.
Mi abuelo salió. El vio la situación y sonrió al ver a su nieto disfrutar de como me lamian el ano.
Abuelo: Veo que el Canelo tenía ganas de leche y la encontró en ti jaja
Yo: ah ah, quien llamo abuelo?.
Abuelo: era tu mama. – poniendo cara seria y sentándose en la mecedora.
El abuelo chisto y Canelo se fue a un rincón y se dispuso a lamerse el pene, el cual ya tenía descapuchado, y lo limpio un buen rato.
El abuelo me cargo sentándome sobre una de sus piernas y me conto todo. Mi mama quería ir por mí para irnos a su pueblo, con mis abuelos maternos. Acordaron que lo mejor es pasaran por mí en la mañana, mi papa no iría con nosotros, él se quedaría por lo pronto en nuestra casa, pero la separación era inminente.
Abuelo: quieres irte con tus abuelos bebe?
Yo: noo! – llore y el me abrazo consolándome, sentí su cuerpo grande cubriéndome.
Abuelo: mira yo tampoco quiero que te vayas, voy a hablar con tus papas está bien? pero no prometo nada.
Yo asentí, esa esperanza de quedarme con el lograron calmarme.
El resto del día lo ayude en cosas de la casa, nos mantuvimos desnudos, lo ayude con los animales, con los que jugué, al final nos bañamos, cenamos y fuimos a su cuarto a ver televisión donde estaba un noticiero.
El boca arriba con las manos en la cabeza ponía atención mientras que yo recostado sobre su pierna izquierda chupaba suavemente su verga semierecta gorda y morena, con mucho prepucio colgando.
Estábamos en silencio, cada quien en lo suyo. A lo largo de la tarde y noche yo agarraba con confianza la verga del abuelo cada vez que se podía, el a su vez me acariciaba la verguita, o las nalguitas, a veces nos dábamos un beso suave o en momentos como este de tranquilidad me metía su verga en la boca y jugaba con ella. Me gustaba mucho la sensación cuando estaba flácida, todo la lubricación que le salía, jugaba con su prepucio y con su huevos gordos.
Yo: abuelo? y si le metiste tu verga a mi padrino Constantino de niño? -dije interrumpiendo por fin el silencio.
Abuelo: ya vas de curioso jaja, ya vamos a dormir bebe.
Yo: nooo abuelito, cuéntame esa historia.
El refunfuño cómicamente y tocándose la barba, sabía que mañana sería un día difícil, así que empezó a hablar.
«Pues sí, me cogí a tu padrino un tiempo después, los días pasaron con tranquilidad, yo llegaba del trabajo, me daban a cuidar a mis dos hijos, Monchito que es tu papa en ese momento aún era un bebe y Constantino que tendría tu edad ahora.
Los tres jugábamos en el patio, bueno ellos jugaban y yo los cuidaba, platicaba con Constantino y nos hacíamos compañía. Sus mamas nunca salían de sus respectivos cuartos, jamás nos interrumpieron. Yo con más confianza acomodaba la mecedora en un punto ciego donde no me pudieran ver desde ninguna de sus ventanas y que si acaso salieran al patio yo las escucharía y vería con suficiente tiempo.
Entonces aprovechaba antes de irnos a dormir, para sacarme la verga y ponerlos a mamar. Ellos ya sabían que hacer, primero Constantino la tomaba y se la metía a la boca chupando con gusto, luego se la sacaba y se la acercaba a su hermanito (medio hermano), para que el también pudiera mamarle la verga a papi.
Al principio se peleaban por mi verga, incluso tuve que regañarlos, pero pronto aprendieron a compartir.
Constantino se volvió un experto, su boquita se sentía caliente, succionaba muy delicioso y se veía que le encantaba hacerlo; cuando su hermanito chupaba el aprovechaba para mamarme los huevos o el tronco. Por su parte, Monchito mi bebito, mordía mi glande con su boquita sin dientes causándome mucho placer, me llenaba mucho de saliva que incluso procuraba tener a la mano un pañuelo para limpiarme.
Ambos me hacian muy feliz, sus boquitas me hacían el padre más afortunado del mundo. Veía como ellos también disfrutaban y los alentaba acariciando sus caras, su cabello o su espalda. A Constantino tenía un tiempo que le acariciaba sus nalguitas, suaves y paraditas, cuando el sentía mis caricias se ponía de modo para recibirlas.
Ensalivaba mi dedo y lo presionaba en la entrada de su culito, el saltaba de gusto y mamaba con más ganas la verga de su papi. Con el tiempo le metía la punta del dedo, después el dedo y así sucesivamente, todo con cuidado y con el calor de la mamada. Después empecé a usar crema para que pudiera entrar e incluso compre un analgésico para ponérselo al final para que no le doliera, realmente lo estaba preparando pues no dejaba de pensar en la posibilidad de cogerme ese culito de 4 años.
Su boquitas me llevaban al éxtasis, cuando me iba a venir tomaba a ambos de las cabezas y les indicaba que abrieran la boca sacando la lengua, y mientras sus ojitos me veían yo soltaba mi leche en sus bocas, primero uno y luego otro, los mecos caían en sus lenguas pero también en sus bocas y caritas. Al final Constantino era el indicado de limpiar la leche de mi verga y de la cara de su hermanito, que lamia con cuidado, luego limpiaba con un dedo la suya hasta quedar intacto.
Había ocasiones, en que solo estaba uno de ellos, pero siempre buscaban la ración de leche paterna. Ellos solos se servían desabrochándome el pantalón o bajándome el short que usara, yo solo les advertía que sus mamas no deberían enterarse o hacerlo frente a ellas. Con Monchito era más difícil, él bebe siempre que estaba junto a mi buscaba mi verga y yo tenía que disimular y regañarlo pero parecía que mi esposa ni cuenta se daba.
Pero bueno, volviendo al día donde me cogí por fin a Constantino, para eso tendría que contarte de Negro y Yoni, ellos eran mis compañeros de trabajo, yo trabajaba en un taller de soldadura, aunque hacíamos también trabajos de electricidad y demás.
Ellos me llevaban algunos años pero nos llevamos bien desde el primer día, ellos eran inseparables, Negro obviamente le apodaban así por ser moreno casi negro, era alto y musculoso, tenía el cabello chino muy corto y era algo desaliñado. Por otro lado Yoni era de estatura promedio, delgado pero de espalda ancha, era de esos que les decimos flacos corriosos jaja, moreno claro, cabello casi a rapa, barba de tres días, y con unos ojos color verde, era bastante galán, tenía tatuajes en todo el cuerpo.
Yo para ese momento que los conocí ya estaba por nacer tu papa, yo no tenía dinero así que no podía acompañarlos a cantinas ni nada de eso. Así que empezamos a reunirnos para jugar domino en la casa de alguno de nosotros, pero casi siempre aquí en el patio de la casa.
A mi esposa no les agradaba, decía que eran maricones y que de seguro cogían entre ellos. Yo no discutía pero si procuraba las reuniones porque me ayudaban con el estrés de la vida que llevaba antes de las deslechadas de mis hijos jaja.
Todo este tiempo no nos habíamos reunido por diversas razones, pero llego un sábado en la tarde donde irían a la casa. Saque la mesa, las sillas, una hielera, un radio, el domino y algo de botana. Para el baño usábamos el corral de las gallinas o áreas alrededor, era impensable que entraran al baño de la casa y ellos también lo preferían.
Jugábamos y tomábamos hasta muy tarde, a veces asábamos carne o ellos traían algo o solo botana, lo que si es que la cerveza no faltara.
A veces nos acompañaba otro integrante para hacer el juego de 4 pero si no éramos seguros nosotros 3, platicábamos del trabajo, del futbol o de mujeres aunque poco.
Llegaron aun con sol, juntos con un carne ya asada y más cerveza, se sentaron y después de unas palabras ya estábamos en la primer ronda de domino. No apostábamos pero, si era evidente que uno perdía ese día, era la burla hasta la siguiente reunión.
Las mujeres estaban encerradas desde hace un buen rato, era muy temprano para que durmieran pero algo tenían que hacer, sobre todo evitarnos a mí y a mis amigos. Monchito y Constantino jugaban alrededor, con cualquier cosa que encontraran, llegaban a tomar botana o a ver como jugábamos pero no molestaban.
La noche llego y decidí que ya era tarde para Monchito, era solo un bebe, así que lo lleve a la casa y se lo di a su mama que lo esperaba con mala cara. Constantino por su parte no quiso meterse, su mama estaba ocupada con quien sabe qué pero no parecía impaciente por el regreso de su hijo, entonces el nene jugo un rato solo pero luego se aburrió y llego a la mesa. Preguntaba las reglas, quien iba perdiendo y a que sabía la cerveza, todos le explicábamos alegres ya borrachos a Constantino que era muy carismático en esa edad.
Me dieron ganas de orinar y me pare dirigiéndome al fondo donde estaba el corral, los animales ya dormían, baje el cierre del pantalón y saque mi verga liberando la orina. Escuche pasos y pensé que era algo que venía a orinar pero luego entre la penumbra vi a Constantino junto a mí.
Yo: que pasa bebe? quieres orinar también?
El negó con la cabeza, veía atento el chorro de orina que salía de mi verga, lamiéndose la boca. Yo me sorprendí, el nene venia buscando mamar, yo trate de apurarme pero era mucha la cerveza en mi vejiga. Él se acercó, yo negué con la cabeza y estire el cuello alcanzando a ver como mis compañeros platicaban en la mesa.
El chorro cedió y la empecé a sacudir para limpiarla atento en mis compañeros, y sentí como una boquita devoraba mi verga flácida y húmeda. Su boquita se sintió deliciosa, calientita, chiquita, el placer me llego hasta la nuca. Sentí como mi verga fui creciendo en su boquita mientras el succionaba mi glande ansioso, era como si fuera el dulce más rico.
Yo tome su cabeza y estiraba el cuello tratando de ver a mis compañeros, era una locura lo que hacía, debía estar ya muy borracho para dejar que mi hijo me mamara el pito a pocos metros pero es que su boca se sentía como el mismo cielo.
Constantino movía la cabeza para delante y detrás en una felación experta, provocándome mucho placer.
Yo: cabroncito tenías hambre de verga verdad? aquí está para ti, para que te llenes toda la boquita de carne.
La boquita mamaba rápido, entonces tome su cabecita y la dirigí a mis huevos poniéndolo a chuparlos, el arqueo la espalda y sacando la lengua jugo con ellos con gusto.
Yo: ahi cabroncito que bueno eres con la lengua, me tienes bien cachondo ah ah.
Entonces escuche el movimiento de una silla y rápido me guarde el pito y limpie la boca de Constantino tomándolo de la mano caminamos encontrándonos de camino al Negro.
Yo: al nene que no le salía la pipi jaja
El Negro rio y se dirigió al corral a orinar. Yo lleve a Constantino esperando que no se me notara la verga erecta en el pantalón. Senté a Constantino en mi pierna izquierda y el juego siguió junto con las cervezas. Yo iba ganando y Constantino lo celebraba dándome cacahuates en la boca riendo. Negro y Yoni refunfuñaban fingidamente para la alegría del nene.
En un momento sentí como me acariciaban la entrepierna. Constantino aprovecho su postura para tocarme el bulto con su manita derecha. Yo se la retire en un movimiento rápido pero él lo hizo de nuevo divertido.
Analice la situación, mis compañeros ya tenían cara de borracho, como yo mismo debía tenerla, me sentia algo mareado, ellos estaban concentrados en el juego o en la cerveza y y en la plática, no notarían que bajo la mesa un nene de 4 años acariciaba el bulto de su padre, así que me rendi y lo deje hacer.
Pero no paro ahí, sentí como desabrochaba poco a poco el cierre de mi pantalón, y luego de varias rondas de cerveza y juegos de domino ya tenía la mano de Constantino dentro de mi pantalón aferrado a mi verga. Arriba en la mesa, Constantino usaba su mano izquierda para tomar botana y dármela en la boca, y por debajo su mano derecha apretaba el grosor de mi mástil que ya para ese punto lubricaba como nunca.
Yo fingía que todo era de lo más normal, pero empecé a perder en el juego, me desconcentraba todo el morbo de la situación. Ellos se burlaban y yo fingía molestia pero en realidad estaba muy caliente. Entonces con mi mano izquierda acaricie la espaldita y nalguitas de mi hijo, y en un movimiento rápido lo moví hacia atrás quedando sus nalguitas un poco al aire y metiéndome dentro de su short empecé a puntearle el culito.
Él se retorció, yo reí sabiendo que lo había desconcertado en su juego cachondo. Observaba las caras de mi compañeros tratando de adivinar si nos habían descubierto pero ellos actuaban normal, solo que ya bastante borrachos.
Constantino ya no interactuaba con nosotros, trataba de aguantar mi dedo intentando entrar en su recto. Yo me acerque a su oído dándole un beso y susurrando.
Yo: tranquilo bebe, relaja el culito.
Entonces cedió, mi dedo entro y conforme la noche pasaba entro más y más, el en respuesta me apretaba la verga fuerte, a veces dolía un poco pero yo estaba en las nubes disfrutando todo.
Mis compañeros empezaron a cantar y distraerse del juego, ya las rondas duraban más, también interrumpidas por las idas a orinar. Yo tenía rato que me andaba del baño pero me estaba aguantando.
Mi dedo ya entraba sin problema en ese culito, me lo ensalivaba disimuladamente, Constantino ya recargado en mi pecho apenas se movía. Sentí que ya no podía razonar, quería penetrar ese culito y lo quería penetrar ya. Empecé a planear como hacerlo, era obvio que no podía ser ahí, pero tampoco en casa, trate de alejar la idea pero no podia dejar de pensar en otra cosa.
Mis compañeros ya muy borrachos cantaban y reían con anécdotas, entonces lo decidí, aprovechando mi urgencia de orinar saque la mano de Constantino de mi pantalón y acomodándome la verga hacia arriba en el cinturón me pare cargando al nene.
Yo: dejen voy a orinar, ya no aguanto, y este nene también ya le anda.
Entonces prácticamente corrí hacia el corral con el en brazos, busque un rincón y baje el short y calzoncillo del nene en un movimiento hasta los tobillos, y lo gire poniéndolo en cuatro sobre la tierra del corral, donde habíamos orinado toda la noche, y sacándome la verga por el cierre se la metí en el culito, se sintió delicioso cuando mi verga entro a ese culito caliente y apretado, nunca había sentido tanto placer en mi vida.
El grito pero mi mano le tapó la boca, y empecé a susurrarle cosas al oído mientras con el pito dentro de el esperaba a que se acostumbrara a la penetrada.
Yo: tranquilo bebe, está bien, tienes mi verga en tu culito, siéntela es tuya, relájate ya paso.
Sentía sus lágrimas caer en la mano que tapaba su boca, pero no cedi, mi verga estaba muy firme, su culito la cubría apretándola, lo cual me provocaba espasmos.
Yo: ya está bien bebe, aguanta, tu culito se siente delicioso, me haces muy feliz.
Eso pareció relajarlo, así que sentí como su cuerpo ya no estaba tan tenso, entonces empecé a moverme suavemente, sacando la verga e ingresándola nuevamente, realmente solo el glande había entrado pero con eso me tenía en éxtasis.
Tome su abdomen suave, y lo use para empujarlo hacia mí y marcar la cojida, el vaivén fue aumentando, mi verga entraba y salía y su culito apretaba llevándome cerca del orgasmo.
La situación me superaba, me estaba cogiendo a mi hijo de 4 en el corral del patio, podría ser descubierto y terminar preso, o muerto, pero no me importaba, en ese momento lo único que me importaba era cogerme el culito con esas nalguitas paraditas.
Empecé a subir el ritmo, ya venía, sentía que no podía resistir más, sentí como los huevos subían y como recorría la leche hasta salir expulsada por la uretra directo en las entrañas de mi hijo, el glande se ancho haciendo que el soltara un gemido ahogado y los mecos salieron sin control, uno tras otro.
Yo bufe y deje que mi cuerpo cayera sobre el pero sin aplastarlo, su culito apretaba exprimiendo lo último de mi leche. Destape su boca y acaricie su cara limpiando sus lágrimas.
Tome conciencia de donde estaba y que acabábamos de hacer, saque la verga y vi la leche salir desde su culo abierto, vi algo de sangre y me preocupe. Lo levante y vestí para luego salir de ahí.
Camine hacia la casa y lo lleve al cuarto de baño, donde lo limpie, lo calme y le puse el analgésico. Luego de rato ya tranquilo lo acosté en el sillón donde lo acaricie hasta que se quedó dormido.
Salí al patio donde mis compañeros ya no estaban, se habían ido, cuando había salido del corral los vi de paso pero no recordaba donde, nos abrían visto?. Recogí las cosas y luego vomite en un rincón, no sé si por lo borracho o por lo que había hecho. Tuve culpa, era mi hijo, lo había violado, era solo un nene.
Entonces entre en la casa y me acosté junto a él en el sillón, lo abrace y me di cuenta que lo amaba, que esperaba que al despertar todo siguiera igual. El giro dormido y sentí sus nalguitas en mi bulto, sentí calor y una sensación agradable, cerré los ojos y dormí.
Telegram: Rojit03
Uff.. menuda excitación y menudo calentón me provocas con esta historia..
Que buen relato de verdad… me encanta esta historia.
Como sigue? necesito mas de esta historia… 😋😋
Que delicia de historia, me encanta como se esta desarrollando la historia y todos sus personajes…
Que rico relato… me pone mucho la relación que tienen Ramoncito y su abuelo… me parece muy excitante y tierna a la vez 💦💦
Uff… Ramoncito es el niño con mas suerte del mundo… que manera mas buena tiene de disfrutar con una buena verga 😋
Que envidia le tengo a ramoncito, me gustaría tener una familia así… me gustaría saber cuándo va a volver a ver a su papá para jugar otra vez sus juegos de sexo….
Me encanta este relato, como sigue? necesito mucho mas…
Ramoncito es mi espíritu animal… ojala estar en su pellejo, para poder disfrutar como el lo hace de su familia y de todos los hombres que se le cruzan en el camino.
Como sigue? me encanta esta historia y me encanta Ramoncito y su abuelo.
Menuda paja y menuda corrida, he tenido leyendo el relato…💦💦 es una pasada la forma tan caliente que tienes de escribir.
Me encanta tu manera de escribir y me encanta la historia de Ramoncito… Siempre que subes una nueva parte, disfruto leyéndola mientras me masturbo y gracias a como escribes me excito y llego al orgasmo de una manera brutal.
Como sigue?
Me encanta como disfruta Ramoncito de las historias de su abuelo… Y también de la relación que tienen entre ellos