Abuso de Poder – Capítulo III Culito Desvirgado
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por SamK.
El doble discurso mental que sentía en ese momento Francisco, en el cual cuerpo y mente no se conectaban, puesto a que su consiente no quería seguir adelante con la situación, sin embargo su cuerpo deseaba más guerra.
Tampoco sabía realmente lo que iba a pasar, sin embargo al mirar a Jorge se dio cuenta que este nuevamente estaba empalmado, listo para una nueva guerra y esta vez sin dudas… más intensa.
Jorge se puso de pie y acercó su ya erecto miembro a la cara de Francisco, no bastaron palabras, pues ya sabía muy bien lo que debía hacer, comenzó a mamar nuevamente aquella verga, se acomodó de tal forma que quedó en cuatro, momento en que Jorge aprovechó para quitarle la ropa a su jefe.
Una vez desnudo quedó al descubierto su bello cuerpo, lampiño, buena verga, y un culo completamente lampiño, redondo y paradito con un ano totalmente rosado y virgen.
El obrero no desperdició tiempo, metió sus dedos a la boca mamona del jefazo y luego introdujo un dedo en el orificio de este, el gemido que escapó de la boca del mamador fue enorme, una mezcla entre dolor y placer, poco a poco comenzó a lubricarlo, hasta que sintió que ya era la hora de jugar más duro.
Sacó su verga de la boca, se sitio tras de su jefe, apuntó la verga al orificio dilatado, Francisco sabía lo que vendría, pero no imaginó que tal iba a ser.
Cuando la cabeza del cipote del obrero tocó el ano de su jefe, este se estremeció, por su parte Jorge sin contemplaciones envistió con todas sus fuerzas el culo virgen del joven, quien mandó un grito desgarrador y las lágrimas no tardaron en salir de sus ojos, el dolor que sintió en ese momento era indescriptible, el empleado no tuvo ningún tipo de consideración, simplemente estaba violando el virgen ano de su jefe a diestra y siniestra.
– ¡Por favor! Ve más despacio.
¡Me duele! ¡Quítamelo! ¡Me estás desgarrando! ¡Que dolor!
– Esto es lo que me querías hacer tú, no creas que no me di cuenta.
Alcancé a cambiar las cervezas o la situación sería otra.
Ahora aguantarás, porque no sacaré mi verga de tu culo hasta que te deje completamente preñado.
Continuó con la violación, Francisco se resignó a ser penetrado por el obrero, estuvo varios minutos en ese estado, hasta que algo cambió, ya no había dolor, su esfínter se había acostumbrado al invasor, y poco a poco lo que sentía era placer, placer que no tarde en demostrar cuando comenzó a gemir desesperado por lo que le estaba pasando, Jorge notó esto y embistió con más fuerza aún…
– ¡Sí, así!… ¡Dame más duro! ¡Rómpeme el culo! ¡Quiero ser tu puta! ¡Hazme tuyo papi!
– Sabía que te gustaría, a todos los hijitos de papá les gusta la verga de un macho como yo…
Estuvieron por casi veinte minutos así mismo, hasta que Jorge se sentó en el sofá y Francisco cabalgó su verga, quedando frente a frente sus rostros, se sumergieron en un profundo beso, la verga del obrero no paraba de salir de su culo, estaban extasiados, el olor en la oficina era a sexo puro, a cuerpo de hombre, a testosterona.
Nada les podía importar, estaban sumidos en su mundo, gozando de los placeres anales, por su parte Francisco gozaba, pensando en que sus planes habían fracasado de tal forma que terminó convirtiéndose en la puta de su empleado, pero le gustaba.
Y Jorge probando nuevos placeres, que nunca pensó podría recibir de otro hombre.
Pero todo lo que comienza tarde o temprano acaba, y Jorge ya sentía que venía el acto final.
Comenzó a darle embestidas más fuertes al agujero de su jefe…
– Me voy a correr, dime ¿Dónde quieres mi leche?
– Pues dijiste que me preñarías, y eso quiero… ¡Quiero toda tu leche dentro de mi culo! Si voy a ser tu perra, seré una buena perra…
Fue acabar estas palabras y la descarga comenzó, a pesar de haber acabado anteriormente, cuatro trallazos de leche inundaron el culo de su jefe, abundante leche, en ese preciso momento Francisco contrajo su esfínter, apretando aún más la verga de Jorge, pues estaba acabando… Seis chorros de semen cayeron sobre el abdomen del trabajador, Fran lo tomó con su mano y luego llevo está a su boca para saborear la leche de su ahora dueño.
Se quedó por mucho tiempo en esa posición, con su cabeza pegada al pecho de su dueño, de vez en cuando se besaban, la verga dentro de su culo si bien se había puesto un poco más flácida, no había disminuido en tamaño.
Seguía dentro de su nuevo hogar.
Y entonces ambos se quedaron dormidos.
No obstante… el grito que había dado Francisco, fue tan fuerte que lo alcanzó a escuchar uno de los trabajadores que se encontraba cerca de la oficina, pues había tenido que volver por sus llaves.
Y como la curiosidad nos mueve, se acercó sigilosamente a la oficina de su jefe, en donde hoyó gemidos dentro, pensó que a alguna mujer le estaría dando su jefe, pero al oír la voz de este pidiendo clemencia se asombró, lentamente giro la manilla y abrió un poco la puerta, dentro estaban tan metidos en sus quehaceres que no lograron darse cuenta que Ricardo los espiaba, rápidamente su verga se erecto y comenzó a darse un pajote de campeonato.
Desde que Francisco llegó a la oficina, este le había mirado con otros ojos, de solo imaginarse el culo de su jefe se le ponía dura, y en esos momentos ver a su jefe en cuatro siendo penetrado por el enorme miembro de Jorge lo habían mandado más allá de la calentura…
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