=====¡¡ACORRALADO!!===== Capitulo 2.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por ruby-23.
Con una sonrisa se volvió a quedar dormido, Eliot estaba soñando nuevamente que estaba desnudo en la cama con Hiro haciendo el amor. Esto lo despertó encontrándose con el rostro de Hiro, muy cerca del suyo, abrió grandes los ojos ante la sorpresa por un instante se le olvido donde estaba. En segundos recobro la calma, no quería despertar a su amigo ya bastantes molestias le estaba causando como para que le sumara el no dejarlo dormir.
Cuando estuvo más tranquilo se dio cuenta de cómo estaban durmiendo, Hiro estaba abrazado a él, su rostro se veía muy apacible y su respiración era profunda y acompasada. Contemplaba su rostro mientras le acaricia con el dorso de la mano la mejilla, como hipnotizado poco a poco acerco su rostro al de su amigo hasta posar unos besos suaves en esos lindos labios, evitando despertarlo. Satisfecho lo abrazo dando paso al sueño nuevamente.
Por la mañana Hiro estaba dándole la espalda a su amigo, Eliot lo tenía bien sujeto y algo duro en su trasero le despertó. Hiro podía sentir el miembro erecto de su amigo encajándose en medio de los glúteos, sabía que su amigo estaba tenido un sueño húmedo y se sentía celoso de la persona que le estaba provocando tremenda erección, aun así estaba disfrutando de la sensación caliente y palpitante que percibía. Eliot hizo unos movimientos con su cadera rozando aun más su miembro con el trasero de su amigo.
– Aahh…
Hiro soltó un leve gemido al sentir esos movimientos, se llevo la mono izquierda a la boca tratando de evitar que su amigo se percatara de lo que le estaba provocando, Eliot dormía pero su cuerpo estaba actuando por sí solo, sus manos empezaron a recorrerle, con una mano le recorría el pecho y con la otra le estaba acariciando el miembro por encima del pijama. Hiro luchaba por no dejar escapar ningún sonido. Se estaba cuestionado si Eliot realmente estaba dormido o solo lo simulaba para poder hacer eso.
Por un momento creyó que su amigo realmente estaba simulando dormir, sus penes estaban muy despiertos pronto ambos eyacularon Hiro se soltó de los brazos que lo tenían cautivo, se volteo agitado y molesto por lo que había pasado, pero al ver que su amigo realmente dormía se sintió avergonzado saliendo del cuarto en dirección a la regadera, tenía que controlarse aun estaba excitado por lo ocurrido.
Al poco rato Eliot entreabrió los ojos buscando el cuerpo de su amigo, al abrir bien los ojos noto que él no estaba y lo peor que estaba completamente mojado de semen, la vergüenza que le inundo en ese momento fue tanta que quiso que la tierra se abriera y lo tragara. El sueño que había tenido lo hizo eyacular y al notar la escena concluyo que Hiro se estaba duchando para quitarse la suciedad del semen.
Eliot se levanto, quito la ropa de cama para echarla a lavar. Afuera de la ducha y con la cara completamente roja logro articular un lo siento.
– Hiro… lo siento… ya puse a lavar las sabanas y la manta… no sé como disculparme por lo que paso. Fue un sueño bastante húmedo no pude evitar que mi cuerpo reaccionara así…
– No pasa nada… es normal que algo así pase… – Apretaba la esponja mientras decía esto.- Debió ser un sueño bastante intenso para que te corrieras así.
– Lo fue… pero aun así no estuvo bien lo que ocurrió… Hiro…- Guarda silencio por unos segundos.- ¿me dejarías bañar contigo…? Así no gastaría tanta agua.
Antes de que Hiro lograra responder con un rotundo “no” escucha la puerta corrediza deslizarse, voltea la cabeza sorprendido por la intromisión.
– Eliot… no te preocupes por el agua. Está bien si te bañas después… sal de aquí…
– Vamos Hiro déjame bañarme contigo…-Su voz parece un murmullo.
– Está bien…- Le desarma con ese tono de voz.
Ambos comienzan a bañarse en completo silencio. Eliot ve de reojo el cuerpo desnudo de su amigo percatándose de una erección que trata de ocultar a toda costa; un impulso surge de su interior desea provocarlo más, desea tocarlo, sentir la calidez de su cuerpo desnudo y húmedo. Le sujeta por los hombros acercándose hasta su oído.
– Te ayudare a enjabonar la espalda…- casi como un susurro deja salir esas palabras.
– No…no… gracias…- El nerviosismo es más que evidente en el tono de su voz.
– Solo quiero tener un gesto dulce… déjame lavar tu espalda… – Rosa su mejilla con la de su amigo, acercando sus labios tanto que parece que le besara.
Un escalofrió le recorre el cuerpo a Hiroshi, entrecierra los ojos dejando escapar un sutil suspiro, le ve de reojo.
– Está… bien…
La cercanía de aquel cuerpo es suficiente para encender el deseo en su interior, dejando a un lado cualquier inhibición. Su cabeza lucha por mantener la cordura pero su cuerpo lo está traicionando. Las manos de Eliot comienzan a deslizarse por su espalda, acariciando cada centímetro hasta que llega al nacimiento de sus glúteos, los mira detenidamente y sin ninguna cohibición los comienza a acariciar con la esponja.
– ¡Eliot! Deja mi trasero… me puedo tallar solo ahí…
– Déjame hacerlo a mí… sabes… nunca había notado lo lindo que es tu traserito, tan redondito, tan carnosito… casi se me antoja mordértelo…
– ¡no digas tonterías…! ¡ya suéltame!
– Vamos no te molestes, solo estaba bromeando.
Junta mas el cuerpo al de Hiro, casi rozándole el trasero con su miembro quedan a pocos centímetros. Desliza sus manos hasta tocar sus tetillas, le acaricia el pecho lentamente con el pretexto de enjabonarle. Hiro protesta se quiere soltar, los forcejeos le hacen rozar con su trasero el miembro de su amigo provocándole sensaciones placenteras que le recorren súbitamente. Decide mantenerse tranquilo para evitar más ese contacto.
– Eliot… ¿Por qué me haces esto…? Te he ofrecido mi ayuda sincera y tú solo te quieres burlar de mí…
– No comprendo tus palabras… yo solo quería lavar tu cuerpo, después de todo por mi culpa amaneciste sucio… – Nuevamente se le abraza, baja su cabeza para poder besarle el cuello.
– ¡Eliot! – Repara molesto y sonrojado.
– Lo lamento… no sé qué me pasa, de repente tuve un deseo irrefrenable por besar tu cuello.- Le vuelve a besar esta vez en la mejilla.- No puedo evitarlo más… luces tan adorable.
– Ya basta, suéltame antes de que te golpee.
– Hiro… ¿realmente me golpearías tan solo por besar tu cuello y tu mejilla? Mmm ¿que tenemos ahí? yo te cause esa erección verdad.- Le mira penetrantemente.
– No seas engreído, no fuiste tú. –Desvía la mirada algo avergonzado.
– Entonces ¿Por qué corriste al baño y te molestaste cuando entre?
– Porque… no quería que me vieras en este estado…
– Soy tan desconsiderado déjeme responsabilizarme por cómo te he puesto. – Dice esto acorralándolo contra la pared.
– ¡Basta Eliot… deja de jugar…! No te me acerques tanto…- Su voz tiembla.
– ¿A que le tienes miedo? ¿acaso te doy miedo yo?
– No seas ridículo, aléjate de mi… te lo ruego… -suplica inútilmente.
– Solo quiero responsabilizarme de esto… te ayudare eso es todo…
Desliza su mano hasta la entrepierna de su amigo, comienza a acariciarle el pene de forma provocativa subiendo y bajando pausadamente, disfrutando cada expresión y sonido de su amigo. Aprisiona con su otra mano esos hermosos testículos calientes, los recorre como deseando grabarse la textura y forma de esos pequeños sacos, con su dedo índice y gordo le acaricia la cabeza húmeda, sus movimientos se vuelven más vigorosos y Hiro siente derretirse entre los brazos de su amigo.
– Ahh… Eliot… no sigas… aaahhh…- Se sujetaba con fuerza de los hombros de su amigo mientras sus piernas tiemblan y su cuerpo recibe cientos de descargas eléctricas.
– ¿No lo estoy haciendo bien?… dime como quieres que te lo haga… hare lo que me pidas…
– Solo déjame… antes de que… de que me corra… no quiero correrme en tu mano… aaahhh… – Le ve con mirada suplicante.
– Vamos no seas tontito si te corres en mi mano solo le echare agua y listo…
– Eliot por… por favor ya no aguato más… ngh… aaahh…
– No te contengas… – Se le acerca al oído con un susurro.
Hiro no puede evitarlo más, se corre en la mano de su amigo, su rostro se tiñe de carmín, desvía la mirada evitando cruzarla con su amigo.
– ¿Por qué me hiciste eso? –Su rostro esta totalmente sonrojado y sus ojos acuosos.
– Solo quise aliviarte un poco… note lo incomodo que estabas con esa erección.- Le sujeta la barbilla obligándolo a verle.- Hiro tienes una idea de lo adorable que luces en este preciso momento, no sé si podre contener las ganas de comerme tus labios… – Su mirada está impregnada de lujuria.
– Para una broma pesada ya fue suficiente Eliot, si no te detienes te echare de mi ca…
Ya no logro terminar esa palabra, unos labios deseosos le comenzaron a besar tan embriagantemente que solo pudo dejarse llevar. Su razón había abandonado su cabeza; sus manos se deslizaban por los brazos y hombros de Eliot. Sus cuerpos exigían más cercanía, el espacio entre ellos se redujo a nada, podían sentir sus miembros rozarse, sin desaprovechar el momento Eliot mete su pierna izquierda entre las piernas de Hiro frotándole acompasado.
Con esa intromisión Hiro rompe el beso dejando salir un gran gemido.
– Aaahhhh…!! No Eliot, esto no está bien… ¿Qué te ocurre?
– Tú eres el culpable de que llegáramos a esto…- Le clava la mirada.
– ¿Yo? ¿pero yo por qué? – Está completamente confundido por sus palabras y actitud.
– ¿Recuerdas el día que Bell nos pidió una prueba de ser novios?
– Sí.
– Entonces recordaras bien el beso que me diste, al principio dude el seguir con esa farsa, no quería besarte pero… cuando tus labios tocaron mi boca y probé tu saliva ya no supe de mi, solo pude responder a ese beso perdiéndome en esa oleada de dopamina que invadía todo mi cuerpo. Desee que ese momento fuese eterno. Podía percibir el aroma de tu piel, la calidez de tu cuerpo, hasta ese momento solo te había visto como mi mejor amigo y creo que sin la intervención de Bell, aun te vería como tal… pero ya no había marcha atrás desataste en mí los mejores sueños húmedos que jamás había tenido. Cada mañana era lo mismo te veía estremecerte entre mis brazos, pidiéndome más con esa expresión tan erótica en tu rostro. Hoy no fue la excepción, me excitas tanto que no puedo evitar correrme.
– ¡Esperas que crea que te corriste así por soñar conmigo!
– Cada palabra es cierta. Tal vez conscientemente soy lento pero mi subconsciente si que es veloz, ahora comprendo que ya sentía algo por ti aun antes de empezar con todo esto, tú fuiste el único con el que yo podría representar un noviazgo. Comencé a recordar lo incomodo que me hacía sentir verte con otro chicos cuando te hacían muestras de afecto, ya no quiero engañarme más… Hiro deseo que esto deje de ser una farsa… se realmente mi novio.
Hiro estaba perplejo, sin saber que decir, parecía estar en un sueño, la persona que tanto había amado en secreto estaba ahí frente a él desnudo pidiéndole que sea su novio. Si esto era un sueño definitivamente no quería despertar pero en ese momento su parte racional hizo una pausa a tanto alucine atrayéndolo a la realidad.
– Eliot ¿será quizá que esta situación te haya trastornado tanto que te hace sentir cosas que realmente no son ciertas? Digo que pasara el día de mañana cuando todo pase y te sientas libre de estar con alguna mujer.
– Comprendo perfecto tu inquietud, yo también la sentí pero esto no es un sentimiento efímero, con cada día el deseo de estar contigo crece descomunalmente. En las ocasiones que Bell, nos ponía a prueba las palabras que surgían no eran producto de un invento. Realmente mi corazón hablaba.
– Quiero creer en tus palabras… deseo creerte… pero…
– Dame la oportunidad de probarte que lo que digo es cierto. Déjame ser tu pareja realmente, déjame amarte…
– Eliot… – Se le acerco dándole un beso intenso impregnado de deseo.
Dejo a un lado la incertidumbre de lo que ocurría en el futuro, solo quería ser feliz con el hombre al que amaba, aunque no dudara, aunque fuera efímero deseaba vivir intensamente cada minuto antes de vivir con el arrepentimiento del hubiera sido.
Eliot explora extasiado la cavidad de su amante, ambas lenguas se tocan frenéticas probando su sabor. La temperatura de sus cuerpos comienza a elevarse, el cuerpo de Hiro, se extrémese mientras las manos de su amante le recorren explorando cada recoveco de su ser. Eliot rompe el beso para contemplar la expresión de su amante; su rostro ruborizado y su mirada cristalina le enmarcan bellísimamente, con una sonrisa de satisfacción se inclina para besarle el cuello dándole ligeros mordiscos le provoca jadeos que intenta callar colocando su mano derecha. Eliot le toma la mano forzándole a quitarla.
– Hiro déjame oír tu voz… deseo escuchar tus jadeos… he soñado tanto con ellos…
– … – No contesta solo ladea su cabeza y aparta su mano dándole paso libre.
– Hiro…
Continúa con besos bajando a sus tetillas erectas y duras; las empieza a lamer como si fueran un helado, Hiro se estremece, su respiración se acelera junto con los latidos de su corazón. Los lengüetazos en sus tetillas continúan acompañados de succiones y ligeros mordiscos, la atención en esa área termina Eliot, baja entre lamidas, besos y succiones hasta llegar al miembro duro y palpitante que le espera. Hacía días que le consumía el deseo de probar el sabor de aquel falo; el olor que despedía el presemen le excitaba, acerco su lengua probando solo un poco, Hiro solto un gemido al sentir aquella lengua.
El sabor lejos de resultarle desagradable fue lo más delicioso que hubiera probado, se introdujo apenas la cabeza de aquella hombría degustándolo como si fuese un paleta de caramelo, dejándole completamente limpio decidió introducírselo un poco más, podía sentir como crecía y palpitaba en su interior, acelero las succiones, con una de sus manos de acariciaba los testículos duros y con la otra le recorría el trasero introduciendo uno de sus dedos en aquel pequeño huequito. Hiro no podía controlar los gemidos y jadeos, todo lo que experimentaba le tenía la mente en blanco, sus piernas parecían flaquear, se inclino sobre la cabeza de su amante para sostenerse.
Ya no era solo un dedo el que le penetraba rítmicamente, se habían convertido en 3 dedos que le invadían tocándole en sitios completamente desconocidos para él hasta ese momento, La oleada se sensaciones le provocaban un cosquilleo deleitante. Eliot, sentía que los latidos de ese miembro delicioso aumentaban, no quería que se corriera aun, deseaba alargar un poco más el momento, saca el miembro de su boca le abre mas las piernas, desliza su labio inferior sobre el muslo interno algunos centímetros antes de saborearlo con la lengua, besándole y acariciándole con una mano sin dejar de penetrarlo con la otra. Hiro muerde sus labios al observar y sentir todo lo que le hace su amante.
– Hiro date la vuelta…
– …- Solo asiente con la cabeza y obedece.
Ese traserito paradito le queda justo para besarle y morderle, con ambas manos le separa los glúteos dejándole paso libre a su pequeña entrada rosadita y dilatada, no espera mas y comienza a propiciarle un exquisito beso negro, su lengua juega en su interior, Hiro no puede más, su cuerpo se derrite, su respiración es cada vez más acelerada.
– ¿Hiro estás listo? Levanta… tu traserito hacia mí…
Hace lo que le pide, apoya sus manos en la pared para poder levantar su trasero Eliot, comienza a sobar su hombría sobre la entrada de su amante Hiro, hecha la cabeza hacia atrás al sentir esa hombría dura recorrerle su ya ansiosa entrada. Eliot sujeta sus caderas y comienza a entrar despacio evitando lastimarle, gracias a la preparación previa y la espuma del jabón Hiro no percibe dolor solo puede sentir descargas de placer, por fin toda su hombría esta dentro aguarda unos minutos permitiendo que su amante se acostumbre a él.
– Hiro… ¿estás bien?
– Sí… continúa.
Solo esto basto para comenzar a penetrarle, al principio trato de ser amable con penetraciones lentas y profundas, pero la opresión que ejercía su amante sobre su miembro le enloquecía a cada segundo, sin poder controlarse más acelero las embestidas, él también jadeaba y gemía sin control. El baño resonaba con los gemidos de ambos, amplificando también el sonido del choque de sus cuerpos.
Hiro, no aguanta más, el clímax le llega con un fuerte orgasmo y una abundante corrida. Eliot, se detiene solamente para girarle y cargarlo, volviéndole a penetrar de una sola estocada, Hiro se le abraza con las piernas y brazos. Se besan frenéticos, sus cuerpos perlados de sudor escurren copiosamente. Una sensación eléctrica recorre el cuerpo de Eliot, su pene crece en el interior de su amante que le succiona lujuriosamente; el orgasmo le llega explotando en el interior de su amante llenándole por completo con chorros de espesa semilla.
Ambos se miran directo a los ojos inhalando y exhalando agitados, juntan sus frentes y se dan un beso más calmado.
– Hiro te amo tanto.
– Yo te amo aun más. – Le brinda un dulce mirada.
– Los sueños que tenia contigo eran grandiosos pero nada se compara con la vida real, supero todo lo que había sentido. Fue realmente maravilloso.
– También fue maravilloso para mí. He estado enamorado de ti desde hace mucho tiempo, nunca imagine que fueran correspondidos mis sentimientos me conformaba con ser tu mejor amigo y estar cerca de ti. Por eso cuando me pediste que representara el papel de tu novio fue un shock para mí, después de meditarlo un poco accedí gustoso, por lo menos así guardaría un lindo recuerdo de esto.
– Hiro… como fui tan ciego para no darme cuenta de lo que sentías, y peor aun como no me di cuenta antes de lo mucho que te amo, aunque nunca es tarde para recuperar el tiempo perdido.
Se besaron nuevamente.
– Vamos a terminar de ducharnos Cleo, llegara más tarde, no puedo esperar para darle la noticia.
– Sera una linda sorpresa para ella, pero debo confesarte que ella ha estado enterada de mis sentimientos desde el primer momento. Se dio cuenta de ello y no tuve más remedio que contarle todo.
– ¡Vaya! su sexto sentido sí que es efectivo. No cabe duda que me llevo en trofeo a los despistados. – Ríe al sentirse torpe de no darse cuenta de los sentimientos de su amante antes que su hermana agregada Cleo.
Termina de ducharse, ordenan el desorden que estaba en la habitación, en cada ocasión que tenían se besaban y acariciaban como una pareja de recién casados en su luna de miel, sin percatarse que eran fotografiados desde el exterior de la casa por una figura que se ocultaba para no ser descubierto.
El hombre que tomaba fotos desde las sombras se retira al sentir que tenía toda la evidencia que necesitaba, aborda su auto y se marcha del sitio; se trata el uno de los guarda espaldas de Bell, que había estado espiando a la pareja desde que llegaron a la casa de Hiro, acompañados de Cleo. Con la evidencia que llevaba era más que obvio que si eran pareja Eliot y Hiroshi, situación que no le haría ninguna gracia a Bell.
Por fin llega a una mansión de amplios jardines, entra preguntando por Bell, al encontrar a Aura, una de las empleadas de más confianza de la familia O’Neill.
– Aura ¿Dónde está la Srta. Bell?
– Te espera en el despacho.
– Gracias.
Se retira en dirección al despacho al llegar toca la puerta de roble.
– Srta. Bell, he traído el encargo que me hizo, pero no creo que sea de su agrado lo que va a ver.
– Gracias Max, yo juzgare las fotografías. Dámelas. – Extiende la mano para recibir el sobre.
– Tome.
Le entrega el sobre, la chica ansiosa abre y examinando cada foto; sus ojos se abren desorbitados, su presión sube debido a todo lo que observa. Max, es un excelente fotógrafo y logro captar perfecto las emociones de Eliot y Hiro. Las fotos los muestran durmiendo abrazados en la cama, besándose mientras salen de la ducha con la toalla enrollada en la cintura, tirados en la cama acariciándose mientras se miran mutuamente.
Todas y cada una de las fotos que observa la hacen estallar, soltando un grito furico Max, solamente la observa taciturno, inmutable.
– ¡Ese maldito infeliz! ¡me va a conocer! ¡Esto no se lo voy a permitir si no es mío no será de nadie! ¡Max, prepara el auto y llama a Estefan! Vamos a arreglar esto.
– Pero Srta. Bell, ¿qué gana con hacerse esto? usted podría tener a cualquier otro que si sea hetero, está claro que esos chicos se aman. En ningún momento se percataron de mi presencia lo que ve en las fotos es real.
– No te pedí tu opinión, te di una orden. Limítate a seguirla.- Su mirada estaba totalmente trastornada.
– Como usted ordene.
Se retira de ahí en busca de su compañero. Los tres salen velozmente de la mansión, en ese momento Selene, baja las escaleras topándose con Aura.
– Buen día Aura, ¿sabes dónde anda Bell? hace rato que no le veo.
– La última vez estaba en el despacho con Max, vi que le llevaba un sobre.
– Bien, gracias Aura, voy a saludarla y aprovecho a recoger el libro que deje ahí.
– Si me necesita para algo mas estaré en la cocina revisando la preparación del almuerzo.
– Gracias Aura. Puedes retirarte.
Al entrar al despacho lo encontró solo, sin darle mucha importancia a la ausencia de su hermana se dispuso a buscar el libro que dejo la noche anterior; se percata de una foto que esta sobre el escritorio llamando su intención, al tomarla observa aterrada que se trata de Eliot y Hiro dándose un beso recostados en la cama sin hacer.
– ¡Dios mío! ¡no puede ser cierto esto! – En su rostro se refleja terror y angustia.
Sale a toda prisa en busca de Aura.
– ¡Aura, Aura!
– Si srta. ¿Qué le ocurre? ¿Por qué grita así?
– ¿Hace cuanto tiempo viste a mi hermana con Max?
– No mucho será unos 10 mint. O un poco más. ¿le ocurrió algo a la Srta Bell?
– Aun no, pero le va a ocurrir de eso me encargo yo…- Entre cerró los ojos con enojo.- Voy a salir.
– ¿Le puedo ayudar en algo? – Pregunta angustiada por la reacción de Selene, al verla tan molesta.
– No, gracias.
Salió corriendo, abordo su convertible arrancando a toda velocidad. Sabia perfecto donde estaba su hermana y rogaba a Dios llegar a tiempo antes de que ocurriera una desgracia.
A la casa de Hiro, llegaba un auto negro estacionándose enfrente de la puerta, Bell baja a toda prisa, abre el enrejado tocando fuerte y desesperadamente a la puerta. Eliot, abre molesto por la forma en que tocaban al ver que se trataba de Bell, abrió grandes los ojos en la sorpresa de verla ahí. Ella parecía poseída por el demonio, en su mirada se reflejaba una cólera incontenible.
– Bell, ¿Qué diablos haces en mi casa?
– ¡Maldito desgraciado! ¿cómo te atreviste a hacerme esto?- Le arroja el sobre con las fotos a la cara.- ¡Mira estás tú, con ese estúpido niño! ¡Pero esto no se va a quedar así, si no eres mío no serás de nadie!
Sale Hiro, aterrado observa la escena mientras Eliot, observa en estado de shock las fotos que le arrojo Bell, observa que son ellos dentro de la casa dándose numerosas pruebas de amor. No puede creer que invadiera la intimidad de su casa mientras pasaba un maravilloso momento con Hiro.
– ¡Bell, ya basta! ¡detén esta locura! – Exclama molesto Hiro, encarándola.
– Te vas a arrepentir de esto… ¡Estefan, quiero que le rompas los brazos a este estúpido crio! – Señala a Hiroshi.
Su mirada esquizofrénica le eriza la piel al guarda espaldas, basilla para seguir esa orden, lo que le pide es absolutamente inconcebible para él. Bell desespera aun más y le grita a Estefan.
– ¡¿Qué diablos estas esperando?! O haces lo que te ordeno, ó lo pagaras caro tú también ¡Estoy harta de que no hagan lo que ordeno! ¡Estefan rómpele los brazos, ya! – Le grita con más fuerza mientras aprieta los puños de coraje.
En ese momento se escucha que un auto frena abruptamente, baja a toda prisa Selene, observando la escena con seriedad, gira su cabeza a donde Estefan y con tono autoritario le habla.
– Estefan ni se te ocurra hacer lo que te pide mi hermana. – La ve con molestia.
– Tú… ¿Qué haces aquí? ¡no te metas donde no te llaman! – Le grita molesta a su hermana.
Selene no responde, avanza con pasos firmes hasta llegar frente a su hermana y sin previo aviso le suelta una bofetada con el dorso de su mano tan fuerte que logra tirarla de bruces sobre el suelo. La chica desconcertada toma su mejilla adolorida y enrojecida por el golpe, le comienzan a escurrir gotas de sangre de la comisura de la boca y la nariz. La mirada de Selene, le congela la sangre al tiempo que la invade un terrible miedo; pocas veces había visto esa mira y actitud en su hermana, sabia perfecto que estaba en graves problemas. Los chicos observaban todo asombrados y desconcertados.
– Selene… ¿Por qué me has golpeado? – Le cuestiona al tiempo que le ruedan gruesas lágrimas por las mejillas.
– ¿Por qué? ¿aun tienes el descaro de preguntar? Has llegado demasiado lejos. ¿Cómo te atreves a intervenir en la relación de ellos? No eres digan de lleva el apellido O’Neill… nuestra familia siempre ha sido noble y respetable y tú… ¡te has atrevido a mancillar nuestro apellido con estas estupideces!
– ¿Pero hermana…? Yo lo amo, solo quería… que estuviera a mi lado amándome como yo a él… – Comienza a sollozar.
– ¡Sécate esas estúpidas lágrimas! ¡Acaso eres idiota! ¿Cómo por Dios puede caberte en la cabeza que puedes forzar a una persona a amarte? al principio pensé que se trataba de un capricho pasajero, una niñería y ya. Fue un gran error de mi parte, no me percate que estabas perdiendo la razón.
– ¿Tú también crees que estoy loca?
– Desde luego. Solo una persona loca podría hacer cosas tan desquiciadas como las que has hecho, el llegar a esto, acosarlos tomándoles fotos en su propia casa. Solo me dice que perdiste la razón. Tendré que intérnate en una institución psiquiátrica, ahora me vas a conocer… te juro que te vas a arrepentir de todo lo que les has hecho a estos chicos. No tienes ni idea de lo que te espera.
– ¡nooo! – Grita desesperada. — ¡por favor no me hagas eso! ¡no podría soportar estar en un sitio así! ¡te juro que no volveré a hacerles nada! – Se le aferraba llorando desconsoladamente a las piernas.- No me hagas eso, te lo suplico ya no seguiré con esto… prometo no mancillar el apellido de nuestra familia… voy a cambiar pero por lo que más quieras no me encierres en una institución psiquiátrica.
– Tú misma te buscaste esto… lo lamento Bell, nada de lo que digas me hará cambiar de opinión, necesitas atención psiquiátrica urgente. – Voltea a ver a Max.- Llévatela al auto necesito hablar con ellos a solas.
Max la toma en brazos, llevándola hasta el vehículo, Estefan le abre la puerta, aborda el auto colocándose al volante, solo esperando la orden de Selene, para arrancar y marcharse de ahí, Max abraza a Bell, ella sigue llorando y aferrándose al pecho de su guardaespaldas.
– Eliot, Hiroshi, no sé como disculparme por todos los inconvenientes que les genero mi hermana, también fue responsabilidad mía por no detenerla.
– Selene, no te culpes por las acciones de tu hermana ella se obsesiono conmigo, no sé porque, y aun cuando le dije que ya tenía pareja se empecino a seguirnos molestando. Jamás le di pie para que pensara que yo la podría querer.
– Lo sé. Nosotras pasábamos siempre por tu colegio y ella te observaba mientas entrenabas en la pista… le gustaste mucho, quiso conquistarte pero en algún punto empezó a perder el sentido de la realidad. Como no me di cuenta que mi hermana se estaba transformando en un monstro… – Se recrimina a sí misma.
– Entonces ¿realmente la vas a meter a una institución psiquiátrica?
– Necesitan hacerle estudios Hiro, y comenzar a tratarla, quizá solo haga que la traten psicológicamente pero depende mucho de cómo la vean. Si me dicen que debe ser internada con todo el dolor de mi corazón y acosta de sus suplicas la internare. Jamás me perdonaría que su locura causara alguna tragedia, afortunadamente alcance a llegar a tiempo, de lo contrario no quiero imaginarme la escena que hubiera llegado a ver.
– ¿Su gorila realmente me hubiera quebrado los brazos?
– Estefan… no él jamar haría algo así, pero mi hermana en su locura y al ver que mis chicos no hacían lo que les pedía no se de lo que hubiera sido capaz. – Saca del bolsillo de su chaqueta la foto que se había quedado en el despacho, la observa antes de dársela a Eliot. – Sabes Max, es un excelente fotógrafo, no apruebo que los estuviera espiando pero tomo unas fotos que retratan a la perfección lo mucho que se aman… me da un poco de envidia… se ven realmente enamorados…. Bien me retiro, los dejare dar un respiro en paz de toda esta locura.
– Gracias Selene.
– De nada Eliot. Solamente hago lo correcto. Bye chicos, espero que si nos volvemos a ver sea en circunstancias más amenas.
– Hasta pronto entonces.
– Gracias por todo, Selene. – Le brinda una gran sonrisa Hiro.
Selene sale de la casa, le indica a Estefan que arranque; aborda su convertible siguiendo el auto de su hermana. Los chicos quedan aun impresionados por todo lo ocurrido, tratan de digerir la situación tan extraña de la que fueron presa. Entran a la casa tomando asiento en la sala.
– Aun no creo que Bell, llegara tan lejos, nos tomo fotos dentro de la casa. – Observa las fotos, apoya su cabeza sobre si mano derecha.
– Sabes… Bell en ocasiones me daba miedo, su actitud y sus gorilas me llegaban a erizar la piel, pero cuando vi a Selene enojada se me helo por completo la sangre, fue realmente aterradora su presencia a pesar de tratar de comportarse con calma.
– Tienes razón, quien diría que ella, la chica callada y tranquila pudiera causar tanto miedo ¿viste como sus gorilas también se cohibieron con su presencia? se les vio el miedo en la cara.
– Jajajajaja sí, creo que jamás podre olvidar esas caras. Bell, no se quedo atrás, aunque me dio un poco de pena verla ahí en el suelo tirada de bruces.
– Hay Hiro, tú y tu corazón de pollito. Tal vez me vea cruel por lo que te voy a decir, pero me alegra q hubiera alguien que le pusiera freno a su locura.
– Por fin podremos llevar una vida tranquila. Haciendo de lado el hecho de que violaron nuestra privacidad debo admitir que me encantan nuestras fotos, serán para nuestro álbum familiar. ¿qué dices?
– Pilluelo, pero nuestro álbum privado.
– Je, claro…
Están a punto de darse un beso cuando el timbre suena haciéndoles brincar de susto. Hiro se levanta del sillón en dirección a la puerta pero antes de abrir observa por la mirilla de quien se trata, al ver que es Cleo, le abre aliviado.
– ¡hola, Hola Chicos! Como pasaron la noche.
– Hola Cleo, muy bien. Fue una noche agradable…
– Ya veo. – le sonríe pasándose a la sala.
– Eliot, hola. ¿Cómo ha estado todo hasta ahorita?
– Hola Cleo, pues ha sido una montaña rusa de emociones. Toma asiento, si hubieras llegado unos minutos antes te hubieras topado con una escena irreal.
– ¡Explícate! Me estas asustando. ¿Qué fue lo que hizo Bell, esta vez?
– Hiro y yo pasábamos un excelente momento de convivencia cuando sonó el timbre, fui a abrir y en efecto era Bell, la que tocaba a la puerta. Se veía tan encolerizada y mas desquiciada de lo acostumbrado, me arrojo unas fotos que nos tomo uno de sus gorilas.
– ¿Unas fotos? – Parpadea asombrada por lo que escuchaba.
– Sí, nos estuvieron tomando fotos desde que llegamos con mis cosas hasta hoy por la mañana. No se si no durmió ese tal Max, pero sí que logro abarcar todas esas horas.
– Santo Cielo. ¿Y les hizo algo más? ¿los lastimaron? – Les cuestiona observándoles que estén bien, sin muestras de golpes o maltratos.
– Por poco, planeaba hacer que uno de sus gorilas me rompiera los brazos. Afortunadamente Estefan, no obedeció esa orden tan descabellada, yo temía que se me abalanzará y me rompiera los brazos.
– Ni pienses en eso Hiro, si ese gorila lo hubiera intentado tendría que pasar sobre mi cadáver, jamás permitiría que alguien te lastimara. – Le brinda una mirada consoladora con un ligero destello.
– Lo sé, pero crees que me hubiera quedado de brazos cruzados viendo que te lastimaban. Tendrían que mandarnos a los dos al hospital mal heridos. – Su mirada se vuelve dulce y con el mismo destello que los ojos de Eliot.
Su amiga no perdía detalle alguno, en el fondo sospechaba que Eliot también estaba enamorado de Hiro, en más de una ocasión le pareció verlo realmente celoso cuando Sebastián le hablaba a Hiro, pero pensaba que solo busca ver lo que no existía debido al gran cariño que les tenia, anhelaba con todo su corazón verlos juntos. Estos días estaba más que confundida con la actitud de Eliot, no parecía una simple actuación, algo en su interior le gritaba “sí lo ama” y justo por esa vocecita interna los quiso poner juntos bajo el mismo techo. Tenía la firme esperanza de que sí pasaban ese tiempo juntos lograría encender la chispa de amor. Viéndolos ahora su corazón brincaba de emoción, ya no le cavia la menor duda de que su plan de
Cupido había dado resultado.
– ¿Bueno pero y luego que hicieron? Porque no veo a Bell, ni a sus sombras por ningún lado.
– Llego su hermana en ese preciso instante y puso a su hermana quieta. Esa chica es impresionante.
– ¿Impresionante?
– Sí, yo siempre la vi tranquila y más equilibrada que su hermana pero hoy si que le helo la sangre.
– Cierto, verla molesta fue más aterrados que sus gorilas a punto de romperme los brazos.
– Completamente de acurdo. Llego y se llevo a Bell, ofreciéndonos disculpas por todo y asegurándonos que esto llego a su fin. Estamos tan aliviados de que esto haya terminado, por fin podremos respirar tranquilos en nuestra casa, sin el miedo de que llegue y nos amargue el día.
– ¡Qué gusto! Gracias al cielo que llego a su fin esta pesadilla, pero aun me pica una espinita. Cómo está eso de “respirar tranquilos, en nuestra casa” ¿Acaso ya no quieres regresar a la tuya Eliot?
– No, me quiero quedar a vivir con Hiro. – Le voltea a ver evidenciando lo enamorado que está.
– ¡Wow! ¡Súper! ¡Lo sabía, lo sabía! No saben lo feliz que soy, mis dos amigos ya son oficialmente novios.
– Cleo, esa era una sorpresa que te queríamos dar. ¿Cómo lo supiste? – Se sonroja a verse descubierto.
– Tonto, si que eres despistado Eliot, tus ojos gritan ¡te amo Hiro!
– Jejejeje, te lo dije Eliot, Cleo tiene un impresionante sexto sentido. No se le pasa nada. – Ríe divertido viendo a su novio descubierto y rojo como tomate.
– Ejem, chicos debo confesarles una pequeña travesura que hizo… La idea de que vivieran juntos llevaba un doble fondo, deseaba que aclararan sus emociones, principalmente tu
Eliot, sospechaba o bueno querías creer que tú correspondías los sentimientos de Hiro, pero cavia la posibilidad de estar equivocada y que realmente solo lo vieras como a un muy buen amigo. Decidí ser una enviada de cupido ¡y cielos! Si fue así. No puedo contener lo feliz que me siento por mis dos mejores amigos.
– Con que si Cleo, bueno debo decir que no eres mi mejor amiga.
– A no… – Le responde a Eliot, haciendo un gran puchero.
– No eres mi mejor amiga, eres mi tercera hermana y por ende la cuñada de Hiro.
– Claro Cleo, somos una gran familia.
Cleo salta del sillón llena de júbilo se les abalanza con un fuerte abrazo, no puede evitar unas lagrimas fugaces de alegría.
– Los quiero tanto, si somos una bonita familia.
Por la tarde deciden hacer una gran reunión con las tres familias para darles a conocer la noticia. A decir verdad no es algo que les tome por sorpresa, ya sospechaban que existía algo más naciendo entre ellos dos aunado a la situación tan peculiar de simular un noviazgo falso.
Las cosas salen mejor de lo que esperaban, así que Eliot se mudo totalmente a vivir con Hiro. La relación de las 3 familias se estrecho aun más, formando una gran familia.
================= fin =============
Gracias a todos por leerlo n_n.
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