Adicto al semen
Un chico de 13 se vuelve adicto al semen de su amigo.
Hola a todos, soy José y ya este es mi cuarto relato. Al igual que los tres anteriores, este es 100% real.
Luego de lo ocurrido en mis relatos anteriores, pasaron unos meses y cumplí 13 años. Era el año 2012 y conocí a una hermosa chica, se llamaba Stephany y tenía 12 años, era un poco baja, tal vez 1.50mts de altura, era un poco gordita pero no tanto, piel blanca y cabello negro largo que le cubría un poco más de la mitad de su espalda, con unos ojos caramelo muy lindos, tetas no tan grandes pero igualmente provocativa, y lo mejor de todo: un culo enorme y unas piernas gruesas que me volvían loco, para mi yo de 13 años era la chica ideal.
Hablamos durante un par de semanas y nos dimos cuenta que nos gustabamos mutuamente así que empezamos una relación. Éramos de colegios distintos aunque estaban cerca el uno del otro, así que nos veíamos en una plaza cerca de ambos colegios durante media hora al salir de clase. Al ser tan jóvenes nunca teníamos ningún momento a solas, ya que yo iba a visitarla a su casa una vez por semana y siempre estaba su hermano de 14 años, su hermana mayor de 18 y su mamá, que sin razón alguna nunca fui del agrado de esta última y por esta razón nunca permitió que Stephany me visitara a mi casa.
Yo acostumbraba visitar a mi vecino varias noches a la semana para jugar Play Station, se llamaba Arturo y era un año mayor que yo, solíamos jugar Grand Theft Auto y Need for Speed.
Luego de varios meses se relación con Stephany yo ya tenía ganas de tener sexo con ella y finalmente saber lo que se sentía penetrar a una mujer. Lo había hablado con ella y ella también tenía ganas, pero el problema era que nunca podíamos estar solos durante más de 10 minutos.
Una noche jugando con Arturo como acostumbraba a hacer, le comenté que tenía pensado tener sexo con Stephany en cuánto tuviera la oportunidad, a lo que él me contestó preguntándome si ya había estado con alguna mujer.
– Aún no, ella será la primera – le contesté.
– Yo ya tuve mi primera vez, fue increíble – me respondió.
Le pregunté cómo era y le pedí algunos detalles, pero me dijo que era mejor que viera porno y aprendiera de allí. Luego de allí empezamos a hablar de nuestras categorías porno favoritas y sobre los videos porno que habíamos visto y que nos habían gustado, y poco a poco me dieron ganas de ver porno, y parece que a él también ya que me dijo: «Cierra la puerta, vamos a ver porno un rato».
Cuando iba a jugar a su casa siempre nos encerrabamos en su cuarto, el Play Station estaba ahí al igual que su computadora. Había una pequeña mesa con el televisor y la consola en una esquina, y pegada a la mesa estaba la cama donde solíamos sentarnos a jugar. Del otro lado de la cama estaba la computadora.
Cerré la puerta y él se sentó frente a la computadora y empezó a buscar. No había preocupación porque alguien entrara al cuarto, su papá no estaba ya que trabajaba de noche, su mamá estaba en su cuarto viendo la telenovela, su hermana mayor estaba en casa de una amiga y sus otros dos hermanos mayores seguramente estaban en alguna fiesta.
Arturo le dió play a un video que encontró y empezamos a ver. Era de una mujer con un hombre y ella le estaba haciendo sexo oral a él. Al principio nosotros nos limitamos a ver únicamente aunque al pasar los minutos noté que Arturo empezaba a sobarse la verga sobre el pantalón, así que yo empecé a hacer lo mismo. En el video el hombre empezó a penetrar a la mujer y Arturo me dijo: «Tienes que ponerla a mamar primero y luego es que la vas a coger». Sólo respondí con un «Ok» mientras seguía viendo el video. Luego de unos segundos Arturo dijo: «No te molesta si me hago una paja ¿verdad?»
– Pues es tu casa – respondí. Arturo lo pensó unos 5 segundos y luego se quitó el pantalón, se agarró la verga con su mano izquierda y empezó a masturbarse.
Arturo era un chico blanco, cabello negro corto y cuerpo atlético pues solía jugar fútbol, era un poco más pequeño que yo y era totalmente lampiño. Su verga era delgada y un poco pequeña, tal vez unos 13cm.
Al ver la naturalidad y tranquilidad con la que se masturbaba a pesar de que yo estaba a su lado me provocó masturbarme también, pero no me quité el pantalón completamente, sólo me lo bajé hasta las rodillas y empecé a masturbarme con mi mano derecha.
Hasta ese momento no había nada raro, sólo éramos dos chicos viendo porno hetero mientras nos masturbabamos, hasta que en el video la mujer nuevamente empezó a hacerle un oral al hombre.
– Se siente muy rico cuando te lo maman – me dijo Arturo.
– Sí, eso sí me lo han hecho y se siente muy bien – le contesté.
– ¿Ya te lo han mamado? – me preguntó.
– Sí, varias veces un primo… – dije sin pensar. Mi mano dejó de masturbar mi verga y me quedé mudo unos segundos esperando que Arturo dijera algo. No podía creer que se me había escapado eso.
– ¿Un primo tuyo te la mamó? – me preguntó. Su mano había soltado su verga y había volteado a mirarme. No dije nada y simplemente asentí con la cabeza.
– ¿Y tú también se la mamaste a él? – siguió con su entrevista.
– Sí… Un par de veces… – dije tartamudeando.
Luego de escucharme volvió a agarrar su verga y dijo: «Y a mí que soy tu mejor amigo no me la has mamado». Me quedé sin palabras unos segundos y luego le pregunté: «¿Quieres?» y enseguida me respondió asintiendo con la cabeza.
No podía creerlo pero ahí estaba yo apunto de mamarsela a mi mejor amigo aunque yo ya tuviera novia. Agaché mi cabeza y empecé a mamarsela, me entraba completo en mi boca. Aunque me costaba aceptarlo en ese momento de mi vida, soy fan de mamar verga.
Se la estaba mamando con mucho ánimo, me la metía completa en la boca y me quedaba varios segundos con su pene totalmente dentro de mí, para luego sacarlo para poder respirar y seguir mamando.
– Que buen mamador eres – Me dijo mientras yo seguía chupando. Esas palabras nunca se me van a olvidar porque me sentí súper orgulloso al oírlas. En un momento él me separó de su pene y se pasó a la cama, se puso de pie en la cama y yo me senté a sus pies y empecé a mamar. Él tomaba mi cabeza y me empujaba su verga hasta el fondo a la velocidad que él quería. De fondo seguía sonando a poco volumen los gemidos de la mujer en el video, y eso me prendía aún más. Hasta que lo oí soltar unas quejidos y empecé a sentir cómo llenaba de leche mi boca, mientras eyaculaba empujaba su verga más adentro de mí y yo como buen sumiso me tragaba todo su semen. Luego de eso cerró el video porno y me preguntó si quería agua, le dije que sí y salió del cuarto a buscarla. Me quedé pensando en lo que había pasado, aún con la verga dura y con la excitación a full, seguí masturbándome hasta que él llegó con un vaso con agua, me lo dió y se sentó a mi lado. Mientras yo tomaba agua él agarró mi verga y empezó a masturbarme por un momento, y cuando terminé mi vaso se lo dí y él lo colocó en la mesa donde estaba el televisor y agarró el control del Play Station.
– Agarra el control, sigamos aquí – me dijo, invitando ñme a seguir jugando. Jugamos unos minutos más y luego me fui a mi casa.
Pasaron un par de días hasta que Arturo una noche tocó mi puerta y me invitó a jugar nuevamente en su casa, y al tener el permiso de mi mamá sin dudarlo fui de nuevo. Nos encerramos en su cuarto y empezamos a jugar durante un rato hasta que me dijo: «¿No te quieres masturbar otra vez?» a lo que yo me reí sin responderle, y él sin decir nada más se sacó su verga y me invitó a mamarla, y sin oponerme fui directo a su verga y empecé a mamarla con ganas. Así pasaron varias noches dónde yo iba a su casa, nos encerrabamos en su habitación y se la mamaba hasta que acababa en mi boca.
Una noche se la estaba mamando cuando me dijo: «Oye, ¿y si te pones en cuatro patas?», yo lo pensé unos segundos, negué con la cabeza y seguí mamandosela.
– Vamos, ponte en cuatro patas, por favor – me insistió.
Dudoso solté su verga y me puse en cuatro patas. Él se colocó detrás de mí y puso la cabeza de su verga en mi ano. La rozó un poco y luego empujó suave. Me dolía un poco pero podía aguantar un poco más. Cuando ya tenía su cabeza dentro de mí la metió completa de un empujón, lo que me hizo gritar de dolor, al oír mi grito en seguida lo sacó y se guardó su verga en el pantalón nuevamente, y yo también rápidamente me subí el pantalón y me acosté en la cama. A los pocos segundos entro su hermana preguntando qué había pasado, a lo que Arturo respondió que yo me había golpeado el pie con la pata de la cama. Cuando su hermana salió del cuarto él me pidió disculpas, me trajo agua y me preguntó si quería seguir jugando, y yo me tomé el agua y le dije que sí aunque aún me dolía mi culo.
Obviamente seguí yendo, me volví adicto a mamar su verga. Creo que la idea de que estaba «mal» y que nadie debía enterarse me excitaba aún más. Una vez fui a jugar a su casa como siempre y estaban dos amigos más, vecinos todos del mismo edificio. Nelson de 16 años era un negro bastante corpulento, aunque era de mi estatura 1.70mts aproximadamente (siempre fui alto), y Adrián de 14 años era más alto que Nelson pero blanco y delgado. Ese día estábamos jugando los cuatro hasta que empezaron a tocar el tema sexual, como es costumbre en cualquier grupo de amigos hombres adolescentes. Yo no decía nada porque estaba un poco nervioso de lo que podría pasar si se enteraban de lo que hacíamos Arturo y yo, y también por ser el menor del grupo. No recuerdo cómo llegamos a ese punto, pero Arturo dió la idea de masturbarnos todos juntos, y Nelson estaba un poco dudoso ya que no confiaba mucho en mí, pero Arturo le dijo que yo era de confianza y que no diría nada, que me había ganado esa confianza con él. Nelson nos miró a ambos un poco confundido todavía, pero Adrián rompió el hielo diciendo: «Bueno, vamos pues» y se sacó su verga y empezó a masturbarse. Le siguió Arturo que también se sacó la verga y empezó a masturbarse. Nelson aún dudoso empezó a bajarse el pantalón muy despacio, hasta que bajó su boxer y sacó su verga. Era muy gruesa aún cuando se notaba que no estaba erecta. Él agarró su verga y empezó el movimiento de sube y baja.
Yo estaba nervioso aún, pero bajé mi pantalón y empecé a masturbarme aunque no lograba que mi verga estuviera 100% erecta. Estábamos los 4 masturbandonos en la misma habitación, en la misma cama, hacíamos un cuadrado con Arturo y yo de un lado y Adrián y Nelson del otro lado. En un momento Adrián empezó a bromear con Nelson diciéndole que tenía una gran verga típica de un negro. Reímos y Nelson también bromeaba sobre la verga de Arturo diciendo que era flaca. Poco a poco se me quitaron los nervios y logré tener mi erección. Mi mirada se fijaba cada cierto tiempo en las vergas de cada uno, hasta que en un momento en que estaba viendo la verga de Adrián este se dió cuenta y dijo: «¿Qué ocurre? ¿Te gusta?». No supe qué responder, sólo reí un poco incómodo, en lo que Arturo dijo: «Hey, déjalo tranquilo».
– Es que tenía rato viendo mi verga – dijo Adrián.
– Tal vez se le antojó – dijo Nelson entre risas. Yo empecé a ponerme nervioso de nuevo.
– ¿Te provocó? – Me preguntó Arturo con un tono de voz calmado, y aunque lo ví directo a los ojos no pude responderle, pero creo que me entendió.
– ¿Quieres? – Preguntó de nuevo Arturo mientras movía su verga. Yo ví a Nelson y a Adrián y ellos solamente veían mientras seguían masturbándose lentamente, esperando a ver qué iba a ocurrir. Me llené de valor, extendí mi mano y agarré la verga de Arturo y empecé a masturbarlo mientras con la otra mano seguía masturbándome y los otros dos seguían viendo.
Luego de unos segundos así, Adrián se movió y se colocó al otro lado de mí y dijo: «Hazlo conmigo». Así que solté mi verga y agarré la verga de Adrián, que era una verga blanca y grande, delgada pero no tanto como la de Arturo. Ahí estaba yo masturbando a Arturo y a Adrián mientras Nelson nos veía y se masturbaba. Arturo me agarró por la parte de atrás de mi cabeza y me fue llevando a su pene, y no puse resistencia.
Solté a Adrián y empecé a mamar la verga de Arturo que tanto me encantaba. Adrian volvió a sentarse al lado de Nelson para poder ver de frente todo el espectáculo que estaba dando. Por mi mente pasó el rostro de Stephany, pero la verdad no me importó en ese momento, sólo quería seguir mamando y mamando hasta cansarme. Luego de varios minutos escuché a Adrián decir: «Yo quiero», lo que provocó la risa de todos.
Arturo se movió al lado de Nelson y Adrián se sentó a mi lado, y sin importarme nada mas me llevé su verga a la boca. Que deliciosa verga, me encantaba sentir su líquido preseminal en mi boca, la sacaba de mi boca y la lamía desde el tronco hasta el glande y luego me la volvía a meter en la boca. En un momento volteé y me sentí celoso al ver a Arturo mamando la verga de Nelson, ya que a mí nunca me la había mamado, y esto provocó que me enfocara aún más en la verga de Adrián, quería hacerlo acabar en mi boca y así fue. Adrián empezó a gemir y empecé a sentir su semen disparado en mi boca, y como siempre me lo tragué todo sin dejar ni una gota.
Saqué la verga de Adrián de mi boca y volteé a ver a Arturo que se la seguía mamando a Nelson, una sonrisa se escapó de mi rostro y empecé a masturbarme viendo aquella escena. Arturo se masturbaba mientras se la mamaba a Nelson y de repente se levantó y se acercó a dónde yo estaba, apuntó su verga a mi boca y yo instintivamente la abrí, él metió su verga y empezó a depositar todo su delicioso semen. No dejé escaparse ni una gota, me tragué absolutamente todo. Luego de eso Adrián y Arturo se acostaron en la cama ya exhaustos y yo empecé a reír por sus caras agotadas. Nelson guardó su verga al igual que yo, y luego de eso decidí levantarme e irme a mi casa.
Al llegar a casa me encerré en mi habitación y me masturbé hasta acabar, me limpié con una toalla que tenía cerca y me dormí.
Seguí yendo a casa de Arturo pero sólo cuando estaba él solamente, y seguí mamando su verga y tragando su semen casi a diario, así fue hasta que creo que se aburrió y dejó de invitarme.
Mi relación con Stephany seguía y finalmente pude coger con ella, pero eso lo contaré en mi próximo relato.
Sígueme en Twitter: @_handr
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