Adolescencia III: Mi Vecino
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por kikinfck.
Como les comente al inicio del relato anterior, era común que mi vecino y yo viéramos películas eróticas en la tele o revistas de mujeres desnudas mientras nos tocábamos nuestros respectivos pitos. Juan es mayor que yo unos 8 meses y al ser mi vecino hacia que tuviéramos oportunidad de convivir muy seguido, ya fuera en las tardes después de la escuela o en las noches los fines de semana cuando sus padres o los míos salían de casa.
La relación era super normal, jugábamos fútbol en la calle con otros vecinos un poco más grandes, jugamos nintendo en nuestros cuartos y demás actividades normales de la edad. Hasta que el despertar sexual nos invadió a ambos. Recuerdo que al ver una película de esas eróticas de media noche en la televisión de paga el me comento que si no se me antojaba jalarme la verga, a lo que producto de la excitación de ver unas tetas en la tele le conteste que sí. Rápidamente bajo su pantalón y dejo salir de su boxer su pene. El cual era mucho más grande que el mío ya que ha simple vista tenia la cabeza mas grande y sin estar completamente parado ya se veía largo. A pesar de la diferencia no tuve ningún problema en sacar el mío y tocarme mientras veía la película. Si me sorprendió ver que ya totalmente parado Juan contaba con una herramienta profesional, no sabia exactamente cuanto media pero si era algo grande y gruesa.
Desde esa noche se hizo común aprovechar las tardes y noches en las que uno u otro se quedaba sólo en su casa, para jugar cada quien con su pito. Como escribí en mi primer relato el orgasmo lo descubrí como a los 11 años, por lo que después de esa edad disfrutaba aún más la sesiones de masturbación con mi vecino.
Ya con 12 años recuerdo que la sesiones de masturbación dieron un vuelco total. Una tarde después de jugar fútbol Juan me comenta.- Conseguí algo especial para ver.
No me dijo dos veces fui a mi casa avise que iba a jugar Nintendo un rato en casa de Juan y en unos minutos ya estaba en el cuarto de Juan, inmediatamente puso el seguro de la puerta y de su armario de la parte más alta saco su caja de revistas pero esta vez no era una simple revista de caballeros sino era una revista porno en toda la expresión de la palabra. Ahorita no es gran novedad pero te puedo asegurar que hace más de 15 años no era fácil que unos pubertos tuvieran acceso a ese material. La revista mostraba mujeres dando mamadas y recibiendo en sus vaginas penes descomunales, lo cual era totalmente nuevo para mí, ya que sólo había visto desnudos femeninos tanto en revistas como películas. Ni tardos, ni perezosos no la jalamos hasta terminar, Juan sacaba un chorro potente de semen y yo pequeñas gotas casi cristalinas.
Los siguientes días no podía sacar de mi cabeza las imágenes de la revista y me hizo atar cabos de lo que jugué años atrás con Luis. Yo ya sabía lo que era que me dieran una mamada, pero también sabía lo que era dar una, lo que hacía que fuera una experiencia no presumible.
Semanas después estando en mi casa con Juan jugando Nintendo, me pregunta si no he conseguido alguna revista o algo que ver para masturbarnos, lo cual era negativo, por lo que me dijo ni hablar tendremos que usar la imaginación, simultáneamente se bajo el pantalón con todo y ropa interior y empezó a masturbarse, fue tan rápido y sorpresivo el movimiento que por primera vez me le quede viendo directamente a su pene unos cuantos segundos, totalmente involuntario quede como hipnotizado viendo su vergota, larga delgada del tronco y mas gruesa conforme se acercaba a su gran cabeza, sinceramente un pene imponente y hermoso, muy viril. Juan inmediatamente noto mi admiración y astutamente me pregunta.- ¿no te gustaría tocarlo? Entrando en sí al escuchar la pregunta de inmediato conteste que no. Por el temor a ser juzgado posteriormente como joto, aunque ya hubiese experimentado con Luis algunas cosas, la inseguridad a ser delatado era mucha así que hice caso omiso y me desnude para jugar con mi pito. Unos minutos más tarde, víctima de la excitación natural de la masturbación complementada por la propuesta de Juan, sin pensar le pregunte.- ¿si me dejarías tocarlo? no vayas a pensar que me gustan los hombres pero si me da mucha curiosidad saber que se siente tocar un más grande que el mío. Lógicamente no le iba a platicar mi experiencia con Luis, así que fingí desconocimiento total.
Juan no dudo en decirme si quieres cierro los ojos mientras me lo tocas y te prometo no decir nada. Después de oír esas palabras me acerque a su miembro y lentamente lo tome con mi mano derecha, se sentía caliente y muy rígido, pero al mismo tiempo terso y delicado, su cabeza triangular era suave y esponjosa, sin pensar empece a mover su tronco hacia arriba y hacía abajo por unos minutos, era extraño para mi la sensación ya que yo no estoy circuncidado y mi pellejo me permite jalar hacia arriba un poco más que con Juan. Al dejar de tocarlo Juan abrió los ojos y me pregunta si me dio asco o sentí raro; a lo que conteste que no.
Lo que dio pie a la siguiente pregunta.- ¿No te gustaría saber que se siente mamar una verga? Sorprendido, asustado y excitado conteste que ni loco, porque luego me iba a quemar con los demás de que yo se la había mamado. Juan muy tranquilo me dijo.- mira si me la mamas yo también te la mamo y así no podemos decir nada ni tu ni yo. No lo pensé dos veces y asentí con la cabeza, el se levanto del suelo donde estábamos frente al televisor y se acostó en mi cama poniéndose la almohada sobre la cara, me dijo que lo hiciera como lo habíamos visto en la revista. Recargue mi cabeza en su abdomen y tomando su pene con mi mano derecha metí su cabeza en mi boca. La experiencia fue maravillosa, en segundos quede en un trance que hizo que lentamente subiera y bajara mi cabeza con su verga en mi boca. Recuerdo a ver sentido como se estremecieron las piernas de Juan lo que me dio la señal de sacarme su pene, el quito su almohada y me dijo excitado que no parará, a lo que conteste no sigues tu de chupármela, rápidamente me pidió que me parará a un lado de la cama y sin titubear se metió mi cabeza a la boca como unos 5 segundos y me dijo.- ya! no puedo hacerlo más, te prometo no decir nada y con esto puedes decir que yo también te la mame, tu ya me demostraste que si puedes hacerlo y lo haces muy bien por favor síguele. No muy convencido, volví a mi posición, aunque no parecía muy contento por dentro me moría por volver a chupar esa hermosa vergota, así que ahora un poco más erótico empece a lamer la orilla de su cabeza, recorrí con mi lengua desde la punta de su cabeza, dando vueltas en ella, hasta topar con sus vellos púbicos, así en varias ocasiones hasta introducirme el trozo de carne en mi boca y empezar cada vez más rápido a subir y bajar, después de unos minutos Juan me toco la cabeza y pude notar que estaba apunto de terminar, así que me saque la verga y me quede a observar en primera fila como Juan se daba las últimas jaladas para dejar salir un enorme chorro de semen seguido de otros tres de menor intensidad. No me quedo más que decir que de mecos te salieron.
Después de ese día la relación cambio por completo, ahora casi todas las tardes después de jugar ya no solo eran sesiones de masturbación individual, puesto que siempre terminaba dándole tremendas mamadas a Juan para que pudiera terminar, hasta que una tarde dimos un paso más, pero eso se los contaré en el siguiente relato.
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