Adrián 7 años. (Continuacion)

Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por eduardolanister.
Luego de la muerte de la madre de mi amiga pasaron unos 3 meses de vez en cuando la llamaba para saber cómo estaba y la verdad no terminaba de superar la perdida, me comentaba que estaba preocupada por Adrián ya que ella no podía controlarse y muy seguido rompía en llanto, yo le aconseje que se tomara un tiempo que se fuera de viaje para que despejara su mente, que yo podía quedarme en su casa y encargarme de Adrían para que estuviera tranquila, el niño y yo ya habíamos ganado una buena confianza, ella me decía siempre que lo pensaría.

Una mañana me llamo y me dijo que no podía más que se iría por un tiempo, así que, quedamos como ya le había ofrecido, prepare mis cosas y me fui a su casa, allí estaba ella hablando con Ardían, le decía que tenía que ser un niño bueno conmigo y que volvería pronto, me abrazó y me dio las gracias por el favor y me dijo que llamará a Adrián todos los días, yo le dije que no se preocupara que no había problemas que llamara cuando quisiera, esa mañana se marchó.

Prepare un rico almuerzo mientras Adrián veía TV, la tarde transcurrió normal jugamos juntos y en cada juego yo aprovechaba para acercarme más a él, la verdad siempre me excitaba tenerlo cerca y no escondía mi erección, siempre le hacía cosquillas y veíamos la TV juntos abrazaditos, yo lo acariciaba, llego la hora de la ducha lo desnude y le dije que me ducharía con el no dijo nada solo entro a la ducha yo entre con mi enorme erección , mi pene tropezaba a cada momento con su cuerpo, yo lo enjabonaba y tallaba todo su hermoso, pequeño y tierno cuerpo, por alguna razón me encantaba eso, no pretendía más, no quería acabar o hacer más de eso en la ducha, la verdad ya me había tomado mucha confianza apenas el primer día de estar solos.

Llego la noche y le dije a Adrián que durmiera conmigo, le puse su pijamas y se acostó de inmediato me abrazó hasta quedar dormido, amaba tener a ese niño en mis brazos, no podía pedir más pero no podía dormir, mi pene palpitaba en bóxer, tenía que acabar, me levante esta vez me desnude por completo quite toda la sabana que arropaba a mi pequeño y puse mi pene en su boca, el instantáneamente abrió la boca, entonces le dije bebe quiero que saque la lengüita y la muevas, Ardían con cierta timidez, saco de apoco la lengua y comenzó a moverla con una de mis manos comencé a tocar su penecito, le dije: quiero enseñarte hacerlo bien, tienes que ser un niño bueno conmigo, quiero que me la chupes como un caramelo cuando la tengas en tu boca, metí mi pene en su boca y Ardían obedecía, ver la envergadura de su pequeño cuerpo a la media luz de la tv y su boquita tratando de comer mi verga me tenía que explotaba, yo le decía que lo hacía muy bien, que mientras chupara tragara saliva, quería que tomara todo mi precum y al acabar que tragara todo mi semen, comencé a sentir la presión de su lengua y paladar Ardían estaba aprendiendo muy rápido a dar una deliciosa mamada, entonces explote en su boca mis palpitaciones hacina mover su pequeña carita, trago todo mi amor, así que baje y le di una mamada, hasta que me dijo: “pipi” frotándose los ojitos, fue al baño volvió y me abrazo así nos quedamos dormidos.

Los siguientes días fueron muy pervertidos, ya no me bastaba con darle leche en las noches, a veces lo tenía en la mesa de la cocina y antes del desayuno lo ponía a tomar primero mi leche y luego le daba su cereal preferido, o en la ducha, a veces simplemente mientras veía tv solo me la sacaba y la ponía en su boca, Ardían era un niño muy sumiso y tierno, cuando su mami llamaba decía que me quería mucho que estaba muy bien y le pedía golosinas y juegues a su mami, yo le daba todo el amor que podía darle.

Llegamos al punto en el que veces lo desnudaba y me masturbaba con mi pene entre sus piernas y culito, de apoco lo enseñe a que me besara, logré que él solito en las noches me la mamara sin yo hacer o decirle nada, o a ponerse en cucharita para que la metiera entre sus piernas, yo le decía que lo amaba mucho y el me abrazaba muy fuerte. Así disfrute de mi Adrián por una semana.

Espero volver a verlo pronto y seguir instruyéndolo y dándole mucho amor.