Adrián Francisco y yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Vive en mi barrio desde que nació, lo he visto crecer, conozco su pene desde bebito desde ahí me enamoré de él, su pene no es tan grande como normalmente uno aspira, su primo Patricio que tiene casi mi edad le enseñó a culiar, yo los vi detrás de su casa, estaban desnudos, cogiéndose muy abrazados, en ese tiempo Adrián tenía algo así como cinco años, en esa edad ya era un niño bonito, desde que los vi cogerse entre primos ya lo deseaba con locura, pienso siempre con sus cachetes que le agracian su carita, siempre iba a mi casa y la primera vez que se lo hice fue cuando me pidió de parte de su mamá que le preste unas tijeras, tenía 6 años, yo estaba solo, lo hice pasar, mi pene se endureció a lo loco me calenté rápido me senté en mi cama con el costurero se sentó junto a mi hice a un lado el costurero con la tijera lo empuje de espaldas a la cama y me le subí, lo culie vestido, me aparté un poco notando que se me reía, le preguntaba que si quería más, no me contestaba pero su risa lo decía todo, me volvi a ponerme encima suyo lo culiaba y él se dejaba lo solté porque ya se me venía el semen por eso me contuve y le di las tijeras yéndose sin decirme nada con su carita natural yo corrí al baño a masturbarme en su nombre que eran mis primeras eyaculaciones.
El tiempo transcurría creciendo mi deseo de tenerlo otra vez, su cuerpo estaba fijo grabado en mi mente, me atraía el caminar de Adrián moviendo su culo, me propuse ser más amigo, conversábamos de muchas cosas, generalmente de sexo, me enteré por rumores de unos amiguitos que su primo le había penetrado varias veces, con el pasar del tiempo notaba que Adrián Francisco a los chiquitos los cachaba vestido por detrás en sus juegos, siempre que su primo Patricio los visitaba se metían al baño o se iban a lo lejos del patio para culiarse, uo siempre los espiaba y me masturbaba en su nombre, Adrián Francisco tomo costumbre la de masturbaba el pene como lo hacía su primo patricio, meses después se quedó solo en su casa, su mamá vendía helados y fui a comprarle uno, entré, tomé el helado me lo metía chupándolo haciéndole creer que era un rico pene que chupaba, salimos al portal de su casa, le pasé la mano por el culo, no chistaba, terminé el helado, metí mis manos dentro de mi interior haciéndome pajas, el muy curioso se reía, con el pasar del tiempo siempre que quedábamos solos jugando a las escondidas culiabamos en el corredor estrecho casi oscuro nos bajábamos los interiores y culiabamos parados terminando a veces de culiar acostados dejándole que me moviera el pene por mi culo, deseaba siempre que me diera por atrás por mi culo virgen yo también lo hacía comprobando que entraba fácilmente mi glande en su caverna anal, yo tenía miedo que me penetren.
Pero mi miedo cambió por amor a su cuerpo y a su nobleza de persona, hace cuatro años fui suyo, en circunstancias en las que paseabamos en el campo en moto, aprovechamos lo apartado y solitario del lugar para allí desnudarnos por efecto del deseo, a más de besarnos y acariciarnos por todo el cuerpo también nos mamamos los penes su lengua al pasar por mi cuerpo fue tan deliciosa que el fragor de estar excitado no me hizo medir las consecuencias y le dije que me penetrara, tomó su lindo pene erecto ensalivado pasándolo por mis nalgas, sentí su primera metida con dolor, despacito iba entrando yo pujaba a la vez que gemía, a mi mente llegaban pensamientos de deseo y a la vez de cuidado, despacito me la iba metiendo el dolor era cada vez más intenso, hacía pausas sacándome el pene, la saliva caía en mi espalda se agachaba a pasarme la lengua por el espinazo y eso me electrizaba pero no podía ignorar el dolor que sentía mi culo pero Adrián Francisco volvía a metérmela diciendo que faltaba poco, apretaba con todas mis fuerzas la tierra donde estaba acostado, ya sudaba mucho sintiendo la tibiesa de ese rico pene penetrando mis entrañas, salía de mi boca gemidos acompañados de decir su nombre… Adrián, Adrián, yo gritaba y gritaba del dolor, Adrían me decía que ya casi hasta que suavemnte con un empujoncito entro todo el pene, hizo una pausa, me lo sacó pero me lo metió ahora con movimientos más seguidos de mete y saca que me hacían gritar del dolor, sacó el pene ensangrentado con mezcla de semen que botó en mi espalda, despacito me di la vuelta, me pidió disculpas pero yo con la respiración exhausta le dije que estaba bien, sabía las consecuencias que acarreaba eso, pero decidí darle mi ano virgen para siempre.
Por un buen tiempo no nos vimos, pensé que se había arrepentido o tenía vergüenza de mí, hasta que un día me invitó a pasear en su moto fuimos al mismo lugar llevando unas cervezas sentados contemplábamos el lugar que sería testigo de nuestro amor homosexual, nos dimos besos con lengua y poco a poco las manos recorrían nuestros cuerpos, unimos y frotamos las narices y seguimos besándonos, me preguntó cómo me encontraba de salud yo le dije ok, le pedí que me penetrara, nos desnudamos, agitó un concho de cerveza hasta hacerlo espuma y me lo pasó por el culo, se puso cerveza en el glande, el frio de la cerveza contrastaba con lo caliente de ese pene blanco delicioso que rodeaba mi culo hasta pedirle permiso y entrar, volvieron a mi los dolores pero ya no tan intensos como la otra vez, me bombeaba con mayor delicia le decía que no me la sacara que deseaba sentir su pene a plenitud dentro de mi culo, despue de tanto penetrarme me pidió que se la mamara como lo hacíamos desde hace tiempo, pasó el glande por mis mejillas, frente, sobando suavemente mis labios cerrados, abri toda mi cavidad bucal para recibir su pene con olor y sabor de mi culo, mamé tanto que botó el semen en mi cara pasé la lengua para limpiárselo como en otras ocasiones, se acostó sobre el piso me monté para penetrarlo, ya se lo había hecho antes y eso me ataba sentimentalmente a él, lo sabíamos y somos felices, es muy delicioso sentir el paso de mi pene dentro de su culo blanco, entrelazamos las manos, bombeaba su culo, no me concentraba bien en culiarmelo porque mi culo me dolía algo, saque mi pene para masturbármelo con los dedos, ya que se puso bien largo se lo volvi a meter por el culo sentí la delicia de sus paredes anales tan tibias, tan jugosas que al ratito boté mi semen allí nos quedamos acostados con la mirada al cielo de esa tarde inolvidable, al ratito nos abrazamos y nos besamos lamiendo nuestros cuerpos, soy de él, le pertenezco, estoy enamorado locamente de Adrián Francisco y sé que él también de mi, llevamos una relación muy linda hasta el momento.
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