Afrontando la adolescencia
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Me llamo Daniel, tengo 18 años, (creo) soy bisexual. No ha sido fácil porque es algo me ha afectado en muchos aspectos de mi vida, cada día de mi puta vida. Absolutamente nadie sabe de eso (hasta ahora) y siempre he querido mantenerlo así. He pensado que estar solo es mejor, así no me afecta que si estoy con una chicha me guste un chico o viceversa. Pero, en la vida muchos peros jajaja, en Diciembre de 2015 (bueno, ni hace un mes), decidí dejar de un lado los prejuicios y tabúes y simplemente empece a ser yo abiertamente.
Todo empezó con mi mejor amigo, Miguel. Desde el cole siempre hemos sidos muy unidos, como hermanos. Compañeros en las malas y buenas y todo ese bla bla bla… En fin, un día, específicamente el 16 de diciembre, Miguel y yo terminábamos de salir de un cena navideña a eso de las 03:00am y el vive algo lejos así que nos quedamos en mi casa. Pero en realidad, dimos vueltas por el pueblo hasta que terminamos en una colina recostados a una piedra donde se veía todo el pueblo y perfecto para ver el amanecer en la cordillera. Todo ese rato nuestra conversación se profundizo mucho, más allá de lo que él y yo hablábamos normalmente. Empezamos a hablar de nuestros problemas, nuestra visión a futuro y esas bobadas.
– Púes sí Miguel, es difícil. Querer hacer algo y no poder por muchas cosas. ¿Qué no daría yo por irme de este país?
– ¿Por qué lo dices?…
– No sé, quisiera ir a un lugar donde las personas vivan sus vidas tranquilas y ya, sin que nadie este con prejuicios y esas tonterías.- para ese momento, yo solo pensaba en irme lejos, odiaba las personas que me rodeaban, odiaba que la gente fuese tan cerrada de mente.
– Jaja eso suena a alguien con un secreto que quiere llevarse lejos.- me puse algo nervioso, primero porque era verdad, y segundo porque podría tal vez contarle a él pero no sabía como reaccionaría.
– La verdad es eso… a ver no me juzgues por lo que diré y mucho menos no cambies conmigo por eso. Creo que soy bisexual, .- él fue a decir algo-. si si lo sé, "eso no existe" pero para mi si. No es fácil ver a una mujer y sentirte atraído a ella al mismo tiempo que pasa con un chico. .-suspire, y empece a remover unas hojas secas en el piso con una ramita-.
Hubo un silencio incomodo, Miguel no decía nada, quería hacerlo pero como que no sabía como y yo solo pensaba en lo relajante que era liberar un pensamiento de tu mente. Pasaron unos 4 minutos cuando Miguel por fin saca sus manos de los bolsillos de las remera y se estira un poco al tiempo que dice:
-Sonará algo increíble, pero Dani mm .- estaba nervioso se le notaba mucho, apenas lograba decir algo sin que le vibrasen las palabras en la boca, estaba por decir algo importante-. Yo, bueno mm, me pasa lo mismo.
Se levanto de golpe, me asusto incluso, se estiro y subió a la piedra y grito:
-Maldita sea, AHHHHHH! .- no se que pasaba, pero lo deje tranquilo, paso unos segundos y se relajo un poco-. Jure nunca decir nada Dani, en serio. ¿Qué voy a hacer ahora?, debía decirte eres el único en quien confió y ahora tu también estas igual.
Salto de la piedra y me señalo y con un tono de voz más seria y segura dice:
-Júrame, que nunca, pero absolutamente nunca dirás nada.-Su mirada era algo extraña pero por primera vez en mi vida, logre ver a alguien que solo tenía miedo igual que yo alguien que no sabía que hacer, alguien quién quería un cambio-.
-Lo juro Miguel, esto será algo de los dos.
Empezó el amanecer, yacíamos recostado en la piedra y comentando las cosas que hacíamos a escondidas. Es decir, nos contábamos como nos masturbábamos y que veíamos, todas esas tonterías que nadie sabía incluso nosotros, a pesar de ser amigos desde hace mucho y tener una buena confianza… Sabia que Miguel había estado con chicas y había hechos cosas y eso, peor aún era virgen, lo mismo me pasaba. La curiosidad me mato, y le dije:
-¿Me imagino que no has besado a otro chico verdad? .- la respuesta era obvia pero, no sabía que contestaría, él era muy espontaneo con sus respuestas y a veces no, esperaba que ese fuese una de esas veces-.
-No, ¿y tu?.- no me miraba cuando pregunto, pero sé que pensaba igual que yo-.
-Tampoco… .- deje la en el aire la respuesta a ver si él decía algo, pero no así que me toco decirlo a mi-. ¿Quieres probar?
Lo siguiente fue espectacular. Ambos nos miramos, nos acercamos poco a poco el uno al otro, apenas se oía nuestra respiración. Yo estaba muy nervioso, temblaba un poco cuando ya estábamos muy cerca. No sabía como estaba él, pero llego el momento. Nuestros labio se rosaron suavemente, la carnosidad de los de él era una sensación agradable en los míos. Nos separamos, él abrió los ojos y puede ver una chispa de emoción o bueno más bien morbo no sé. Pero la segunda vez que nos besamos fue con más emoción y sin pena, y así sucesivamente.
Paso una media hora mientra nos besábamos, ya algo cansado por la hora y eso, decidimos irnos a dormir. Llegamos a mi casa y nos acostamos en mi cama, ni siquiera él se fue a la habitación de invitados, solamente nos acostábamos ahí en mi cama abrazados como dos amigos que decidieron intentar algo nuevo, algo que marcaría ese días y en especial sus vidas. En ese tiempo me sentía muy libre, sin miedos y con ganas de ver el mundo de una nueva manera.
Me levante a eso de las 03:00 pm, en el piso, no me preguntes como llegue ahí. Miguel seguía dormido aunque no tardaría mucho en despertar. Baje a la cocina y mi madre había dejado comida en el horno, lo que significaba muchas cosas, sin embargo debía cerciorarme que estaría solo un buen rato. Deje la comida calentando y subí al cuarto a por mi celular para llamar a mi madre a ver donde estaban y cuando vendría. Al llegar al cuarto Miguel estaba en el baño seguramente. Llame rápido a mi mamá (cada segundo en esas circunstancias de estar solo en casa y con alguien valen oro jajaja). Lo que me dijo mi mamá me cayo como anillo al dedo, mi papá y mamá estaban ayudando a organizar el reencuentro de sus viejos amigos en una casa en las afuera del pueblo y no volvería hasta el otro día.
No le conté a Miguel aún. Cuando salio del baño nos saludamos como si nada, y bajamos a comer. Charlamos un rato en la cocina después de comer, ahí le conté.
-Miguel, mis padres se fueron a una fiesta y vuelven mañana. ¿No te quieres quedar hoy?
– No sé, tengo que avisarle a mis padres también. Deja, ya los llamo.-Busco su celular y los llamo inmediatamente-.
…
-Si, no hay problema má. Mañana vuelvo a casa, Dani me presta ropa y eso, no te preocupes.- colgó-. Ya oíste, me quedo. ¿Que tantas porquerías haremos? jajaja
-Ah pero si sabes no jaja, bueno ya veremos donde terminamos.- Me le acerque y nos dimos un beso-. Iré a bañarme.
-Dale termino acá de limpiar mientras sales del baño para ir yo.
Subí a la habitación y me desnude fui a bañarme, no habrían pasado 10 minutos cuando oigo abrir la puerta del baño:
-Termine antes Dani, vine a hacerte compañía.-Pensé que bromeaba, pero no. Cuando vi estaba desnudo frente a mi en la ducha.
-Vaya Miguel, te lo tenías guardado.- Le dije con cierto tono de picarda, a decir verdad nunca nos habíamos visto desnudos, el tenía un buen paquete y con ese cuerpo, ni te imaginas como lo disfrute.
De aquí en adelante, solo nos dejamos llevar, no hace falta que les diga exactamente que nos decíamos, eso quiero guardarlo para mi, pero si les contaré que hicimos.
Miguel es alto, más o menos 1.76 mts de altro, es de tez clara, y de hecho todo su cuerpo, un cuerpo algo marcado por el ejercicio, para nuestra edad un buen cuerpo. Se notaba su bronceado en la parte baja de su cuerpo donde una fina linea separaba su torso bronceado de aquel trasero y paquete bien blancos. Su pene era de unos 14cm flácido erecto unos 17cm. Era él primer hombre que veía desnudo en vivo.
Ambos nos acercamos, y empezamos a besar y a acariciar nuestros cuerpos el uno con el otro, mientras nuestro penes se ponían erectos y se rosaban el uno con el otro.
Yo tampoco estaba mal, y no es por presumir, mi cuerpo era parecido a de él, pero algo más claro y sin el leve bronceado. Mi pene era algo más grande, apenas se notaba la diferencia. Pero eso no importaba, porque sé que a él le parecía bien.
Después de un rato frotándonos el uno a otro y de intercambiar besos, empece a bajar a mi mano por su espalda hasta llegar a su trasero, no era ni grande ni pequeño, pero me gustaba. Pero ahí no me pare, corría Suavemente mis manos hasta su pene ya erecto. Empece a acariciar sus bolas, depiladas y cargadas de, bueno ya saben. Empece a masturbarlo suavemente (siempre había querido hacer eso) mi mano subía y bajaba poco a poco en aquel trozo de carne duro, podía ver en su rostro la expresión más pura de placer, el agua caí en su pecho y con la luz a través de la puerta de la ducha, lo hacía ver espectacular. Se notaba que estaba apunto de acabar, y así fue. Un chorro caliente de semen salio disparado a mi pecho, duro varios segundos descargando tanto en mi. Lo mire y nos besamos, en seguida.
Ya sabíamos que pasaría a continuación, lo volteo suavemente y deje que su culo quedase en mi dirección, me le acerque sin más y empece a rosar mi pene en su ano poco a poco, como si estuviésemos ya fornicando pero nada más roses. Con mi dedos le hice masajes poco a poco en su ano rosado y bien cerrado, lo trataba de dilatar, luego de un rato lo conseguí.
-¿Estas listo?-pregunté
– Mm sí, vamos.
Al tiempo que iba penetrando ese trasero, Migue iba gimiendo, casi que quería gritar pero solo gemía, seguro le dolía un poco, pero se que le gustaba. Me toco intentar varías veces, y cuando por fin lo conseguí, nada podía detenerme.
Estaba excitado, jadeaba al mismo tiempo que le daba a su culo y a la vez le seguía masturbando. Dure unos 6 minutos en esa faena, metía y sacaba mi pene una y otra vez, no era experto, era mi primera vez pero por como gemía se veía que le gustaba. Por fin logre acabar chorros de semen en su ano. La sensación era única, no puedo describirlo muy bien, deben entenderme para los que ya tuvieron su primera vez. El semen escurría se ano, yo seguía metiendo un poco los dedos. Y así un rato, empezamos a besarnos otra vez y, nos quedamos abrazados ahí de pie en la ducha.
Terminamos de bañarnos y salimos de la ducha, nos secamos y no nos vestimos estuvimos todo el tiempo desnudos por la casa charlando y hablando de comos nos fue. Fue muy especial ese día, pasamos el resto de la tarde en el sillón abrazados viendo la tele, como dos personas que eran felices. Llego la noche e hicimos la cena, limpiamos y dejamos todo como estaba y nos fuimos al cuarto a dormir juntos, desnudos y otra vez erectos…
He de decirles que esa noche fui yo a quién… mm no, mejor no. Lo dejaré para otro relato. Espero que les haya gustado, no se olviden de dejar sus comentarios. Disculpen los errores ortográficos.
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