Ahora soy la hembrita de Brandon, el mejor macho maduro
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Recordando lo que había sucedido durante la reunión erótica, llegué a calentarme muchas veces en la soledad de mi habitación. Las pajas no bastaban para calmarme, mi culo necesitaba la verga de Brandon, mi gran macho.
Por fin me llegó su mensaje a es de las seis de la tarde. TE ESPERO PRINCESA decía. Me excité bastante al leerlo y sin perder más tiempo salí y fui directamente para su casa. Me esperaba vestido con un polo negro ajustado que resaltaba su musculoso cuerpo y su panza y también llevaba un short un poco más debajo de las rodillas.
– ¡Mi amor! – exclamó al verme.
– Oh, Brando…
Me eché en sus brazos y él me abrazó, me besó, me acarició… todo lo que un novio enamorado haría con su novia. Fue entonces cuando me dijo que iríamos de compras, y me llevó hasta su carro. Yo me sentí algo frustrado pues quería tener sexo ya!! Pero bueno, decidí ser paciente y acepté ir con él.
Fuimos hasta los cantos de la ciudad, a un sito que parecía algo apartado pues nos metimos por un callejón algo estrecho. Nos bajamos y seguimos caminando hasta llegar a una gran puerta abierta, era una tienda sex shop, en la cual predominaba la venta de ropa femenina sexy. Yo me quedé encantado por todo lo que veía, mi ente comenzaba a fantasear sobre que tan sexy me vería yo usando cada una de esas prendas de lencería femenina.
El vendedor, un hombre flaco y de estatura media pero de rostro cachondo nos saludó con una sonrisa, y me miró detenidamente.
-Supongo que buscas ropa para él – preguntó el vendedor.
– Es ella – dijo Brandon – se llama Jazmín.
– Oh perdón. Puede escoger qué comprar.
Brandon buscó con la mirada la prenda más adecuada para mí. A mí se me antojó usar un bikini negro, aunque era mi pareja quien tenía la última palabra. Por fin Brandon decidió comprarme unas pantis de color rosadas, una mini falda y una blusita blanca de colegiala. También accedió comprar el bikini, y eso me alegró bastante.
Regresamos a su casa, y de inmediato me llevó hasta su dormitorio. Me quité la ropa de hombre y haciendo movimientos sexys me fui colocando la ropa de colegiala. Brandon se sentó en la cama mientras yo empecé a moverme como una auténtica putita, sobándome mis pechos, mostrándole mi culo que palpitaba por él.
Me hizo acostar boca arriba y se puso encima de mí. Así se dirigió a mis labios y los besó con gran pasión. Me rodeó completamente con sus hercúleos brazos, mi cuerpo menudito estaba a merced de un cuerpo inmenso como el de Brandon. Me lamía el cuello, luego metía su lengua en mi boquita. Me abrazó con tanta intensidad que casi me quita la respiración. Estaba yo, un chico delgadito y frágil siendo sometido por un macho alfa de 2 metros.
Luego me colocó en 4, abrió mis nalgas y dejó al descubierto mi anito rosadito y lampiño. Primero lo olió con muchas ganas (a Brandon le encanta el olor natural de mi culo.. jiji) luego se dispuso a lamerlo
-Mmmm qué delicia – dijo mientras me daba un lengüetazo – podría estar día y noche comiéndome ese culo tan rico que tienes.
Me quitó las pantis y continuó comiéndome el culo. Había momentos en los que se dedicaba a acariciar mis pies, los besaba y los lamía, mordía mis deditos. Brandon es fetichista de pies, así que para él mis piecitos son los más lindos del mundo, aparte de que son pequeños y delgaditos en comparación cuando me lo agarra con sus enormes manos siento un extraño placer.
Abrió uno de los cajones de su cama y sacó un frasco de mermelada. Metió en mi culo uno de sus dedos, luego dos y finalmente tres, cosa que al sacarlos quedaba un agujero por el cual fue vaciando todo el contenido del frasco.
-Ahora cierra bien tu anito – me pidió.
En seguida se bajó el short y me mostró su verga de 20 cm en erección. Golosamente me acerqué y empecé a chupárselo, comenzando por la cabecita y luego hice un esfuerzo por tratar de engullirlo todo. Brandon solo rugía como macho en celo, y de rato en rato me decía palabras cachondas que excitaban más y más.
Me hizo poner de pie y volvió a besarme la boca, mientras sus manos jugaban con mis nalguitas. Luego se agachó y se puso detrás de mí. Metió un dedo el cual de hecho salió impregnado con mermelada, y se lo chupó.
-Jajaja. Jazmin, tu culo da un mejor sabor a la mermelada – me halagó.
Luego me mandó que hiciera fuerza como si hiciera caquita, le obedecí y toda la mermelada fue directa a su boca, saboreándola con mucha lujuria. Fue en ese momento cuando se dispuso a penetrarme. Me cargó desde levantándome de las piernas y acomodó su verga en mi culo goloso.
-Ahora serás mía… – dijo.
Ese era el momento que yo estaba esperando con más ansias, por fin mi culo recibía a ese macho. De nuevo era yo su putita. Empezó a moverme con mucha facilidad, y ya casi no sentí dolor alguno, simplemente me dispuse a disfrutarlo.
Siguió cargándome, esta vez me puso mirándolo directamente a los ojos. Así me cogió por lo menos durante quince minutos. Aprovechaba para besarme y para susurrarme palabras de amor y también palabras cachondas. Me decía que yo era y sería siempre su mujer, su chica, su putita… su todo. Yo le contestaba que él era mi macho, mi poseedor, que podía follarme cuando se le diera la gana. Sentí que aceleraba las embestidas y finalmente acabé sintiendo como su leche se depositaba en el fondo de mi recto, pero su verga seguía igual de dura.
Cambiamos de posición, Brandon se acostó en la cama y yo me puse encima de él mirando al techo. Ahí me tuvo también por un largo periodo de tiempo, tiempo durante el cual ya no quedaba nada de mi anterior vida, ahora yo era Jazmin, la mujer de Brandon. Vi mi verguita, estaba completamente flácida, yo estaba totalmente excitado analmente.
-Oh… nena oh nena oh nena – dijo Brandon – Jazmín… qué riquísima eres.
– Ay ay ay ay ay…. Fóllame papi – pedía yo.
– ¿te gusta? ¿te gusta?
– si si si… – contesté con voz afeminada.
En ese momento alcancé el orgasmo, y me dieron unas ganas enormes de chuparle la verga a Brandon que seguía embistiendo pero luego se detuvo. De inmediato me abalancé sobre su pedazo de carne que estaba manchado con restos de mermelada y algo de semen. Lo metí en mi boca a más no poder… quería sentir el sabor de mi culo… lo tuve así por cinco minutos mientras Brandon lamía mis piecitos, lo cual me excitaba aun más.
Volvió a ponerme en cuatro, y esta vez sus embestidas fueron brutales. Me nalgueaba con mucha fuerza pero yo no le pedía que parara, por lo contrario quería que siguiera y siguiera cogiéndome.
– Ahora sí… ahora sí – dijo Brandon – te voy a dejar preñada…
– Sí papi… préñame con tu leche… porque yo soy tu hembra.
– Entonces así será… te dejaré preñada.
– Siii ay ay ay ay si por favor…. Ay ay ay.
– ¡TOMA MI LECHE!
Esta vez Brandon eyaculó en una cantidad astronómica. Sentí como ocho chorros de leche caliente que iban hasta el fondo de mi vagin.. perdón, intestino jijiji. En seguida se puso a chupar mi ano abierto, hice fuerza y la leche de Brandon salió acompañado por sonoros peditos, él trajo una copa y recogió su leche que salía con restos de semen y algo de mi caquita. Por esto último me preocupé, pero Brandon me tranquilizó.
Así, sin bañarnos ni nada nos pusimos a dormir. Brandon, ese maduro de 47 años había despertado en mí un lado femenino que nunca jamás había imaginado tener. Al dormir, a él le encanta olérme el ano y los pies… y a mi me aloca bastante de morbo.
Espero les haya gustado, besitos en sus vergas a todos los machos de este sitio… jijiji
Jazmín
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!