Ahora soy la hembrita de Brandon, el mejor macho maduro 2
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Mi nombre es Percy, aunque en la intimidad junto a Brandon mi macho me convierto en Jazmín pues ese es el nombre que él me puso. Fuera de ahí soy normal, nada afeminado aunque mis finas facciones y mi rasurado cuerpo empiezan a delatarme. Con Brandon me convierto en una auténtica puta, en su mujercita. Sin embargo, nunca pensé que Brandon fuera tan sincero conmigo y me dijera lo que quería de mí sin pelos en la lengua.
Comenzó este fin de semana. Como yo vivo solo, un me hago problemas, así que puedo ir a buscar a Brandon en el momento que quiera. Él debido a su gran tamaño y formidable cuerpo físico, trabaja de lunes a viernes como jefe de guardia nocturno de una empresa de automóviles. Yo hago todo lo posible por acabar lo concerniente a mis estudios para así tener libre el fin de semana y estar con mi novio Brandon.
En fin, yo llegué a su casa y me recibió con un apasionado beso que aumentó mi calentura que llevaba. Me tomó de la mano y me llevó hasta su computadora. Me hizo sentar en sus piernas y me empezó a mostrar muchas cosas. En primer lugar me mostró una serie de videos en donde jovencitos afeminados, flaquitos, pequeños, totalmente lampiños con penes diminutos tenían sexo con hombres maduros enormes, gordos o musculosos, bastante peludos con unas vergas largas y gruesas con los que penetraban los culitos de los muchachitos. Eso me excitó y a Brandon también pues pude sentir un bulto duro debajo de mis nalgas.
El último video que me mostró fue el que más me impactó. En él aparecía un jovencito de no más de 18 años, lampiño al 100%, de aspecto frágil, no más de 1.60 de estatura, y un penecito que no pasaría los 5cm. Estaba acostado en un sofá, cuando aparecía un hombre de quizá 50 años, de casi dos metros de estatura, algo obeso, con pelo y barba abundante. Primero empezaba a acariciar tiernamente al jovencito, luego le abría las piernas y empezaba a chuparle el ano mientras el afeminado gemía como una mujer. Lo que más me llamó la atención fue verle la parte de atrás del pene del jovencito… ¡NO TENÍA TESTÍCULOS! Se los había quitado en una operación.
Cuando acabó el video, regresamos a su sala. Brandon me miraba, pude notar en su mirada que estaba algo nervioso.
– ¿Te gustó el video? – me preguntó
– Claro que sí mi amor – contesté.
– Mmm pues entonces te gustaría hacer todo lo que hacen ahí.
– Sí, sí – me alegré – Si es contigo hago lo que sea.
– Pues entonces… quiero proponerte algo.
– Dime.
– Yo estoy completamente enamorado de ti, tú tienes algo que no he encontrado en nadie más. Hacerte el amor es lo más rico de mi vida. Tu culo es tan rico, tan tierno… y por eso quiero hacerte mi mujercita de verdad. ¿Te gustaría iniciar un tratamiento de cambio de sexo?
Me quedé helado ante su propuesta. No podía articular palabra alguna, todo daba vueltas a mi alrededor. Si bien yo era toda una putita junto a él, eso lo hacía en privado. Lo que él me proponía era algo que me superaba. Empecé a pensar en como cambiaría mi vida… hasta hace poco yo me consideraba heterosexual, pero Brandon me había cambiado tan profundamente.
– Cariño, eso es algo que no puedo responderte ahora – contesté luego de unos minutos.
– Di que sí
– Tengo que pensarlo mucho.
– Bueno… aunque digas que no, para mí serás siempre Jazmín. Pero estaría encantado de que aceptaras.
– ¿Y como es el tratamiento? – pregunté.
– Empezarás con hormonas que te harán aumentar un poco tus tetitas – contestó Brandon – y luego si quieres podemos quitarte las bolitas. Sé que te gustará.
– No sé… yo
No pude terminar de hablar pues me abrazó y besó mi boca apasionadamente. En un primer momento yo mantenía abiertos los ojos, pero luego me fui dejando llevar hasta que de nuevo quedé hechizado por él. Me cargó como a una novia y me llevó hasta su cuarto, recostándome delicadamente sobre las sábanas. De un cajón sacó el bikini que había comprado la vez anterior y además me dio una peluca larga de cabello castaño.
-Póntelo – me pidió – voy a traer algo.
Se fue y me quedé en la cama. Tomé el bikini y me lo puse, siempre pensando en qué se sentiría al ser mujer definitivamente. Luego me coloqué la peluca. En eso Brandon entró al cuarto, solo con su bóxer, trayendo en la mano una fuente con crema de chantilly y crema de chocolate. Me hizo sentar en la cama, y ante mis ojos tomó mi pie derecho y empezó a untarle la crema de chantilly, como si estuviera decorando una torta. Tomó mi otro piecito y lo untó de crema de chocolate, en especial la parte de mis deditos. Entonces empezó a saborearlos, lamiéndolos y chupándolos sin descanso. Un placer extraño pero enorme crecía en mi interior, y me hacía gemir. Cuando me di cuenta ya se había comido la crema de mis pies, los cuales solo estaban empapados de su saliva.
Me puso en cuatro, abrió mis nalgas y puso crema en toda mi rayita. Tomó un decorador, lo llenó de crema, y luego lo metió en mi culo, vaciando allí todo su contenido. Me pidió que hiciera fuerza y con un pedo salió la crema.
-Mmm que rica crema – dijo Brandon – y que pedos tan ricos botas.
Las últimas palabras me excitaron más de la cuenta. Chupó mi culo con tanta fuerza que en un principio me causó dolor, pero luego solo quedó un placer increíble. Ahí era cuando me sentía la putita de Brandon.
-Cómete mi culo papi – pedía
– Oh… sí… que rica eres Jazmín. ¿Aceptas mi propuesta?
– Tengo… tengo que pensarlo – contesté.
– Me comería tu anito por horas y horas… oh, que delicia… qué ricura… Mmmm. Te gusta verdad
– Sí sí sí, me gusta… me encanta.
Luego de eso tomó lubricante, lo untó en mi anito y en su verga y me la clavó en menos de cinco segundos. Prácticamente no sentí nada de dolor, solo ganas de que me follara y follara sin parar por horas. Los pelos de sus enormes testículos hacían cosquillas mi argollita y eso aumentaba el placer.
Me colocó en la posición de la cucharita, y ahí siguió con sus embestidas. Me abrazaba con sus enormes brazos, yo me sentí así tan protegido, tan usado, tan deseado por un macho tan grande como Brandon.
-AY papi ay ay ay ay… rómpeme el culo – dije.
– Claro que lo haré – me lamió en cuello.
Mi ano estaba tan lleno de placer que estalló en un orgasmo, pero seguía deseoso y quería más y más. Entonces me sacó su verga, se paró, me cargó me dio la vuelta y así iniciamos un 69 parado. Yo se la mamaba y él me comía el culo abierto. La sensación de estar en brazos de un macho tan grande, fuerte y maduro es inigualable.
Volvió a recostarme y ésta vez me puso boca arriba y levantó mis piernas. Así continuó con sus embestidas. Yo tuve tres orgasmos, pero él no se venía, aguantaba como los grandes. Hice fuerza como si estuviera defecando, Brandon se dio cuenta de aquello y eso le excitó aun más.
-Mmmm te gusta apretarme Jazmín – dijo.
Como de la nada sacó un consolador de goma y fue mintiéndomelo junto a su verga. Eso era ya prácticamente una doble penetración. Debido a la elevadísima excitación solo sentí un dolor agudo por menos de un minuto, luego se me pasó y volvió el placer con más intensidad que ates. En ese momento sentí que me llegaba el cuarto orgasmo, el más placentero de todos. Duró casi un minuto… yo grité como una mujercita… apreté mi culo a más no poder. Brandon estaba por venirse cuando volvió a preguntarme:
-¿Aceptas mi propuesta?
Yo estaba tan caliente, me sentía tan usada y tan feliz que mi boca solo dio una respuesta:
-Sí… sí, sí, acepto. Quiero ser tu mujer, tu hembrita, tu chica para siempre… ay ay aya ay… AAAAAYYYYYY.
– Oh… gracias Jazmín… OOHHHH
Rugió como un macho en celo y depositó toda su leche en lo profundo de mi culo. A diferencia de las otras veces, ésta vez me pidió que lo mantuviera dentro. Y tampoco me sacó su verga de mi hoyo, sino que lo dejó ahí metida.
-Es para que te quedes preñada y me des hijos.
– Jijiji, En serio? – me sonrojé.
-Así es Jazmín, nosotros los machos maduros sabemos cómo sacar de los jovencitos a la putita que llevan dentro. Tú estabas con una chica, ahora eres mi chica otra vez. Y gracias por aceptar mi propuesta.
– ¿Acepte? Wao, de verdad lo hice… no me lo puedo creer.
Ya era de madrugada, así que Brandon apagó la luz de la lámpara que nos iluminaba. Él se quedó dormido, pero yo no. Yo estaba pensando, qué haría con la propuesta. Ser una mujercita completa no había pasado por mi mente, tengo miedo de hacerlo, aunque si se trata de complacer a mi Brandon podría estar dispuesto.
En fin, besitos en las vergas a todos los machos alfa de SST.
Jazmín
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