Al telo por primera vez
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Lheo_93.
Leía relatos desde hace años en otra página, pero cerró y encontré en esta. En 2010 o 2011 empecé a leer acá. En ese tiempo no había tenido mucho contacto con hombres.
Nunca he preferido a los relatos de personas que arreglan encontrarse por chat a los espontáneos o de gente que se conoce, pero haré mi mejor esfuerzo.
En 2012 tenía 19, mido 170 cm y pesaba 50 kg, pelo negro largo, ojos marrones, piel clara que se broncea bien, narizón y con unos labios deseables (me han dicho), velludo de piernas y un poco en el pecho y la espalda pero ahora me afeito ahí.
A mediados de marzo de ese año empecé a usar chats comunes para buscar sexo y ni transcurrida una semana había concretado con un hombre. Lo típico, primero unas palabras por el chat y luego al msn (aaah, el viejo msn), vernos por cam y definir lugar y fecha y pasarle el número celular por si las dudas. Se llamaba Diego, era policía, tenía 29 años y estaba de novio con una chica.
El 23 de marzo estaba yendo en tren para verme con él. Me sentía muy nervioso porque nunca había hecho eso y me oprimía el pecho. Ni idea qué vestía pero recuerdo que no me había afeitado y tenía la barba muy crecida.
Me bajé en la estación de Colegiales y lo esperaba. Entonces mi teléfono suena. Era él, me decía que estaba esperándome en su auto negro. Yo era muy despistado y no podía ver dónde estaba . Noto que un auto bajó sus vidrios y salió una mano, indicándome que me acerque. Voy sintiendo como si toda la poca gente que caminaba por la calle me observara. Entré y lo vi.
– Hola ¿cómo estás?- me saluda con un beso en la mejilla.
– Bien ¿y vos?- Respondo y me detengo para verlo con más detalle.
Diego tenía un auto muy bien cuidado, con vidrios polarizados. Llevaba una campera deportiva, y pantalón del uniforme. Morocho, pelo corto, estaba sentado así que no podía notar que tan alto era, pero por el abdomen parecía más bajo. De contextura ancha. Corpulento por su oficio, sin nada que sobresalga. Un rostro normal, que he visto en muchas personas a simple vista por Buenos Aires, que no lo hacía menos atractivo.
– Bien. Disculpá que tenga el uniforme puesto, es que recién salgo y tengo que entrar en dos horas.
– Todo bien, no hay problema.
– Bueno, vamos. – Y puso a arrancar el auto.
Charlábamos de varías cosas, de qué equipo de fútbol eramos, lo que nos gustaba en el sexo. Yo le había mencionado por msn que no me animaba a ser pasivo, el no tubo problema mientras le comiera la verga. Un semáforo se puso en rojo y claro, se detuvo, yo no paraba de sonreír de la ansiedad.
– Qué lindo auto tenés.
– Gracias ¿sabés manejar?
– No, pero me gustaría. Nunca entendí entendí por qué la palanca de cambios es así en la punta. -Obvio que lo sabía, pero lo dije para tomar oportunidad y tocar su bulto. Lo acariciaba por encima del pantalón. Rápidamente creció.
– Ufff, como me calentaste, nene.- La sentía completamente dura. Con su mano izquierda me acariciaba la nuca y el pelo, me atrajo hacía él, me dio dio un beso que me dejo atontado, con ganas de más. Pero estábamos en zona céntrica, hacer algo más me asustaba.
El semáforo cambió a verde y seguimos. Iba a entrar a un estacionamiento pero mucha gente se cruzó y nos detuvimos, me daba tan vergüenza el cruzar miradas con uno de los desconocidos que pasaba que miraba en dirección a la ventana. Al entrar el auto el encargado se dirigió a Diego.
-¿Cuánto tiempo?- Dijo el chico que no sería mayor que él.
– Dos horas.
– $110. – Entonces Diego pagó y el chico le dio un ticket que me pasó Diego a mí, siguiendo adelante. Vi el ticket que decía "Solos".
Trataba de parecer calmado a pesar de que todo fuera sorprendente para mí. La forma en que el estacionamiento estaba hecho para subir al cuarto directamente y no verte con nadie me gustaba. Entramos al cuarto, era bien iuminado, Tenia unos sillones de cuerina marrón en la esquina, cama en el centro, rodeado de espejos y dos mesas de luz a los lados. Contra la pared que dividía el baño al fondo estaban dos puff cuadrados que tenían las toallas y todo lo demás encima. se sacó la campera y pude apreciar su camisa blanca del uniforme que se transparentaba.Lo tenía de frente así que pude apreciar que medía lo mismo que yo, mas corpulento, de espalda más musculosa y piernas más gruesas pero de la misma altura. Al verlo así me acerqué a él y lo besé fuerte. Unos segundos después puso sus manos en mi pecho alejándome.
– No quiero arrugar la camisa- Entonces se puso de espaldas y empezó a desabotonarse.
Yo caliente con mi mano izquierda sostuve su cintura, sin apoyar mi pecho contra su espalda apoyé mi erección (no sé cuánto me mide, creo que menos de 16) en su cola paradita, y con la derecha frotaba su bulto, que ya estaba morcillón. Totalmente desabrochado se quitó su cinturón con todo y arma y lo puso en la mesa de luz. Presionaba con mi pelvis y él tiraba la cola para atrás. Terminó de quitarse la camisa, la dobló bien y me besó muy fuerte, agarrándome del con cuello con una mano y del culo con otra. Se alejó y pude apreciar su abdomen sin vello alguno, agarró el cuello de mi campera y rápido bajó el cierre. Con su brazo rodeó mi cintura por dentro de la campera. Sentía su verga fregarse con la mía por encima de los pantalones. Tenía mis brazos encima de sus hombros.
Nos tiramos a la cama. Pasábamos nuestras manos por todas partes. Nos detuvimos un momento para quitarnos nuestros calzados, el sus zapatos y yo mis zapatillas, y las medias. Luego el se paró. Desabotoné su el único botón y bajé el cierre, pero al hacerlo con rapidez se trabó, y él terminó de bajarlo mientras yo me quité los pantalones y el boxer sentado en la cama, dejando ver mi verga que era más oscura que mi piel en general. Con sus pantalones en los tobillos apoyó su verga por encima de la ropa interior en mi cara. Restregaba mi rostro con ansiedad, sintiendo esa forma que se notaba a simple vista, apoyé mi mano en sus glúteos y agarrando del elástico bajé su slip. Su verga medía lo mismo que la mía pero era más gruesa y se notaba que se depilaba bien en esa zona (cosa que en ese momento yo no hacía). Su cuerpo era completamente lampiño y su piel muy suave. La agarré con mi mano y la empecé a jalar. El me agarra de los hombros y me levanta, me besa mientras se la sigo jalando y me dice.
– Vamos a la ducha –
Vamos y él intenta prender la luz , pero no encendía. Por suerte la luz de la habitación ayudaba un poco. Debajo del agua nos seguíamos besando, más el cuello o los hombros, sin separarnos. Sentir su piel mojada contra la mía era lo mejor. Pasaba mi brazo entre sus muslos y eran tan suaves. Me agarraba la pija como loco, y yo igual. Nos enjabonábamos el cuerpo, y era increíble la fricción que se sentía. Yo detenía mucho el jabón en su culo, lo besaba y lo pasaba. El también, por mi culo y por mi pija, al mismo tiempo que me pajeaba. Nos enjuagamos y salimos.
Con una sola toalla nos secamos juntos y volvimos a la cama. Con unos "controles" instalados en la cabecera de la cama hizo que la luz se volviera tenue y violeta. Nos seguíamos besando y el con su mano me guía hacía abajo. Miro bien su pija, recta, sus huevos que parecían pequeños por su escroto contraído. Temblando abro mi boca y me meto su verga. El gemía y me acariciaba la cabeza estando boca arriba. Yo me puse de rodillas y empecé a hacerlo con un ritmo continuo. De vez en cuando veía a los espejos mientras se la chupaba. Me empezaba a cansar ya que hacía mucho que no estaba con alguien.
Me dolía la mandíbula y se lo dije. Me acercó a él y me besó de nuevo. Nos abrazábamos fuerte, el encima mío, veía en el espejo su ancha y firme espalda y lo rodeaba con mis brazos. Me mordía los hombros lento pero con fuerza. Se aleja y empieza a bajar por mi cuerpo besando. No controlaba mi respiración, me agitaba mucho de lo excitado. Entonces llegó a mi verga, la agarró con una mano y se la comió. Perdí el aliento por el instante que se la metió. Me calentaba que me viera mientras me chupaba la pija, y también cómo se veía en el espejo, ese grandote metiéndose mi verga en la boca. Yo también acariciaba su pelo corto. Me pajeaba al mismo tiempo que me la chupaba. También me chupaba los huevos, se sentía tan bien ese cosquilleo y el calor de su boca, aunque a veces los estiraba. Veía su culo cuando se metía un poco más de mi pija.
– ¿Te la puedo meter?- Le dije entrecortado
– Dilatame primero- Entonces me incorporé y me puse detrás de él, qué permanecía en cuatro.
Iba comerme un culo por primera vez, pero no soportó y sensación de mi barba. Busqué lubricante entre las cosas de baño pero no había. Lo abracé por la espalda, empezábamos a transpirar mucho, y le metí un dedo en su boca e intenté introducirlo, pero le dolía mucho así que desistí. Lo incorporé estando detrás , empecé a pajearlo y a besarle el cuello. Cambiamos de posición e hicimos un 69 de costado. No podía evitar agarrar su culo mientras chupaba esa verga. Al final Diego se subió encima mío y lo masturbé. Empezó a agitarse más fuerte y acabó en mi abdomen. Se tiró encima.
– Avisame cuando termines, quiero tu lechita en la boca. Dije sí con la cabeza y nos besamos.
Me la chupó un rato más. También estaba cansado así que luego solo me besaba en la boca y me acariciaba el cuerpo mientras me peajaba yo.
-Ya voy a acabar.
Inmediatamente se baja y con dos o tres sacudidas doy un gemido fuerte y empiezo a eyacular. El Se la metió en la boca. Cuando termino, Diego prende la luz, se levanta y se va al baño. Reposo un momento y lo sigo. Nos besamos más calmados y salimos. Empezamos a vestirnos y por curiosidad agarro su arma. Veo que se asusta así que la bajo.
Me deja en la parada de tren y nos despedimos.
Es mi primer relato así que espero que le haya gustado. Perdón si fue muy aburrido y agradecería cualquier consejo. Un Abrazo
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