Albañiles, tuve suerte.
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Hace unos dos años, mi familia tuvo que emigrar de municipio a un lugar llamado Zapata. Yo odiaba mi nueva casa, ya que se encontraba a las afueras de la ciudad, en un lugar donde ni siquiera había pavimento y algunas casas.
Mi nombre es Javier, en este relato ya tengo 18 años, soy mas o menos de 1.72, claro de piel, ojos, cabello oscuro, algo llenito (sin llegar a lo gordo, macizito como decimos en México) bien nalgón, y para eso mi verga ya medía 17 cm.
En la esquina de mi calle, había una casa en construcción que por equis razón, construían poco a poco, nunca me tomé la molestia de observar o algo por el estilo. Un día yendo a comprar a la tienda me topé con algo que me encantó y que no pude evitar mirar.
Un hombre como de unos 30 años, moreno, sin camisa,delgado, con un abdomen flácido, pero que se notaba trabajado cuando era chavo, unos brazos deliciosos por el trabajo rudo (y sigo con los rudos), una barba riquísima. Estaba sudando, bastante sucio con unos pantalones de mezclillas rotos. Esa imagen no me gustó, me encantó. Por la ventana de mi cuarto, se podía ver la construcción, subí, cerré y empecé a espiar cada movimiento.
Todos los días al bañarme me masturbaba con esa imagen, a veces me lo imaginaba sudado sobre mi, tocando todo de mi, chupando una verga que de seguro apestaba a sudor con esos olores característicos mezclados.
Una tarde solo no pude evitar subir a mi habitación bajar la cortina y espiarlo, me saqué la verga y me empecé a masturbar viéndolo. En eso noto que el tipo se va a una esquina y se baja el cierre. No pude evitar ver una verga deliciosa de unos 14 cm flácida, empezó a orinar mientras yo bombeaba intensamente gracias a la imagen. Me distraje un momento mientras tenía un orgasmo delicioso gracias a esa imagen, cuando vuelvo a espiar, el tipo la tenía erecta y miraba a la ventana, el no me pudo ver jalándomela, pero pudo apreciar que lo espiaba, me sentí muy apenado ya que el otro trabajador se cagaba de risa. Y dejé de mirar. Esa tarde mi mamá me mando a la tienda y yo tenía que pasar por la construcción, fui haciéndome el distraído, pero cuando regresé el ya estaba en la esquina como esperándome.
-Que onda te gustó lo que viste?- dijo con una sonrisa bastante pilla.
-Que cosa?- Le dije como haciéndome el mas "buey"
-Mira chavo, hoy me toca cuidar la construcción, llego a eso de las 8, te espero y platicamos-
Hice cómo que lo ignoré por que la verdad la proposición se me hizo muy directa y ya sabia donde iba a acabar.
En la noche, pude ver que la luz estaba encendida y su invitación sonaba en mi cabeza. Mis papás estaban aún despiertos, así que no podía hacer nada. Eran como la 1 de la mañana y yo veía una peli, cuando oí unos piedrazos en la ventana. Me imaginé quien era y sí. Era el. Abrí la puerta y salí, observando que ningún vecino observara y me dirijí a la casa en construcción. Cuando entré noté que solo había luz en un cuarto y él estaba allí, un colchón bastante gastado, una televisión de esas portátiles pequeñitas con antenita y una nevera con cheve.
Me invitó a pasar y me senté en una silla de plástico que había en el cuarto y me dió una cheve, el tipo se me hizo muy buen pedo, y nos pusimos a platicar de todo, el se llamaba Rubén y tenía 32 años, era divorciado, tenía dos hijos y pues trabajaba como peón de albañil. Yo le conté sobre la escuela y demás. La cheve se acabó y el me invitó otro cartoncito de 24 y seguimos. Obvio las cheves dan ganas de mear, y el salió a orinar, yo me estaba meando igual, pero mejor decidí esperar a que el regresara. Si, el regresó y ya salí yo. La neta yo tenía los webos en la garganta, ese cabrón bañadito y limpio era otro pedo. Se veía guapísimo. Bueno a mi parecer. Oriné a gusto y cuando regresé, vi su imagen, acostado en el colchón desnudo con una verga delgada pero bien cabezona de unos 17 cm bien erecta.
-Mira cómo me tienes cabrón- me dijo
Yo me quedé parado solo viendo su rica verga, cuando me invitó a quitarme la ropa. El apagó la luz y solo nos iluminaban los reflectores de la calle, estábamos desnudos, besándonos en ese colchón. Podía sentir sus manos tocando y apretando mis nalgas como haciéndome de su propiedad mientras yo besaba su cuello lento. Esos besos son de los besos mas deliciosos; mordidas, chupaditas, uff solo lo pienso y la verga se me pone tiesa. Fui bajando poco a poco, por su cuello, su pecho, le encantaba que chupara fuerte sus pezones, pasé mi lengua por su axila que le hizo hacer un ruido de exitación delicioso, bajé por su vientre, jugué con sus muslos y su pelvis, hasta que me tragué esa verga, hasta la gargante, el se movía como cogiendo mi boca con unos movimientos circulares riquísimos. Lamí sus webos y hasta degusté su culito con mi lengua. El se puso arriba de mi, y empezó a hacer lo mismo. Beso mi cuellos, mis pezones, era un maestro y se tragó mi verga. Su respiración me ponía loco. Me puse boca abajo y empezó a besar y recorrer mi espalda hasta mis nalgas, las mordía y chupaba. En eso comenzó su trabajo de dilatación, me chupaba el culo con fuerza, me metió primero un dedo, luego dos, luego tres. Yo me revolcaba de placer. Le supliqué: -Métemela-
Puso la punta de su verga en la raja de mi culo y empezó a frotarme yo me volvía loco.
Me volteó y puso mis piernas en su hombro, ya se había puesto un condón, y empezó a empujar su pene. La verdad entró muy facil, sentí un dolor que me valió madres. Y empezó a bombearme el culo. Era delicioso, El no hablaba pero podía sentir su mirada y como su cuerpo se ponía tenso, me puso de perrito y empezó a darme durísimo, me agarraba el pene y me masturbaba y yo sentía que volaba. Luego lo puse bajo de mi, y me senté, así podía controlar los movimientos, sus huevos golpeaban mis nalgas y podía sentir el cosquilleo de su pene, le pegué unos sentones riquísimos, hasta que me tomó de las nalgas, arqueó su cuerpo hacia atrás y sentí como su verga se movía como lanzando semen en ese glorioso momento. En eso el me empezó a masturbar y yo lancé mis chorros en su pecho y cuello.
Estuvo cabronsísimo. Y en serio, que rica cogida. Nos acostamos y me besó, y nos lavamos en una llave de jardín. Allí nos masturbamos mutuamente. Entré a mi casa a eso de las 5. Bien cogido. Y fue delicioso, al otro día allí estaba el. Me imagino que el maestro albañil sabía todo, ya que de vez en cuando se sacaba la verga y se la paraba delante de mi. Ese cabrón fue mi amante un mes. Tengo unos relatos tremendos. El me enseñó cosas que no sabía y a disfrutar el sexo de manera asombrosa. Espero contarles otros relatos luego. Y espero que se masturben y gocen como yo gocé con este canijo.
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