Alejandrito y yo
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Les cuento que cuando contaba con unos 13 años, ya había tenido encuentros sexuales con un primo llamado Alejandrito, quien para el momento me llevaba unos 3 años.
En una ocasión que se encontraba en nuestra casa, pasando unos días, una noche decidimos que dormiría conmigo, aunque no teníamos las paredes completas, el cuarto tenia su techa porque en ese momento lo estábamos construyendo.
Lo cierto es que después de cenar y de ver tv, nos fuimos a acostar en nuestra hamaca, si les digo que este tipo de instrumento de dormir es muy cómodo cuando es usado por dos personas ya que cada uno se coloca paralelo uno del otro pero al contrario, píes con cabezas. Después de unas horas y sabiendo dormido al resto de la familia, mi primo comenzó a sobarme, a rozarme con su pene que no era nada pequeño, unos 16 cm de largo, bastante gruesa, muchas venas y lo mas impresionante era la forma que tenía, cuando estaba erecto parecía que estaba viendo hacia el cielo, desde la base y hasta la mitad, tenía una curva bien pronunciada. Al rato de estar sobando y rozándome, nos colocamos a igual posición, quedamos de frente. Yo metía mi mano dentro de su Short para sobar aquel miembro que me gustaba mucho. Mi primo me indicó que nos colocáramos de frente uno al otro, quedando con las piernas fuera de cada lado de la hamaca, yo antes de esto me quité mi interior y el se quitó su shor, en esta posición, él se recostó y yo me puse a mamar aquella tranca, que me pegaba en el paladar de la boca cuando la metía mucho. Al rato de estar mamando, mi primo me pide que me siente sobre de él sin levantarnos de la hamaca y así lo fui haciendo que sensación tan exquisita sentí,
Cuando su miembro fue entrando dentro de mi, me hizo sentir que me tomaba como con un gancho, esta posición dejó que me entrara todo, así estuvimos un buen rato, el se medio movía, yo estaba estático, después me sugirió levantarnos para poder coger de mejor manera, fuimos al baño yo me recosté de un pipote con agua y me penetró hasta lo mas profundo, sus embestidas eran fuertes y mi culo sentía como esa verga rozaba mi próstata, estimulando mi excitación. Cuando me lo metía hasta lo mas profundo yo me levantaba, dejando solo la punta de los dedos de los pies en el piso. Así estuvimos mucho, mucho rato, cuando el llegó dentro de mi sentí ese mar caliente que inundaba mis entrañas, él fue disminuyendo los movimientos y les cuento que después de unos 15 minutos de haber llegado fue que se salió de mi, aquella tranca aun estaba erecta y dejaba caer semen con unos hilos de sangre, era la primera vez que era poseído por mi primo de pie, ya que las veces anteriores lo hicimos en una cama. Cuando recuerdo esto, me excito tanto siento los latidos de mi corazón.
De esto hace mucho mas de 30 años. Imaginen lo bueno que fue.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!