Alex el empleado de mis papas
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Cazabultos.
En una ocasión mientras todos comían yo estaba con él en la caja del negocio mamando su deliciosa verga; sin piedad la metía y la sacaba de mi boca que, gracias a sus enseñanzas y todas la veces que teníamos sexo, se había vuelto experta. Seguí por cinco minutos, yo estaba en mi asunto sin darme cuenta que Alex, uno de los trabajadores del negocio nos estaba viendo. El viejo se vino llenando mi boca de semen caliente y me obligo a tragármela toda y limpiar su verga con mi lengua.
Pasaron unos días y Alex debía hacer varias entregas, como yo estaba ahí en el negocio me dijo que si quería acompañarlo y accedí. El era un hombre alto, de 1.80, fornido, moreno, de ojos miel, ceja poblada, pestañas muy tupidas, unos enormes brazos, de cintura breve y unas piernotas que llenaban muy bien sus pantalones y un rico bulto; tenía unos 19 años en ese entonces. Subí a la camioneta y partimos. Platicamos de tonterías, pero cada que podía, me tomaba la pierna, la acariciaba y, cuando dejábamos las cosas al regresar a la camioneta, me manoseaba el culo al subir.
Yo no sabia por que lo hacia, pero yo sentía delicioso. Al terminar las entregas Alex manejo hacia las afueras del pueblo, yo pregunte a donde íbamos y solo contesto"ya veras". Durante el trayecto, se sobaba el bulto que iba creciendo con cada caricia. Lo miraba y comencé a excitarme, se dio cuenta y me sonrió diciéndome: "ya veras la sorpresa que te tengo".
Llegamos a un campo con árboles y se estacionó, sacó su verga gorda y peluda, de unos 15 cm y prieta, con venas saltadas y sin circuncidar. Yo me quede asombrado y me dijo mamamela alfredito, yo se que te gusta. Le dije que no con la cabeza y me dijo anda como se lo haces a tu abuelo. Me quede helado mientras se la jalaba y solo atino a decir: "mámamela o le digo a tus papás lo que haces con el viejo".
Con miedo y placer me acerque, el lubricaba mas que mi abuelo y la tenía bastante más gorda; la tome con mi temblorosa mano, no se si de miedo o placer y comencé a lamer ese viscoso y salado precum. A pesar de ser gorda pude meterla toda, era delicioso sentir su piel suave, ardiendo y palpitando. Alex no hacia mas que gemir y decirme: "que rico, así toda cómetela toda, hasta el fondo, siiiiiii asiiiiiiii".
Continuamos así unos minutos y me la saco, escupió en su mano y puso saliva en el culo. Me sentó de frente sobre su verga y comenzó a moverse lentamente. Mi culo sabia recibir verga, pero nunca tan ancha; al entrar su cabeza sentí un escalofrío que recorrió desde mi hoyo a todo el cuerpo. Empujo su verga y le pedí que se detuviera; no me dolía, solo que nunca había sentido. No le importo la empujo toda hasta el fondo y me decía: "era lo que querías, siempre has querido mi verga, ahora te la comes. Estaba como loco, el que parecía tan bonachón, ahora estaba loco de placer, me jalaba el cabello tan fuerte que me dolía, intente zafarme y lo logre, pero me tomo de la cintura y de un solo golpe me la metió nuevamente. Eso lo excito más y me dio mas duro.
Gemi al sentirlo dentro de mi. Me tomó de la cara y me dijo: "calma chiquito, la tienes toda dentro, ahora disfrútala. Me embestía tan duro como podía. La saco, me puso en cuatro y siguió cogiéndome; a veces mas fuerte y sentía que me rompía el culo. Cuando estaba a punto de venirse, se detenía y empezaba de nuevo. Disfrutaba al máximo mi culo, pues sus gemidos eran muy fuertes y ya no hablaba, solo me la metía con todas sus fuerzas y la sacaba completa. En un último movimiento la introdujo toda y comenzó a venirse. Conocía la sensación, pues mi abuelo adoraba venirse dentro de mi.
Se dejó caer sobre mi, el peso de ese enorme hombre me asfixiaba y excitaba al mismo tiempo. Estaba a su merced su verga dentro, lleno de leche y sudor; impregnado de su olor a hombre.
Pasaron unos minutos hasta que acabó y se la saco. Se limpio e hizo lo mismo conmigo. Me dio las gracias y dijo que nunca había cogido tan rico. Íbamos de regreso al negocio y me dijo: "nada de esto a nadie eh". Pregunto si me había gustado, dije que si y me respondió: "cuando quieras puedes acompañarme a dejar las cosas".
Debo admitir que lo hacia mejor que mi abuelo, su juventud le ayuda. Con los meses se volvió descarado y un día el viejo nos vio. Aprovecho para cogerme también frente a Alex. Después de ese día nunca lo volví a ver, al parecer mi abuelo solo me quería para él.
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