Algo más que amigos (Parte II)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por wacko1806.
Hola! Aquí les muestro la continuación de mi primer relato, lamento la tardanza pero he estado full con los estudios y no había tenido tiempo de continuar escribiendo. Para refrescar un poco, la primera parte terminó luego de que los chicos volvieran de una fiesta algo mareados, ya en casa de Eduardo tuvieron su primera relación sexual. Como en el anterior, espero sus comentarios y sugerencias! 😉
….. {Toc, toc} Muchachos……
…….. Chicos!! {Toc, toc, toc} Son las 6:30 ya!…….
Román escuchaba a lo lejos el ruido y deseaba que parara, estaba agotado y además muy cómodo, que importaba si eran las 6:00, 3:00 o las 11:00? Trató de ignorar el ruido y seguir durmiendo.
…… {TOC, TOC, TOC!!} Casi son las 7! No sé porque cierras la puerta con seguro Eduardo!…
Al escuchar esto último reaccione ¿Eduardo? Claro! Estaba en su casa, la que gritaba en la puerta era la madre de mi mejor amigo, mi comodidad se debía a que alguien me abrazaba por la cintura, a penas vi el brazo supe que era el de Eduardo. <Más recuerdos!!> Estaba desnudo! ¿Y Diego, se habría despertado ya? ¿Si la madre de Eduardo buscaba la llave de la puerta que vería al entrar? COÑO!! Me desperté del todo y alarmado comencé a despertar a mi amigo.
Román – Eduardo!! Eduardo! – Dándole palmadas en el brazo con que me abrazaba-
Eduardo – Ummm.. Que!? Espera…. – Mientras se abrazaba más fuerte a mi cintura –
Román – Tenemos que despertarnos Eduardo! – Tratando de quitar su brazo –
Eduardo – Ok, 10 minutos… – Balbuceo medio desorientado todavía –
…….. Eduardo! Román!! Son las 7, van a llegar tarde!….. Estos se quedaron dormidos! Será buscar la llave en la cocina!….
Cuando me voltee de nuevo a ver a Eduardo, ya se había despertado del todo y tenía cara de pánico!
Eduardo – Mi mamá!! – Salto de la litera, cuando estaba en el piso vio a Diego en la cama de abajo – Y este guebon también está aquí, cierto! Tengo que abrir antes de que mi mama tumbe la puerta.
Román – Eduardo vístete! – le dije mirándolo desde arriba desnudo –
Eduardo se vio desnudo y medio sonrio. En eso, sono la puerta de nuevo, mi amigo se puso sus bóxers que aun estaban en el piso y se acerco a abrir la puerta – Voy! – Yo me acoste de nuevo y me tape con las cobijas para que su madre no notara que estaba desnudo.
Mamá de Eduardo – Muchacho!! Hasta que abren…
Eduardo – No te había escuchado ma, sorry!
Mamá de Eduardo – Si casi tumbo la puerta! Apúrense que son las 7 ya… Ese es Román? – Viendo la parte de debajo de la litera extrañada –
Eduardo – Emmm no…
Román – Aquí estoy Sra. Adriana – Dije levantando la mano desde la cama de arriba – ese de abajo es Diego, del colegio.
Eduardo – Es que se le complico llegar a su casa ma, y dejarlo tirado no me cuadraba mucho.
Adriana – No claro hijo. Bueno ya! Apúrense que llegaran tarde. Y tu dormiste así? – Mirando a Eduardo –
Eduardo – Así como?.
Adriana – En bóxers, estas casi desnudo!.
Mi cara fue de total terror, Eduardo me miro de reojo, luego vio a su madre y sonrió.
Eduardo – Siempre duermo así ma…
Adriana – Si ya veo, hasta con visitas! Que falta de respeto con Román – Dijo riendo –
Eduardo – Jajajaa ese no le para ma! Cierto? – mirándome –
Román – He visto cosas mejores jaja.
Adriana – Jajaja ustedes y sus chistes, bueno me voy para que se vistan, los espero en 15 abajo en la cocina.
Cuando Adriana se fue a la cocina, busque mis bóxers por la cama, me los puse y me baje de la cama. No sabía que decirle a Eduardo y se hizo un silencio incomodo que él rompió.
Eduardo – Ve a bañarte, mientras yo despierto al gigante éste y arreglo un poco el cuarto – Ya había encendido la luz y pude notar cómo se sonrojo un poco –
Mientras me bañaba no pude dejar de notar que me dolía mi culo y las piernas, además estaba tratando de recordar todos los detalles de la noche anterior, tenía el olor de Eduardo impregnado y por más agua que me cayera no se me iba del cuerpo ni de la mente. Sabía que había estado con mi mejor amigo y sabia que el también lo recordaba, ahora de lo que pasaría a partir de esa noche, no tenía ni idea. Cerré la llave y salí del baño para vestirme.
Cuando llegue al cuarto ya estaba Diego despierto sentado en un puf del cuarto, en unos shorts y con cara de resaca increíble. Al verme entrar, Eduardo salió al baño sin decirme nada y Diego me sonrió.
Diego – La pasaste bien anoche no? – Me dijo mirándome fijamente –
De nuevo me entro el pánico y tuve que disimular mi cara de terror – Emmm… Como así? –
Diego –En la fiesta gafo.
Román – Ahh si vale! – Medio sonreí – aunque no mejor que tú jajaja. – Estaba decidido tenía que estar más tranquilo, si no la gente terminaría dándose cuenta de lo que paso por mis nervios.
Diego – Si de pana ayer me pase! – Dijo mientras se pasaba ambas manos por su cabello castaño – Tengo el ratón más grande de mi vida encima jaja.
Román – Si exageras, ahorita cuando desayunes te tomas una aspirina, compramos un gatorade antes de llegar al liceo y listo!
Cuando los 3 estuvimos listos bajamos a desayunar, mientras le contábamos a la mamá de Eduardo como nos había ido, nos tragábamos literalmente las arepas ya que íbamos tarde para el liceo. A eso de las 7:45 me levante de la mesa
Román – Sra. Adriana gracias otra vez por todo, estaban buenísimas las arepas. – Le dije mientras me acerque a besarla en la mejilla – Voy a prender el carro, los espero afuera – Mirando a Diego y a Eduardo especialmente que ya había terminado de comer, esperando que me siguiera para hablar antes de llegar al colegio –
Adriana – De nada mi amor! Saludos a tu mamá… – Me dio un beso y un abrazo – Dios te bendiga.
Me quede dentro del carro viendo como Eduardo daba vueltas dentro de la casa retrasando su salida. No quería estar conmigo a solas, una parte de mi estaba molesta y confundida por su actitud, pero otra lo entendía perfectamente, Yo no sabía que pensar acerca de lo ocurrido y me daban miedo mis sentimientos hacia mi mejor amigo, supongo que a él le pasaba lo mismo.
Mis sospechas se confirmaron cuando salieron mis amigos de la casa. Me reí un poco al ver a Diego, venia con una camisa blanca de deporte ajustada y un pantalón brinca pozos (Ambas cosas de Eduardo) Cuando estaban por montarse en el carro
Eduardo – Diego, si quieres te vas adelante. Atrás me acuesto y voy más cómodo – Dijo sonriendo-
Diego – Jajaja claro! Me voy de copiloto entonces – Abriendo la puerta y sentándose a mi lado –
Mire por el retrovisor donde estaba Eduardo, al verme medio sonrió y desvió la mirada. Salimos de casa de mi amigo e hicimos el trayecto hasta el colegio en silencio, fueron 15 min de un monologo de Diego, sobre la noche anterior. Mientras Eduardo y yo abstraídos en nuestros pensamientos soltábamos un “Si!” “De pana…” o una risa de vez en cuando para que Diego no notara que pensábamos en otra cosa. Llegamos a las 8:10 al liceo, casi una hora después de la entrada formal y 20 min antes de nuestro examen de lapso de educación física.
Portero – Buenas noches! Pero qué maravilla que todo 4to y 5to año me estén llegando tardísimo hoy. No debería dejarlos entrar a estas horas.
Diego – Anda Pedro no seas rata, ya se termina el lapso y casi nunca te llegamos tarde. A parte, hoy tenemos examen. Si llegamos así de tarde otra vez nos dejas afuera si va?
Pedro – Aja, pero apúrense que ya todos están por las canchas. Es la última oyeron!
Graaaacias Pedro!” dijimos los tres al unísono mientras entrabamos al liceo, estacionamos y bajamos corriendo hasta llegar a la cancha. El paisaje de verdad era muy triste (Por asi decirlo jaja) todos mis compañeros estaban tirados por los banquitos, tomando agua, refugiándose del sol, en fin! Como nosotros, con resaca terrible.
Eduardo – Esto va a ser una masacre – Dijo suspirando – Vamos allá están Julio, Mauricio y el resto.
Tal como pronostico Eduardo, la prueba fue un desastre. Quedamos destruidos al terminar y pasamos casi que en la raya, por suerte teníamos una buena calificación acumulada. Después de ver mi 13 de 20 me fui hacia uno de los bancos más apartados y me acosté en el, estaba al lado de un gran árbol que me brindaba sombra, mientras veía a las ardillas correr por las ramas de aquel árbol pensaba en Eduardo y si lo mejor era hacer como si nada hubiera pasado. Cerré los ojos y comencé a soñar despierto.
En eso con delicadeza levantaron un poco mi cabeza y volvieron a bajarla, ésta vez se encontrada recostada no en el concreto del banco, si no en una pierna. Al abrir los ojos, Eduardo me miraba desde arriba sonriendo.
Eduardo – Heey!
Román – Hey! – Le sonreí e hice el intento de levantarme –
Eduardo apoyo una de sus manos sobre mi hombro – Puedes quedarte acostado, no me molesta.
Al escuchar esto, me recosté de nuevo y sonreí. En mi liceo no era nada extraño ver a nuestro grupo (chicos y chicas) abrazados, uno acostado sobre otro en el patio, fastidiándose mutuamente… Así que no levantábamos ninguna sospecha en esa posición.
Eduardo – Estuvo fuerte todos los ejercicios no?
No me esperaba ese tema de conversación, lo mire algo decepcionado – Seh, supongo.
Mi amigo que me conocía perfectamente, noto el tono de mi respuesta.
Eduardo – No quieres hablar de la prueba cierto.
Román – La verdad no. Yo sólo… Nada! – No quería estropear nuestra amistad por algo de lo que evidentemente
Eduardo no quería hablar –
Eduardo – Tú solo..? – Me miró a los ojos – Quieres hablar de lo que paso anoche?
Román – No sé si quiero hablarlo, sólo quería aclarar si era el único que se acordaba de lo que paso. –
Eduardo – Claro que me acuerdo, tú crees que eso me pasa todos los días? Además este dolorcito en el culo qué? – Comenzamos a reír juntos por un rato –
Román – Y que piensas?
Eduardo – Sobre anoche?
Román – Sobre la política del país – Lo mire a los ojos y trate de contener mi risa –
Eduardo – JA JA! Pienso que somos jóvenes, estábamos tomando y que Xs fue una experiencia diferente. No creo que debamos tratarnos distinto por algo que paso y ya cierto?
Me encontraba mucho mas confundido ahora, por qué yo no sentía que había sido algo que “paso y ya”?. Lo mejor sería mantener mi amistad con Eduardo y dejar esto correr como una experiencia más a pesar de lo que pudiera estar sintiendo luego de esa noche, ya se me pasaría.
Román – Cierto. – Desvié la mirada hacia un lado, no quería que leyera la decepción en mis ojos –
Eduardo – Siempre terminas desviando la mirada a otro lado – Dijo sonriendo mientras me daba unas palmaditas en el pecho –
Román – Me pone nervioso cuando me miran fijamente a los ojos, es una maña jajaja. –Mentí, bueno en parte, Eduardo sí me ponía nervioso-
Eduardo – Jajaja Entiendo. Que ladilla son las 10:30 ya, tenemos clases de mate, vamos!
El día transcurrió con total normalidad, así como los que siguieron a ese. Eduardo y yo nos tratábamos igual que siempre como si nada hubiera pasado, aunque yo cada noche dedicaba más tiempo a recordar en detalle la noche después de la fiesta, mi amigo nunca lo sabría. Pasó una semana luego de aquella conversación en el banco y nos encontrábamos en una clase de biología, la profesora había informado que el trabajo final de lapso con ella sería un modelo sobre la célula o el ADN (Ya no recuerdo jaja. el punto es que era en parejas), yo lo haría por supuesto con mi mejor amigo, así que habíamos quedado esa tarde en su casa.
Eran las 2:00 de la tarde y me estaba montando en el carro para ir a donde Eduardo, era la primera vez que estaba en su casa luego de la fiesta, así que maneje nervioso todo el camino, me comí una luz del semáforo, cruce en la calle que no era, en fin, un desastre. Ya llegando, le escribí a mi amigo para avisarle, así que cuando estacioné en su casa ya estaba sentado en el porche, llevaba unos shorts azules del Milán, estaba en medias y sin camisa. Era típico que Eduardo estuviera así en su casa por las tardes, por lo que no le di importancia.
Eduardo – Epale!! Cómo estás?
Román – Fino! – Sonreí – en el asiento de atrás están las cosas para la maqueta.
Eduardo – Ahh bueno finísimo, ahorita me dices cuanto te debo. Te ayudo a sacarlas.
Román – Dale! Y tu mamá no está? – Dije al mirar el estacionamiento vacio –
Eduardo – En el local, hoy le llega una mercancía creo y tiene que hacer inventario, me dejo dinero por si quería pedir pizza o algo así. No te molesta o sí?
Eduardo – No vale, tu eres gafo! Vamos a sacar las cosas del carro.
Luego de bajar las cosas del carro, y tirarlas todas en el suelo de la sala comenzamos a trabajar en la maqueta, después de dos horas habíamos armado un modelo bastante decente y lo que nos faltaba era pintarlo.
Román – Me pasas la pintura verde pequeño saltamontes.
Eduardo – Por supuesto gran señor, donde está? –Mirando a su alrededor, en el desorden que teníamos –
Román – Allí cerca del sillón, justo a tu lado –señalando con el dedo –
Eduardo – De pana, de pana! No la veo jajaja. Esto? – Levantando un marcador –
Román – No! Jajaja Es que nunca consiguen nada vale, tengo que buscar las cosas siempre yo” – le dije imitando la voz de mi madre-
Eduardo – Sonaste como mi mamá jajaja. Ok me rindo! No te sirve la roja?
Román – No tranquilo, yo la agarro… – por la flojera de levantarme, me estire pasando mi brazo por sobre Eduardo para agarrar la pintura – Te iba a morder!
Pero Eduardo no sonrió ni nada, solo me veía a la cara. No había notado hasta ese punto lo cerca que nos había dejado mi movimiento para coger la pintura, estaba prácticamente acostado sobre mi amigo, cuando trate de acomodarme, mi amigo me puso una mano en el cuello y me beso.
Al principio no reaccione, luego cuando Eduardo trato de abrirse paso en mi boca con su lengua, solté la pintura que aún estaba en mi mano y lo empuje, me levante de un tirón del suelo.
Román – Me tengo que ir, se me hace tarde ya – Tome mis llaves y camine hacia la puerta –
Eduardo – Román! Espérate… – Se levanto tras de mí y a penas trate de girar la manilla de la puerta, puso su mano sobre la mía y me presiono con su cuerpo, dejándome entre la puerta y él mismo.
Román – Deja que me vaya Eduardo – Podía sentir su respiración en mi cuello –
Eduardo – Discúlpame por el beso, de verdad.
Román – No pasa nada, no le voy a decir a nadie ni nada, pero me tengo que ir.
Eduardo – Estás seguro que quieres irte?
Román – Ssi.. Se- seguro! – Mi corazón latía a mil kilómetros por hora-
Eduardo – No te creo.
Román – Coño no puedo hacer nada entonces – Tratando de calmarme –
Eduardo – Si, si puedes. Mírame a los ojos, dime que te quieres ir y te prometo que no te ladillo más – Al decir esto se aparto un poco y cuando me voltee se volvió a acercar, ahora estábamos frente a frente – Entonces?
Román – Que quieres que te diga Eduardo?
Eduardo – Que quieres irte, que no te haces pajas pensando en la noche después de la fiesta y que el beso que te acabo de dar no te gustó para nada. Eso quiero escuchar para dejarte en paz.
Román – El problema Eduardo es que el beso no sólo me gusto, me encanto! Que de bolas que te imagino desnudo a cada rato y que lo menos que quiero hacer ahorita es irme. Pero la verdad es que si no me voy, no sé que pueda pasar y me asusta.
Eduardo – A mí también me asusta y me excita muchísimo estar contigo. Por qué no te quedas y averiguamos que puede pasar?
Había esperado este momento desde hace una semana y por lo visto mi amigo también, así que por primera vez tome la iniciativa y bese a Eduardo con ganas, comencé a acariciar su cabello, bajando mis manos por su espalda desnuda hasta llegar al short, el cual baje justo para que quedaran al aire esas nalgas grandes que comencé a sobar mientras lo seguía besando.
Eduardo me besaba como loco, luego agarro mis manos y las puso sobre mi cabeza contra la puerta, yo era su prisionero y nada me daba más morbo hasta entonces. Con una de sus manos mantenía tomadas las mías y con la otra comenzó a sobarme la verga por sobre el pantalón, yo la tenia parada casi a reventar.
Eduardo – Me encanta tenerte así – me decía mientras me manoseaba y me daba uno que otro beso-
Román – Si sigues así no se cuanto tiempo aguante!
Eduardo – Esa es la idea, que la pases bien – Sonrió pícaramente y con la mano que me manoseaba se termino de bajar su short y el bóxer quedando desnudo sólo con las medias puestas –
Román – Uff! No me hagas esto Eduardo, déjame tocarte – Le dije casi rogando, insisto en que el cabrón sabía perfectamente que hacer para excitarme más que nadie –
Eduardo – Jaja, si me convences de hacerlo.
Está vez Eduardo desabrochó mi pantalón y me lo bajo con todo y bóxers dejándome solo con la camiseta puesta, volvió a tomar mis manos con las suyas mientras se pegaba a mi cuerpo y hacia movimientos lentos, nuestras vergas paradas se rozaban. Después de un rato así, me soltó, cuando comencé a pasear mis manos por su cuerpo volvió a atrapar mis manos esta vez las sostenía a un lado de mi cuerpo, lo que le daba la posibilidad de agacharse sin soltarme y quedar de frente a mi verga erecta.
Eduardo – Aun no me convences de soltarte – Sonrió como un niño que hace una travesura – crees que hablo de la boca para afuera? Ps no señorito – Al terminar de decir esto, abrió su boca y se metió mi verga en la boca –
Román – Aaaaghg… Ed… Eduaaardo – Estuvo un rato dándome una mamada increíble, yo no podría aguantar así por mucho tiempo, necesitaba tocarlo y devolverle el favor así que en una medida desesperada, le dije jadeando.
Román – Quiero meterme todo tu guevo en la boca y después que este lleno de saliva quiero que me cojas en cuatro contra el mueble.
Eduardo me descontrolaba como nadie, me descontrolaba al punto de decir esas guarradas que sólo había escuchado en alguna porno sólo para convencerlo de que me cogiera, sacaba un lado totalmente nuevo de mi, que me gustaba y a la vez me asustaba un poco. Al escuchar mi frase no apta para menores, me miro con esa cara de lujuria que ya extrañaba
Eduardo – Me acabas de convencer jeje… Ven entonces – Se aparto de mí y se dejo caer en el mueble que estaba como a 6 pasos de la puerta –
Ya libre, me quite la camiseta y me saque los zapatos, quedando desnudo como Eduardo. Me acerque y me agache entre sus piernas, quedándome su verga en la cara, saque la lengua y la pase despacio por la cabeza de sus 19cm, luego comencé a lamérsela toda.
Eduardo – Ahhhh, uuuuf! Esto es mucho mejor de lo que recordaba aaaaaghh! – Mientras cerraba los ojos y ponía una de sus manos en mi cuello para indicarme el ritmo –
Román – También sabe mucho mejor de lo que recordaba – Yo trataba de metérmela toda, hasta que me daban arcadas, me la sacaba, la lamia un poco y volvía a metérmela completa en la boca. Con una mano pajeaba a mi amigo, con la otra recorría cada centímetro del cuerpo de Eduardo que conseguía.
Eduardo – Lo mamas como nadie, en serio Román. Aaaah, voy a acabar.
En eso detuve mi mamada – Todavía no me has cogido – le dije mirándolo y sonriendo – Pero si quieres sigo y ya no importa – Hice como si fuera a continuar mamándosela –
Eduardo – Jajaja espera! –Me detuvo poniendo sus manos en mis mejillas – Ven! – Se acerco a mí y sin soltarme me beso despacio – Claro que quiero cogerte.
Le sonreí como el día que mis padres me regalaron el carro y me recosté en el espaldar del sillón dejando mi culo al aire para que Eduardo se colocara detrás de mí.
Román – Ponte un condón por fa, todavía me da algo de miedo metérmela así, en mi cartera hay varios.
Eduardo – Como ordene – Sonrió y apurado tomo mi cartera del bolsillo de mi pantalón, la abrió, saco un preservativo y se lo puso para acomodarse de nuevo en su posición, parado tras de mí y apuntando su verga en la entrada de mi culo.
Comenzó a presionar despacio, mientras yo apretaba los dientes, me dolió un poco, pero antes de que me diera cuenta ya estaba toda dentro de mí. Se quedo allí un rato sin moverse y luego comenzó un mete y saca lento, mientras me abrazaba por la espalda.
Román – Ahhhhgg… Asii! Uuuuf! Ahhhhhaaah
Eduardo subió una de sus piernas al sillón y siguió bombeándome en esa posición cada vez más fuerte, tanto que el sillón se movía al ritmo de nuestra cogida.
Eduardo – Ahhh que rico!! Como aprietas – Mi amigo resoplaba muy fuerte, esta vez sin el temor de que Diego o su madre se despertaran, podíamos hacer el ruido que quisiéramos –
Ya cuando estaba a punto de venirse, Eduardo me abrazo fuerte por la espalda y me atrajo hacia el metiéndome su verga completa en el culo y solo haciendo movimientos circulares.
Eduardo – Voy a acabar!! AAAHghghH – Mientras trataba de recuperar la respiración, sin salirse de mí besaba mi cuello y oreja –
Yo estaba extasiado, esta vez sin el efecto del alcohol había disfrutado de cada roce, cada sabor, cada olor. Podía revivir en detalle cada embestida de mi amigo y recrearla en mi mente, así comencé a pajearme, de pronto Eduardo sustituyo mi mano por la suya en mi verga.
Eduardo – Yo también quiero recordar – me dijo sonriendo y me beso –
Román – Bueno haré mi mejor esfuerzo entonces jeje – Me separe de él y fui a colocarme un condón –
Eduardo – Como quieres hacérmelo?
Román – Ven acuéstate en el mueble, boca arriba. –Eduardo lo hizo y yo me coloque entre sus piernas, las cuales levante y coloque en mis hombros, me moje un dedo con saliva y se lo metí a mi amigo en el culo, entro con facilidad y él solo sonrió.
Eduardo – Que rico se siente cuando haces eso – cerró los ojos y solo suspiraba –
Román – Recuerdas esto? – Mientras le metía un segundo dedo –
Eduardo – Uuuuf.. Sss.. si!
Román – Fue justo antes de que me miraras y me dijeras….
Eduardo – Cógeme – me interrumpió retorciéndose ya del placer –
Saque mis dedos de su culo y le comencé a meter mi verga, mientras mi amigo resoplaba y bufaba. Una vez dentro comencé a hacer movimientos circulares antes de comenzar a bombearlo.
Román – Te gusta que te coja así? – mirando su cara sudada y desencajada –
Eduardo –Ahhhgh me encanta! Cógeme Román! – casi gritaba mientras apretaba los ojos y se mordía los labios –
Estuvimos así por unos minutos hasta que sentí que me venía, fue cuando puse mi mano en su cuello y lo levante un poco para besarle mientras descargaba toda mi leche. Me acosté sobre él, mientras trataba de recobrar la respiración.
Román – Pensaste que esto nos volvería a pasar?
Eduardo – Esperaba que si! El sexo contigo es riquísimo, deberías darle unas clasecitas a mi novia.
Román – Ay chamo! Tu novia!! – me levante del tiro y me senté en el sillón, Eduardo tenia novia, yo la conocía además y no es que éramos súper amigos, pero ahora yo era “la otra” que me estaba tirando a su novio – Eduardo, yo…
Eduardo – Cálmate, no pasa nada. Ella ni se imagina que tú y yo hacemos esto, así que no tiene porque enterarse.
Román – Osea!! tu pretendes que yo siga siendo………. (8) Love comes again
Just when I booked in none of her (8)…….
Eduardo – Espera me llaman al celular, debe ser mi mamá.
Salvado por la campana pensé, cuando se levantó y fue a contestar su teléfono. Mientras hablaba me hizo señas para que me levantara y me vistiera.
Eduardo – Bye ma! – Colgando el teléfono – Sip, era ella. Ya viene en camino así que tenemos que vestirnos, recoger esto y yo llamar al de las pizzas, te quedas para cenar cierto?
Román – Supongo, Eduardo te salvo tiesto! y en cuanto lo de andreina…
Eduardo – Ya hablaremos de eso, ayúdame a recoger vale? – se acerco y me dio un piquito mientras sonreía – todavía falta terminar de pintar la cosa esta.
Román – La célula – suspire, se había salvado esta vez pero ya hablaríamos de su novia –
Eduardo – Eso… Jajaja
—————————————————- C O N T I N U A R A —————————————————-
De nuevo quiero agradecerles a todos los que se tomaron el tiempo de leer el relato, espero les haya gustado y que no se quedaran dormidos a la mitad! Les recuerdo que sus comentarios y sugerencias me ayudan muchísimo… Trataré de traerles la próxima parte en poco tiempo si así lo desean. Bye!
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