Algo mas que amigos (PARTE III)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por wacko1806.
Andrea – Ahhh penúltimo día del lapso!! Sólo nos queda mañana y luego dos semanas de libertad!
Román – No podrías haberlo dicho mejor Andy, y que harán estas dos semanas muchachos?
Nos encontrábamos un grupo de amigos y yo en el patio del liceo en el receso, entre ellos estaba Andrea (Andy), Julio, Diego, Mauricio, Eduardo y su novia Andreína (cuya presencia debo admitir me desagradaba un poco).
Julio – Me voy a la finca de unos tíos con mis papás y a falta de hermanos jaja me llevo a Mauricio.
Diego – Lo mío lo supera: Trabajar con mi hermano, eeeeh! –Dijo con tono sarcástico algo decepcionado –
Román – Awww – le dije sonriendo y dándole una palmada en la espalda – Yo planeó pasar unos días en la playa, asi que si te escapas de donde tu hermano puedes venirte conmigo.
Andreína – Que bien! A que playas vas?
Román – A morrocoy y por cierto la invitación va en serio, quien quiera puede venirse conmigo.
Andrea- Sabes que contigo hasta la luna! Jajaja – me dijo mientras me abrazaba, Andrea era una de mis mejores amigas en el liceo –
Andreína – Que éxito! Esas playas son hermosas, pero temo que voy a decir que no. Mi papi está pensando en pasar unos días en margarita así que el gordo y yo no estaremos disponibles – Mientras decía esto abrazaba al “gordo” (Eduardo, quien medio sonrió al verme) –
Román – Que bien! –mentí, había invitado a Eduardo a la playa conmigo y aún no me había contestado, supongo que ésta era la razón, en ese momento sentí celos y molestia conmigo mismo por sentirme así cuando era de lo más normal que mi amigo prefiriera estar con su novia en lugar de con un chico. Tenía que superar esto ya! –
Mauricio – Escuche que Daniela también se va a Margarita, capaz la vean – Daniela era otra de las muchachas del salón –
Andreína – Lo dudo, nosotros viajamos en avión y por lo que sé ella viaja en los asquerosos ferrys así que al menos de que haya ahorrado todo el año no creo que pueda quedarse en el mismo hotel que mi familia – Dijo en tono arrogante tratando de ser cómica –
Román – Sabes que es asqueroso? – Me dirigí a ella – La gente tan superficial, incapaces de ver más allá de sí mismos que hace comentarios tan denigrantes por tener más capacidad económica que otras personas, es repugnante! – Se hizo un silencio incómodo – Voy a comprarme una Dona – Dije suspirando y me levante hacia la cafetería molesto –
Eduardo quien estaba tan en shock como el resto del grupo, volteó a ver a su novia a quien se le notaba la molestia en la cara – emmm.. Ya vuelvo – Y se levanto rápido para alcanzarme.
Eduardo – Que coño te pasa!! – Me dijo al llegar a mi lado –
Román – A mi?! O qué coño te pasa a ti? Como estás con esa Barbie? Tú no eres así, al Eduardo que yo conocía le hubiese molestado ese comentario estúpido tanto como a mí. – Le dije sin parar de caminar –
Eduardo – Y lo hizo! Pero hay maneras de decir las cosas, lo único que te falto fue darle una bofetada frente a todo el grupo.
Suspire y pensé antes de contestar, en verdad mi reacción había sido exagerada, quizás porque había sido ella quien había hablado y no alguien más.
Román – Tienes razón, exagere un poco. Deberías volver con ella y los muchachos.
Eduardo – Podrías detenerte un segundo – me dijo tomándome del brazo – y verme.
Le hice caso, me detuve y voltee a verlo.
Román – Que pasa?
Eduardo – No sé, dímelo tú. Esto no es sobre el comentario de Andreína únicamente cierto? – Me conocía tan bien que no tenía caso decir alguna mentira, más aun cuando me miraba fijamente a los ojos esperando una respuesta –
Román – No – suspire rindiéndome – es sobre las vacaciones también, sé que es infantil y es tu tiempo así que discúlpame. Emm tienes el derecho de decidir qué quieres hacer sin decirme nada – Cuando dije esto último mi voz se quebró un poco, me sentí avergonzado, estaba a punto de llorar como ocurre en cualquier novela cursi –
Eduardo medio sonrió – No tienes porque disculparte yo entiendo que quieres que vaya contigo, yo también lo quiero, además aun no me decido que voy a hacer en estas dos semanas. Eso sí, tienes que entender que tu eres mi mejor amigo y no voy a dejarte de lado así sin más, aun si decido viajar con Andreína eso no va a cambiar, vale?
Sabiendo que Eduardo aun no estaba seguro me quede un poco más tranquilo.
Román – Vale – le dije de mala gana – no pretendo disculparme, sólo para aclarar.
Eduardo – Ni yo esperaba que lo hicieras – me dijo dándome un pequeño puño en el pecho – eres demasiado orgulloso para eso jajaja. Por cierto, te parece si voy a tu casa esta tarde?
Román – ummm. –hice como si estuviera pensando la respuesta – por casualidad estas ganas de ir a mi casa tienen que ver con el hecho de que la tengo solo para mí por hoy?
Eduardo – Jaja si! Y no hay nada de casual, esta mañana vi tu actualización en el pin sobre la salida de tus papás ésta noche por su aniversario y entendí la indirecta.
Román – Si eres egocéntrico, no estaba invitándote. Crees que todo gira en torno a ti – Le dije aguantando la risa –
Eduardo – Ya me conoces –Me dijo sonriendo – Dejame escribirle a mi mamá para avisarle.
Román – Si va, ahora debería yo ir por mi dona y tu regresar a donde my Little princess, antes de que su “papi” te mande a secuestrar solo para ella.
Eduardo – Ja ja! Estas hecho un festival de humor hoy – Me dijo sarcásticamente antes de regresar al grupo- Nos vemos en la salida!
Así transcurrió el resto de la mañana, como ya no teníamos gran cosa por hacer en el liceo pasamos casi todo la hora hasta la salida en el patio. Eduardo jugaba con otros muchachos futbolito mientras yo sentado en los banquitos conversaba con Andrea quien se burlaba de mi ataque de Ira de más temprano.
Al sonar el timbre salí despedido como una bala hacia el carro, quería llegar a mi casa cuanto antes
Mientras Andrea y yo estábamos esperando en el carro, veíamos a Eduardo que se despedía de Andreína a quien por suerte su madre buscaba en el liceo.
Andrea- Debo darte la razón en algo, esa chama es demasiado mimada. A veces no entiendo como Eduardo la soporta. Aunque claro no por eso justifico tu episodio de agresividad de más temprano jajajaja.
Román – vas a seguir?? Ya dije que se me volaron los tapones un poco jaja. –le dije mientras la despeinaba y le hacía cosquillas.
Andrea- Ayyy.. jaja … jaja dejaaame! – estábamos montados uno sobre el otro forcejeando y haciéndonos cosquillas, ni notamos cuando Eduardo abrió la puerta de atrás, nos miró algo extrañado –
Eduardo – si quieren algo de privacidad puedo irme caminando – dijo en tono burlón –
Andrea – Noo que te pasa? Sólo jugábamos…
Román – Así es, listos entonces? Vaaamonos.
Dejamos primero a Andrea en su casa, luego Eduardo se pasó al puesto del copiloto para irnos a la mía. Mis padres saldrían por su aniversario así que estaba sólo hasta entrada la madrugada. Eduardo ya le había avisado a su madre que se quedaría en mi casa y ella por supuesto no había tenido problema.
Eduardo – Con que Andy y tú no? – Soltó como si nada mientras veía por la ventana y yo manejaba –
Román – Ehhm no… tu sabes que no. Somos sólo amigos.
Eduardo – Claro. Eso decía yo de Andreína – volteó a verme –
Román – No vamos a hablar de la Barbie cierto? –Le dije tajante – a menos de que quieras bajarte aquí – sonreí y lo mire –
Eduardo – Esta actitud pasivo-agresiva ya me está preocupando jajajaja. No entiendo porque te cae tan mal
Román – Jajaja gafo, no me cae mal solo que no quiero hablar de ella en este momento.
Eduardo – Como ordene señor. De que quieres hablar?
Román – Lo que sea, tu eliges.
Eduardo miró por la ventana de nuevo, ya casi llegábamos a mi casa.
Eduardo – Puedo hablarte de lo que quiero hacer a penas lleguemos – mientras decía esto puso su mano en mi pierna –
Román – Ni se te ocurra! – le dije mientras me ponía un poco nervioso –
Eduardo – Ni si quiera te he contado mis planes – Sonrió pícaramente y subió su mano un poco más, esta vez agarraba mi paquete –
Román – Eduardo, sigue así y vamos a chocar – le dije sonrojado y con una erección que comenzaba a formarse – Y ya dije que no. Me imagino por donde van tus planes y tengo dos razones de peso como para no seguirte la corriente – Contra mi voluntad, tome su mano y la aparte de mi verga –
Eduardo – Que malo eres. Anda! A ver, por qué no?. Estoy seguro que esas dos razones no son de peso y no voy a hacerte caso sino me convences de lo contrario – agarro mi verga de nuevo, esta vez con más ganas y comenzó a moverla –
Ya habíamos llegado a mi casa, aparqué el carro en el estacionamiento vacío y de nuevo mire a Eduardo a la cara, quien seguía jugando con mi paquete.
Román – Primero, creo que deberíamos parar, esta situación con tu novia de por medio es bastante incómoda, Además creo que esto se nos podría ir de las manos. Segundo – le dije mientras reia – llevas toooda la mañana jugando futbolito, estas todo sudado y debes oler a quien sabe que.
Cuando Eduardo escucho esto comenzó a reir.
Eduardo – No me convence. –dijo meneando la cabeza, bajo el cierre de mi pantalón metió la mano y saco mi verga del bóxer, comenzó a pajearme mientras hablaba – Mientras nos llevemos bien esto no se nos va a ir de las manos.
Román- Pero la Bar… -Cuando intente responder, se acerco y me beso, sin dejar de pajearme –
Eduardo – En cuanto a lo segundo – dijo entre besos – se me ocurre una solución. – Miraba hacia la piscina – Nunca lo he hecho en una piscina.
Román – Ni lo harás, ajajaja estás loco! Los vecinos pueden ver hacia la piscina.
Eduardo – Mas emoción – sonrio y se bajo del carro, la piscina quedaba casi al lado del estacionamiento. Eduardo camino hasta ella quitándose la camisa, los zapatos y el pantalón, cuando quedó solo en bóxers se aventó al agua. Una vez dentro me hizo señas para que lo acompañara.
Yo lo miraba aun desde el carro, en eso salió de la piscina y se dirigió a mí. Verlo mientras caminaba hacia mí con el agua chorreando por sus abdominales, por sus anchos hombros, sus piernas fuertes y con esos bóxers que ahora eran prácticamente transparentes y a través de los cuales podía ver esa verga que deseaba tanto, hizo que se me parara a más no poder.
Me abrió la puerta y me extendió la mano.
Eduardo – Te recomiendo que dejes el teléfono y la cartera, porque planeo lanzarte a la piscina con el uniforme – me dijo con esa sonrisa de niño pícaro –
Román – Si no tengo opción – Sali del carro y deje en el asiento mi celular y la billetera como me lo había pedido, sólo tuve oportunidad de sacarme los zapatos antes de que mi amigo me cargara y corriera aventándonos a ambos hacia el agua.
Una vez dentro comenzamos a besarnos, mientras yo paseaba mis manos por lo máximo que pudiera alcanzar del cuerpo de Eduardo, comenzaba tomando su cara, bajando por su espalda ancha, agarrando sus nalgas por debajo del bóxer. Nos hundíamos uno a otro en la piscina y nos lanzábamos agua, nos besábamos y volvíamos a jugar. Asi hasta que escuche un carro pasar.
Román – Vamos a la casa, en serio pueden vernos aquí y me tiene algo nervioso. –Le dije a Eduardo, tomándolo de la mano.
Eduardo se acercó y me beso antes de responder
Eduardo – Con tantas ganas que tenía de hacerlo en el patio – sonrio – Pero tienes razón, salgamos entonces.
Salí de la piscina primero y me dirigí a la parte de atrás de la casa donde estaban la lavadora y secadora, ya que a diferencia de Eduardo que solo traía los bóxers, yo seguía con el uniforme y estaba empapado. Una vez allí comencé a quitarme la ropa y a lanzarla dentro de la secadora, me quedé solo en ropa interior mientras programaba con los botones el tiempo de secado, en eso sentí que Eduardo se coloco a mis espaldas presionándome las nalgas con su verga parada, haciendo que me inclinara un poco sobre la secadora.
Román – Que haces Eduardo? Te dije que acá afuera no! –
Eduardo – Me dijiste –Beso mi nuca – que podían vernos. –Bajo sus manos hasta mis bóxers y los dejo caer, ahora sobaba mis nalgas – Pero, aquí atrás en el patio, no pueden hacerlo.
Eduardo tenía razón, para ver esa parte de la casa era necesario entrar ya que era una especie de cuarto en el fondo de la misma, que tenia únicamente lo necesario para lavar la ropa, uno que otro cachivache y una mesa de concreto que se usaba de vez en cuando para colocar vasos y comida en las parrilladas. Esta vez tome la iniciativa y sin decir nada más me voltee y agache para meterme esa verga que tanto deseaba en la boca.
Bajé sus bóxers hasta los tobillos y tome su pedazo de carne con mi mano izquierda, subí la mirada para ver a mi amigo antes de comenzar a mamárselo.
Eduardo – Uffff. Que rico lo mamas en serio!! –Mientras se retorcía y marcaba con sus manos en mi cabeza el ritmo de la mamada.
Me lo saqué de la boca para lamer sus guevos mientras lo pajeaba, sin dejar de mirarlo. Eduardo cerraba los ojos y
suspiraba.
Román – Te gusta??
Eduardo – Me encanta – suspiro – me encantas de hecho! –Dijo esto último abriendo sus ojos y mirándome – si sigues así voy a acabar ya.
Román – Aun no – le dije sonriendo mientras me levantaba para besarlo – primero quiero que me cojas – La situación me causaba mucho morbo y quería sentir a mi amigo dentro de mi allí mismo en el patio y esta vez, además, sin el preservativo – quiero que me lo hagas aquí en el patio y asi mismo –le dije mientras lo pajeaba –
Eduardo con esto último que le dije me miro con una cara de total excitación.
Eduardo – Asi a rin pelao´ como quien dice? –me miro a los ojos –
Román – Asi –le confirme –Me di la vuelta y me incline poniendo las dos manos sobre la secadora, lo que dejaba mi culo paradito y esperando por su pedazo de carne.
Esta vez fue Eduardo el que se agachó y metió su cara entre mis nalgas, lamiéndome el culo de manera increíble, escupiendo en él y metiéndome la punta de la lengua.
Román – Agghhh, Asii!! Asii! Siguueee… -Cerraba los ojos y apretaba los puños mientras me retorcía de placer, mi amigo ya había comenzado a meterme los dedos en el culo, lo cual no me molestaba en lo mas mínimo.
Eduardo se levanto, lleno su verga de saliva y la apunto hacia mi culo, presionando un poco.
Eduardo – Que apretado estás! – Me dijo al oído mientras entraba un poco más en mi- Te duele?
Román – Mmmm no. – Gire la cabeza para besarlo mientras esperaba que me entrara todo, en verdad no sentí nada más que placer desde que comenzó a meterme su verga hasta que tuve sus guevos pegados a mis nalgas una vez adentro completa.
Eduardo – Ya esta! Adentro toda –Me dijo mientras me abrazaba por la cintura y comenzaba a bombearme el culo despacio – Que rico, joder!!
Yo estaba extasiado, el mete y saca de mi amigo era delicioso, sumado a eso, el hecho de estar siendo cogido en un patio apoyado sobre una secadora, aun mojados de la piscina, era simplemente increíble. Estuvimos un rato así, hasta que los gemidos de mi amigo indicaban que estaba por correrse.
Román – Cambiemos de posición te parece? –Le dije entre jadeos –
Eduardo – Como ordenes –Dijo sonriendo y recuperando la respiración – Como lo quieres?
Román – Donde pueda verte a la cara cuando acabes –Le dije morboso –
Eduardo se salió de mi, mirándome con esa cara de lujuria que me gustaba tanto.
Eduardo – Se me ocurre algo – fue hacia la mesa y se sentó sobre ella, me miro sonriente – Crees que puedes sentarte y montar esto? – tomando su verga entre la mano, me miraba como cuando me retaba a meter un gol de media cancha o algo asi, como si jugáramos, de nuevo fue extraño y excitante a la vez.
Román – Puedo intentar – sonreí y me acerque a él, tumbándolo sobre la mesa. Una vez con mi amigo acostado sobre ella me agache para mamarlo de nuevo un poco y dejarla bien lubricada.
Una vez listo me subí a la mesa poniendo mis piernas alrededor de su cintura y con su verga parada justo en la entrada de mi culo. Coloque una mano sobre su estomago y con la otra dirigí su pedazo de carne y comencé a sentarme en el.
Aunque me causo un poco de molestia al entrar en esta posición, no fue nada difícil sentarme en la verga de mi amigo, hasta tenerla toda adentro (Me estaba acostumbrando ya a esto jaja! Y mi amigo lo notó), cuando esperaba acostumbrarme un poco para comenzar el mete y saca, Eduardo medio sonrió.
Eduardo – Ya eres casi un experto –Poniendo sus manos en mi cintura –
Román – Jaja gafo! Es que eres un buen compañero para practicar. –Le dije sonriendo y comencé a subir y bajar, cabalgando la verga de mí amigo, con mis manos apoyadas en su pecho –
Se sentía increíble y por la cara de Eduardo él también la pasaba muy bien, con sus manos me indicaba un ritmo más rápido mientras levantaba su culo de la mesa para metérmela lo más posible.
Eduardo – Jamas voy a olvidar esta cogida! Ufffgfg. Que riiico!! Ahhhghg. –Su cara se transformo en total placer, y me agarró con mas fuerzas cuando comenzó a venirse dentro de mi.
Sentir su leche caliente resbalando por su verga en mi culo me excito tanto que comencé a correrme como nunca antes, con chorros que iban desde el pecho de Eduardo hasta su mentón.
Román – AAAAAAhhghghg! Jodeeer!!
Eduardo – Ahhhg, que corrida te lanzaste! Si me llego hasta la cara jajaja – Me dijo mi amigo mientras trataba de recobrar la respiración y con una de sus manos jugaba con mi semen por su pecho.
Román – Jajaja lo siento! Tu tampoco te quedas atrás! Casi se me inunda el culo aquí, mira… – Me Sali de su verga que ya estaba perdiendo la erección y comenzó a resbalar su leche por mis nalgas y piernas.
Eduardo me miró y sonrió – Ven! – Haciendo que me acostara sobre su pecho, una vez allí, con mi cabeza de lado en su pectoral y escuchando su corazón, me abrazo como aquella primera vez que estuvimos juntos. Esto ha sido increíble, nunca antes me había venido así.
Román – Si, lo ha sido! A mí tampoco me había pasado esto de correrme sin tocarme antes. –Le dije rodeándolo con mi brazo por la cintura –
Estuvimos un rato así acostados descansando, en eso me levante un poco para mirarlo a la cara.
Román – Aún no me has dado tu respuesta sobre el viaje –
Eduardo – Es que aun no la se Román, no sé cómo hacer para no lastimar a nadie – Me dijo apartando la mirada –
Román – Claro… -Suspire –
Eduardo – No te pongas así por favor. – Me dijo casi en un susurro, se le notaba en verdad el pesar por no saber qué hacer, lo que me hizo sentirme un poco mal –
Román – Yo estoy bien, de verdad! –Le dije mientras me levantaba de la mesa y le extendía mis manos para ayudarlo.- Vamos a la casa, tengo hambre!
Tomó mis manos y una vez de pie los dos, Eduardo me besó.
Eduardo – Me gustaría de verdad irme contigo y al final creo que es lo que haré, sólo déjame pensar bien las cosas.
Román – Vale! –Sonreí – No voy a presionarte jaja. Solo hazme saber lo que decidas.
—————————————————–Continuará—————————————————–
Espero les haya gustado. También espero con ansias sus comentarios y sugerencias. En el próximo estaré relatando como les termino de ir ese día a los muchachos, la decisión de Eduardo sobre el viaje y un giro inesperado!! Jajajaja Gracias por leer y por el apoyo! ?
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