Algo repelente (Y Christian) PARTE 6
¡Por fin Christian es mío por entero!.
Agradezco infinitamente sus comentarios públicos y en privado. Quienes escribimos, lo hacemos con el propósito de compartir algo. ¡Gracias de nuevo por leerme y por su aceptación!
Sin más, la sexta entrega de esta saga:
Al quedar a solas, como recordarán, Brandon me confesó que su papá y tío tenían un año, o más, jugando con él.
Cada vez más sorprendido y caliente por la belleza de este niño, por su confesión y por lo rico que lo había penetrado un poco antes, le pregunté
–¿Y te gusta la lechita en tu boquita?
–Sí, mi papi y mi tío me dicen que es buena y que me ayuda a crecer.
–Mmmmh, sí, así es…dime, ¿Me mamarías mi pito y te comerías mi leche?
–Sí, señor…
Y sin más, tomó mi verga entre sus manos, la masajeó un poco para que se pusiera totalmente erecta y empezó a cubrirla de besos, de lamidas, incluso se metió, uno a la vez, mis testículos. Puso su boquita abierta frente a mi pene, sentí su cálido aliento en mi palpitante y babeante trozo de carne y cómo la introdujo en su boquita y comenzó a darme una mamada única, se notaba su gran experiencia en ello y lo bien entrenado que estaba por su papá y su tío.
Yo puse una de mis manos en su nuca para dirigir la tremenda follada en su boca. Mi glande tocaba su campanilla y él solamente gemía al sentirlo.
Lo subí en mi cuerpo para comerme su culito y genitales mientras él lo hacía con los míos. Su rico anito y sus bellas nalguitas eran un manjar muy apetecible, al cual dirigí con premura mi boca y lengua
La calidez de su boquita, la suavidad de sus labios alrededor de mi pene, su lengua traviesa que me provocaba sensaciones indescriptibles, el verlo meter y sacar mi pene mientras me masturbaba y masajeaba mis huevos, sumado al bello espectáculo de sus pompitas y hoyito infantil y sentir sus paredes anales y esfínteres apretar mi lengua que entraba y salía de su rico agujerito, hicieron que mis testículos se contrajeran y dispararan hasta el fondo de su garganta mi semen, que él ansiosamente comió.
Me masturbó un poco y limpió con su lengua mi pene.
Christian llegó momentos después y mientras yo dormitaba un poco, ellos jugaban entre los árboles y en la otra hamaca.
Desperté y ordené una pizza que ellos comieron con gusto. Nos vestimos pues pronto llegarían por Brandon y sí, a la hora acordada llegó su papá por él en una motocicleta.
Me presenté con el, me dijo llamarse Martín.
Brandon se despidió de mí y subió en el asiento trasero de la motocicleta, abrazó por la cintura a su papá y se despidió de Christian y de mí.
–¿Y qué te pareció mi hijo, Javier? ¿Está rico, verdad? ¿O no me digas que no hizo lo que le pedí?
–Papi, don Javi se portó muy bien conmigo y jugué con él como tú me pediste…¿Verdad, señor?
Yo, cada vez más asombrado, sólo alcancé a balbucear:
–Siii, siii, Martín, tú hijo se portó bien.
–Pero no se asuste, amigo, no pasa nada, ya me contará mi enano lo que hicieron en casa, y si gusta, dentro de tres días puedo traerlo de nuevo en la tarde, pero a cambio…
–¿Qué cosa? –pregunté yo, un poco tranquilo ya.
–Pues, verás, le traigo un chingo de ganas a Christian…supongo que ya te me adelantaste.
–Un poco, apenas anoche lo estrené, pero aún no puede recibirla toda.
–No importa, puedo esperar un poco y que seas tú quien lo desvirgue totalmente…jejeje
–Papi, Christian es muy llorón y no te la va a aguantar a ti.
–Ya veremos, chaparrito, ya veremos…
–Está bien, dije yo…
Y encendiendo la moto, arrancaron.
Tomé de la mano a Christian y cerramos el portón. Nos desnudarnos y lo llevé de nuevo a la alberca. Lo abracé a mí y el, conteniendo el llanto, me dijo…
–Don Javi, no quiero que el papá de Brandon meta su pito en mí. Cuando voy a su casa me molesta mucho y me lo enseña seguido y me hace tocárselo. Brandon y su primo Fernando se lo chupan, pero yo no he querido porque me da miedo. Yo quiero que nomás usted me meta su pito, por favor…
–¿Y por qué te da miedo?
–Es que la tiene muy grande, más que la suya, y más gorda…
–¡Ay, amorcito! ¿Pero podrías ser fuerte y valiente por mí, y aguantar?
–No sé, es que me da mucho miedo don Martín.
— Mira, hoy por la noche vamos a hacerlo de nuevo, y luego, pondré un juguetito en tu culito para que se vaya abriendo más y puedas aguantar que te meta todo mi pito en tu culito y así acabamos con él monstruo que tienes dentro de ti…¿Siii?
–Siii, don Javi…
-Bueno, pero vamos a bañarnos un rato…
–¡Siii, yupi!
Y lo puse a nadar boca abajo, boca arriba, a aventarse del borde de la alberca y yo lo atrapaba entre mis brazos.
Por la noche, fuimos al cine a ver una película de dibujos animados, lo llevé a cenar una hamburguesa con papas y refresco.
De regreso, agotado, se durmió apenas subirse al auto.
Al llegar a mi casa lo tomé entre mis brazos, subí las escaleras y lo deposité con mucho cuidado en la cama.
Lo despojé de toda su ropita y él despertó al sentir mis labios y boca en sus genitales.
–¡Jijiji! Don Javi, me hace cosquillas, jijijiii…
–¿Y te gusta lo que sientes?
–Siiii, siga, por favor…
Le pedí levantar sus pienitas, abrirlas y sostenerla con su bracito para exponer sus genitales y culito y deleitarme alternando entre ellos mis besos, lamidas y chupadas.
Luego, lo puse a mamar mientras dilataba su hoyito con gel e introducía uno, dos y hasta tres dedos. Él los recibió sin tanta molestia.
Lo puse de “cucharita y llevando su pierna superior hacia su pecho , acerqué con mi otra mano mi pene a su hoyito.
Él suspiró y lo sentí temblar un poco entre mis brazos.
–¿Listo, amorcito? Quiero que seas fuerte y valiente, porque voy a meter todo mi pito en tu culo…
–¿Toooodo? No, don Javi, me va a doler…
–Amorcito, por eso te puse cremita y también en mi pito, para poder meter y sacar mi pito sin que te duela tanto…aguanta…te va a doler un poco o mucho, pero luego vas a comenzar a sentir rico y te va a gustar…
–¿Deveras, don Javi?
–¡Claro! ¿No ves cómo tú amiguito lo disfruta y le encanta?
Y colocando mi glande en su culito, empujé un poco mi pelvis para abrir su hoyito y meter mi glande en él.
Empujé un poco más y la mitad de mi verga fue devorada por ese lindo agujerito. Era increíble lo bien que había funcionado el gel dilatador y anestésico pues él apenas acusó poco dolor.
Dejé que su recto se acostumbrara un poco y empujé hasta alojar tres cuartos partes de mi pene.
Era increíble en verdad la sensación de sentir sus esfínteres y paredes anales oprimir mi pene.
Él me pidió parar, pero yo, haciendo caso omiso a sus súplicas, le cubrí la boca con una de mis manos y sin piedad le clavé toda la longitud de mi verga hasta sentir que mis huevos y pubis chocaban en sus nalguitas.
Lo sentí sollozar y llenar con gruesas lágrimas mi mano, movía su cuerpo y ponía una de sus manitas entre mi cuerpo y el suyo, pretendiendo detenerme.
Su resistencia y lo apretado de su recién desvirgado hoyito me excitaron y empecé un mete y saca con suavidad.
Poco a poco disminuyó su llanto, retiré mi mano de su boca y susurrando palabras llenas de amor y cariño en su oído, continué entrando y saliendo de su apretado hoyito.
–Don, Javi, don Javi…
–¿Qué, amorcito?
–Quiero hacer popó y pipí, pare, por favor…
–No puedo, amorcito…así que si quieres hacer popó, hazlo…y si quieres orinarte, hazlo también.
Pude sentir la calidez de su orina al salir de su erecto penecito y él suspiró al hacerlo.
–¿Aún te duele, amorcito? ¿Mucho?
–Noooo, ya me duele menos y siento como cosquillitas en mi pancita cuando lo mete todo.
–Te lo dije, que te iba a doler un poco o mucho, pero luego ibas a sentir rico…
–Siiii….mmmmh, mmmmh, ¡qué rico…ayyyy, ayyyy, así, asintió, mmmmhggg!—escapaba con dolor mezclado con placer al sentir mis cada vez más profundas y fuertes embestidas.
–Amorcito, mmmmg, mmmg, ¡qué rico culito tienes! ¡¡!Me encanta meterte mi pito!!! ¡No mames, no mames, qué rico siento! ¡No puedo más, voy a llenar tu culito con mi lechita! ¡Mmmmhgggg, mmmmhggg, ya viene, ya viene!
Y apretándolo contra mí, clavé mi pene en lo más profundo de su orificio anal y lo llené con mi semen con potentes chorros que parecieron no tener fin.
Dejé que mi pene perdiera firmeza y lo retiré; de su recién estrenado y abierto culito, salió una mezcla de popó, semen y sangre. Me levanté y quité la ropa de cama sucia y con rastros de nuestras secreciones.
Cual marioneta sin hilos, lo tomé entre mis brazos y lo llevé al baño. Lo senté en el inodoro y le pedí pujar para que vaciara por completo su culito.
Lo metí a bañar y aseamos a profundidad nuestros cuerpos, lavé muy bien su culito y mi verga que había quedado embadurnada de su popó y sangre.
Lo sequé y cargué de nuevo en mis brazos para depositario en la cama.
Lo comencé a besar con mucho cariño a la vez que le decía lo mucho que lo amaba, lo feliz que me había hecho y lo felicitaba por lo bien que se había portado y por haber sido capaz de permitirme demostrarle mi amor.
Finalmente, revisé su anito y apliqué en él una cantidad generosa de crema con anestésico.
Agotado y con una mirada llena de amor, se durmió dulcemente en mi pecho…
C O N T I N U A R Á…
Como sigue? Necesito mas
Pronto, muy pronto…
Excelente relato. como sigue?
Gracias!
Como sigue?