Algo repelente (y el pequeño Christian) PARTE 2
Descubro «algo» en la boca de Christian.
Con las trucitas del pequeño Christian, de 4 añitos, mi nuevo amiguito, me masturbé varias veces esa noche, como recordarán…Continúo con esta historia:
Al día siguiente, apenas pude disimular mi ansiedad al verlos llegar y tocar a mi puerta. Apenas hacerlo, mi amiguito corrió hacia mí y tendió sus bracitos para que lo abrazara y cargara.
Su madre me saludó, me dejó su desayuno y despidió para ir a atender la tienda.
Me recosté en una hamaca y Christian de inmediato se montó en mí para según él cabalgarme.
Ante el contacto y presión de sus nalguitas y culito en mi pene, éste comenzó a despertarse.
–¡Don Javi, don Javi, mire, su pito está feliz! ¿Quiere que le dé masajes y besitos como ayer?
–Me encantaría, pero no aquí…alguien podría vernos, Christian.
–Si quiere, vamos a su casa…
–¡Espera! A ver, abre tu boca…
–¿Para qué?
–Es que creí ver algo asomar por tu garganta…Abre tu boquita lo más que puedas, anda…
Y él así lo hizo, un poco asustado…
–Mmmmh, lo que me tenía, Christian, tienes algo dentro de ti, algo feo que crece y se alimenta de ti.
–¿Y es muy peligroso? ¿Me voy a morir? –Me preguntó, ya más asustado y queriendo llorar.
–No, no te asustes, aún está pequeño y podremos deshacernos de él si haces todo lo que yo te diga.
–Sí, sí, don Javi, pero sáquemelo, por favor.
–Mmmmh, sí, no te preocupes, pero debes ser obediente conmigo. Vamos a la casa…
Y lo tomé de la mano y conduje a la sala, una vez ahí, me dejé en caer en un sofá y a él lo senté sobre mis piernas. Él temblaba un poco. Lo atraje hacia mí, lo estreché entre mis brazos y acaricié un poco mientras susurraba en su oído algunas palabras para tranquilizarlo.
–A ver, abre de nuevo tu boca…eso es…un poco más, así, muy bien, lo estás haciendo excelente…Ahora ciérrala, eso es…voy a untar un poco de leche condensada en mi dedo…¿Te gusta la leche condensada, Christian?
–Sí, don Javi, me encanta…¿Me va a dar lechita en mi boca?
Ufffff, escuchar su preguntita hizo que mi pene comenzara a soltar presemen y a ponerse como piedra.
–Sí, Christian, es para ver si lo que tienes dentro se pega en mi dedo y así logro sacarlo. ¿Listo? Abre un poco tu boca…
Él así lo hizo y yo metí mi dedo en ella y lo frotaba en su lengua…
–Pasa un poco de tu saliva a tu pancita, a ver si sale eso…
Él todo hacía dócilmente.
–No, no sale, chupa mi dedito con tu lengua hasta dejarlo limpio, anda…
–¿Ya, don Javi?
–No, aún no se pega. .¡Ya sé! Voy a meter mi lengua en ti, y la voy a frotar con la tuya y a mover adentro de tu boca a ver si se pega en ella…
Y comencé a besarlo primero suavemente para acostumbrarlo, luego, le pedí abrir su boca para introducir en ella mi lengua.
Al principio le daba un poquito de asco, pero después comenzó a disfrutarlo y a corresponder a mi beso apasionado.
–No, no sale…creo que necesito meter en tu boca algo más grueso y largo para alcanzarlo y que se pegue en ello.
–¿Cómo qué, don Javi?
–Mmmmh, no sé…tal vez si meto mi pito en tu boca ese monstruito lo muerda y así lo saquemos…
–¿Su pito?¿En mi boca? Pero si por ahí hacemos pipí…
–Sí, mi pito…pero si no quieres que te ayude a sacarte eso, no lo hacemos…
–Sí, sí, por favor don Javi…
–Pero ocupo que te desnudes por completo…
–¿Para qué, don Javi?
–Para que me pito se ponga más feliz al verte como ayer y crezca mucho para alcanzar a tu pequeño monstruo…si quieres yo te ayudo a desnudarte.
Y él se dejó hacer. Siempre he imaginado que despojar a un niño de su ropita es como abrir un buen regalo…¡El mejor regalo!
–Uyyyy, mira, mi pito está saltando de alegría al verte así, guau…qué hermoso pitito y huevitos tienes, a ver, voltéate y agáchate para que mi pito vea tus nalguitas y culito…¡Ufffff! ¡Qué hermoso hoyito tienes!
Yo lo hice tocar y masajear mi pene aún con mi bermudas puesto. Lo hacía saltar y él se reía al verlo brincar…
Me bajé mi bermudas y mi bóxer y mi pene saltó como impulsado por un resorte.
–¡¡¡Don Javi!!! ¡Qué pitote tan grande y grueso tiene! ¿Por qué tiene esos pelos en sus huevos?
–Así los vas a tener tú cuando crezcas más… pero tócalo, anda, a mi pito le encantan tus manitas y todo tu cuerpecito..
Y él, con un poco de temor y un mucho de curiosidad, puso sus manitas en mi pene y lo recorrió, masajeó y apretó mis testículos, después, lo hice apretar mi pene con sus dos manitas y subirlas de arriba abajo, él se reía con un poco de nervios pero obedecía mis indicaciones.
–Don Javi, ¿Qué es eso que le sale por su pito?
–Es una agüita especial, mi pito está llorando de felicidad por lo bien que lo estás tratando…si gustas, puedes tomarla con tu lengüita y probarla…anda, hazlo…
Él así lo hizo, sentir el roce de su lengua en mi glande logró que involuntariamente mi verga saltara ante esaxdulce sensación. Mi corazón palpitaba por los nervios, el placer y la gran excitación combinados.
A él pareció gustarle, pues se la pasó y de nuevo con su lengüita lamió todo mi glande hasta dejarlo limpio.
–¡Qué buen niño y qué lindo eres! Si gustas, puedes darle besos a todo mi pito y pasar tu lengua por él para que llore más y te dé más agüita…
–¿En serio, don Javi?—dijo, ilusionado—y sin esperar respuesta, así lo hizo.
Después de un rato, le indiqué que ya estaba listo para meter mi pito en su boca lo más que pudiera para matar a su monstruito.
Le pedí subirse en mí de manera que tuviera al alcance de mi boca y lengua sus genitales, nalguitas y culito.
Extrañado, lo hizo…ver tan cerca su virginal hoyito me excitó sobremanera y dirigí por instinto mi boca hacia él para besarlo en repetidas ocasiones y pasar mi lengua por él una y muchas veces más.
Él solo se reía gustoso, igual al besar, lamer y chupar sus genitales…
Le indiqué que era hora de abrir su boca y meter en ella mi pito y él, obediente, lo hizo.
–Más, métela lo más que puedas, eso, eso, lo estás haciendo de maravilla, ahora hacia arriba. Muy bien…respira un poco y hazlo de nuevo…así… mmmmh, ¡qué rico lo haces! Sigue haciéndolo así muchas veces más y si quieres mientras yo voy a seguir chapando y besando tu culito…anda…
–Siiii, don Javi, lo que usted diga…
Después de un rato, cuando sentí que me iba a correr, le dije…
–¡Uyyyy, qué bien lo estás haciendo! No te vayas a asustar, mi pito está tan feliz que pronto va a llorar muchísimo y va a salirle un líquido especial para matar a tu monstruo… debes tomártelo todo para que acabemos con él…¿Estás de acuerdo?
–Sí, don Javi– dijo, dejando de mamarme la verga un poco.
Así que al cabo de dos o tres minutos más, no pudiendo contenerme más, exploté derramando mi semen en su boquita con una corrida que lo llenó…
–Pásatelo, anda, todo…no dejes nada…así, mmmmh, que bien lo hiciste…¡Eres único!
–¿Le gustó, don Javi?
–¡Me encantó, y a mi pito también!, ahora lame todo mi pito para que quede limpiecito y sin rastro del líquido especial que te acaba de regalar por lo bien que te portaste…¡En verdad que lo hiciste súper bien, de maravilla! Mira, mi pito se cansó y ahora quiere dormir un poco…
–Sí, don Javi, ya no está tan duro y se está haciendo chiquito (sonriendo).
–A ver, abre tu boca, quiero ver que te hayas pasado todo y que tu pequeño monstruo ya no esté ahí…mmmh, no, ya no se ve, creo que acabamos con él.
–Yupi! ¡Gracias, don Javi, gracias!—Exclamó, llenó de alegría mientras me abrazaba.
Lo ayudé a vestirse, nos vestimos ambos y salimos al patio a desayunar alegremente. Felices ambos, él por ya no tener su supuesto monstruo adentro de él y yo por lo rico que me lo había chupado…
Pero…¿Habremos acabado con su pequeño monstruo?
¿ C O N T I N U A R Á…?
Como sigue?
Excelente relato. Como sigue? necesito mas.
Que rico… me encanta como escribes, es un placer leer esta historia.
Amigo, qué tal.. me hace mucha gracia lo del pequeño monstruo.. aajaja. Podrías haberle justificado que ponías tu boca en su culito para soplar y se vaya. Un abrazo.. sigue contando.