Algo repelente (y el pequeño Christian) PARTE 5
Un amiguito de Christian se une a nuestros juegos.
Esperando sea de su agrado y se deslechen leyéndolo, va la quinta parte de esta serie de relatos…
Por la mañana, la visión de verlo acostado de lado, de espaldas a mí hizo despertar mi pene. Me acerqué a él y lo pegué a mí colocando mi verga entre sus nalguitas.
Él despertó y preguntó somnoliento qué hacía, le dije que tenía muchos deseos de meter mi pito en su culito y me pidió no hacerlo pues aún le dolía mucho.
Lo puse en cuatro para revisar su recién desvirgado anito y al tratar de meterle un dedo embadurnado de gel anestésico se dolió un poco pero le expliqué que era para cerrar su culito, refrescarlo y que ya no le doliera y le pedí relajarse para que me permitiera curar y aliviar un poco su adolorido y aún irritado culito.
Lo puse de espaldas en el colchón y me deleité con sus genitales. Luego, me recosté boca arriba a su lado y lo invité a mamarme el pito ya que no consentía ser penetrado.
Él aceptó y de manera muy placentera me hizo después de cerca de 15 minutos correrme en su boquita y se comió mi semen.
Bajamos desnudos a desayunar y luego nos dirigimos a una pequeña alberca que tengo al fondo del patio para meternos y juguetear en ella.
–¡Christian, Christian! –Escuchamos, rato después, que le gritaba un niño desde la calle.
–¡Es mi amiguito Brandon!—dijo con alegría mi pequeño amante. Y me explicó que su amiguito iba en el mismo grado y salón de preescolar qué él y que vivía a la vuelta de la manzana.
Al ver que iba a salir desnudo a recibirlo, le pedí cubrirse con una toalla y así lo hizo.
Regresó tomado de la mano de un niño hermosísimo: de estatura similar a la de él, de piel blanca, cabello rubio ensortijado, ojos de color azul, labios delgados de color rojo y con dos hileras de pequeños dientes blanquísimos…ah, y poseedor de una sonrisa y una mirada cautivadora.
–¡Pero qué lindo niño! ¿Cuál es tu nombre, niño hermoso? –Pregunté mientras me cubría los genitales con una playera y sin salirme de la alberca.
–Brandon, señor—dijo, tendiendo su mano para saludarme.–Vine a visitar a mi amiguito Christian, mi mami me dio permiso de quedarme un rato.
–Mmmh, pues bienvenido, yo me llamo Javier…¿no quieres meterte a bañar con nosotros?
–Me gustaría, pero no se nadar y tampoco traje short para meterme al agua.
–Pues puedes encuerarte por completo, no necesitas ropa para bañarte. Yo te puedo cargar y enseñar a nadar. Si tú quieres, claro…sólo que no debes contarle a nadie nada…
–Es cierto, Brandon, mira, ¡yo estoy sin ropa!—dijo Christian, despojándose de la toalla y saltando a mis brazos…
–Pero es que me da pena…yo no lo conozco a Usted…mi mami me va a regañar.
–Pero si ya nos presentamos, niño, y tú mami no tiene porqué saber nada…
–Bueno, entonces sí…
Y con algo de pena empezó a quitarse su ropa, se acercó al borde de la alberca y extendí mi mano mientras sujetaba a Christian con la otra para recibirlo…tener a dos niños abrazados a mí me hizo experimentar mucho placer.
Su piececito rozó mi erecto pene sin querer, pero luego, curioso, lo tocó y masajeó varias veces…
–Señor, señor…¿Qué estoy tocando con mi pie?
Christian siguió con su pie la piernita de Brando y tocó también mi erecto pene.
–¡Pues su pito, Brandon! Le dijo a su amiguito…
–Ooooh—Exclamó Brandon, retirando su pie de mi pene.
–Bueno, bueno, ya estuvo…¿Quién quiere aprender a nadar?
–¡Yo, yo! Gritaron al unísono…
–A ver, Brandon, voy a enseñar primero a Christian, mientras, a ti te voy a colocar un salvavidas para que nades un poco pataleando con él, no te vayas a soltar, ¿eh?
Y le puse un salvavidas para que se metiera en él mientras ponía mis manos bajo el cuerpecito de Christian para ponerlo a flotar de “muertito” y después boca abajo un buen rato hasta que se cansó de patalear y bracero.
–¡Sigo yo, sigo yo! Dijo Brandon, cuando saqué del agua a Christian y le pedí ponerse ahora el salvavidas.
Brandon, temeroso, se abrazó fuertemente de mí y al patalear, volvió a tocar mi erecto pene.
–Perdón, señor—dijo tímidamente.
Coloqué una de mis manos sobre sus hombros y la otra sobre sus nalguitas y lo puse boca arriba para que moviera sus bracitos y piernitas, después de un rato, lo volteé y con una de mis manos en su pecho y la otra sobre sus genitales, lo puse a nadar así. Toqué a placer sus genitales, los masajeé y su pitito reaccionó y se puso durito.
Lo abracé a mí y el se colgó de mi cuello, abrió sus piernitas para rodear mi cintura con ellas y su rajita quedó justo sobre mi mástil . Bajé mis manos para tocar sus pequeños glúteos y rodear su orificio con mis dedos, puse mi dedo en su hoyito, presioné un poco…¡Y se deslizó hacia su caliente y apretado interior! Masajeé sus paredes anales y lo saqué y metí varias veces más.
Él sólo se sonrió y abrazó más a mí. Sorprendido, masajeé su anito con dos de mis dedos y los introduje sin mucho esfuerzo en su culito. El se mordió los labios y y paró aun más su culito para facilitar la penetración y posterior mete y saca de mis dedos.
Saqué mis dedos, lo miré y ahora fue él quien bajó una de sus manitas a mi tronco, lo agarró y dirigió a su entradita, lo puso en ella y se dio un pequeño sentón permitiendo a su capullito abrirse y recibir mi glande.
Yo estaba más que sorprendido. Era claro que alguien había desvirgado a ese lindo niño y qué este disfrutaba ser penetrado.
Le pedí colgarse de mi cuello mientras colocaba mis manos en sus nalguitas y empujaba mi ariete en su tibio, suavecito y apretado interior…
–¡Cochinos, ya vi lo que están haciendo!—Exclamó enojado Christian.
–Tranquilo, amorcito, déjame coger a tu amiguito y luego sigues tú si quieres…
–Bueno– dijo, haciendo una rabieta y retirándose a la hamaca.
Libres de su presencia, besé a Brandon y el correspondió apasionadamente, metiendo su lengua en mi boca.
–Aguantas que te la meta toda, niño?
–Siiii, don Javier, siiii…
Así que empujé mi pene hasta el fondo de sus entrañas, haciéndolo morderse sus labios para no gritar.
Le pedí subirse y bajar varias veces para follar su culito infantil y el lo hizo gustoso.
Comenzó a gemir rico y yo a gruñir ante la rica sensación de tener empalado a tan lindo niño. Mientras nos besábamos ardientemente el subía y bajaba por mi tronco apretando con sus esfínteres la longitud de mi pene.
–¡Así, así…ooooh! ¡Qué rico culito tienes, mi putita y qué rico te mueves! Mmmmmmh, Mmmmmmh…¡No aguanto más! ¡Voy a llenar tus tripitas con mi lechita!
–¡Siiii, siii, hágalo! ¡Ayyyy, ayyyy, que rico siento! Mmmmh, mmmmh…
Y con una estocada profunda, descargué siete potentes chorros de mi semen en su culito…lo besé y abrazado a mí, salimos de la alberca, lo deposité sobre una toalla y saqué mi pene de su culito.
Le pedí ir al baño y hacer popó hasta que sacara todo de su culito y darse un buen baño mientras atendía a su compañerito Christian.
–¿Entonces qué, niñita? ¿Me vas a dejarte coger así de rico como lo hice con tu amiguito?
–Pero es que a mí me duele, don Javi…yo si quisiera, pero me duele y me arde mucho mi culo…
–Mmmh, pues ni modo, tendré que hacerlo con tu amiguito entonces. El lo disfruta y no se hace del rogar como tú…
–No, don Javi, no…¿Y si se lo chupo mejor?
–Amorcito, mi pito quiere entrar en tu culito…sé buen niño, anda…
–Pero es que me duele mucho por ahí, mejor con mi boca y lengua, ¿Si?
–No, ya te dije que mi pito quiere culito…aunque sea poquito como anoche, sé bonito, anda…sé bonito y dime que sí…
–En esos momentos se acercó Brandon a nosotros y comenzó a besarme mientras frotaba mi pene con sus manitas…
–¿Entonces que, Christian? ¿Me vas a dar tu culito o lo hago con tu hermoso amiguito de nuevo?
–Nooo don Javi, nooo…está bien, pero poquito nada más y despacito, ¿Siii? Es que me duele mucho…
–Siiii, como tu digas, pero primero quiero que me chupen mi pene los dos…
Brando, sin hacerse repetir la orden, tomó mi pene y comenzó a lamerlo, llenarlo de besos y chuparlo con una experiencia increíble para su edad.
Christian, no queriendo dejarse ganar por su amiguito, se sumó a la fiesta. Era muy placentero ver cómo se alternaban para hacerme sentir el más afortunado de los mortales mientras ellos competían por hacerme el más rico sexo oral que había tenido hasta entonces.
Temiendo no contenerme, les pedí parar y ahora fueron ellos los que se tendieron en la toalla para que yo les devolviera el placer besando, lamiendo y chupando sus dos penecitos.
Luego de un rato, les pedí voltearse, ponerse en cuatro y parar sus colitas para láser e introducir mi lengua en sus hoyitos.
Luego, mientras me comía a Christian, metí uno de mis dedos en Brandon y después cambié.
Luego, fueron dos los dedos qué introduje en cada uno de sus culitos para hacerlos gemir de placer.
Me coloqué atrás de Christian, froté mi pene en su entrada, le unté gel y en mi verga, puse la cabeza de mi glande en su entradita palpitante, empujé y su capullito se abrió para recibir mi virilidad hasta la mitad.
No queriendo traicionar su confianza o causarle daño alguno, me contuve, esperé su culito se acostumbrara y amoldara a mi pene y empecé un mete y saca cuidadoso y lento, arrancando gemidos, suspiros y algunos ayes y grititos de dolor.
Le pedí a Brandon ponerse frente a él para que Christian le mamara su penecito mientras yo le metía y sacaba la mitad de mi verga.
Después de unos minutos, con un gruñido final, vacié el contenido de mis testículos en su culito, y cuando mi pene perdió firmeza, lo saqué de su anillito.
Le pedí ir al baño a expulsar todo y darse un buen baño.
Quedamos Brandon y yo solos, lo cargué y llevé a la hamaca, me acosté y lo abracé sobre mí, lo besé y acaricié mientras le preguntaba al oído.
–Amorcito, ¿Quién te enseñó a jugar así?
–Mi tío y mi papi, señor Javier –Dijo, sonriendo dulcemente—desde hace más de un año…
C O N T I N U A R Á…?
Como sigue? necesito mas.
Excelente relato, como sigue?