Amante a los 21
Sin darme cuenta, poco a poco me iba convirtiendo en el amante perfecto..
Mi nombre es Jorge, tengo 24 años y soy de Lima/Perú, mido 1.65cm de altura, soy trigueño, y algo esbelto. Toda esta historia comenzó en agosto de 2020, cuando tenía 21, buscando algo de sexo casual, decidí instalarme Grindr. La búsqueda fue algo aburrida, pero al final solo una persona logro llamar mi atención, un usuario llamado Juan, decía que tenía 46, que solo buscaba amistad, no le creí al principio, pero decidí darle el habla. Ambos enviamos nuestras fotos, y me decidimos seguir con la conversación, me comento que tenía novia, pero que, por motivos de pandemia, no podían verse, y por eso se había instalado la app por curiosidad. Yo quería sexo, así que tenía que convencerlo para salir y conocernos, en un principio se negó, pero luego de tanta insistencia finalmente acepto. 2 días después, nos reunimos en un parque cercano a su casa, yo estaba nervioso, ya que era mi primer encuentro. Me escribió y me dijo que estaba en una esquina del lugar, rápidamente me dirigí y lo encontré, era un hombre de 1.69cm, algo musculoso. Mi primera reacción fue saludarlo, él lo hizo de igual forma, me pregunto si realmente tenía 21, ya que me veía de menos, y creo que eso le gusto. Nos dirigimos algo nerviosos a un pequeño hospedaje, para «conversar», el recepcionista nos vio de reojo, e ingresamos en silencio a la habitación, pude notar que estaba nervioso y con una enorme erección. Eso me excito aún más. Ya en la habitación, nos desnudamos y acostamos en la cama, comencé a tocarlo, e hice lo que estaba deseando desde hace tiempo, sexo oral. Me metí su pene a la boca sin dudarlo, disfruté atragantarme con ese enorme pedazo de carne, el gemía sin parar, y eso me gustaba, lo hice por 10 minutos y cuando ya estaba por venirse en mi boca, me detuvo, y me dijo que quería venirse en mi culo. Yo le deje hacerme lo que él quisiera, saco su lubricante, se lo puso en el pene, y comenzó a introducirlo lentamente, esa sensación de placer y dolor fue único, me recordó a mi primera vez cuando lo hice con mi primo. Juan comenzó a penetrarme sin control, gemía de placer y me decía que era el mejor culo que había probado, me decía que era su perra, su hembra, que quería llenarme de leche (semen), me dio nalgadas, y me mordió el cuello, todo eso me gusto, finalmente sentir el placer del sexo. No pudo resistirse mas y me lleno el culo con su leche, yo también no me aguanto y me vine sobre su pecho. Nos detuvimos unos minutos para luego levantarnos y ducharnos, ambos estábamos agotados, pero yo aún tenía ganas de más sexo, así que lo excite nuevamente, el estaba cansado, pero no quería perderse la oportunidad de darse mas placer, esperamos unos minutos, y cuando ya estaba listo nuevamente comenzó a reventarme el culo, estaba vez no en la cama, sino en la ducha, decía que quería marcarme con su semen, que él iba a ser mi único hombre, el único que iba a llenarme con su proteína. Me gustaba escuchar eso. No aguanto más, y me lleno con su leche. Me excita con solo recordar ese momento. Luego de aquel momento de placer le propuse, volver a encontramos, lo dudo un poco, pero acepto. Yo hasta ese momento pensé que solo iban a ser encuentros casuales, pero poco a poco, me di cuenta de que me iba convirtiendo en su amante. Hasta aquí llega este relato, si les gusto y quieren un segunda parte, lo comentan, ya que aun hay mas historias que contar. Se agradece cualquier comentario.
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