Amigos Pasivos Pt 1. (Mich)
La amistad se refuerza. .
Soy Michel, cuando esta historia ocurrió yo tenía unos 20 años actualmente tengo 26. Soy alto delgado tez blanca un poco velludo. En esta historia sólo me acompañó Brayan un chico que había conocido cerca de mí casa y éramos muy parecidos a excepción de que el tenía el cabello un poco más largo.
Mi sexualidad y mi rol en la cama siempre han variado por temporadas, en ese entonces era exclusivamente pasivo al igual que Brayan.
Éramos muy unidos, siempre salíamos juntos de fiesta, al cine a dar una vuelta por la plaza o lo que se nos ocurriera.
Un día fuimos a un antro del cual ya regresamos a la una de la mañana y no habíamos tenido suerte en ligar a nadie. Ninguno de los dos solía tomar mucho así que regresamos bien, como les dije a Brayan lo conocí cerca de mi casa y cuando pase a dejarlo me dijo que no había nadie que sí quería quedarme a dormir.
-Será una noche de chicas–Dijo en un tono afeminado.
Solíamos llevarnos así e incluso hablarnos en femenino como desmadre. Yo no consideraba que ninguno de los dos fuera obvio (y serlo no tiene nada de malo). En fin pase y ya conocía perfectamente su casa incluso su familia me conocía. Llamó por teléfono a sus papás para avisar que había llegado bien a casa y les dijo que me quedaría a dormir, dijeron que no había problema y que había cosas en la cocina para cenar.
Preparamos algunas botanas, cervezas, refresco y dulces. En realidad parecía una pijamada. Fuimos a su cuarto, prendidos la tele pusimos una película de super héroes que nos gustaba mucho y comenzamos a hablar de chicos, nuestra familia y cosas que básicamente ya sabíamos.
-¿tendrás algo de ropa que me prestes para dormir? – Pregunté mientras destapaba una cerveza
-Si tengo algunos shorts y playeras en ese cajón- me señaló un mueble al lado de la cabecera de su cama y fui a buscar.
Tome una playera y cuando saque el short pude ver un dildo un poco largo semiescondido entre su ropa. Solté una pequeña risa y Brayan volteo a verme con extrañeza, dos segundos después su cara tomó un color rojo intenso.
-¿todo esto en serio te cabe? – Pregunté sacando su juguete.
Al terminar de sacarlo me di cuenta de porque me parecía tan grande, era un dildo de doble cabeza.
– Estaba en oferta y lo compre jaja – Confesó un poco más relajado. – Pero no, no me meto todo eso sólo ocupo la mitad en situaciones de escases de hombres jajaja
-Luego me llevas a esa tienda también quiero comprar uno – Confesé con una media sonrisa.
Con ese pequeño incidente comenzamos a hacer preguntas más íntimas que algunas nos daban risa y otras algo de vergüenza. La noche avanzó ya eran las dos de la mañana y comenzamos a hablar del tiempo que llevábamos sin tener relaciones, en promedio teníamos unos 3 meses sin acción y eso a la edad de 20 años es muchísimo.
– Y justo para estos tiempos tengo el dildo – Concluyó Brayan.
– Me gustaría tener uno – Dije mirándolo ya que lo habíamos dejado sobre su cama
– Te lo presto si quieres, seguro andas igual de ganoso que yo, eso te hace un buen paro
-Supongo que mas que mis dedos sí, pero es muy largo no se hasta donde.
– Somos muy amigos, nos falta hombre y tenemos un dildo, la pijamada se podría poner interesante – Dijo Brayan esbozando una media sonrisa.
La verdad es que no podía concebir tener una noche placentera si ambos éramos pasivos así qee lo considere más una masturbación con un amigo. Pusimos una película porno y comenzamos a comentar lo que nos excitaba, que nos mamaran el culo, que nos dedearan, nalguearan, nos cogieran duro o lento etc.
Entre esa platica escuchandonos, viendo la película y todo comenzamos a excitarnos. Brayan comenzó a quitarse la playera, calcetines y pantalón hasta quedar en ropa interior, para mi sorpresa tenía puesta una tanga rosa. Cuando terminé en ropa interior soltó una pequeña risa porque yo tenía una tanga negra.
Sacamos nuestras vergas para comenzar a jalárnosla, su verga media unos 17 cm igual que la mía sólo que la de él era más cabezona.
Cada quien masturbaba su propia verga, de vez en cuando Brayan se pellizcaba un pezón. Ambos estábamos acostado bocarriba uno al lado del otro, casi en sincronía fuimos abriendo las piernas hicimos a un lado el hilo de nuestra tanga y comenzamos a masajea nuestros culos.
– Nunca pensé que me excitaria tanto masturbarme con un amigo – Confesé en voz baja
– Yo tampoco, pero me gusta ver como te tocas – Dijo mi amigo viendo como una mano la ocupaba en mi verga y otra en masajear mi ano.
Seguimos así por unos minutos hasta que ambas vergas comenzaron a lubricar.
– Ya es hora de jugar con nuestros culos – Dije sonriendo
– Primero hay que lubricarlos bien – Brayan escupió en su mano y la estiró hasta llegar a mi culo. No tuve tiempo de reaccionar Cúa do ya sentía sus dedos masajeando la entrada de mi culo, sólo pude soltar un pequeño gemido – Hay que ayudarnos entre nosotros.
De inmediato entendí a hice lo mismo, ahí estábamos dos pasivos acariciándonos los culos en tanga, me acerqué un poco más a él y suave comencé a lamer su pezón izquierdo, soltó un gemido y seguí haciéndolo mientras sus dedos ya luchaban por entrar a mi ano caliente. Estábamos ahí gimiendo como las zorras pasivas que éramos.
No aguante más y me puse en cuatro delante de él.
– Amigo por favor chúpame el culo – Supliqué.
El paso por debajo de mi y nos acomodamos en un 69 de culos. Su ano estaba frente a mi, casi palpitando.
– Tu has lo mismo por mi – Me ordenó
Así comenzamos a mamarnos los culos, si bien no era nuestra cosa favorita en el mundo agradecimos tener una lengua amiga que estuviera dispuesta a satisfacernos. Aunque después de unos minutos le agarramos el gusto a eso.
Después de unos minutos nos pusimos frente a frente y comenzamos a mamar las dos cabezas del dildo mientras nos metimos dedos en el culo. Era muy excitante compartir ese momento con Brayan.
Nuevamente me puse en 4 y él comenzó a meter poco a poco el dildo en mi.
– ¿Te gusta putito? – Pregunto Brayan
– Mucho, ¿me vas a ayudar a comermelo?
– Claro que sí, entre nuestros dos culos vamos a desaparecer este pitote.
Una vez que había entrado suficiente el se puso en 4 para meterse la cabeza que quedó libre. Sólo lo escuchaba gemir y a su ano comer cada centímetro del dildo. Poco a poco cada uno fue introduciendo más a su culo hasta que nuestras nalgas chocaron, metí mi mano para sostener el dildo y comenzamos a darnos dildo por el culo, estuvimos casi una hora así y luego cambiamos la posición para ambos estar acostados boca arriba, aprovechando esa situación nos lamimos los pies mientras jugábamos con el dildo hasta que yo sentía que ya no podía más y me vine encima de mi dejándome todo cubierto de mi leche, me perdí en ese orgasmo, tanto que olvidé que mi culo estaba unido por un dildo al culo de Brayan, cuando miré él también estaba lleno de leche.
Ambos agarramos gusto por hacer esas cosas juntos e incluso nos volvimos imprudentes tanto así que una vez el papá de Brayan nos vio por accidente.
Esa es otra historia.
Déjenme sus sugerencias de temas para más relatos.
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