Amistad rota en Halloween (Parte 1)
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Teenboy.
Era walloween y en esas fechas tan especiales algo horrible estaba a punto de pasar.
-Era tan linda, ese largo y ondulado cabello rubio, esos enormes ojos verdes y una sonrisa tan tierna, no había duda, esa chica era para él, si tan solo encontrara la forma de acercársela…
– ¡Max!
-Realmente le gustaba, y era tan buena en los deportes, de seguro en su casa la aprobarían…
– ¡Maaaaxxx!
-La pregunta era cómo hablarle, ¿Por qué tenía que ser un año mayor que él? Sarai.
-¡MAAAAAXXX!
Un estruendoso grito en su oído lo sacó de su ensoñación y lo dejó unos instantes aturdido
-¿eh? ¿Tommy? – pregunto confundido de la situación, mirando el ceño fruncido de su amigo
-¿Qué te pasa? Hace casi media hora que estoy tratando de hablarte, ¿acaso no me escuchas? o ¿acaso no soy tan importante para que me prestes atención? – Tommy inflo sus mejillas y empuño sus manos esperando la respuesta
-¿eh? – Max sabía lo mucho que le molestaba a Tommy su estatura, a pesar de tener ya 16 años, el seguía midiendo como si un niño de 13 años se tratase, y muchas veces lo habían confundido con un niño de segundo año de Secundaria – no es nada de eso Tommy, es que… estaba distraído, jeje- rio con nerviosismo y miró hacia donde estaba el equipo de animadoras de la escuela y sus mejillas se sonrosaron levemente
-estabas pensando en esa chica de curso superior, ¿verdad? – pregunto Tommy y luego de un resoplido – ¿Por qué no vas a hablarle? En verdad ya estoy aburrido de verte con esa cara de idiota todos los días.
-¡No te burles! Además tú no tienes ningún derecho en reclamarme, nunca has salido con ninguna chica y eso que muchas se te han declarado.
-Ninguna me gustaba – respondió Tommy, cortando la conversación y empezando a caminar hacia su casa.
-¡Espera! – grito Max y corrió para alcanzarlo – ¿Cuál es tu problema? Siempre te enfadas cuando hablamos de chicas
-es que la verdad no me interesa – respondió Tommy un poco enfadado.
-Bueno dentro de poco sera Walloween jeje de que iras vestido?
-No lo se aun.
– Tommy se alejo mirando al suelo y se fue a su casa.
Dos semanas después, en el Instituto al que asistían, en una linda mañana de otoño.
-Oye Max, tengo un chisme que estoy segura que te interesará – Maria se sentó frente a Max con una gran sonrisa en su rostro, ansiosa de contarle ese chisme a su amigo
-Maria – dijo Max con algo de enfado – ya te he dicho que no me interesan los chismes, ve a contárselos a alguien más
-se trata de Sarai
-Sarai? – murmuró Max para sí, y recordó a la chica que durante el último mes le había quitado el sueño – ¿de qué se trata? –pregunto con recelo, no quería escuchar que esa chica ya había conseguido novio.
-¿No que no te gustaban los chismes?
-¡Saraiii!
-está bien, está bien, pero en realidad no se trata de Sarai, si no de su mejor amiga a quien nunca deja sola… ¿A que no adivinas de quien está enamorada esa chica?
-Ay, no me vengas a decir que de mi – dijo desilusionado por el chisme aburrido y sin sentido
-no digas idioteces – lo regaño Sarai – a esa chica no le gustan los chicos con fama de mujeriegos
-¡YO NO SOY UN MUJERIEGO! – grito enfadado
-claro que si – respondió tranquila su amiga – pero ese no es el punto, el chico que le gusta a la amiga de Sarai es… ¡Tommy!
-¿eh?.
¡ay, no! Cuando Tommy rechace a esa niña, Sarai se va a enfadar y nunca va a aceptar salir conmigo solo por ser amigo de Tommy – dijo un tanto desesperado
-tu sí que no entiendes ¿verdad?
-¿De qué hablas?
-¡Puedes aprovecharte de esta situación! – Dijo con energía Sarai, pero luego vio la expresión de idiota de Max – oh vamos, dame un cuaderno y un lápiz, te lo explicaré con peras y manzanas
Veinte minutos después…
-¡Tommyyy! – Max corría como un loco por los corredores del instituto buscando a su mejor amigo, lo vio al final de un pasillo tomando agua de la fuente, corrió y se abalanzó sobre él
-Tienes que ayudarme – ordenó
-Primero: quítate de encima, todos nos están viendo – cuando ambos ya estaban de pie – segundo: esa no es forma de pedir favores, ¿No crees?
-pero Tommy, tienes que ayudarme, es extremadamente necesario y solo tú puedes hacerlo, anda, ayúdame ¿siiii?
-primero dime de que se trata y luego digo si te ayudo o no
-está bien, pero no aquí, vamos a otra parte
Corriendo llegaron a un rincon de un edificio, era su lugar favorito cuando tenían que hablar de cosas delicadas y aún estaban en el Instituto.
-¿y bien? ¿De qué se trata todo esto?
-tienes que salir con la mejor amiga de Sarai
-¿QUÉ? – Pregunto Tommy sin entender – ¿te volviste loco?
-por favor, Tommy – suplicaba Max – escuche que esa niña está interesada en ti, y como es muy tímida, ella siempre va a sus citas con Sari, por favor tienes que salir con ella
-oh, ¡Max! Sólo quieres que salga con ella para tu poder acompañarme y pasar tiempo con Sarai – replico Tommy, mientras Max asentía con la cabeza – pues no lo haré, no voy a lastimar a esa niña, solo para que tu consigas una cita
-Tommy por favor, además quizás ella te guste ¿No lo has pensado?
-Lo dudo- replico Tommy desviando la mirada
-¿Acaso la conoces? – pregunto Max sin entender, él nunca había visto a la muchacha y eso que miraba siempre que podía hacia donde estaba Sarai, no sabía si era linda o no
Tommy no respondió, respiro profundo y miro a Max con una rara expresión en su rostro – está bien – dijo – saldré con esa niña, pero no te prometo que seré amable o lindo con ella, no quiero darle falsas esperanzas ¿de acuerdo?
-¡Sí! – Y una gran alegría se adueñó de Max – Por fin voy a salir con Sarai…
-¿quieres comportarte? – Max estaba harto de la actitud de Max, siempre lo metía en problemas.
———-
Ya atardecía, Max nervioso esperaba a Tommy a unos metros de la escuela, esperaba con todas sus fuerzas que el plan resultara
-ya vine – dijo Tommy con desgano, Max se abalanzó sobre el
-de que te disfrazaste? Jaja – Tommy lo miro serio.
-es un traje de brujo ¬¬ y el tuyo?
Max saco una mascara de su bolsillo y se la puso en la cara.
-yo soy un zombi jejeje
Tommy miro a Max con cara de como diciendo ( asi vas a enamorar a Sarai? ¬¬)
-¿y? ¿Qué paso? ¿acepto? ¿Sarai va a ir? – Max hacia una pregunta tras otra mientras lo zarandeaba de los hombros, era una mala costumbre que tenía prácticamente desde que conocía a Tommy, quien después de tanto tiempo ya se había acostumbrado a esa manera de interrogación, suspiro profundo y se quitó las manos de Max de encima
-sí, si acepto – el desgano en el rostro y palabras de Tommy era evidente pero Max ni se fijó, solo arqueo una ceja para que Tommy se apurara a contarle lo que realmente él quería saber – si – continuo, – tu futura novia del semestre si va a ir y le pareció bien que un amigo mío fuera para que sea más divertido ¿satisfecho?
Max por supuesto ni se dio cuenta del tono sarcástico del último comentario de Tommy
-por fin – dijo – Sarai es la más linda, hace tiempo que quiero salir con ella… – y se fue a su casa sonriendo como un bobo y pensando en esa chica, Tommy resignado fue caminando al lado de Max, rogando para quedar sordo y no tener que escuchar las idioteces que iba diciendo su mejor amigo, y preocupado también por no saber cómo reaccionar ante el coqueteo de esa niña, el realmente no estaba interesado
-te recuerdo que tienes que presentarme, no se te vaya a olvidar o Sarai va a sospechar de que se trata todo esto y…
-Max – lo interrumpió Tommy alzando levemente la voz – por favor ya basta con eso, me lo has repetido todo el camino, no soy un idiota como para no recordar algo tan sencillo
-está bien – dijo Max – lo lamento… – y cuando levanto la vista las dos niñas venían saliendo de la estación – ahí vienen – dijo emocionado
Max se golpeó la frente con una mano – cállate idiota, se supone que no las conoces – le susurró a Max, el susodicho se dio cuenta de su error y no pudo evitar llamarse a sí mismo idiota
-buenos días – saludo la tímida Soraya.
-que iba vestida de princesa
-hola – dijo Sarai, que iba vestida de ada
-hola Soraya –respondió Tommy – hola Sarai, mira él es mi amigo de quien te hable – y señalo a Max, quien antes de poder saludar fue interrumpido por Sarai
-ey, yo te he visto, tú vas a nuestra escuela ¿verdad?
-si – dijo Max y titubeando un poco pregunto haciéndose el tonto – ¿tu estas en el equipo de animadoras cierto?
-así es – respondió alegremente Sarai, así ella y Max se pusieron a conversar animadamente.
Tommy veía la escena y se decía para sus adentros: “lo sabía, ese tonto no necesitaba que hiciéramos todo esto”, se dio cuenta de que Soraya lo miraba y recordó el plan que Max le había hecho memorizar
-de que vas disfrazado Tommy,de pirata?-pregunto Soraya.
-no como crees,estas tonta? Soy un brujo.
-la chica se quedo fija mirándole por llamarla tonta y Max se dio cuenta de su error.
-Perdón.
jeje esque es la costumbre.
-se disculpo Tommy,Max se desesperaba y decidió intervenir.
-eh? ¿Les parece si vamos al cine ahora? – pregunto
Todos asintieron, y así empezó la cita doble, Max y Sarai se estaban llevando muy bien, pero entre Tommy y Soraya no parecía haber nada de química, y los tímidos intentos de Soraya no eran percibidos por el despistado de Tommy, al salir del cine caminaron por la avenida hasta llegar a una cafetería, se sentaron en una mesa en el centro, a pesar que Max y Max querían estar en una mesa al lado de la ventana, con una simple mirada de Tommy y de Soraya recordaron que se trataba de la cita de esos dos y no la de ellos.
Pidieron café y pasteles, excepto Tommy que pidió un helado a pesar que afuera hacia mucho frio y el clásico viento de otoño en walloween.
Cuando ya todos estaban disfrutando de su pedido Soraya intento nuevamente entablar una conversación con Tommy, pero el parecía querer saborear cada molécula de su helado, pues le prestaba más atención a eso que a lo que su “cita” le decía, a todo lo que Soraya le decía él contestaba con un “si…” “mm…” “aja” “claro”, Soraya bajo la vista muy triste y por supuesto que Sarai se dio cuenta y miro enfadada a Tommy, ante eso Max intento arreglar la situación
-nos disculpan un momento –dijo levantándose de su asiento, tomando a Tommy del brazo y arrastrándolo hacia el baño de hombres.
Una vez allí, asegurándose que no había nadie más se enfrentó a Tommy
-¿se puede saber qué te pasa? podrías prestarle un poco de atención ¿no te parece?, ¡estás haciendo que todo se arruine!
-mira, yo te dije que no iba a ser amable con ella, no quiero darle falsas esperanzas, en verdad no estoy interesado –replico Tommy
-pero si es muy bonita…
-no estoy interesado – repitió Tommy
-entonces, por lo menos compórtate y haz que la cita termine bien
– pero estoy harto de estar fingiendo, siento que la estoy engañando – y antes de que Max replicara, Tommy le dijo – además solo vine porque tú me suplicaste que lo hiciera, te dije desde un principio que no estaba interesado
– tu sí que eres imbécil, esa chica es muy bonita y está enamorada de ti, no sé cómo no aprovechas una oportunidad así
Ante esas palabras Tommy desvió la mirada, algo en su pecho le hizo sentir mal, sin que Max lo notara
-¡vamos! – Insistía Max – ¡dime que te pasa!
-… – Tommy tenía su mirada clavada en el piso, no quería responder
-¿acaso estás enamorado de alguien más? – pregunto Max algo incrédulo
-no –murmuro y levanto la mirada
– ¿entonces qué es? –pregunto ya desesperado Max, mirando fijamente a su mejor amigo, no podía entender que le pasaba
– es que…-murmuro Tommy bajando nuevamente la vista, Max espero en silencio, Tommy apretó con fuerza sus manos – a mi… – y levanto valientemente la vista – ¡a mí me gustas tu! – dijo de golpe Tommy, alzando un poco la voz y mirando fijamente a Max
Max estaba aturdido, las palabras de Tommy habían entrado tan rápido a su cabeza que no era capaz de entenderlas, se quedó ahí, de pie frente a Tommy, con sus ojos muy abiertos y su boca temblando como incapaz de articular palabra alguna… y entonces Tommy lo vio: una sombra cruzando por el rostro de Max, frunció el ceño y sus ojos claros miraron a cualquier parte menos a Tommy, parecía que las palabras por fin se habían ordenado en su cabeza, pero aún era incapaz de entenderlas del todo
-¿Qué? – fue todo lo que dijo y sin mirar a Tommy
-yo –dijo Tommy asustado por la reacción de Max, aun no sabía cómo lo iba a tomar – soy gay, me gustan los chicos en lugar de las chicas – explico mirando atentamente a Max, esta vez las palabras Max las había entendido perfectamente
-eres… maricon? –dijo dando un paso hacia atrás, con la vista fija en el piso
-no, no es así… -dijo Tommy acercándose dos pasos hacia Max
-¡NO TE ACERQUES! – Tommy se detuvo inmediatamente, Max por fin levanto la vista: estaba claramente enfadado, asustado, asqueado
-¡eres un anormal! –le dijo y automáticamente los ojos de Tommy se llenaron de lágrimas – ¿me has estado engañando todo este tiempo? ¡Eres asqueroso! Yo… yo dormía en tu casa muchas veces…¡Quien sabe qué clase de cosas me habrás hecho sin que yo lo supiera!
-¡CLARO QUE NO! – Tommy por fin sacaba la voz – yo jamás te haría algo así, eres mi mejor amigo
-¿amigos? –replico con sarcasmo – los amigos no se ocultan algo así y encima te gusto yo??, eres un anormal
– ¿crees que para mí es fácil? ¿Crees que fue sencillo descubrir que soy así?, el rostro de Tommy estaba bañado en lágrimas, Max se agarraba la cabeza, estaba completamente sockeado y no escuchaba lo que Tommy le decía
– ¡dime! ¿Qué cosas me hiciste? ¿Qué me hiciste mientras dormía? – Max miraba con furia en sus ojos al pobre Tommy
– ya te dije: yo nunca te hice nada… además – dijo caminando hacia la puerta del baño – aunque me gustases jamas andaria con mi mejor amigo, siempre fuiste para mi eso, nunca desee nada sexual contigo.
-se secó las lágrimas y salió del baño, se acercó a la mesa donde estaban las chicas, parecía que nadie en el local había escuchado la discusión, pero eso no le importó, tomo su chaqueta, dejo algo de dinero y se fue sin despedirse, salio corriendo lo más rápido que pudo.
Max se quedó solo unos minutos, se sentía extraño, no sabía qué hacer, recordó a Sarai, tendría que terminar la cita ahora, no quería hablar con nadie, solo quería estar solo, salió del baño y fue a hablar con las chicas, antes de que el pudiera hablar, Sarai lo interrumpió:
-tu amigo se fue y ni siquiera se despidió
Max respiro profundo
–él tuvo un problema, lo mejor es que dejemos esto hasta aqui, lo siento mucho… yo pagaré la cuenta – luego de pagar se despidió de las chicas en la puerta de la cafetería, cuando ya iba a marcharse a su casa, Sarai le dijo
-oye, la pase muy bien contigo, me gustaría que volviéramos a salir, pero esta vez sólo los dos
En otras circunstancias Max habría aceptado de inmediato, pero aún estaba aturdido y confundido por lo de Tommy
-si eres capaz de esperar unas semanas, estaría encantado
-¿Por qué? ¿Hay muchas chicas antes que mí? – respondió enfadada Sarai – olvídalo quieres –y se fue enfadada junto con Soraya
Max no le dio importancia, tenía cosas más importantes en las que ocupar su mente, que en una chica, se fue a su casa y se quedó en su habitación hasta el día siguiente, ni siquiera se molestó en bajar a cenar.
El timbre de inicio de clases estaba pronto de sonar, Max ya estaba sentado en su puesto desde bastante temprano, miraba moverse las primeras nubes de otoño y en su mente ciertas frases se le repetían una y otra vez desde la tarde del sábado, por culpa de eso no había podido dormir adecuadamente …“me gustas tu”“soy gay” “me gustan los chicos” “me gustas tu”“soy gay” “me gustan los chicos” “me gustas tu”“soy gay”… así estuvo su mente toda la tarde del sábado y todo el domingo y si no se lo decía a alguien hoy lunes seguiría así hasta volverse loco, lo particular de todo era que cada vez que recodaba la palabra gay presionaba sus dientes, esa palabra le molestaba de sobremanera, pero no sabía porque.
De pronto una mano se puso sobre cabeza, miró hacia el frente y ahí estaba Maria, mirándolo curiosa y divertida.
-JAJAJAJAJ- una estruendosa carcajada de parte de ella hizo que todos los del salón miraran – ¡tienes unas ojeras horribles Max! Jajaja
-cállate – dijo enfadado y avergonzado
-perdón –dijo Maria – ¿pero qué te paso? Tienes que contarme por qué no pudiste dormir anoche
-antenoche tampoco – respondió Max
-¿dos noches seguidas sin dormir? – Maria con un avance de chisme como ese estaba encantada – mmm, ¿acaso es por tu cita del sábado? ¿Esa chica no te ha dejado dormir?
-no es eso – replico Max – aunque está relacionado con lo que paso ese día, no podemos hablar ahora, ya llego el maestro, te cuento a la hora de almuerzo ¿de acuerdo?
-que aburrido… está bien, pero que sea con lujo de detalles –dijo ansiosa Maria
Las clases transcurrieron normalmente hasta que al fin llegó la hora de almuerzo, era lunes de pizza en la cafetería y por mucho que Maria y Max se apuraron cuando llegaron la fila ya estaba hasta afuera
-te dije que te apuraras – reclamo Max
-oye, yo no salgo sin mirarme antes al espejo – dijo con una actitud de chica engreída, a veces Max olvidaba que Maria era una chica ya que era muy ruda y por eso nunca se había sentido atraído por ella –me gustaran los chismes – continuó diciendo Maria –pero no me gusta ser parte de ellos, y hablando de chismes ¿me vas a contar o no?
-pero aquí no, además si quieres que te cuente tienes que prometer que aunque te amenacen de muerte tu nunca le vas a decir a nadie ¿entendiste? –Max la miro fijamente
-entendido, señor Max
-mira, apenas compremos el almuer…
Max se detuvo, su mirada había chocado con la de un un chico moreno y un poco mas bajo que el, él simplemente iba caminando hacia la fila del almuerzo, con algunos libros en sus brazos, pero se detuvo al ver a Max
-hola Tommy –saludo Maria alegremente, pero no tuvo respuesta, Maria se fijó en el rostro de Tommy, se veía muy delgado, demasiado como si no hubiese comido en dos días, se fijó en sus ojos que miraban tímidamente a Max, estaban rojos y muy brillosos, era muy evidente que a Tommy le pasaba algo, la chica miro a Max para decirle (Max no solía ser muy atento en esos temas) y entonces Maria se dio cuenta, la mirada de su amigo era de enfado y estaba dirigida a Tommy, luego Max desvió la vista con repudio, Tommy bajo la vista, dio media vuelta y se fue.
Maria los miraba a ambos atentamente, cuando Tommy ya no podía oírlos le hablo a Max.
-es sobre esto de lo que quieres hablarme?.
Max asintió –por eso no debes decirle a nadie lo que te voy a decir
-entendido – respondió Maria, esta vez mucho más seria de lo usual
—–
Veinte minutos más tarde, Max y Maria estaban en la sala de danza del Instituto,Maria es la presidenta del club de danza y tenia acceso a el, siempre iban a ese sitio cuando tenían que hablar cosas importantes.
-vaya-dijo la chica –con que a Tommy le gustan los chicos, bueno, siempre pensé que había algo raro en él
-¿Cómo puedes tomártelo tan a la ligera? –Max se había vuelto a alterar – ¿y si me hubiera hecho algo raro?
– pero Tommy dijo que no lo había hecho, él nunca te ha mentido ¿o sí?
-pues no –respondió algo turbado Max – pero me dijo que yo le gustaba…
-y? no es para tanto, a mi me gustan muchos chicos y no por eso me lo haria con todos.
-no es eso Maria.
-¿entonces que es? –Pregunto la chica mirando a Max fijamente, éste abrió la boca pero no supo qué responder – yo deduzco que lo que te molestó fue que Tommy no te lo haya dicho antes, es decir te sentiste traicionado ¿o me equivoco? – continuo Maria
Max miraba el piso pensando que responder, sabía que le molestaba, pero no sabía qué exactamente
-si no es eso… – Maria dijo y tomó un sorbo de jugo – lo que pasa simplemente es que eres homofóbico
– ¡no es eso tampoco! –respondió Max, y era cierto, le daba un escalofrió y algo de asco cuando veía a dos hombres besándose en la calle, pero nada más, por él que hicieran lo quisieran, no le importaba, pero tratándose de Tommy… -¡AAAARRRGGG! –Gritó agarrándose la cabeza –maldita sea… -dijo sentándose frente a Maria y tranquilamente continuó –no sé qué hacer Maria…
-bueno… –dijo ella pero fue interrumpida por el sonido de su movil, era un mensaje, cuando Maria termino de leerlo sus ojos estaban brillando y su clásica sonrisa de astucia estaba dibujada en su cara – ¡esto es genial! –Dijo ignorando por completo a Max –pero debo ir a confirmarlo… – poniéndose de pie arregló rápidamente sus cosas.
-Maria… -Max estaba atónito, luego de Tommy ella era su única amiga – ¿te vas a ir? Estábamos conversando algo muy delicado ¡no puedes hacerme esto!
-esto también es delicado –respondió a Max mirándolo y señalando su movil – posiblemente sea el chisme de la semana, es mi deber ir a confirmarlo –dijo extrañada de que Max no entendiera la importancia de eso –toma –le paso la llave del salón –cierra bien cuando salgas –y salió corriendo hacia el patio, dejando a Max solo, con sus problemas.
Max suspiró, tomó sus cosas y cerró el salón de danza, mientras guardaba la llave en su bolsillo miro hacia donde se había ido Maria
-Tommy jamás me habría hecho algo así –murmuró y dirigió su camino al salón de clases
——-
Para sorpresa de Max los dias pasaron muy rapidos, no pensaba tanto en Tommy como creyó que pasaría, pensaba en él desde que se levantaba hasta que llegaba a la escuela, luego allí se distraía conversando con chicas y entre tantas clases, tareas, trabajos, deportes y por supuesto largas citas luego del periodo escolar, ya no pensaba en Tommy hasta que llegaba a su casa y miraba la fotografía de su mesita de noche, al menos así fue durante los primeros días, hasta que se hartó de tener que verlo y en un ataque de ira destruyó el cuadro y todas las fotografías que encontró en las que saliera Tommy, luego de eso dejo de pensar tanto en él… sólo lo recordaba cuando de casualidad pasaba frente a la cafetería donde escuchó esas horribles palabras, o cada mañana cuando llegaba atrasado a clases, sabía que Tommy siempre llegaba tarde y Max por nada del mundo quería verlo, de hecho no lo había visto desde que se toparon en la fila de la cafetería ese lunes en que le contó a Maria lo sucedido.
A veces sentía que lo extrañaba y le daban ganas de verlo aunque fuera de lejos para saber cómo estaba, más que mal, habían sido amigos desde el colegio y siempre estaban juntos, pero a pesar de eso no quería verlo, seguía sintiendo esa rabia enfermiza cada vez que pensaba en las palabras de Tommy, sabía que si lo veía haría una estupidez como golpearlo hasta que se retractara de lo que había dicho o insultarlo frente a toda la escuela y ponerlo en evidencia frente a todos sus compañeros sobre quien era realmente, aun no sabía cuál de los dos casos era peor y no quería averiguarlo.
El frío de otoño era cada vez peor, se notaba que el invierno estaba cerca y con él la semana de Walloween en el Instituto de fin de mes, todos estaban ansiosos por eso y ya se estaban organizando los preparativos para la fiesta que la escuela acostumbraba a hacer el día de Walloween, sin embargo cada mañana los estudiantes debían llegar muy abrigados para soportar el frío viento y afrontar las primeras lluvias de la temporada, por suerte la cafetería cambiaba su menú y ofrecía deliciosas y calientes sopas a los estudiantes, Max y Maria esperaban en la fila del almuerzo que fuera su turno, por suerte no había mucha gente antes que ellos, pero detrás estaba el equipo completo de organizadores de la fiesta de Walloween conversando animada mente sobre los preparativos, para desgracia de Max no sólo tenía que soportar ese ruido, sino también el informe de chismes de la semana que cada viernes le hacia Maria.
– Y eso con respecto al club de fotografía, no podrán volver a reunirse hasta que se sepa quién de ellos publicó esas fotografías escandalosas de la hija de la directora –comentaba animada mente la chica, miro a Max de reojo y continuo –a que no sabes quién tiene de novio al capitán del equipo de fútbol?
Max alzo una ceja por toda respuesta
-¡Sarai! –dijo con una sonrisa y mirada perspicaz
Inmediatamente a Max se le pasó por la mente lo sucedido con Tommy, presionó los puños y se puso muy serio
-te he dicho que no me hables de ella, ni de nadie relacionado con “ese” día, ni con tu ya sabes quién –dijo bastante molesto
-con que sigues traumatizado con eso ¿eh? –dijo Maria sin prestarle atención
-no estoy traumatizado – dijo agarrándola del brazo
-¡Max! – dijo ella alterada, ante eso el Max reaccionó y la soltó
-perdón… -murmuró –yo…
En ese momento una chica con voz de mando entro a la cafetería y le habló a los organizadores de la fiesta
-chicos, ya tenemos presupuesto para la fiesta, debemos ir ahora ya al gimnasio a inventariar las cosas que ya tenemos y planear que vamos a hacer, vamos no tendremos otro momento
Ante eso los chicos de la fila dejaron sus bandejas y se fueron tras la chica mandona, ignorando los gritos de la cocinera por dejar ese desastre cuando ya habían sacado su comida, Max y su amiga que ya estaba cerca de la caja, trataron de apurarse lo más posible para no recibir un regaño de la cocinera quien a regañadientes fue a retirar las bandejas y hacer espacio para el siguiente en la fila
-¿QUÉ HACES AHÍ? ¡AVANZA MUCHACHITO! –la muy cabreada cocinera le gritaba a un chico medio rapado con orejeras y un abrigo muy grande que seguía en la fila sin avanzar, tímidamente el chico bajó la cabeza y caminó escogiendo qué comer hasta estar al lado de Max, éste no le dio importancia y siguió escuchando a Maria cuando escuchó una voz familiar.
-lo siento mucho –al escucharlo Max se dio vuelta y miro al chico medio rapado, no tenía idea de quien era.
-lo siento mucho –continuo el chico – sé que no te gusta que este cerca de ti… pero no puedo evitarlo… está prohibido dar el puesto en la fila de la cafetería, la última vez hubo un caos…
Max lo miraba atentamente, le parecía muy familiar pero no sabía de quién se trataba, entonces se dio cuenta, esa forma tímida en que el chico miraba el piso y desviaba la mirada era inconfundible: era Tommy, Max no lo podía creer: se había rapado el pelo, apenas tenia y el siempre tenia pelo, su cabello negro ya no estaba, se lo había rapado y muy corto, casi al ras, por eso no lo había reconocido, y su rostro, estaba muy delgado, extremadamente delgado, no podía ver el resto de su cuerpo porque lo cubría un enorme abrigo gris, que se notaba que no era de él, y entonces se fijó en sus manos, estaban muy delgadas, al notar eso un horrible escalofrío recorrió la espalda de Max y volvió a fijarse en su rostro, Tommy no lo miraba, de hecho miraba fijamente hacia el frente, como si no sintiera la mirada de Max sobre sí, Max miró los ojos de Tommy, se dio cuenta de las ojeras que parecían tener semanas allí, de su piel que estaba más blanca y muy, muy pálida… Max abrió la boca para decir algo, pero fue interrumpido por la cajera y por Maria
-date prisa chico –decía la cajera –estas retrasando el almuerzo de tus compañeros
-vamos Max – Maria no había reconocido a Tommy, pero si había quedado intrigada por la actitud de Max, él la siguió y se sentaron en una mesa, Max seguía atento a lo que Tommy hacía, lo vio retirarse de la cafetería con tan solo una manzana en sus manos y una mirada muy triste, su cara parecía estar sin expresión, como muerto.
-¿eso es todo lo que va a comer? –pensó, no lo podía evitar, una sensación de desasosiego se había apoderado de su corazón, desde que lo reconoció, ni siquiera se había acordado del por qué ya no eran amigos, sólo pensaba en ir a ayudarlo, a reconfortarlo, a abrazarlo como tantas veces había hecho Tommy con él cuando era más pequeños… estuvo a punto de gritar su nombre, a punto de ir y zarandearlo exigiendo una explicación de porqué estaba en ese estado… pero no lo hizo, se quedó ahí sentado, sumergido en sus pensamientos, comiendo sin fijarse en lo que hacía, porque en el fondo tenía miedo, miedo de que se burlaran de él los chicos de la escuela, miedo de que lo vieran llorar al momento de abrazar a Tommy, que lo vieran pidiendo perdón como una chica, ahora lo sabía: era un cobarde, y por eso no soportaba que Tommy fuera homosexual, no quería que a él también lo llamaran gay solo por ser amigo de Tommy…
Se quedó ahí, comiendo, ignorando las insistentes preguntas de Maria, y recordó unas palabras que le había dicho Maria el primer día que se lo encontraron en la cafetería después de confesar que era gay, era homofóbico.
Luego de ese encuentro en la cafetería, los meses pasaron rápidamente, Tommy siempre había sabido obedecer al cien por ciento las ordenes de Max y esta vez no era la excepción, el “no te me acerques” lo había acatado rigurosamente, no se volvieron a ver ni siquiera por casualidad.
Max empezó a extrañarlo, pero no quiso ceder ante sus sentimientos, luego de ese encuentro en la cafetería lloró cada noche durante casi dos semanas, lloró en silencio, acostado en su cama y tapándose la cara con la almohada, con la vaga esperanza de ahogarse por accidente para ya no sufrir por extrañar tanto a Tommy, extrañaba esa sonrisa de cada mañana que siempre le daba a pesar de tener unas ojeras enormes por haber hecho las tareas a última hora en la noche, extrañaba lo muy raro que podía ser, siempre Tommy le alegraba la vida, le hacia reír, le hacia sentirse bien, Max extrañaba eso y por sobretodo extrañaba el que Tommy le abrazaba cuando se reían a carcajadas de sus juegos.
extrañaba tanto tenerlo a su lado.
Lloró tanto que creyó que no le quedarían lágrimas para llorar nunca más en la vida y se dispuso a olvidar o por lo menos a ignorar, y se inscribió en absolutamente todas las actividades de la escuela, participó en la organización de la fiesta de fin de semestre, empezó a salir con todas las chicas que le pedían citas y así el título de mujeriego que le habían dado sus compañeros de salón se extendió a toda la escuela, ocupó cada segundo de su tiempo libre para no tener que pensar en Tommy, incluso en las noches se quedaba dormido con los audífonos puestos, y así se mantuvo todo el periodo escolar, Max dejó de pensar en Tommy, todo estaba perfecto.
Pero había algo que Max no tuvo en cuenta: la escuela no dura para siempre, sólo faltaban unas horas para que sonara el timbre final y empezaran las vacaciones de verano.
Se despidió de sus compañeros y se fue tranquilo a casa, sin ninguna preocupación.
Al día siguiente, el sol estaba muy alto cuando Max por fin despertó, cansado de dormir tanto, se sentó en su cama, miró la hora, eran las once y media de la mañana
-primer día de vacaciones –murmuró entre bostezos mientras se rascaba la cabeza, al decirlo miró instintivamente hacia la puerta, como si esperara que alguien entrara en cualquier momento, pero nada pasó, su rostro se puso serio como si de pronto hubiese recordado algo, cerró lo ojos con pesadumbre y empezó a recordar –Tommy…- murmuró y un nudo apareció en su garganta, al recordar cada primer día de vacaciones de los últimos años:
Tommy siempre aparecía cada primer día para salir a jugar al fútbol y a los videojuegos durante horas, quedaban en su cas y se la pasaban el verano juntos y dormían juntos, iban a la piscina, se divertían y disfrutaban del verano y ahora que Tommy no había aparecido como siempre se sintió muy solo, y por sobre todo sintió como si todo el esfuerzo que hizo durante el año no hubiese servido de nada, había vuelto a pensar en su mejor amigo.
Se volvió a acostar y mirando el techo se dijo
-será un verano muy largo…
Y así fue, al principio quiso salir y divertirse, conocer chicas nuevas y tal vez hacer nuevos amigos, pero no importaba a donde fuera todo le recordaba a Tommy, el parque que estaba cerca de su casa, a Tommy le encantaba ir allí a jugar al fútbol, lo recordó cuando volvía de hacer las compras que le ordenó su madre, ya era tarde y volvió a su casa.
Paso noches muy malas pensando en Tommy, pero las cosas empeoraron, cuando sólo quedaban dos semanas de vacaciones, ya no era necesario que Max pasara por algún lugar donde tuviera recuerdos de importancia con Tommy, ahora solo bastaba con ver la televisión, comer algo o el simple hecho de despertar, no había caso, lo echaba mucho de menos, ya no lo aguantaba más, recurrió a la única fotografía que no había roto, una que había escondido en lo más profundo de su billetera, porque en el fondo sabía que no lo soportaría, que lo extrañaría mucho, miró esa foto en la que Tommy salía sonriente, el día en que cumplió 15 años, esa sonrisa que tanto extrañaba, esa actitud despreocupada que tanto añoraba, y comenzó a llorar desconsoladamente, acostado en su cama, con más pena aun ya que sabía que no vendría nadie a consolarlo, que nadie le diría que todo iba a estar bien, como tantas veces lo había hecho Tommy, cada vez que lo encontraba llorando en su habitación, esos días en que sentía que su vida era miserable.
Recordó mirando la foto que ese dia de su cumpleaños jugando a las luchas le rompio el brazo, se paso semanas de recuperación, se sintió muy mal pero cuando fue al hospital a verle, Tommy le recibió con una sonrisa.
-sabia que vendrías jeje.
-perdoname Tommy.
-Max, fue sin querer, jamás dejare que nuestra amistad se pierda por nada, te quiero mas que nada, eres mi mejor amigo.
Max se sentía fatal, siempre fue el quien daño a Tommy ya que era muy rebelde y de carácter fuerte y en cambio Tommy era mas sensible y mas pacifico, pero a pesar de todas esas veces que le daño Tommy siempre le perdono,
-no sé cómo pudo perdonarme ese día; debí de haber perdido su amistad hace mucho tiempo – dijo Max, sollozando en su habitación, ya lo había decidido, necesitaba a Tommy de vuelta en su vida, quería a Tommy de vuelta en su vida, es mucho más importante de lo que había pensado, al diablo con que sea gay – lo necesito, porque es mi mejor amigo
Pasaron las últimas semanas de vacaciones y Max había decidido disculparse con Tommy en la escuela, le daba mucha vergüenza y miedo tener que ir hasta su casa, en especial porque no sabía si los padres de Tommy sabían que él era gay y no quería arriesgarse a meter la pata.
Tuvo que irse corriendo al Instituto, decidió dormir un rato más ya que Tommy siempre llegaba tarde, pero se le pasó la hora y ya solo faltaban cinco minutos para que empezaran las clases, iba tan rápido y preocupado de no llegar tarde que no se fijó que al doblar la esquina había alguien ahí
*PAFFFFF!!!!!!!!!!!!!!*
– ¡ayyyy!
-¡auch!
Había chocado con alguien y ahora los dos estaban en el piso, se puso a recoger sus cosas cuando esa persona le dijo de forma muy antipática
-deberías tener más cuidado.
-tú fuiste el culpable – dijo y miro hacia arriba, se sorprendió al ver que esa persona le tendía la mano para que se levantase, sin pensarlo la tomó y se puso de pie –gracias, debo irme estoy atrasado – dijo sin mirar
-es raro que llegues atrasado, creí que tu récord era llegar cada día a las siete y media.
Max se detuvo, había algo familiar en esa voz, y el hecho de que supiera esos detalles, se volvió lentamente y miro al muchacho que le hablaba, era mas alto que el, su pelo negro estaba teñido de rubio de punta, sus ojos eran negros, pero su mirada era triste y desafiante a la vez, como si hubiese pasado por un gran dolor, en la cara se podía ver una marca de cicatriz fina desde el cuello hasta la mejilla, como si de un corte se tratara.
-¿Tommy? –pregunto incrédulo Max
-sí, soy yo – respondió sin rodeos
Max se sorprendió, no esperaba verlo así, tan alto, tan decidido, se sentía aturdido, pero este era el momento de pedirle una disculpa
-Tommy, yo… yo lo siento mucho, no sabes lo arrepentido que estoy por lo que paso aquel día, no debí tratarte así, fui muy cruel y…
Se detuvo de golpe, Tommy no lo estaba escuchando, de hecho caminaba tranquilamente hacia el Instituto, dejándolo a él atrás.
-¡hey, espera! –Corrió a alcanzarlo y detenerlo – estoy tratando de disculparme…
– lo sé –dijo tranquilamente –y yo te estoy ignorando
-pero…
-¿sabes? –dijo y se acercó al oído de Max – ¿ves esta cicatriz? este verano trate de suicidarme tres veces debido al dolor y la pena que sentía – se alejó para ver el rostro de Max, que estaba sorprendido y asustado por esa revelación – la última vez –prosiguió Tommy – mi madre, aunque no lo creas, me dio un gran consejo, ella me dijo “a veces es mejor alejarse de quienes nos hacen daño, no puedes vivir en el pasado, que hayan sido amigos antes, no significa que lo deban ser ahora… sigue con tu vida”, y ¿sabes qué? Eso es lo que hice y lo que pienso hacer de ahora en adelante, ¿no querías que me alejara de ti? Pues eso hice, y ahora espero que tú hagas lo mismo, no acepto tus disculpas, ve a buscarte otro imbécil que te aguante todas tus tonterías – y diciendo eso entró en el Instituto.
Max lo miro desde la acera, vio como a cada paso se iba alejando una de las personas que más quería en el mundo, como a cada paso se le iban clavando cientos de agujas en el corazón y sus ojos se llenaban de lágrimas y bajaban por sus mejillas, lentamente se fue alejando sin apartar la mirada, no le importaba ya nada, lo había perdido todo.
-fui un idiota… -murmuró, se fue a su casa a llorar escondido entre las sabanas de su cama, sus padres no estaban y no le importaba igualmente.
Los primeros días fueron muy duros para Max sobretodo porque Maria ya no estaba en ese Instituto tras graduarse, de nada servia salir con chicas o distraerse jugando al fútbol, el quería a Tommy denuevo a su lado, quería que todo fuera como antes de aquel día en el que le robo la inocencia sin el haberse dado cuenta, se arrepentía mucho, demasiado, nunca se perdonaría el daño que le causo a Tommy.
-Maxx!
El grito del maestro lo devolvió a la realidad.
-Te hice una pregunta.
– El maestro miro desafiante a un Max que aun no entendía la pregunta, estaba como hipnotizado.
-Perdón maestro me encuentro muy mal, ¿puedo ir al baño?
-Si claro Max, pero no tardes o te perderás la clase.
Max salio del salón y se dirigió al baño, su mirada estaba perdida en el suelo, pero entonces escucho unos murmullos, una de las voces le resultaba muy familiar.
-Sabes que te pagare tío, solo dame un poco mas de tiempo.
-Mira chaval, yo necesito cobrar la pasta, porque si no la cobro el jefe se enfada y si el se enfada yo pago las consecuencias y si yo las pago vendré a por ti y me cobrare el dinero de tu piel,¿lo has entendido?
Si.
te juro que mañana tendrás el dinero.
Max pudo ver escondido en la esquina de la pared que se trataba de Tommy y un chico de ultimo curso, tendría unos 18 años, dos mas que ellos.
-Toma,-El chico le metió a Tommy una bolsa pequeña blanca en el bolsillo.
-mañana ya sabes.
El chico se alejo y Tommy se dirigió al baño, Max fue detrás y espero un rato para al fin entrar, una vez dentro, jamas pensó lo que iba a ver, Tommy se estaba drogando.
-¡¡QUE HACES!!! TEVOLVISTE LOCO¡¡¡
-¿Max?.
¿me estas siguiendo?
-No.
yo venia al baño.
¿te estas drogando?
-¿Eso a ti no te importa sabes?
Tommy se guardo la droga y se disponía a salir del baño cuando Max le sujeto del brazo y le quito la droga.
Inmediatamente Tommy saco una navaja del bolsillo y le apunto al cuello.
-No vuelvas a tocarme nunca, jamas, si no.
¿Si no que? ¿me vas a rajar?
Tommy le quito la droga y se guardo la navaja.
-Mira, yo cumplí mi parte y me aleje de ti, hazme el favor y dejame en paz.
-Pero Tommy yo te quiero, eres mi mejor amigo, no te quiero perder, por favor.
Tommy miro con tristeza a los ojos de Max, ambos con ojeras, se notaba que habían sufrido mucho, Tommy lo miro como si quisiera aceptar sus disculpas pero no fue así, escupió en el suelo y salio del baño.
Max se quedo allí mirando al espejo, su mirada era impotente, todo esto lo causo el, sabia que si el sufrió por su perdida, Tommy debió sufrir mucho mas aun por como lo trato y como lo repudio, de sus ojos empezaron a escaparse pequeñas lagrimas mientras se imaginaba como Tommy llego a ser como era ahora, un chico tan inocente y bondadoso, tan bueno con los demás.
se sentía miserable.
Los días siguieron pasando y Max aun tenia la esperanza de recuperar la amistad del que una vez fue su mejor amigo, pero a cada día que pasaba sabia que seria mas difícil, tenia que primero hacer ver a Tommy que su vida actual, lo mataría.
Mientras tanto Tommy estaba en Internet, en su tristeza y soledad ahogaba sus penas navegando por las webs, era por la tarde, la lluvia no cesaba a finales de septiembre, de repente le llego un mail a su bandeja de entrada, el remitente era de desconocido.
El mensaje decía:
Hola Tommy llevo mucho tiempo observándote, me gustas mucho y me gustaría poder demostrarte mi amor hacia ti, se que no sabes quien soy, pero dentro de ti se que vendrás a la dirección de abajo, dentro de una hora, te espero.
Tommy estuvo pensando.
era Max, sin duda, solo el sabia que era gay, se vistió y se marcho hacia el destino que le dijo, cuando llegó, era un edificio abandonado muy tétrico, entró dentro y empezó a indagar, pero por mucho que mirara no había nadie, se estaba burlando de el.
-Sabia que vendrías.
Una voz provenía del fondo de la oscuridad, se podia ver una figura alta y bastante esbelta, era el chico que antes le paso la droga.
-¿Alejandro? ¿que.
que.
que haces a a aquí.
?-Tommy estaba sorprendido y a la vez asustado, dentro de el temía que algo malo iba a ocurrir.
-Tommy quiero hacerlo contigo, aquí y ahora.
Alejandro se abalanzó sobre Tommy y lo besó en los labios, éste puso un poco de resistencia pero dejó de hacerlo.
Luis lo noto y siguió besándole, y tocándole.
Unos segundo antes quizá Tommy se hubiera negado y hubiese salido a la estampida de allí, pero ahora como un abyecto esclavo, se quitó los zapatos y los calcetines.
-Ven, hay un colchón aquí, lo traje yo solo para nosotros.
Luego le quito la camisa y los pantalones, con cada prenda que sacaba, Tommy notaba como iba cayendo más y más, bajo su control.
-¿Me lo quito todo? -La voz de Tommy era un jadeo y una súplica, como si no desease hacerlo.
Dentro de el no quería hacerlo, pero lo estaba dejando pasar.
-¡Si.
si! Todo- Alejandro se desnudo.
Tommy se quitó la camiseta y los calzoncillos, ahora, desnudo, notaba que realmente no tenía otra elección que aceptarlo todo.
La voz de Alejandro se había tornado amenazadora, y aunque una parte de el le gustaría hacerlo con el, otra parte no y no sabia porque.
-¡Ponte de rodillas!
Entonces Tommy se arrodilló y pensó que iba a obligárle a chupar su pene.
-¡No!- la voz de Tommy se había tornado quebradiza y aguda.
Tommy no sabia porque le contestó eso, quizá sentía miedo pero la verdad es que tenía tantas ganas de chupársela.
Sacó la lengua y le susurró, con los labios tocando su oreja:
-Vas a dejar que te meta la polla en la boca, se que lo estas deseando Tommy.
-Si.
-Tommy se dejaba llevar-.
¡Si!, ¡Si!, ¡Déjame mamártela, Alejandro!
Al instante le rodeo y se puso adelante de el.
La cálida y lujuriosa cabeza de su pene tocó los labios de Tommy, el cual abrió mucho la boca para poder tragársela.
Se la metió, era tan grande que solo la punto parecía llenar su boca, debía medirle mas de 18cm.
Notaba su suave piel contra su lengua y labios.
Su boca había estado seca por la excitación, pero ahora se despertaron las glándulas salivares y cubrieron de saliva la cabeza y los cinco centímetros de su herramienta.
La sacó hasta que solo el extremo quedó junto pegado a sus labios saboreando el suave y cremoso liquido pre seminal, que brotaba en gotitas.
Luego la volvió a empujar hacia dentro, más profundamente, hasta que el extremo de su polla, palpó la entrada de la garganta de Tommy.
-¡Vale, vale!, dijo Alejandro, sacándola un tanto.
-Poco a poco te vas a tragar mi cipote entero, pero no será esta noche, Tomicito, esta noche voy a soltar mi caliente leche en tu bonito culo.
Tommy se quedo perplejo unos segundo.
esa palabra.
*Tomicito* le era familiar, pero aunque intentaba recordar no podía.
algo se lo impedía.
Alejandro se sentó denuevo e hizo poner la espalda de Tommy contra el suelo, abrió sus piernas y se arrodilló entre ellas.
-¡Por favor Alejandro, no se si quiero hacerlo!
-Si quieres, solo estas nervioso porque es tu primera vez Tommy- Alejandro ignoro a Tommy, se puso un condón y lo unto en crema y le levanto el culo.
Agarrándole las piernas por detrás de las rodillas, las abrió aun más y tiró de ellas hacia arriba, hasta que sus rodillas quedaron por encima de sus hombros, y se inclinó sobre el.
Tommy notó como sus dedos se paseaban sobre su erección y sobre sus pelotas, agarró éstas con fuerza y dio un ligero tirón.
Deslizó sus dedos por debajo, siguiendo la hendidura, hasta el agujero de su culo.
Tommy estaba muy nervioso, tenia miedo y a la vez excitación, pero no estaba seguro de lo que hacia.
-¿Estas preparado?
Entonces Tommy noto la suave presión del pene de Alejandro , intentando abrirse en el.
-Calmate Tommy- le dijo con ternura y desesperación por penetrarle.
Tommy sintió como el músculo de su culo se estiraba de un modo aterrador.
Gimió, sobre todo de aprensión, pero él estaba empujando con más fuerza; entonces aulló de insoportable dolor.
¡Le iba a desgarrar el culo, a partirle en dos!-pensó.
-¡Cállate ya, joder!- su sólida mano apretó sus labios contra los dientes.
El dolor no disminuyó, pero tampoco aumentó, Tommy empezaba a disfrutar, a medida que el grueso falo iba deslizándose lentamente dentro de Tommy, iba olvidándose del dolor, estaba disfrutando de la gloriosa sensación de ser totalmente poseído.
La punta se detuvo en algún punto dentro de el y lo hacia suyo centímetro a centímetro.
-¡Ahh Tommy.
que rico estas.
mmmm.
-Alejandro estaba en pleno éxtasis.
Tommy gemía también.
Se echó hacía atrás uno tres o cuatro centímetros y luego volvió a entrar con esa sensación de deslizamiento su ano ansiaba ahora, con la pasión que se tiene por una droga adictiva.
-Oh, sí! -dijo Tommy-.
¡Jódeme, Alejandro ! ¡Dame por el culo!
Mientras se hundía, y ahora ya sin contenerse, en su insaciable agujero y volvía a salir, Tommy se agarró a sus nalgas.
La mano izquierda de Tommy correteó por la parte inferior de su torso, que se inclinaba hacía atrás mientras se la clavaba, y hacía delante cada vez que su polla se deslizaba fuera de su esfínter.
Naturalmente sabía perfectamente que Alejandro no era más que un salido egoísta, que estaba aprovechándose de la disponibilidad de su cuerpo para saciar su lujuria juvenil, pero la verdad es que no le importa una mierda, estaba dispuesto a poner el culo para él en cualquier momento y en cualquier lugar y puede que para cualquiera, a estas alturas no le importaba nada ni nadie.
-¡Oh, que gusto!- exclamó Alejandro.
Siguió embistiendo el culo de Tommy durante bastantes minutos, le metía la polla mas deprisa y con mas fuerza.
De pronto Alejandro detuvo todo movimiento y se quedó derrumbado sobre Tommy.
Su cuerpo se estremeció y embistió a Tommy con muchísima fuerza mientras notó el tremendo escupitajo de semen dentro del condón.
Su polla retrocedió una y otra vez y, en cada ocasión notaba el borbotón de leche que se escapaba de la comisura del preservativo.
-Ahhh joder, fue genial, ¿verdad?
Una vez pasada la excitación Tommy se sintió muy mal por lo que hizo, se sentía sucio y horrible, se vistió corriendo dejando su ropa interior y sus zapatos y se dirigió al parque donde antes siempre jugaba al fútbol con Max.
Se metió en uno de los columpios y empezó a llorar desconsoladamente sin poder evitarlo, su corazón se desgarraba segundo tras segundo, quería morirse, lo que hizo fue asqueroso y menos con el, no quería vivir, no podía estar sin Max, si, lo amaba, amaba a Max y saber que jamas estaría con el y que ya no era como antes, que perdió todo cuanto tuvo por ser gay, por ser diferente.
Se acurrucó y siguió llorando durante horas hasta que se quedó dormido.
Al día siguiente Max se dirigía al Instituto y se encontró con Alejandro, estaba hablando con otros chicos.
-Hola, ¿tu eres Alejandro verdad?
-Depende de para que me buscas.
-La mirada del chico intimidaba a cualquiera, era una mirada fría y sin corazón.
-Toma, esto es tuyo.
– Max alargo la mano y saco unos billetes del bolsillo, extendiéndola sobre la mano de Alejandro.
-¿Que es esto?
-Lo que te debe Tommy, ¿es suficiente con eso?
-Si, pero ya me pago el ayer.
-¿Con que dinero?
-Jajaja no fue con dinero precisamente, digamos que me cobre con su piel jajaja.
Esa frase dejo a Max sin palabras, mientras Alejandro se iba alejando con el dinero Max salió corriendo hacia la casa de Tommy, algo dentro de el le decía que le pasó algo.
Dejar un comentario
¿Quieres unirte a la conversación?Siéntete libre de contribuir!