Amor Otoñal
Relato publicado originalmente en SexoSinTabues.com por Anonimo.
Ahora lo puedo decir con seguridad, Camilo y yo, siempre hemos sido almas gemelas, la madre vida nos había juntado, desde niños nuestras destinos se conocieron para nunca separarse, así es como empieza mi historia de amor, recuerdo que teníamos aproximadamente 06 años cuando nuestro padres nos enviaban a cuidar las oveja al campo, todo era felicidad, alegría y mucho juego, muchas veces nuestros cuerpos rodaban y se rosaban entre sí por la verde pradera sin ninguna malicia, prácticamente el y yo nos fuimos asiendo una sola persona, donde él conocía mis alegría, mis tristezas, mis problemas de infancia y viceversa, no había secreto que no supiéramos. Ahora puedo decir con seguridad eso fue cimiento de nuestro gran amor.
El tiempo transcurría y el único testigo de nuestra felicidad era aquella pradera, nos fuimos haciendo adolecentes, y empezamos a sentir cambios fisiológicos y emocionales producto de esta etapa, el y yo no sabíamos nada, estábamos aterrorizados por los cambios que veíamos pasar en nuestro cuerpo, a él le empezó salir pelos en el pecho, las voz se nos comenzó a engrosar, y muchos cambios más, nadie nunca nos había preparado para esta metamorfosis, ni siquiera nuestros padres, pero juntos empezamos a metabolizar estos cambios, ahora los juegos y los roces sin malicias que de niños nos dábamos, ahora se había convertido en juegos que nos causaban placer, de esta manera él y yo fuimos conociendo nuestra cuerpo y nuestra sexualidad.
Cierto día llegue a la pradera como lo habitual, pero no encontré a Camilo, fui al pequeño riachuelo donde solíamos bañarnos y jugar por largas horas, y de pronto vi a Camilo desnudo sobre unas rocas masturbándose, eso me impresiono tanto, que fue la primera vez que comencé a ver con otros ojos, al amigo de toda la vida.
Me acerque a él, y comencé a reír, y enseguida me metí al rio, Camilo medio avergonzado también se metió al rio con su pene erguido, empezó nuestro juego de siempre, pero esta vez era diferente, esos roces sin malicia que niño nos damos, se había convertido, en algo mas, nuestro cuerpo, cada que se rosaban provocaban una enorme excitación, sin darnos cuéntanos nuestro cuerpo se juntaron y empezamos a acariciarnos, como nunca lo habíamos hechos, así estuvimos por un largo rato, conociendo una sensación indescriptible que jamos habíamos sentido, recuerdo luego que él me agarro y me dio vuelta y comenzó a frotar su pene, en mi nalgas y espalda, era bien placentero y más un que estamos dentro del agua, yo estaba completamente excitado me sentía en la nubes, cuando de pronto sentí un gran dolor en mi culito como si me hubiesen clavado un cuchillos, la verga de Camilo me había penetrado, las lagrimas me salía de dolor, solo vi atreves del agua como sangraba mi culito, el seguía y seguía metiendo y sacando, mientras yo moría de dolor, hasta que por fin acabo, vi con su semen flota en el agua de nuestro manantial de amor, nos tiramos sobre la alfombra de hierba de nuestra pradera y nos quedamos dormidos, cuando desperté, le vi sentado a mi amor muy triste, me dirigí hacia y le pregunte que le pasaba y él respondió :
Perdóname por el daño que te he causado!!!! y se puso a llorar en mi hombro, nos pusimos a llorar los dos, pero yo le empecé a besar y acariciar, vi como nuevamente su miembro se erguía, como un soldado en guerra, mi culito estaba demasiado herido para otra faena, y en ese tiempo no sabíamos lo que era el sexo oral, así es que solo atine a masturbarle.
No nos vimos por dos días, pero saben mi culito sentía cierto hormigueo muy placentero, ya estaba listo para otra faena, nos volvimos a ver en nuestro refugio de siempre, y esta vez no dijimos nada tan solo, agarramos nos acariciamos e hicimos el amor, como dos salvajes, ya para eso mi huequito ya se había habituado a su miembro.
Eso fue el inicio de grandes escena amor, como único testigo mudo nuestra pradera, así fueron pasando los años y me convertí prácticamente en su mujer, no había día en que no me hiciera el amor, era un salvaje en la cama ¡no disculpen en la hierba!.
Pero no todo, era sexo, había mucha dialogo entre él y yo, una vez que terminabas de hacer el amor, nos tiramos en la pradera y hablamos de todo, de nuestras alegrías, tristezas, miedo, deseos, etc. etc. Yo sabía perfectamente que el sueño de él era ir a la capital y labrarse un gran futuro soñaba con ser un GRAN MEDICO; en cambio yo solo quería quedarme y envejecer en mi adorada tierra, labrando la tierra y criando mis ovejitas.
Pasaban los años y en mi país, crecía la ola de terrorismo que se había desatado, NUNCA ANTES VIMOS TANTA VIOLENCIA, ya no éramos ajenos a ese problema, también nuestro valle, empezó a sentir los estragos del miedo, por lo que muchos aldeanos incluyendo la familia de Camilo, optaron por irse a la capital, motivo por lo que perdí a mi gran amor, al principio el me prometió volver, fue muy triste para mí ver partir a mi hombre, por días, meses y años estuve postrado en la depresión, tan solo la promesa que me hizo de volver, animaba a vivir.
Pero la gran ciudad, se trago a Mi Camilo, por años nos supe nada de él, nadie sabía nada ni de su familia; yo con tanta tristeza en mi corazón, solo atinaba a trabajar y trabajar, hasta quedarme cansado para no acordarme de él, por años estuve así.
Cierta ocasión, alguien me conto, que había encontrado a Camilo en la gran ciudad. Y que se había casado y tenía 03 niños, y se había convertido en un albañil. Tanto solo me quedó resignarme y seguir trabajando, mi corazón albergaba la esperanza que algún día volviera MI MEDICO, MI DOCTOR MI TODO. La Soledad y el trabajo se habían convertido en mis grandes aliados y amigos.
Como el tiempo no se apiada, seguían los años pasando y pasando, las condiciones de vida mi valle después de una era negra, que nos toco vivir, comenzaron a mejor, y la mía aun mas, me había dedicado tanto al trabajo, que ya podía contar con muchas comodidades y con un buen porvenir, después de todo valió la pena la partida de Camilo, que me había empujado a sobresalir y tratar de demostrarle que si se puede hacer patria, desde un lugarcito donde uno se encuentre y que no era necesario ir a la gran ciudad. Eso era mi gran consuelo por largos años.
Cierta mañana los ladridos de mi perros guardianes me levantaron, Salí a ver qué pasaba, y vi en la horizonte un forastero, un tanto gordo, envejecido y muy cansado que venía hacia mí, conforme se acerba su rostro me parecía conocido, y mis ojos se llenan de lagrimas, no sabía ¿Por qué? pero mi corazón y mi alma había detectado que era Mi Camilo, que había regresado.
Me quede impávido, y solo lloraba, mientras él se acerba me pasaron por la mente miles de aventuras que habíamos hecho, y todo ese amor que había guardado por años, salieron a flote. Lo único que hicimos fue besarnos y llorar como dos niños. Camilo solo atino a decirme:
He vuelto para envejecer y morir juntos mi amor…………………..
Este relato es la historia de un gran amigo, que quiso compartir con nosotros su vida, si quieres más detalle o tal vez tengas alguna historia que contar contacte con: Rubenamado2004@hotmail.com
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