Andoni, el amigo de mi padre me inició.
Andoni, así se llamaba el amigo de mis padres, tenía 47 años y yo 14 cuando esto sucedió. Era alto, de complexión fuerte, de pelo rubio, trabajaba en una empresa al sur de Venezuela, dedicada a la minería, era un operario de grandes maquinas que se utilizaban en la minería..
Andoni, así se llamaba el amigo de mis padres, tenía 47 años y yo 14 cuando esto sucedió. Era alto, de complexión fuerte, de pelo rubio, trabajaba en una empresa al sur de Venezuela, dedicada a la minería, era un operario de grandes maquinas que se utilizaban en la minería.
Vino a vivir a Venezuela porque lo llamó mi padre, él era vasco al igual que mis padres, pero cuando mi padre lo llamó, fue cuando en el sur de Venezuela, había mucho trabajo en las empresas dedicadas a la minería, se ganaba mucho dinero, y para allí que se vino a trabajar.
Mis padres marcharon para Venezuela cuando yo contaba con 3 años, así que cuando Andoni vino a vivir a Venezuela, nosotros ya llevábamos 11 años viviendo allí.
Al principio como no conocía nada y no tenía casa, se alojó en casa de mis padres, nosotros vivíamos en una casa de planta baja, ya la habíamos ampliado, pues al principio solo tenía el comedor salón nada más entrar, luego estaba una habitación grande con 2 camas y baño propio, que antes de ampliar la casa era donde dormían mis padres, luego esa habitación quedó para mí, más o menos enfrente quedaba la cocina y luego fue donde mi padre amplió la casa, haciendo 2 habitaciones más, una era el dormitorio de mis padres y la otra era el despacho donde trabajaba mi padre normalmente. Luego en la parte de atrás de la casa, teníamos una alberca junto con un buen trozo de terreno, la mayor parte con árboles frutales.
Así que cuando Andoni vino a vivir a casa de mis padres, me tocó compartir la habitación, pues en ella había 2 camas y tenía baño propio, por lo que allí fue donde se quedó mientras no arreglaba lo de su vivienda.
Ni que decir tiene que yo estaba encantado, aquel hombre me gustaba, me gustaba mucho, sí, ya sabía que me gustaban los hombres, ya había tenido un par de experiencias con un compañero de colegio. Fuera un año atrás, un día al salir del colegio, mi compañero que era un año mayor que yo, me invitó a su casa, era para hacer unas materias para el colegio, y allí en su casa fue donde todo sucedió.
Empezamos por ver unas revistas pornográficas que él tenía, veíamos como las chicas completamente desnudas, le chupaban la verga a los fulanos, como se dejaban coger y aquello a mi que era la primera vez que lo veía, me excitaba, me excitaba mucho, sobre todo me llamaba la atención de las grandes pollas que se veían, como se tragaban aquellas enormes macanas y la cara de felicidad que se les veía.
La primera vez solo nos dedicamos a mirar las revistas, pero luego ya era costumbre el ir después de salir de clase. El segundo día mi compañero se sacó la polla y se puso a masturbar allí delante mía viendo las revistas. Bufff, yo miraba más para la polla de mi amigo que para las revistas, me ponía cachondo ver como se masturbaba y bufff cuando eyaculó sobre una de las revistas, no me vine en los pantalones de milagro, eso sí, tenía toda mi verga pringada al igual que el slip.
A la siguiente vez ya mi amigo me dijo que lo masturbara yo, ya se daba cuenta de que yo siempre miraba más para él que para las revistas. Cosa que al principio accedí con bastante vergüenza, pero bufff, así que empecé a masturbarlo y ver lo caliente y dura que tenía la polla, a mí aquello me gustaba cada vez más, por supuesto que mi amigo también lo vio por lo que va y me dice, ¿Por qué no me la chupas igual que hacen en la revista?
Yo quedé pensando, tenía ganas, muchas ganas, pero me daba vergüenza, por lo que él viendo mis dudas, me empezó a animar hasta que sin saber cómo, me encontré de rodillas chupándole la polla.
Dios, que sensación más rara al principio, pero cada vez aquello me gustaba más, y así seguimos hasta que se corrió en mi boca, el muy cabrón no me dijo nada, por lo que me tuve que tragar toda la corrida. La verdad es que no me disgusto, cosa que mi amigo se dio perfecta cuenta, y eso lo repetimos al menos 4 veces más, luego ya vinieron las vacaciones y al año siguiente no lo volví a ver.
Esa era toda mi experiencia en el sexo, pero aquello me hizo despertar mis ganas por el sexo, sabía que lo que más me excitaba y lo que más cachondo me ponía, era el ver aquellas enormes vergas, no sé el porqué, pero era lo que más me gustaba ver.
Así fue hasta que vino a vivir Andoni a casa de mis padres, bufff cuando vi aquel semental, joder si hasta las piernas me temblaban y por encima iba a dormir en mi habitación.
Los primeros días no pasó nada, cuando Andoni venía a dormir, yo ya estaba acostado y la mayoría de las veces dormido, hasta que un día, él siempre se quitaba la ropa e iba para el baño a ducharse, siempre dejaba la puerta arrimada, no la cerraba cuando se metía a la ducha.
Desde mi cama, se podía ver dentro del baño, pues casi quedaba la cabecera de mi cama a la altura de la puerta del baño, por lo que siempre lo veía como se terminaba de quitar la ropa y como completamente desnudo se metía a la ducha.
Desde el primer día que lo vi meterse desnudo a la ducha, los demás días, procuraba estar siempre despierto, eso sí haciéndome el dormido. Pero esto no engañó a el amigo de mis padres, se dio perfecta cuenta de que yo siempre lo espiaba haciéndome el dormido.
Todo esto a Andoni lo ponía cachondo, cada día que pasaba más lo excitaba y más dejaba que yo lo viera sin que yo me diese cuenta.
Bufff, el día que lo vi empalmado no podía creerlo, Dios que tremenda verga tenía, era como la de las revistas o más grande. El sabía que yo me hacía el dormido pero que no perdía detalle, así que aquel día se propuso excitarme aún más, dejando la puerta completamente abierta, cuando salió de la ducha, se puso a secarse con todo el descaro y parsimonia, dejando que yo pudiera verlo bien, y bufff que pedazo de cuerpo tenía y que polla enorme se le veía colgando del medio de las piernas.
Cada día que pasaba, más excitado me tenía, incluso había llegado a comprar unas revistas pornográficas bien seleccionadas para excitarme y provocarme más y las dejaba metidas en una de sus maletas la cual nunca cerraba, ya lo hacía sabiendo que yo iba a mirarlas, cosa que así hice.
Aquello a mi me tenía las hormonas completamente revolucionadas, siempre estaba con la polla tiesa, no dejaba de hacerme pajas y mas pajas, hasta que Andoni dio el segundo paso, ya sabía que me tenía completamente excitado y era hora de avanzar, así que esa noche luego de desnudarse por completo en la habitación delante mía, aunque supuestamente yo estaba dormido, cosa que él bien sabía que no era así. Una vez desnudo se fue para el baño, se metió a la ducha y cuando salió, se puso a secarse dejando que yo pudiera verlo sin perder detalle.
Joder, precisamente aquel día, Andoni estaba completamente erecto, tremendo empalme que tenía y el muy descarado se secaba pasando la toalla procurando que yo pudiera ver cómo estaba de empalmado.
Y claro que lo vi, y no se como no me corrí en la cama al ver semejante semental.
Sabiendo que yo estaba completamente despierto y que lo había estado espiando, una vez se terminó de secar, con la toalla al cuello se fue para su cama, se metió completamente desnudo y al momento se puso a masturbarse. Dios, yo no podía creerlo, veía como se formaba una enorme tienda de campaña a la altura de su verga, como su mano subía y bajaba una y otra vez y como con la otra mano se pellizcaba los pezones. Joder si hasta lo podía escuchar como jadeaba, el muy cabrón me estaba provocando y de verdad que lo estaba consiguiendo, porque yo no fui capaz a aguantarme más y inconscientemente solté un gemido que se escuchó perfectamente.
Ahí fue cuando Andoni me dijo:
Ya se que estás despierto y que me espías todas las noches, anda levántate y ven para aquí, me decía abriendo las cobijas para que me metiera en su cama.
No, le contesté, me daba mucha vergüenza, el verme descubierto y lo excitado que me encontraba, me daba mucha vergüenza el que me viera así.
Ven, volvió a decirlo, pero ahora más enérgico, por lo que viendo que si no iba yo iba a venir él a buscarme, me levanté y fui para su cama donde nada más llegar ya me metí. Al momento ya me abrazó pegándome a él. Lo primero que hizo fue bajarme el pantalón corto de pijama con el que siempre dormía, me lo quitó por completo, viendo lo empalmado que yo ya estaba.
Veo que estás muy excitado y caliente, ¿te gusta espiarme, ¿verdad? ¿te pone cachondo el verme desnudo, ¡Te gustan los hombres?
Yo no era capaz de decir nada, me daba mucha vergüenza, pero era obvio que al menos me excitaba, no podía ocultar el tremendo empalme que tenía.
Al ver que me daba vergüenza el reconocer lo obvio, para que me animara me acarició la polla y huevos a la vez que me decía que no me preocupara, que él no iba a decir nada, que mi secreto iba a estar bien guardado, pero que era obvio que me gustaban los hombres.
¿Te gusta mi polla? Me decía a la vez que llevaba mi mano hacia ella. Tócala que no te de vergüenza, me decía poniendo mi mano sobre su caliente y tiesa verga.
Bufff, así que toqué aquella enorme verga, me temblaba todo el cuerpo, estaba caliente a más no poder, se notaba una piel muy suave y Dios, era enorme, apenas podía rodearla con mi mano.
Anda, acaríciala, mueve la mano como cuando te masturbas. Y eso empecé a hacer, muerto de vergüenza y con un tembleque cada vez mayor, empecé a deslizar mi mano acariciando aquella enorme macana que dura y caliente se erguía allí delante de mis narices.
Así así, así marico, así así, que no te de vergüenza, acaríciala que lo estás deseando, ¿verdad que sí?
Yo no decía nada, pero allí seguía aferrado a aquella enorme verga, masturbándolo cada vez con más ganas.
Al ver que ya me animaba y que ahora ya lo masturbaba sin tanta vergüenza, fue cuando me dijo de que mojara un poco la polla para que se sintiera más rico. Yo iba a escupir en mi mano cuando él me dijo que así no, que mejor era que la chupara con la boca, que era más rico y que me iba a gustar más.
Yo al principio dudé un poco, pero al volverme animar él, poniéndome en medio de sus piernas, agaché la cabeza empezando a chupar aquella enorme verga.
Al principio no me cabía en la boca, se me hacía complicado meter aquella enorme verga en mi boca por lo que empecé a lamerla como si fuera un helado o una paleta, cosa que le hacía gemir del gusto que le estaba dando. Le lamía hasta los enormes huevos y luego iba subiendo por el tronco hasta llegar a la punta donde jugaba con mi lengua en el orificio como me decía él que le hiciera.
Yo mientras le chupaba la polla, llevaba una de mis manos a mi polla para masturbarme, cosa que él no me dejaba hacer, me decía que la dejara que eso era cosa de él, que lo atendiera a él primero que luego ya se ocuparía de mí.
Ya era capaz a meterme el glande en la boca, no sin que él me avisase varias veces que tuviera cuidado con los dientes. Succionaba el glande con mis labios a la vez que con mis 2 manos lo iba acariciando, a cada paso ya era capaz de meterme más su enorme polla cuando de pronto él me sujeta las manos y las separa para que no me separé cuando de repente de su polla empiezan a salir tremendos chorros de semen que van a parar a mi boca la mayoría y que no me quedó otra que tragármelos.
Así así, ¡ay que gusto! ¡ay que gusto! Gritaba él mientras se corría en mi boca.
¡Ay marico que gusto me has dado! ¡ay que gusto! Me decía acariciándome la cabeza, hasta que me abraza a él y me da un beso en la boca que me dejó temblando. No le importó que mi cara y boca estuviera manchada de semen, me besó y saboreó metiéndome la lengua hasta la campanilla.
Luego de correrse en mi boca y comerme a besos, se metió mi polla en la boca y mientras me chupaba la polla con una de sus manos metía un dedo por mi culito, comprobando lo cerradito y virgen que todavía era. No aguanté ni 2 minutos, al momento ya empecé a eyacular como nunca, tremenda corrida que estaba soltándole en la boca, corrida que se tragó y saboreó con gusto.
Luego me dejó ir para mi cama donde aun tardé en quedarme dormido, sentía vergüenza, y me decía que aquello no iba a volver a pasar, durante varios días procuraba evitarlo, solo coincidíamos a la hora de dormir, pero yo aquellos días procuraba irme pronto y quedarme dormido antes de que él viniera.
Así pasaron 5 días, hasta que ya no pude más y aunque seguía sintiendo mucha vergüenza y trataba de evitarlo, aquel día cuando llegó, yo no era capaz a quedarme dormido. Así que me vio despierto ya vino a preguntarme si me pasaba algo, que, si lo estaba evitando, por lo que no me quedó otra más que decirle la verdad.
Sí, no quiero volver a hacerlo, me da mucha vergüenza y tengo miedo de que se enteren mis padres.
Se sentó en mi cama y a la vez que me acariciaba la cabeza revolviéndome el pelo, me decía, tranquilo marico, tu tranquilo que tus padres no se van a enterar, yo se que te gusta y que es algo que no puedes evitar, ahora no lo entiendes bien, pero ya verás como cada vez te vas a encontrar mejor y no vas a sentir esa vergüenza que sientes, tu naciste para hacer gozar a los machos como yo y no debes tener vergüenza. Mientras me iba diciendo todo eso y más que me decía, se bajó el pantalón de deportes que llevaba puesto, había ido con mi padre a jugar al fútbol y beber con los compañeros, por lo que venían los 2 tanto Andoni como mi padre, bastante sudados y algo bebidos, sobre todo mi padre que ya ni cenó, se fue directo para la cama. Todo esto me lo decía Andoni mientras se quitaba el pantalón de deportes y me acariciaba la cabeza revolviéndome el pelo.
Anda marico, aquí tienes tu juguete, anda abre la boquita y chúpamela como el otro día
y sin que pudiera negarme, me sujetó la cabeza llevándola a su entrepierna no quedándome otra que abrir la boca y ponerme a chupar aquella enorme verga.
La verdad es que tampoco yo puse mucha resistencia, enseguida cedí a sus pretensiones y me puse a chupar aquella enorme y sudada verga como si me fuera la vida en ello.
Le chupaba la polla mientras le acariciaba los huevos, me gustaba hasta el olor que desprendía, estaba todo sudado, pero a mi aquello me encendía aún más.
Cuando ya llevaba un buen rato mamándole la polla, fue cuando noté como su polla se hinchaba más, como el me sujetaba la cabeza tratando de introducirme aún mas su polla en la boca y de repente empiezan a salir chorros y chorros de semen que yo como puedo me voy tragando.
Así así marico, así, ¡ay que gusto! ¡ay que gusto! Gemía él mientras iba soltando todo su semen en mi boca y cara.
Una vez terminó de correrse, me abrazó a él como la primera vez y empezó a comerme a besos a la vez que me iba limpiando la cara manchada de su semen.
Una vez ya me saboreó y comió a besos, se fue a la ducha y una vez salir en lugar de ir para su cama, se metió en la mía donde se puso a chupar mi polla hasta hacerme correr en su boca. Luego me abrazó a él y esa noche dormimos juntos.
Al día siguiente cuando desperté, ya no estaba Andoni, ya se había marchado a trabajar por lo que me quedé más tranquilo, todavía sentía mucha vergüenza y temía que mis padres se pudieran enterar de lo que hacíamos.
El caso es que así fueron pasando los días y ya era costumbre el que le chupara la polla y él me la chupara a mí, hasta que un sábado, mis padres tenían que ir a Caracas por unos asuntos de trabajo, yo como tenía muchas tareas del colegio, como Andoni también estaba en casa ya que el fin de semana no trabajaba, pues mis padres me dejaron a su cargo, y vaya si quedé, menos mal que mis padres nunca se enteraron de todo aquello.
Ese sábado cuando Andoni llegó a media tarde, nada más llegar ya me dijo que dejara lo que estaba estudiando y que fuera para la habitación, ya me imaginaba que íbamos a tener sexo, lo que no me imaginaba es que ese día precisamente iba a dejar de ser virgen, ese día iba a ser toda una hembrita al servicio de su macho y menudo semental me había tocado, aún no lo sabía muy bien, lo supe ese sábado cuando Andoni me desvirgó y me hizo suyo por completo.
Cuando llegué a la habitación, Andoni ya estaba completamente desnudo, bufff que semejante empalme que tenía ese día, ese día Andoni tenía la polla como creo que nunca se la había visto, ese día Andoni andaba salido como una manada de perras en celo.
Nada más entrar yo a la habitación, ya me abrazó a él por detrás y empezó a desnudar mientras me mordisqueaba las orejas.
¡Ay marico que ganas te tengo! Me susurraba a la oreja mientras me iba mordisqueándolas al igual que el cuello y nuca. Hoy vas a ser mío, hoy te voy a hacer mi hembrita, te voy a preñar esta barriguita que tienes tan rica, me decía acariciándome el abdomen a la vez que me iba quitando la ropa.
Aquello a mí me tenía encendido a tope, era como una caldera en ebullición, estaba cada vez más enamorado de aquel hombre, pero lo que no me imaginaba es que, a partir de ese día, iba a estarlo aún más, es que ni me imaginaba que ese día iba a dejar de ser virgen, que a partir de ese día me iba a convertir en la hembrita de aquel macho que me iba a romper el culito por primera vez y me iba a hacer suyo.
Anda marico, chúpale la polla a el macho que te va a hacer suyo, me decía agachándome para que le empezara a chupar aquella tremenda macana.
Abrí la boca y a la vez que me sujetaba en sus fuertes piernas, empecé a chuparle la polla como solía hacer todos los días.
Así marico así, chúpala bien que hoy vas a tenerla dentro tuya, hoy te la voy a dejar ir toda por ese culito tan rico que tienes, ya verás como vas a chillar de gusto, hoy vas a ser mi hembrita, hoy vamos a estrenar este culito tan rico que tienes, hoy te vamos a preñar bien preñado, me decía una y otra vez mientras me acariciaba pasando su mano por mi culito mientras yo le chupaba la polla sin saber realmente lo que me esperaba ese día.
Así que vio que ya su polla estaba bien mamada y requetemamada, me hizo levantar, me puso a 4 patas sobre la cama, me hizo agachar la cabeza y pecho para que mi culito quedase más levantado, y abriéndome bien las piernas, empezó a lamer mi caliente culito.
Dios que suspiro y grito pegué al notar su lengua hurgando mi agujerito, Dios, al momento ya mis piernas se pusieron a temblar, notaba su cara y boca comiéndome el culito, y no podía aguantar. Notaba como su barba de un día me raspaba y hacía cosquillas y como su húmeda lengua, hurgaba mi caliente hoyito. Noté como su mano acariciaba mi caliente y dura polla, como tiraba de ella hacia atrás y a la vez que con su lengua lamía mi hoyito, lamía la punta de mi polla. Dios que tremendo gusto me estaba dando aquel hombre.
Una vez ya me tenía que me derretía del tremendo gusto que me estaba dando, temiendo que no diera aguantado mucho más, antes de que me corriera de gusto, fue a por el lubricante que había comprado ese mismo sábado y empezó a lubricarme el hoyito. Noté una crema fría al principio, pero así que empezó a extenderlo por mi perineo y hoyito, empecé a notar un ligero calorcito, siguió lubricando y haciendo que mi esfínter anal se fuera abriendo y dilatando cada vez más, notaba como primero metía un dedo por mi ano, como me iba lubricando, luego eran 2 de sus dedos y yo ya estaba que moría de gusto cuando noto como mete un tercer dedo y como mi culito se empieza a abrir aún más. Así que vio que ya me había dilatado suficientemente hizo lo mismo con su enorme verga, me ordenó que agachara la cabeza y pecho y levantara así un poquito más el culito, y mientras me decía que me relajara y no apretara el culito, colocó la punta de su enorme verga en la entrada de mi agujerito y empezó a tratar de meterme su enorme polla.
Yo estaba sumamente nervioso, no creía que aquella enorme macana que tenía me entrara por mi pequeño orificio anal, e inconscientemente apretaba mi culito. Al ver lo tenso que estaba y como apretaba el culito, me ordenó que me relajara.
Joder marico, no apretes el culo, afloja y haz fuerza para fuera sino va a ser imposible que te la meta por el culo, me decía a la vez que me daba unas fuertes palmadas en las nalgas para que me relajara.
Fui a respirar profundo como me había dicho que hiciera y justo al respirar cogiendo aire, siento como se abre mi culito y su enorme verga empieza a entrar.
Para para, le chillaba yo, Dios que tremendo dolor sentía, aquella macana me iba a partir en 2. Pero él ni puñetero caso que me hizo, solo gritaba, ya marico ya te está entrando, relájate y deja que se abra el culito, así marico así, me decía empujando su verga para que me entrara por el culo a la vez que sujetándome con sus manos tiraba de mis caderas hacia él.
Ya el puñetero glande había traspasado mi esfínter anal, pero yo sentía un tremendo dolor, lloraba y le pedía que me la sacara.
Me duele, me duele, sácala por favor, le pedía lloriqueando por semejante dolor que sentía.
Tranquilo marico que lo peor ya pasó, ahora vamos a esperar unos segundos para que tu culito se acostumbre y se vaya dilatando, me decía sujetándome fuertemente por las caderas tirando de ellas hacia él.
Creo que me voy a hacer de vientre, tengo ganas de ir al baño, le decía lloriqueando, creyendo que me iba a salir todo por mi dolorido culito.
Tranquilo marico que eso es solo sensación, ya verás como luego se pasa me decía cuando noto como su polla sigue entrando por mi cada vez más abierto culito y de repente noto sus enormes bolas pegadas a mi culito. Dios ya me la había metido toda, ya mi culito se había tragado aquella enorme macana, Dios me la había metido hasta los mismísimos cojones.
Esperó otro ratito y poco a poco empezó a mover sus caderas, haciendo que su enorme polla empezara a deslizarse por mis tripas. Al principio me dolía algo, no tanto como cuando me había entrado el glande, pero aún me dolía.
Poco a poco fue incrementando las culeadas que me empezaba a dar y cada vez me dolía menos, ya mi culito se había abierto a tope y cada vez estaba más dilatado, ya mis lloriqueos pasaron a ser gemidos y eso fue el aviso para que él empezara un mete y saca frenético.
Así marico así, ves como te gusta, ya verás como a partir de ahora vas a ser tu el que quiera que se la meta, vas a querer que te coja todos los días, ya se ve que eres todo un viciosillo, te gusta la verga y naciste para ser follado, marico, me decía mientras me culeaba salvajemente.
Yo que ahora deliraba de gusto, gemía y lloriqueaba con la cogida que me estaba dando, ¡ohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Gimoteaba llorando del tremendo gustazo que me estaba dando, notaba como aquella enorme macana me abría cada vez más, como golpeaba mi interior haciéndome estremecer cada vez que me llegaba al fondo.
La cogida que me estaba dando era salvaje, se escuchaban mis gimoteos, sus jadeos y las barbaridades que me decía y el golpeteo que daba su pelvis al chocar con mi culito, plas, plas plas plas plas, plas, plas plas plas plas, era como si estuvieran aplaudiéndonos.
¡Ay que gusto! ¡ay que gusto! ¡ay que gusto marico! Gritaba él una y otra vez mientras me daba por el culo haciéndome su hembrita.
Ya verás como a partir de ahora tu culito va a querer que me lo coja todos los días, ya te lo he desvirgado bien desvirgado, ya tu culito se abrió suficientemente y ahora no va a querer otra polla más que la mía, ya verás como es verdad lo que te digo marico, me decía una y otra vez mientras me daba por el culo.
Yo ya sudaba por todas partes, mis piernas no las sentía, cuando noto como sus arremetidas aumentan de velocidad, como su polla se hincha aun más y como empieza a gritar que se corre.
¡Ay marico! Me corro, me corro, ¡ay que gusto! ¡ay que gusto! Grita una y otra vez tirando fuertemente por mis caderas hacia él, como su polla se clava en lo más profundo de mis entrañas y empieza a soltar largos trallazos de semen que van preñando mi hasta ese día virgen culito.
Así que acabó de eyacular dentro de mí, sin sacarme la polla del culo, empezó a acariciarme la espalda, apoyó su cabeza en ella y mientras me la besaba, con sus manos empezó a pellizcarme los duros e hinchados pezones haciéndome gemir de gusto justo a la vez que mi polla empezó a soltar tremendos trallazos de semen, Dios, en mi vida me volví a correr de aquella manera tan abundante. Estaba que todo el cuerpo me temblaba, tenía la vista perdida, es como si no estuviera en este mundo, vamos que estaba ido, pero ido del tremendo gusto que me había hecho pasar.
Allí estuvimos durante un buen rato, los 2 estábamos abrazados tumbados sin movernos, solo él me comía a besos y no me dejaba en paz, me decía que era su hembrita y que ahora era suyo que no quería que lo hiciese con nadie, que él era mi semental y me iba a dar todo lo que yo necesitase.
Luego de reponernos y descansar durante un buen rato, nos levantamos para ir a duchar, cosa que hicimos juntos y donde me metió mano toda la que quiso y pudo, luego fuimos a cenar y esa noche dormimos juntos y por supuesto me volvió a coger.
Estuvimos follando todo el fin de semana como conejos, me cogió 5 veces ese fin de semana y luego prácticamente todos los días me cogía cuando nos íbamos para la cama. Así estuvimos durante algo más de 2 meses sin que mis padres sospecharan nada luego él como ya había conseguido su vivienda, cada día iba a verlo para que me cogiera, así fue durante 3 años hasta que se marchó de Venezuela, pero aun ahora cuando nos vemos me vuelve a coger. Es mi hombre, fue mi desvirgador y mi primer hombre, el fue el primero que me preñó, y fue el que me abrió el culo y me acostumbró a desear pollas grandes y sobre todo gordas, es lo que le gusta a mi culito y eso todo se lo debo a él, mi macho.
Hoy mis padres saben que soy gay, que me gustan los hombres, y que me gusta ser cogido, vamos que saben que soy toda una hembrita. Eso sí, nunca supieron que fue su amigo Andoni quien me inicio, que fue mi desvirgador y que todos los días me cogía en nuestra casa y luego en la suya.
Si queréis poneros en contacto conmigo, podéis escribirme a:
Danisampedro91@gmail.com
Excelente relato.
Delicioso !! Un amigo de mi padre también fue el primero , me hiciste recordar esas noches de intenso placer y su leche caliente rebosando mi cara , delicioso relato , muchas gracias !!
uff ke rico mano neta si ahy mas cuenta bro esta bien chida
Me gustó mucho
Extrañaba tus relatos, te leia en «todorelatos» pero no has subido nada en un tiempo, asi que decidi buscar si tenias nueva casa y parece que si. Me he registrado solo para valorar tus relatos y no perdermelos.
Saludos!