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Gays, Incestos en Familia, Voyeur / Exhibicionismo

Ángel mi bebe autista chupa dia y noche la verga de papi 10

El baño con mi bebe..
Al día siguiente fue más o menos igual, me levantaba después de ser succionado toda la noche por mi bebé en esa cama que había acondicionado especial para que él pudiera mamar la verga de papi mientras dormíamos. Era una serie de almohadas que ponía bajo mis piernas para poder dormir de costado y que él tuviera al alcance de su boquita mi chile sin tener peligro de que él bebe fuera aplastado.

Sus succiones duraban toda la noche tragándose líquido preseminal de mi verga por horas logrando que incluso eyaculara en su boquita entre sueños. Mis sueños ahora eran más perversos, soñaba con Anthony la persona que nos ayudaba en el aseo y ahora niñero especial de mi bebé, con su enorme negra verga, soñaba con mi jefe el Licenciado José, incluso con mi papá, el cual trabajaba en el ejército. En el sueño todos tratábamos de meter la verga al mismo tiempo peleándonos entre nosotros en la boquita de mi bebé. Se la metíamos por turnos pero a veces todos al mismo tiempo. Angelito estiraba la boca de manera imposible tratando de alojarlas todas. Sentía la piel de la verga de los demás junto a la mía. Y eyaculábamos al mismo tiempo en esa garganta tan cálida de un bebecito, mi propio hijo.

Por la mañana despertaba escuchando que Anthony limpiando el departamento o preparando el desayuno. Lo saludaba y tenía una conversación rápida mientras me preparaba un batido de proteína para ir a ejercitarme en el cuarto que tenía con aparatos de gimnasio. Sabía que él también utilizaba el cuarto, ni siquiera me había pedido permiso pero estaba bien pues era cuidadoso y limpiaba los aparatos al terminar. No sabía exactamente a qué hora llegaba pero era bastante bueno en el aseo y mantenimiento de la casa, además de que su comida era buena.

Me ejercitaba mientras veía por la cámara como Anthony entraba a mi habitación y tomaba mi lugar en la cama poniendo su verga en los labios de mi bebé, el cual recibía una segunda verga matutina, una negra, gorda y con la cabeza morada.

Angelito succionaba primero dormido, pero despertaba feliz sintiendo esa carne entrar en su pequeña boca. Sus labios de bebé eran tan gruesos, sus ojos eran bastante eran grandes y muy expresivos, su piel era muy suave. Se veía diminuto en comparación con el cuerpo grande de Anthony, cuya musculatura y piel negra parecía un monstruo que obligaba a ese bebé indefenso a tragar su verga gorda y grande.

Yo hacía cardio y pesas en mi rutina, siempre estaba excitado incluso me masturbaba viendo esas escenas.

Anthony tenía más o menos calculado el tiempo que me demoraba, así que no prolongaba su orgasmo. Tomaba la nuca de mi bebé y prácticamente le cogia la boca haciendo sonidos guturales que incluso se escuchaban hasta donde yo estaba.

-Ay bebé ya viene la leche, trágatela toda es para ti bebé para que crezcas grande y fuerte.

Luego depositaba todos los mecos directos en la garganta y en la pancita de mi bebé nutriéndolo con esa semilla que le entregaba. Angelito chupaba los restos sin parecer afectado por la manera en tan ruda en que le eyaculaban la boca. El succionaba feliz, exprimiendo hasta la última gota.

Luego nos encontrábamos en la cocina teniendo un almuerzo los tres. Anthony nos preparaba algo para él y para mí y mi bebé toma el biberón que con los mecos depositados de Anthony, de la tarde y noche en la que había pensado en mi bebé especial.

El bebé tragaba ahí frente a nosotros esa teta con semen que Anthony le llevaba desde su casa. Mientras nosotros teníamos una conversación amena como la de antes. Luego se iba a trabajar como portero del edificio mientras yo iniciaba mis pendientes en mi trabajo de home office.

Con de los días decidí hacer travesuras, como llamar a Anthony desde el cuarto de los aparatos de gimnasio o iba a tocar la puerta del cuarto. Veía desde mi celular como el se levantaba apresurado y la sacaba la verga de la boca a mi bebe, haciendo lo posible para guardársela en el pantalón, para luego al retomar la mamada venirse más fuerte pues al parecer a él también le gustaba la idea de ser descubierto.

Con el tiempo el ya no hacia el aseo con los pantalones y la camisa remangada, ahora vestía shorts cortos que mostraba sus piernas grandes y musculosas. Tenía el cuerpo bastante atlético, era fornido de una piel muy oscura y brillante, tenía vello en su cuerpo aunque muy chino. En su entrepierna se notaba su verga grande siempre erecta en esos pantalones cortos de tela que no dejaba nada la imaginación. Su bulto siempre mojado por líquido preseminal o por la saliva de mi bebé.

Era una rutina muy excitante donde ninguno de los dos hablaba de lo que pasaba durante esa hora, en la que yo me ejercitaba y él aprovechaba para alimentar a mi bebé.

Yo por mi parte también usaba menos ropa, andaba sin playera por las mañanas solo con un shorts corto sin ropa interior, así es como me ejercitaba. La tensión sexual en ese departamento era bastante, los cuerpos sudados de dos adultos machos con un bebé al que alimentaban todas las mañanas sin falta. Olía a sexo, a sudor y a talco de bebe.

La dieta de leche de macho de Angelito se vea técnicamente duplicado desde que llegó a Anthony. Mi bebe se veía más regordete, más rosado con sus cachetes grandes y su boquita con sus labios gruesos. Sus nalguitas también más redondas y gordas con mucha carne.

Amaba a ese bebé, nada más se iba Anthony del departamento y lo desnudaba y me desnudaba yo. Lo acariciaba, lo ponía sobre mi pecho peludo sintiendo su pecho pequeño de bebe. Piel con piel. Calor de padre e hijo.

Nos quedábamos un rato disfrutando de nuestra compañía. Luego iniciaba mi turno de trabajo de Homeoffice, así que lo ponía en el tapete a que viera sus dibujos animados mientras yo me sentaba en mi escritorio y comenzaba a trabajar.

Luego cuando estaba más concentrado desnudo en esa silla, sentía la boquita en mi glande. Había llegado la hora de que mi bebé me usara como chupón toda la tarde.

Su succión era suave, a veces casi imperceptible pero constante, se quedaba así con su boquita atrapando mi verga, acariciándola con sus labios, para luego pasar su lengua suavemente por toda la cabeza.

Succionaba suave, lo cual me retorcía del placer, dejaba que él hiciera lo que quisiera. Yo trataba de concentrarme en el trabajo mandando correos, recibiendo llamadas, llenando casillas de Excel mientras Angelito sin ninguna prisa devoraba la verga de papi bajo mi escritorio.

Yo le acariciaba el cabello pero generalmente lo ignoraba, eran momentos donde mi bebe podía jugar a su gusto con la verga de papi, sin ninguna prisa. Le gustaba chupar el tronco de mi pito cuando ya se encontraba firme, le pasaba la boquita como si estuviese lamiendo una paleta de hielo de arriba abajo, llegaba a los huevos los cuales atendía muy bien llenándolos de saliva para nuevamente regresar a mi glande que atrapaba de una y chupaba fuerte para luego iniciar de nuevo.

Su succión me tenía completamente cachondo, prolongaba mi orgasmo a su antojo, sentía un placer increíble por este experto mamador que tenía por hijo. El hecho de que fuera autista hacía que la actividad que realizaba no le cansara, se concentrara y además fuera muy detallado en hacerlo. Le gustaba estar todo el tiempo succionando mi verga y hacer feliz a papi, entendía cada uno de mis gemidos y espasmos teniendo el control de todo y le gustaba el premio que era la leche que podía tomarse al final.

Él me tenía a su antojo, si él quería podía hacer que mi eyaculación demorara poco o mucho, yo nunca forzaba nada ni lo trataba rudo como había visto que Anthony lo hacía. Yo dejaba que él fuera feliz, sabía que en estas tardes de trabajo él prolongaba la mamada por horas así que me enfocaba en mi trabajo pero en algún punto él decidía que era suficiente que quería la leche de papi.

Entonces apretaba mis testículos con su manita y succionaba rápido y fuerte con mucha saliva engullendo el glande y moviendo su cabecita de atrás hacia adelante, apresurado hasta que no podía más y con un quejido fuerte descargaba todos mis mecos en su boquita, la cual tragaba una y otra vez mi semen.

El seguía succionando y succionando haciéndome retorcer de placer. Su boquita suave, caliente y pequeña me exprimía hasta la última gota de mis huevos. Yo gemía, con la vista perdida hasta que lograba vaciarme. Entonces él suavemente realizaba una succión recolectando cada gota de mi glande y se quedaba así nuevamente chupando muy suave casi imperceptible hasta que se recargaba en mis rodillas quedando dormido mientras yo lo arrullaba con mis piernas.

Luego lo cargaba y lo depositaba en la cama poniendo sus chupón especial de fruta y leche de papi en su boquita para regresar a trabajar.

Llego el fin de semana estábamos a media mañana acostados viendo una película de dibujos animados yo boca arriba y Angelito entre mis piernas con mi verga aún suave en su boca. El la chupaba de manera casi indiferente como quien tuviese una paleta en la boca. Ambos desnudos, había sido una mañana tranquila.

Sonó mi celular, y lo tome de la mesita de centro con apenas un movimiento de la mano.

-Andrés cómo estás? -era mi jefe. -lamento molestarte en tu día libre. Que estás haciendo en este momento? estás libre? necesito de tu ayuda.

-Si estoy en casa, viendo la televisión con mi hijo. –sentí como mi verga empezó a crecer en la boquita de mi bebe.

-Lo que pasa es que estoy en una reunión con el Ingeniero Ochoa, lo recuerdas? es el cliente con el que me gustaría asociarme, pero me está haciendo muchas preguntas de los ingresos y egresos y demás cosas que solo tú sabes y necesito que vengas a ayudarme. He estado cazando a este cliente por meses y apenas me recibió hoy, pero me hizo venir a la fiesta de su hijo, es en un salón de fiestas, puedes venir? puedes traer Angelito sin problema, es un salón muy bonito y muy elegante, realmente te necesito.

Traté de negarme, vi todas las maneras de zafarme de ese compromiso, pero no pude, incluso no era mala idea ir, la verdad es que Angelito nunca salía del departamento, yo trataba de protegerlo de todo, pero era bueno para él salir a caminar o jugar, inclusive estar con otros niños aunque no lo entendieran del todo.

El Licenciado me explico cómo llegar y me contó que había juegos y juguetes para niños como Angelito, incluso había niñeros en el salón, que yo no me tenía que preocupar por cuidarlo.

Nos metimos en el baño, el bañarnos era algo que nos gustaba mucho, por una media hora disfrutábamos de nuestros cuerpos. Acariciaba su piel suave y besaba cada rincón de su cuerpo, sus muslos, sus glúteos grandes y redonditos, su penecito, sus testículos pequeños, sus pezones, sus manos, sus brazos, todo. Besaba sus labios metiendo un poco la lengua, mientras lo abraza, era mi hijo, lo amaba demasiado, yo lo había creado. El me hacía muy feliz, me daba placer del que jamás pensé podría ser capaz de recibir.

El también acariciaba mi cuerpo pero claro especialmente ponía atención en mi verga, que nunca se cansaba de tocar, de apretar y de chupar. Lo puse boca abajo sobre mí, su boquita tragando mi verga mientras yo limpiaba su culito, para luego lamerlo. Era muy bonito, chiquito, apretado, el brincaba de gusto cada vez que mi lengua lo tocaba y lo punteaba. Su piel se erizaba con cada lamida.

-Te gusta bebe? Este culito es mío? Todo tu eres mío.

Angelito succionaba con más gusto, disfrutando del tono de mi voz y de las caricias que recibía. Esas sesiones en el baño lo relajaban y se dejaba recibir atención en su pequeño cuerpo.

Mi lengua punteaba ese culo pequeño, provocando espasmos. Estaba muy caliente, acariciaba su espalda y sus montañitas que tenía por trasero. Mi lengua en círculos lamia todo a su paso. Metí su sexo a mi boca, succionándolo, disfrutando del sabor de su piel.

Lamia todo de él, era mi hijo, el cual me provocaba esta calentura tan grande. Angelito gruñía, era el gruñido que utilizaba cuando algo le gustaba. Mi verga hinchada quería explotar, pero aun quería saborear las mieles de ese encuentro, quería prolongarlo más. Mi lengua punteaba tratando de abrir los pliegues de su anito infantil, sentí el calor que emanaba sus entrañas, Angelito se retorcía, movi mi lengua de arriba hacia abajo y de adentro hacia fuera en ese anito tan chico tan virgen, tan pequeño.

Empecé punteo un poco más rudo, la punta de mi lengua entro mas en su cavidad lo cuál lo hizo rugir de dolor, pero yo estaba cegado de placer. No paré sabía que no debía avanzar, pero me sentí embriagado. Mi verga punzaba a punto de eyacular sin siquiera tocarme, era inminente mi orgasmo. Empujé el cuerpo mi Angelito hacia abajo y él rápido trago mi pene al tiempo que expulsaba la leche caliente. Solté un gran grito gimiendo al mismo tiempo que mi hijo hacia sonidos tragando cuánto semen salía de mí.

Mis gritos retumbaba con eco en ese baño, donde un papa alimentaba a su bebe con su leche paterna, Angelito lamio aun después de dejarme seco de los huevos, haciéndote mi orgasmo se prolongará por unos minutos. Chupo mi verga hasta que perdió su rigidez, cambiando a succiones suaves, tragando cualquier resto de leche que aun quedara.

Quedando en silencio en esa tina de baño padre hijo más unidos que nunca.

Luego tome el celular que estaba junto a la tina, y marque un numero de una tarjeta, la cual me la había dejado Lucio, el repartidor que también daba servicio de taxi y que me había visto amamantar a mi bebe solo separados por una puerta.

-Hola? Lucio? Estas ocupado en este momento? Me podrias dar servicio de taxi? Perfecto aquí te esperamos. –dije sonriendo a mi hijo el cual seguía mamando la verga de papi.

 Telegram es: Rojito03

103 Lecturas/15 agosto, 2025/0 Comentarios/por Rojito
Etiquetas: baño, culo, hijo, orgasmo, padre, papa, semen, sexo
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