Ángel mi bebe autista chupa dia y noche la verga de papi 12
La fiesta infantil termina en casi una orgia..
El licenciado José estaba detrás de la puerta del cubículo donde mi bebé se tomaba la orina directamente de mi verga. Me sentía muy nervioso en la situación en la que me encontraba, las succiones de Angelito mi propio hijo de un año con autismo retumbaba en ese baño haciendo eco. Por fin el chorro de mi orina paro y traté de quitarlo y sacarle la verga pero forcejeaba conmigo sacando fuerza de donde yo no sabía. Era como si me dominara o tal vez una parte de mí lo dejaba hacerlo.
Su succión empezó a hacer un poco más sonora. Ahogué un par de gemidos apretando mis labios fuertemente. Era imposible que el licenciado no supiera lo que pasaba en ese cubículo, él esperaba afuera en silencio seguramente afilando el oído.
Entonces vi entre la ranura de la puerta un espacio amplio desde donde se veía perfectamente fuera el resto del cuarto de baño y ahí estaba mi jefe, él nos observaba con una mirada lasciva con una gran carpa en la entrepierna pendiente de lo que sea que podía ver desde el otro lado. Yo me sobresalté quitando a mi hijo pero el como un resorte regreso a tragarse el tolete succionando fuerte, dejándome sentir un poco de su gargantita, sacándome un gemido que retumbó.
Entonces vi los ojos azules de mi jefe directamente, parecía que me veían el alma y me rendí ante el placer de la boquita de mi bebé. El tragaba mi glande succionando rápido llenándolo todo de saliva moviendo su lengua en círculos haciendo un choque eléctrico pasé por todo mi cuerpo. Su boquita se sentía deliciosa sacaba solo unos momentos la verga haciéndose hacia atrás para luego metérsela con más fuerza arrancándome espasmos, ese bebé quería leche, quería la leche de papi y la quería en ese momento.
Mi jefe nos observaba con ojos con un tono rojo acariciando su pito el cual había sacado por el cierre del shorts que usaba, su verga era gruesa, blanca con la cabeza rosa con prepucio el cual se retiraba con cada jalada que se daba mientras que con la otra mano se agarraba los testículos masajeándose.
Abrí mis piernas y tomando la cabeza de Angelito, empecé a violarle la boquita, llevando el ritmo, como si fuese su mismo culito, el bebe tragaba haciendo sonido guturales, mientras observaba como mi jefe se jalaba esa verga rápidamente, se notaba muy excitado por lo que veía, un padre a punto de preñarle la garganta a su propio hijo en el baño de un salón infantil.
Sentí como mi verga se hinchaba con cada succión, el orgasmo estaba próximo, con mis manos movía la cabecita de Angelito usándolo como si fuera un masturbador, mis huevos se sentían llenos, listos pero de pronto las luces se apagaron completamente.
El bebé se alejó de mí asustado soltando un gruñido por el cambio tan rudo en el ambiente, yo me levanté acomodando la verga en mi pantalón y saliendo de aquel cubículo cargando a mí bebe.
-Licenciado aquí sigue?
-Sí, no sé qué pasó, cortaron la luz quizá es hora de irnos. –respondió de manera seria.
Abrimos la puerta y saliendo por fin el exterior. Afuera solamente se veía una luz al fondo, eran los refrigeradores.
-Ingeniero? –pregunto al aire mi jefe.
Pero no se veía por ningún lado, no supe cuánto habíamos tardado en este cuarto de baño, se habían ido? No podrían habernos dejado encerrados o si?
El licenciado José tomó mi hombro y dijo:
-Voy a buscar afuera en el estacionamiento, tú espera aquí.
-Claro – le dije y caminé con mi bebé en brazos, el cual se encontraba extrañamente silencioso, no se si estaba asustado o muy alerta, era difícil saberlo aún siendo su padre a veces simplemente no sabía que pasaba por su cabeza.
Caminé hacia la barra de bebidas, creía haber escuchado un pequeño un ruido desde ahí, y al llegar vi unas sombras moverse dentro de la barra. Me acerque tratando de no hacer ruido acostumbrándome a la oscuridad, trate de entender lo que observaba y luego lo entendí, el muchacho que había sido niñero de Angelito toda la tarde se encontraba de pie apoyado en un banco, mientras ferozmente atrás de él el ingeniero se lo cogía!
Los movimientos eran bruscos, el muchacho solo gemía suavemente mientras recibía cada estocada, el era delgado, muy atractivo, blanco, con el cabello negro revuelto. En ese momento se encontraba sin playera y con el shorts en los tobillos. El ingeniero por su parte conservaba la camisa sudada mientras que el shorts se lo había quitado totalmente y con las piernas abiertas tenía un vaivén rápido buscando atravesar a ese muchacho.
Su cuerpo grande y completamente velludo inclusive de la espalda y las nalgas gordas, se veía que sudaba mucho, escurriendo por su piel morena. Hacia unos sonidos guturales con cada estocada que le daba, provocando que el adolescente gimiera y soltara unos gemidos de placer y de dolor.
Yo veía asombrado como había pasado esta escena, era algo que ellos hacían regularmente o algo había provocado este encuentro sexual?
Angelito y yo los observábamos en silencio, en las penumbras a un lado de ellos. El ingeniero tenía sus manos grandes que recorrían el torso desnudo del adolescente, lo estrujaban para luego estirarle el cabello y chuparle el cuello sudado, dominándolo tratándolo como si fuese un juguete sexual. El muchacho se dejaba hacer, gritaba suave por el dolor que en ocasiones sentía pero su cuerpo estaba en éxtasis por todo lo que el hombre adulto grande le hacia.
Yo me encontraba petrificado viendo con detalle lo que esos dos amantes hacían, como el cuerpo enorme de uno y el esbelto del otro se fusionaban en ese abrazo sexual. Llegaba el olor de sudor y sexo, me sentia muy excitado, mi verga me apretaba bajo el pantalón. Angelito en mis brazos en silencio observaba todo lo que pasaba frente a nosotros.
El ingeniero se movía rápido aprisionado la cintura delgada del muchacho haciendo un sonido rápido como si aplaudiera lo estaba penetrando hasta el fondo. El muchacho gemía y se movía como si fuese un simple muñeco de trapo. Nosotros en primera fila veíamos todo lo que pasaba, cada gesto, cada suspiro, cada movimiento me sentía un mirón pervertido y me gustaba.
De pronto sentí que alguien me tocaba la pierna, era Lalito el hijo del Ingeniero que se encontraba junto a mí, parecía expectante de lo que pasaba, no había notado su presencia había estado todo el tiempo ahí viendo como su papá se cogía a ese muchachito.
Se aferró a mi pierna como quien buscara protección y yo le acaricié la cabeza con la mano revolviéndole el cabello rizado, mientras de pie con mi hijo en brazos escuchamos que los gemidos del muchacho se intensificaban, parecía que ya le habían roto el culo con tanta cogida que le estaban dando.
Angelito al observar al niño se balanceó hacia abajo tratando de alcanzarlo haciendo unos ruidos de quejidos como los que él solía hacer, así que para no ser descubiertos decidí bajarlo el suelo junto con el otro niño, y al pararme investigue si los amantes me habían descubierto pero ellos seguían en los suyos fusionados en plena cogida.
Acaricie mi verga sobre mi ropa muy caliente por todo lo que pasaba, en lo que se había convertido esa fiesta de cumpleaños de un niño pequeño. Ahora era una exhibición de como un hombre grande desfloraba a un muchachito.
Acaricie mi verga sobre el pantalón al ver como el ingeniero había levantado la pierna izquierda del muchacho cambiando de posición, mostrando la verga gorda y peluda entrando y saliendo de ese culito, hacían sonidos con cada penetrada, el muchacho prácticamente ya gritaba con cada estocada que le daban.
Saque mi pito por fin masturbándome, pensé en entrar y participar pero deseché la idea, pues ni siquiera conocía bien a ese hombre, era un socio muy importante con el que mi jefe quería asociarse además quizás ellos seguían pues se pensaban aislados del resto, aparte de que me gustaba verlos, espiarlos, me llenaba de morbo, y más sabiendo que el ingeniero era un hombre casado que se cogía a un menor de edad.
Entonces sentí una presencia caminar hacia, me alerté tratando de guardarme el pene pero distinguí el reflejo de unas gafas doradas, era mi jefe. El camino despacio y silencioso hacia donde me encontraba pero sin separar la vista de los amantes cogelones.
Llego a mi costado izquierdo y sin decir una palabra se unió en mis actividades voyeristas, su cara mostraba incredulidad pero también calentura, veiamos como el cuerpo del muchacho se tensaba ya cansado de recibir verga, como echaba la cabeza hacia atrás tratando de aguantar las embestidas del Ingeniero, el cual le chupaba el cuello, lo mordía la oreja, y le pasaba su barba rascándole toda la cara mientras sus caderas iban y venían y su verga era alojada violentamente en esa cuevita virgen.
De reojo vi como licenciado José se sacaba la verga y se masturbaba suavemente pendiente de la escena. El lugar olía a sexo, a verga, a macho, el ambiente se sentía eléctrico bastante sexual.
El lugar estaba en silencio solo sonando el choque de las nalgas del adolescente y nuestras vergas masturbándose. El ingeniero cambió de posición poniendo de frente al muchacho y cargándolo con los brazos bajo las nalgas y caderas de este lo elevó para tenerlo cara a cara. El Ingeniero puso una sonrisa perversa al ver al muchacho en éxtasis frente a el de esa manera y continuo su faena cogiendoselo.
La escena era caliente ver cómo el muchacho era penetrado elevado tratando de no perder el equilibrio sosteniéndose en la barra de bebidas mientras ese hombre grande lo penetraba con furia me hizo perder la razón quería eyacular sentía la verga caliente y entonces sentía una manita agarrándomela desde abajo, era mi hijo.
Me había olvidado de él pensé que estaría quizá dormido u observando en silencio pero a ver mi pito frente a él babeando líquido seminal decidió que era su momento de metérsela en la boquita. Nervioso por un momento trate de alejarlo pero Angelito me apretaba y trataba de metérsela el pito de papá en la boca.
Al voltear a mi izquierda vi a mi jefe sonriendo y asintiendo, lo cual me hizo devolverle la sonrisa, de acuerdo y flexionando mis piernas deje que mi hijo que se metiera el glande a su boquita. Mi verga se hincho agradeciendo esa boquita suave que succionaba, mi jefe ahora era testigo de mi relación con mi bebé, habían sucedido ya dos ocasiones con él y esto era la definitiva, donde aceptamos que mi bebé se tragaba la leche de su papi. No había que disimular ya, Angelito chupaba deliciosamente, lo cual me provocó un choque eléctrico que me llevó al cielo.
Cómo podía esa boquita ser tan rica? Angelito ya tenía una maestría mamando que era imposible que no me deslechara a si antojo.
-Te gusta mi vergota? Como te entra? –dijo el Ingeniero ya sin pudor.
-Sí, sí – decía el muchachito.
-No te escucho perrita, no te escucho.
– Sí, me gusta cómo me la metes.- grito.
Mientras mi hijo se atragantaba con la verga que lo creó hace poco más de un año, chupaba sin parar tragando todo lo que le salía desde la uretra, mi liquido preseminal y miados que seguían resguardados, mis huevos ya se encontraban elevados, llenos, estaba a punto. Gire la vista viendo mi jefe el cual sonreía con la boca abierta apreciando como mi bebito estaba a punto de sacar la leche paterna. Entonces, estiré mi brazo izquierdo tomando su espalda acercándolo hacia mí. El Licenciado puso cara de sorpresa y al llegar a tocar mi cadera con la suya, lo cual hizo que su verga tambaleara de un lado a otro, tomé la cabecita de Angelito separándolo de mi verga lo cual hizo que gruñera un poco pero dirigí su cabecita a la verga gorda de mi jefe.
Angelito la engullo ante la mirada atónita del Licenciado cuya cara cambio a roja de sorpresa de lo que acababa de pasar, pero luego al sentir las succiones cerro los ojos gimiendo por el placer, a lo cual sonreí observando como mi propio hijo succionaba su tolete, el cual recibió con agrado, supuse que le gustaba el cambio de tamaño y textura pues empezó a llenarlo de saliva haciendo una succión suave la cual fue incrementando disfrutando ese nuevo juguete que su papi le compartía.
Su succión aumentaba, el bebé se veía feliz pero desesperado de que no había recibido leche en toda esa tarde él estaba acostumbrado a sus buenas raciones y no había recibido ninguna su boquita de bebé, se había esforzado suficiente pero el premio no había llegado aún y esta verga debía de dársela pronto, así que apresuró sus mamadas provocando que mi jefe soltara un gemido sordo retorciéndose del gusto que sentía.
Sus ojos celestes con sus anteojos dorados mostraban una súplica pero también un enorme placer ahí, estaba frente a mí cogiéndose la boca de mi hijo, sabía que el orgasmo vendría pronto su cara lo mostraba. Al fondo el ingeniero hacía un gran escándalo cogiéndose a ese chico delgado. Llenandolo de insultos.
-qué rico culito tienes, te lo estoy partiendo, te lo voy a llenar de mis mecos.
El lugar olía sexo muchísimo, estábamos tres adultos abusando de un adolescente y un bebé con autismo, entonces al mismo tiempo que recordaba al cumpleañero, el otro niño sentí como tocaban mi verga, era una manita que apretó sintiendo el grosor que la excitación me provocaba, era el hijo del ingeniero que todo este tiempo había estado observando lo que pasaba con aquel bebé. Lalito acababa de cumplir 3 añitos, moreno con el cabello muy corto y rizado de ojos muy grandes y expresivos y sonrisa bonita con un hoyuelo en la mejilla.
Lleno de curiosidad decidió unirse a los juegos, lo observé asustado pero después maravillado, el bebé apretaba con gusto provocándome espasmos, sus ojos llenos de curiosidad observaban esa verga, su carita inocente la analizaba, era un nene muy bonito que no sabía lo que estaba por ocurrirle.
Los gemidos de mi jefe aumentaban, su descarga era inmediata, al mismo tiempo el ingeniero hacía sonidos guturales parecían sincronizados en el orgasmo, llenarian la boquita de mi hijo y el culito de aquel adolescente.
Por mi parte sentía leche en la punta, la manita de ese niño apretando mi pito provocó que la leche saliera disparada llenándole la carita una y otra vez, mi descarga era demasiada sentía que me deshidrataba mientras veía cómo la carita de ese nene era llenada totalmente, su boquita, su nariz, sus ojitos y su pelito rizado, todo era cubierto por mis mecos, incluso su playerita con un dinosaurio T-Rex. Solté un gran gemido viendo esa escena, mientras el sonido de tragar junto a mí indicaba que mi bebé había deslechado a mi jefe el cual le llenaba su pancita de su rica leche, por último los gruñidos del ingeniero retumbaron un buen rato para después marcar un silencio total en esa casi oscuridad de ese salón de fiestas infantil que había terminado en una orgía con menores y con tres machos.
Continuara…
Telegram es: Rojito03
Posdata: me disculpo por mi demora pero no he tenido tiempo ni inspiración, además de que no entiendo mucho los días que se actualiza la pagina y siento que mis relatos se pierden. Así que si les gustan háganmelo saber para ver si debería continuar. Gracias.
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