Ángel mi bebe autista chupa día y noche la verga de papi 15

La vida con mi papa y mi hijo recibe una visita inesperada..
El resto de la tarde estuvimos tranquilos. Decidí que ya era demasiado lo que habíamos pasado mi bebe. El merecía una vida tranquila, merecía un buen padre que lo ayudara a tener una vida lo más normal que se pudiera.

Ahora que mi papa había llegado a nuestras vidas, era un buen momento para hacer un cambio drástico. Juntos retomamos sus ejercicios para niños autistas, los cuales teníamos tiempo que no realizábamos. Angelito cooperaba, parecían ser un niño más abierto a la interacción, antes solía ser más gruñón y difícil, pero ahora mostraba cambios positivos en su personalidad.

Ahora podía dejarlo jugar solo, sin preocuparme de que se metiera en problemas. Continúe mi rutina de trabajo, animándolo a tomar la siesta. Más tarde lo desperté para comer, notaba que él trataba de acercarse buscando mi verga, pero yo lo distraía, eso ya había acabado.

Mi padre regresó ya tarde, su vida laboral en la ciudad iniciaria a partir de la mañana siguiente. Se decidió que dormiría en el sillón el cual era bastante cómodo. Yo insistí en que tomara la cama, o que compráramos una cama extra, pero dio un no rotundo. El no quería causar problemas, dijo que lo que buscaba era la convivencia con nosotros y agradecía el espacio que le dábamos. Además siempre había sido rudo, era de esos militares que siempre se bañaban con agua fría y podían dormir en el suelo sin problema.

Cenamos juntos, mientras me contaba de sus hazañas, siempre tenía en su regazo a Angelito, mientras platicaba. Él bebe parecía estar cómodo con la presencia de su abuelo.

-Este niño es muy educado, bastante perceptivo por lo que veo.

Asentí, y le conté todos los detalles de la condición de Angelito, de cómo era un niño muy listo, pero que su inteligencia era distinta a los demás, que él veía al mundo diferente, que podía ser un tanto gruñón y quería las cosas a su manera. Le expliqué la alimentación que llevaba y que era un niño de costumbres y que se empeñaba a veces en una actividad por mucho tiempo, sin cansarse o aburrirse.

Veía como mi papá se esforzaba en crear un vínculo con él. Al día siguiente se fue muy temprano, pero dejó limpio la sala y cocina, así mismo dejó preparado el desayuno. No sabía la hora que que se levantaba, pero supuse que era muy temprano.

Angelito usaba nuevamente su chupón, al principio había sido difícil, lo escupía y renegaba exigiendo mamar mi verga, se me repagaba, babeaba mi entrepierna gruñendo y haciendo rabietas, pero me impuse con paciencia. Solo esperaba que esos episodios no pasaran cuando papa estuviera presente.

El trabajo me consumió esos días, tenía cosas importantes que hacer, estaba casi seguro que el ingeniero Ochoa entraría a la empresa como accionista y socio, así que tenía que tener los números al día y presentar un balance en lo cual me enfoqué.

Papá llegaba por la noche y jugaba con su nieto, mientras yo hacía la cena. Al día siguiente fue igual, y al siguiente también. Ahora hacia ejercicio por las tardes en las siestas de Angelito. Alenté esta nueva rutina y mi papá se acoplo a nosotros, además de que ayudaba bastante. Él se encargaba de las compras, del desayuno, de la limpieza del área común, lo cual me facilitaba el no tener a Anthony en nuestras vidas.

Anthony no lo vi por esos días, esperaba que solo estuviera de vacaciones como el había dicho, en su lugar estaba el guardia gordo del otro turno. La última vez que lo vi fue cuando papa quiso sacar a Angelito al parque una tarde que llego temprano. Yo tenía que hacer una video llamada, por lo cual el sugirió ir solo con su nieto. Yo me alarme, realmente nunca habían estado solos, la convivencia de mi papá con Angelito era solo por las noches y en mi presencia.

Aun batallaba con Angelito pues no se rendía a conseguir un trozo de carne que mamar, así que decidí cancelar mi llamada y los acompañe. Al llegar a la portería vi a Anthony muy guapo con su uniforme impecable, nos saludó alegre con una sonrisa blanca que contrastaba con su piel oscura, y al despedirnos me guiño el ojo.

Puse a mi jefe al tanto de mi situación en casa, esto al final de la videollamada que hicimos ya tarde, acostado en mi cama con Angelito dormido junto a mí con su chupón. Le conté que ahora nuestra relación había cambiado. El entendió pero vi su mirada de decepción.

-Salúdame a ese bebe tan bonito que tienes –dijo antes de colgar.

Llego el viernes, Papa había llegado con unas cervezas y carne para asar en la parrilla.

-Esta noche pediremos la cena y celebraremos. –dijo sonriente, dejando las cosas en la barra del centro, luego cargo a Angelito, al cual lleno de besos –mañana es mi día libre.

Yo sonreí, abrí dos cervezas y puse algo de música. Entonces la plática surgió con la puesta de sol. Tres generaciones de varones más unidas que nunca. Yo arrullaba a Angelito pero el estaba bastante atento de nuestra plática, mientras jugaba en el suelo con unas llaves ergonómicas, moviendo su chupón en todo momento.

Luego de terminarnos las cervezas, seguimos con Wiskey, sentía que estaba muy borracho pero reíamos y contábamos anécdotas una tras otra.

-Papa, no ibas a pedir de cenar? –creo que necesito comer algo.

-Claro hijo, yo pedí hace un buen rato, del lugar que tienes anotado en el refrigerador. Pero no debe haber repartidores o yo que se. –dijo arrastrando las palabras.

En eso la puerta sonó con un toquido fuerte, abrí la puerta y lo que vi me dejo mudo, sintiendo como se me bajaba la borrachera. Era Lucio el que traía la cena.

Me veía con una sonrisa lasciva, usaba un short de mezclilla roto, un chaleco azul con estoperoles de las axilas le asomaba una maraña de pelo, su barba ahora un poco más tupida remarcaba su masculinidad, era grande, grueso, emanaba macho de los poros.

-Pensé que no me ibas a invitar jaja, traje la cena y la leche para tu bebe –dijo moviendo las caderas hacia el frente. –traigo tanta leche que ahorita le hago un queso jaja.

Me había olvidado de Lucio, había archivado y silenciado sus mensajes, pensé que era suficiente pero ahora sabía que no. Papa debió pedir en el restaurante donde Lucio era repartidor.

Mi papá se acercó tratando de averiguar qué pasaba, y al ver a Lucio tomo la cena y le acercó un billete.

-Quédate con el cambio –Lucio lo tomó sonriendo y alzo el cuello tratando de ver el departamento.

-Mira nada más, que bien se la está pasando este Angelito. –luego se apretó el bulto – Qué niño tan suertudo no querrá otra?

Me alarme con sus palabras. Hice una cara  de reproche y me lleve el dedo a la boca callándolo, y le dije lo más lo más despacio que pude que no era lo que él pensaba.

-El es mi padre. -Lucio sonrió.

-Entonces que? vuelvo al rato que se duerma el abuelo?

-No, ya no es así, ya se terminó. Ya fue suficiente, vete.

El se acercó a mi cara, podía sentir su aliento alcohólico y su loción, su vello facial me acariciaba la mejilla.

-A mí no me engañas, eso no lo vas a terminar nunca. –y me agarro el bulto. Sentí su mano grande como apresaba mis huevos y verga. -Por qué no le cuentas a tu viejo la verdad, yo sé que Angelito puede con tres vergas.

Sentí como una corriente eléctrica me recorría, tenía casi una semana sin eyacular, cuando antes sacaba tres veces o más al día.

-Deja que su abuelito se divierta, esa boquita hace feliz a cualquiera.

La puerta se abrió y nos separamos, empujando a Lucio.

-Todo bien? falta algo?

-No papa el ya…

-Señor mucho gusto, es solo que el grosero de su hijo me había dicho que me invitaría hoy unas cervezas, ya este fue mi último pedido, pero me dice que está ocupado con usted.

-Oh, no lo sabía, si quieres acompañarnos eres bienvenido, no tengo ningún problema.

Yo negué con la cabeza, pero antes de que pudiera responder Lucio entró al departamento y fue directo con mi bebe levantándolo en brazos.

-Hola bebé, te extrañe mucho, cómo estás?

Yo observaba alarmado viendo como le quitaba el chupón y metiendo su dedo en su boquita.

-Ustedes cenen, yo me preparare una bebida. –dijo apropiándose de todo, abriendo cajones mientras seguía con Angelito en brazos.

No podía controlar a Lucio el parecía divertido con la situación, me tenía controlado provocándome y diciendo cosas con doble sentido. Mi papá miraba extrañado como hacía preguntas y decía chistes subidos de tono.

-Perdón pero es que mi novia me dejo bien cachondo antes de venir- dijo después de agarrarse el bulto erecto provocado con la sensación de Angelito chupándole el dedo.

Mi padre evidentemente ebrio asintió. El, al ser un hombre del ejército tomaba poco y nunca se desvelaba. Sus ojos se notaban enrojecidos. Así que lo decidí, si no podía con Lucio, tendría que dejar fuera de la ecuación a mi papá, distraje a mi papa evitando que cenara.

Saqué una botella de licor con mucho grado de alcohol y la puse en el vaso de papa. Al segundo vaso perdió la batalla, cerrando los ojos, no sin antes repetir arrastrando las palabras su tiempo en el ejército y lo agradecido que estaba de poder con beber con su hijo y su nieto.

Apenas cerró los ojos Lucio sacó su verga gorda de su short, agitándola de un lado a otro.

-Por fin, dónde está ese nene glotón? aquí tengo un biberón lleno de leche para qué la disfrute –y flexionando sus piernas la puso en la boquita de mi bebé que se encontraba en el suelo.

Angelito notablemente emocionado se metió el pito a la boquita succionándola, su carita tersa con ojos grandes y expresivos aprisionaban con esos labios gruesos el tolete que le ofrecían.

-Mira tú pobre bebé se ve desesperado por leche, eres tan cruel con él, me lo quiere exprimir.

Yo veía como angelito chupaba rápido, creando un sonido fuerte de succión. Vi asustado la cara de mi papa, esperando que no se percatara de como su nieto estaba atragantado con esa verga gorda pareja desde la cabeza hasta la base, morena con un prepucio con un glande brilloso, sus huevos gordos y grandes se balanceaban con la felación.

Mi papá empezó a roncar indicando encontrarse en un sueño profundo, lo cual me calmo un poco. Lucio se deshizo de su short quedando desnudo de la cintura para abajo.

Mi hijo le daba sexo oral en la sala de mi casa frente a su abuelo, la escena era bastante morbosa, aunque arriesgada. Si mi papá despertaba y veía lo que le hacían a su nieto frente a él nos golpearía o quizás mataría.

Pero yo estaba muy caliente, tenía casi una semana sin eyacular, extrañaba más que nunca la succión de Angelito y lo bien que me sacaba los mecos. Veía como Lucio, con las manos en su cintura moviéndose hacia atrás y adelante cogiéndole la boca a Angelito. Las nalgas completamente peludas de Lucio se movían al vaivén.

Lucio me sonrió sacando la lengua, mostrándome con la mirada lo bien que mi hijo le hacía una felación.

-Que putito tan glotón el que tienes por hijo, se siente delicioso cómo me exprime el glande y succiona tratando de que me vacía en su boca.

Yo me sentía borracho, de alguna manera pensaba que esto no estaba pasando, que yo no estaba ahí viendo como abusaban de mi hijo. Pero sí estaba pasando, yo frente a ellos acariciaba mi bulto, mi verga completamente erecta quería romper mi short.

Lucio estiro una mano tomándome del frente del short y acercándome hacia él, jalo hacia abajo el short sacándome la verga la cual salto como resorte de lo dura que estaba.

-Mira nada más cómo la tienes, ya hasta se te ve morada, se ve que traes los huevos bien llenos. Eso no es bueno para ti y teniendo esta boquita aquí contigo todos los días, cómo la puedes desperdiciar?

Después mi verga masturbándola fuerte y tomando la cabecita de Angelito, la dirigió a mi glande.

-Chúpale la verga a tu papi qué buena falta le hace sentir tu boquita suave, caliente y deliciosa.

Yo gemí al sentir por fin esa cavidad húmeda, su saliva lograba empapar mi glande, su succión apretaba delicioso provocándome espasmos de placer.

-Tu hijo era una pequeña máquina de placer, a él le gusta ordeñar vergas, tú no puedes negarle ese gusto.

Yo en medio de esa calentura observaba atento cualquier movimiento que mi padre hiciera, necesitaba que saliéramos de ese lugar, pero Lucio adivinando mi pensamiento me tomó con su brazo izquierdo fuerte de la cintura uniendo mi costado derecho a su costado izquierdo mediante un abrazo.

-Vamos bebé, aquí están las dos vergas para ti solito, enséñale a tu abuelito lo bueno que eres con carne de macho.

Angelito soltó sacó mi verga de su boquita y dirigiéndose a su izquierda engulló el pito de Lucio.

-Mira como solito sabe lo que tiene que hacer, es un mamador nato.

Las opciones de mi hijo retumbaban en el departamento, su boquita apresurada trataba de sacarnos la leche de macho, se veia muy concentrado y lo hacía con prisa, su lengua lamia, chupaba, sus labios succionaban ambos glandes en turnos, primero el mío, luego el de Lucio, sus manitas acariciaban el tronco y los cuatro huevos gordos.

-Qué delicia. Este putito es el que mejor me ha mamado la verga, es todo un experto.

Vi como Lucio se acercó a nosotros acercando la verga hasta juntar la punta contra la mía.

-Trata de chupar las dos bebé, métetelas en la boquita –dijo en un gemido Lucio.

Angelito entendió el mandato y con su boquita succionó una parte de cada glande, haciendo que mis huevos se levantaran con esa sensación nueva, yo me retorcí de gusto soltando un gemido sentía muchísimo calor por la situación tan morbosa en la que nos encontrábamos. No podía creer que aun cuando había decidido parar, Angelito estuviese mamando dos vergas en mi propia sala frente a mi papá.

La succión de mi bebe era rápida, constante, succionaba ambos glandes fuertes mediante un sonido que retumbaba en la sala, estaba decidido a ordeñarnos ahí mismo. Lucio sonreía acariciando mi espalda con su mano grande mientras veía como aquel bebé era un experto con su boca y nos tenía en el mismísimo cielo.

-Creo que ya no tenemos opción jaja -dijo cuando ambos sentidos como nos afianzaba fuerte las vergas, una en cada mano y aumentaba aquella succión firme y agresiva. -esa boquita tan hambrienta quiere que le llenemos la pancita de la leche.

La mano de Lucio bajo a mis nalgas acariciándolas, yo hice lo mismo con las de él, sus nalgas gordas, firmes y peludas se sentían muy bien. Lucio jugo con su dedo en mi raja, yo imite tocando su culo, punteándolo. Mientras tanto Angelito chupaba una y otra vez ambos glandes con rapidez.

-Porque no te has cogido aun a tu bebe? Mira lo bien que se siente que entren en ti. –dijo metiendo un dedo en mi culo.

Sentí que el orgasmo venía me sentía que los huevos subían provocándome un gran placer, el dedo de Lucio entraba fuerte en mis entrañas dedeandome.

Mi bebé chupo rápidamente, sabía que venía leche, el dedo de Lucio toco mi punto g logrando que me descargara en un grito. Apreté fuerte las nalgas peludas de Lucio y el hundió al fondo su dedo en mi ojete.

La descarga salió violentamente, mi leche era expulsada con un espasmos míos nublándose mi vista y gimiendo fuerte, no me importo nada, estaba en el cielo, sentí como el glande de Lucio también se retorcía vomitando los mecos directo en la boquita de mi hijo.

Mi vista mejoro dándome la imagen de Angelito tragando como podía toda la leche que le expulsaban, su boquita abría y cerraba pasando por su garganta nuestros mecos calientes. Nuestras descargas se fusionaron en esa carita, salpicando mi pito y huevos con la leche de ambos.

Escuchaba como Lucio gemía y se retorcía de placer, el orgasmos era fuerte. Pero algo me saco del placer, papa estaba viéndome desde el sillón donde se había dormido, sus ojos fijos en nosotros.

De un brinco aparte a Angelito y retire la mano de Lucio de mi culo. El termino su orgasmo cuando camine al frente imagine que lo peor sucedería. Que nos haría mi padre al ver lo que pasaba con su nieto?

Llegue al frente de mi papa, el roncaba sonoramente en su lugar. Habia imaginado todo?

Continuara