Ángel mi bebe autista chupa dia y noche la verga de papi 5

Visita inesperada en mi departamento con mi bebe gloton..
Los días siguientes fueron más tranquilos, la aventura que habíamos pasado en el centro comercial había quedado atrás. Me excitaba recordar la leche que le había dado un desconocido en el glory hole del sanitario del centro comercial a mi bebé, un total desconocido se había descargado en su boquita llenando sus entrañas con semen caliente. Cada vez que lo recordaba se me paraba más la verga y Angelito lo agradecía chupando más deprisa, su cara fina con ojos grandes, sus cachetes gordos y su boquita con labios gruesos devoraba mi verga suave pero con buen ritmo, era un bebe hermoso que apenas hace poco me había convertido en su padre, y ahora en el principal proveedor de su alimento, él amaba comer la leche que su papi producía y se empeñaba en sacarla directo de mi verga dos o tres veces al día, a veces más.

Nos encontrábamos en la sala habíamos pasado la tarde frente al televisor, veía las noticias de la tarde, mi bebe en mi regazo ignoraba todo lo que no fuera mamar. Yo repasaba lo mucho que había cambiado nuestra vida desde hace unos días, Angelito era un niño más despierto más cariñoso y de alguna forma más obediente. Los días anteriores había hecho todos los trámites y renuncias pertinentes a mis empleadores, agradeciendo el tiempo que me habían contratado dejando todo listo para trabajar solamente para el licenciado José, el me ofrecía mejor sueldo y prestaciones, aparte de que era muy considerado sabiendo que tenía un hijo con condiciones especiales, un hijo autista y que solo yo me encargaba de él. El único detalle era que una vez al mes debía salir de casa con mi bebe, cosa que era muy difícil, habíamos hecho nuestra vida en este departamento, no salíamos nunca, más que lo indispensable.

Había hecho nuevos intentos de salir con Angelito fuera del departamento, él era ya mejor portado solo necesitaba haberlo alimentado antes de salir y tener su chupón con fruta y mi esperma en el para que pudiera ir chupando todo el camino. Por ahora habíamos hecho solo viajes cortos al parque, nos sentábamos en una banca mientras el curioseaba y corría en el césped, a veces en círculos, como a los autistas les gustaba, no entendía el porqué pero eso le ayudaba a liberar energía. Otro día fuimos a la tienda de víveres, donde él observaba todo tomaba cosas y de alguna manera interactuaba con la gente que le hacía cariños y le decía lo hermoso que era.

Notaba como observaba las entrepiernas de los señores de manera fija, alguno de ellos se rascaban la cabeza sorprendidos, incluso vi a un señor que se sobó sutilmente el bulto y le sonrió, eso me puso caliente.

Al llegar a casa nos desnudábamos, Angelito inmediatamente iba a mi verga chupándola a su antojo, incluso antes de que me pudiera quitar el short, él ya estaba prendido. Ahora entendía lo que era un viaje y lo bien que se debía de portar pues al regreso tendría la verga de papi para jugar el resto del día y así era.

En nuestras salidas el portero nos saludaba siempre amablemente y de vez en cuando cargaba a Angelito, llenándolo de halagos y felicitándome de haber procreado a un ser tan bello. Yo sonreí agradecido, sentía un agrado por ese sujeto, incluso llego un punto donde lo besaba sin que mi hijo se incomodara, realmente ese hombre tenía un don. El portero de nombre Antony usaba una camisa fajada que le ceñía los brazos grandes, con un pantalón de vestir y zapatos, andaría en los 40s, estaba musculoso y era bien parecido, con una barba de dos días y el cabello corto muy chino, siempre tenía una gran sonrisa.

-Van de salida? Veo que ahora son más callejeros – dijo con una enorme sonrisa coqueta. Cargo de un solo movimiento a mi hijo dándole un sonoro beso en la mejilla izquierda, la cual hace unos minutos tenían mi semen escurriendo.

– Si, es que el pediatra me recomendó que Angelito saliera más a convivir. –respondí

-Y yo agradezco esa indicación. –dijo girando con mi hijo. – pero si yo tuviera este nene en casa, lo querría solo para mí.

Rio mientras me veía divertido, yo sonreí de vuelta. Era agradable hablar con alguien de mi hijo, realmente no tenía mucha conversación diaria, mi trabajo era mediante correos electrónicos y algunas llamadas rápidas, tenía pocos amigos para este punto y los que tenía me decían que debía buscar una niñera o una esposa que me ayudara con la crianza especial de Angelito, que no debía hacerlo solo. Y de mi familia ni hablábamos, realmente solo tenía a mi papa, el cual era militar y siempre estaba en diferentes ciudades.

Así que mis platicas con Antony eran un gran desahogo, opinaba que él no dejaría que nadie más que su padre debería cuidar a su hijo, me felicitaba por los avances de Angelito y hasta me sorprendía a veces trayendo fruta o comida que había investigado que era buena para los niños autistas, o dulces sin tanta azúcar especial para el. Yo le agradecía quedándome por minutos, incluso cuartos de hora platicando, ahora sabía que era extranjero hacia un par de años que había llegado al país, vivía con su padre ya mayor, su hermana, su cuñado y dos sobrinos en una pequeña casa a las afuera de la ciudad, no tenían mucho pero era feliz, se había casado pero no había funcionado y no tenía hijos, pero era algo que él quería, tener un nene.

En estas divagaciones estaba cuando recibí una llamada, me estire tomando mi celular, tratando de no molestar a mi bebe que estaba atragantado de mi verga haciendo ruidos de succión, mientras de fondo la televisión pronosticaba días de lluvia de verano.

• Licenciado José, como esta?
• Que tal Andrés, que dices? No quería molestar fuera del horario de trabajo jaja, te encuentro ocupado?
• No que va jaja – dije acomodándome, acariciando la cabecita de mi hijo, el cual succionaba mi glande como si fuera su paleta favorita.
• Muy bien, y Angelito que dice? Que travesuras está haciendo ese bebe hoy?
• Aquí está merendando, su comida favorita jaja- dije empujando mi verga un poco en la garganta de mi hijo, me excitaba la situación, sentía como se me llenaban los huevos de leche.
• A ver si no interrumpo, es que estoy aquí abajo en la portería de tu edificio, crees que me puedas recibir? Andaba por el rumbo y te vine a traer unos papeles y el nuevo contrato.

Yo me senté firme en el sillón asustado, mi jefe había venido? Quería entrar en mi departamento? Me encontraba sentado desnudo mientras mi bebe me estaba por sacar la leche, su boca empezaba a aumentar su ritmo, esperando que tanto tiempo chupando el tolete de papi le diera su premio.

• Este sí, lo que pasa es que…
• No te preocupes, solo será un momento, quería hablar contigo, mira te pongo al teléfono al portero.
• Yo quede mudo, Antony me preguntaba si lo dejaba pasar, si todo estaba bien? Yo no supe que responder, así que dije que sí. El teléfono se colgó.

De un salto me levante, Angelito gruño con el movimiento brusco, ahora su boquita estaba sola, y no había recibido su premio, camino hacia mi tratando de enguillir mi verga pero yo corri a la recamara buscando ropa para los dos. Busque una playera, un bóxer y un short, tratando de que el bóxer apretara mi verga y no se notara la erección. Me puse unas zapatillas y luego le puse una playerita de un osito en color azul a mi hijo y un short a juego. Busque su chupón, que rápidamente llene con fruta, incluso le puse azúcar, lo cual no era bueno para el pero necesitaba que se olvidara unos minutos de la verga de papa, era una emergencia. Angelito gruño a punto de llorar pero yo cargue moviéndolo en círculos como le gustaba, haciendo que dejara de patalear.

La puerta sonó, ambos volteamos a verla, apreté mi entrepierna, esperando que no se notara lo excitado que aún seguía. Camine hacia la puerta y abrí, el Licenciado José sonreía en la entrada.

-Como estas Andrés y como esta este hermoso Ángel.

Lo invite a pasar, vestía una camisa tipo polo color celeste y un short café, con mocasines, se cuerpo tonificado se lucia, era joven pero con el cabello blanco por herencia, incluida su barba tupida y muy bien delineada, era blanco con ojos claros que lucían gracias a su camisa y usaba lentes de aumento en color dorado.

El licenciado José traía un legajo grande con papeles en un mano y una caja en la otra. Lo invité a pasar tratando de controlar a mi hijo el cual se notaba bastante inquieto. Lo lleve a la terraza, era amplia en ella aparte de plantas tenía una sala de exterior y una mesa de centro. El día era caluroso pero el aire corría agradable.

Él se acomodó y entonces fui por juguetes de Angelito, recordé que tenía una bolsa de arena kinética la cual era especial para personas autistas, a mí personalmente no me gustaba porque se hacía mucho desorden con ella pero a Angelito le gustaba manipularla y jugar con ella, eso lo mantendría ocupado, entonces lo instalé en una esquina de la terraza al lado de nosotros.

Luego de que vi que mi hijo ya estaba entretenido con la arena kinética, sonreí cansado.

– Perdona por incomodar veo que no es fácil recibir invitados, te pido una disculpa – dijo José sus ojos mostraban una mirada de perro apaleado.

– No, no te preocupes es solo que me tomaste por sorpresa, permíteme. – Entré al departamento y salí con un par de cervezas solía tener siempre algunas en el refrigerador me gustaba beberlas en tardes como esta.

Al salir él tomó una y soltó una risa que quito la tensión que teníamos, de la caja que portaba sacó un paquete con 12 cervezas y me las entrego.

– Creí que vendrían bien con este calor, yo estaba en una reunión aquí cerca y te he de decir que ya me tome algunas jaja, por cierto qué bonito está de tu departamento. – dijo mostrando su dentadura perfecta, entonces note que su mirada tenía un brillo de ebriedad sutil.

– Muchas gracias, Licenciado, pues aquí vivimos solo Angelito y yo. –sonreí brindando.

Nos instalamos uno frente al otro, platicando del trabajo, de los planes y cosas así, compartíamos más cervezas mientras la tarde fue pasando a la noche.

El Licenciado se apreciaba ya en estado de ebriedad, me sorprendía que siendo mi jefe se expusiera asi pero nos tratábamos como viejos amigos. Angelito tenía un caos en la esquina donde seguía jugando.

-Voy a tu baño un momento.

-Claro, adelante, es tu casa. – José se levantó haciendo cariños de paso a Angelito en la cabeza.

 Cuando regreso se tambaleaba y ofrecí preparar algo de cenar pero el Licenciado se negó diciendo que quizá solo algo de botana, y que siguiéramos brindando, no quise contradecirlo. Entonces note que mientras la plática seguía se apretaba la entrepierna sutilmente, cosa que antes no hacía. Trate de pasarlo, era algo de machos que en confianza siempre querían mostrar su masculinidad, pero lo empezó a hacer más seguido.

 Yo volteaba de reojo a ver a Angelito, eso no le pasaría inadvertido, para este momento la arena ya estaba casi en toda la terraza y el estaba boca abajo con la mano jugando con su chupón con la mirada en el cielo. Me tranquilice.

 -Tienes algo más fuerte? No sé por qué pero me siento en confianza y quisiera embriagarme un poco más jaja.

-Este, sí, tengo tequila, dame un momento.

 Aproveche para sacar botana, creo que el Licenciado estaba a punto de caer desmayado de borracho y quería evitarlo. Saliendo le preguntaba cosas personales, me dijo que se había separado de su novia, que en el amor le iba mal pero que en los negocios muy bien.

 -Es que las mujeres no me aguantan jajajaja, yo quiero coger todo el día y tienes que andarles rogando. –dijo agarrándose descaradamente la verga que se veía grande transparentándosele en el short, parecía que no usaba ropa interior.

 Me calentó, se veía erecto, yo vi sin despistar como se la apretaba.

 -Perdón ya ando pedo jaja, pero es que neta, que la cabrona ni chupar le gustaba y a mí con lo que me gusta una boquita en la verga.

-Jajaja pues sí, es esencial, a poco no tenían sexo? – dije ya con la verga erecta con el clima erótico que se presentaba. Mi jefe se veía muy guapo con su cara roja por el alcohol y esos ojos azules profundos.

-Muy poco, tenía que seducirla casi rogándole, con decirte que teníamos lo que va del mes sin nada de nada.

 Sonreí, el carbón estaba muy caliente y ebrio, igual que yo, en años anteriores lo habría seducido, era el típico heterosexual frustrado sexualmente que nunca había tenido una buena mamada, lo imagine desnudo, con ese cuerpo tonificado con brazos grandes y piernas fuertes que se le ajustaban al short.

 Quite la idea de mi mente, era mi jefe, sería muy incómodo si me rechazaba, entonces me levante, él se sorprendió, quizá esperaba que continuáramos subiendo de tono pero le dije que prepararía algo de comer, No demoraría, haría unos sándwiches él sintió derrotado.

Al salir vi que se empinaba la botella de tequila. Regrese unos minutos después con los sándwiches pero fue inútil, el licenciado José ya se encontraba dormido roncaba plácidamente sentado en la silla con la cabeza hacia atrás y las piernas abiertas. Me senté a comer, había traído también la cena de Angelito.

 Decidí no molestar el licenciado, dejaría que durmiera un par de horas o lo que fuese necesario antes de considerar meterlo al departamento o qué sé qué sé yo acompañarlo a su casa. Mi hijo vino hacia mí, lo levanté y lo sente en mis rodillas y dandole la comida.

 La brisa suave era muy agradable era una noche silenciosa donde lo único que se escuchaba era los ronquidos de mi jefe, luego me incline a revisar para ver si no fuera peligrosa la posición en la que dormía por si vinieron su vómito de repente. Tomé su cabeza ladeándola y al incorporarme algo me lo impidió, sentí como Angelito no se incorporaba junto conmigo. Me asome y lo que vi me dejo perplejo, mi hijo apretaba con su manita derecha la verga sobre el short de mi jefe.

 Trate de estirar la mano pero el nene apretaba fuerte, quite dedo por dedo de su manita pero rápido volvía a sujetar el tronco que se dibujaba.

 -No bebe, suelta eso, no es de papa, me vas a meter en un problema. – continuamos forcejando, entonces me di cuenta que José seguía roncando, no parecía inmutarse de lo que pasaba.

 Toque sus piernas meciéndolo tratando de despertarlo y no pasó nada, toque su cara, palmeándolo y no, estaba técnicamente inconsciente. Angelito no soltaba esa verga, entonces lo baje caliente para ver que hacía.

 Rápido pego su boquita en el bulto de José, babeando su short, yo lo veía sorprendido pero con mi verga babeando observando todo.

Angelito chupaba pero hacia ruidos como quejándose, no estaba feliz con la sensación, quería quitar la barrera que le impedía comerse ese fierro.

 -Que pasa bebe quieres chupar la verga de mi jefe? –dije susurrando sorprendido con lo que salía de mi boca.

 Podría haber quitado a Angelito de ahí y quizá darle mi pene en el cuarto pero no, la calentura y la ebriedad mandaron, me incline bajando el cierre de mi ahora jefe y metiendo la mano en su short saque la verga. Era gorda, blanca, con prepucio corrido, el glande era igual de grueso que la base. Dirigí la verga hacia mi hijo quien rápido la engullo.

 -Aquí tienes bebe, ya no sufras, sácale la leche que tanto tu como él lo necesitan.

 Angelito rápido se puso a chupar, con desesperación, necesitaba su ración de semen de la tarde, yo tomaba la nuca de mi hijo alentándolo a seguir. Se veía tan hermoso, tan chico, apretando sus cachetes succionando el tolete gordo de un adulto frente a mí, me levante viendo esa escena desde todos los perfiles. Las piernas grandes de José resguardaban a mi hijo quien en medio de ellas se atragantaba de su gorda verga.

 -Eso es bebe, cómetela toda, enséñale a papa lo bien que lo haces.

 Mi hijo chupaba rápido, babeando el glande escurriéndose hacia el tronco. Me tenía asombrado su capacidad y el aguante que tenía, acerque la cara para tener en primer plano esa faena y venia como los ojos de mi bebe eran de énfasis, de querer obtener algo, de querer la leche de ese nuevo juguete.

 Empecé a masturbarme, la escena era demasiado caliente, mi jefe con la cara en un costado hacía gestos entre ronquidos, el orgasmo estaba próximo.

 -Sácale la leche bebe, trágate sus mecos. – Apreté los testículos de mi jefe sintiendo como el flujo subía. Angelito mamaba rápido haciendo ruidos.

 Y de pronto paso, José se retorció y mi bebe empezó a tragar uno a uno esos chisguetes de semen que parecían no parar. El sonido de su garganta tragando me tenía loco, realmente estaba pasando eso, mi inocente bebe se estaba tomando la leche de mi jefe? De otro hombre?

 Después de tragar Angelito siguió limpiando con succiones suaves, ese nene era un experto mamador. Sonreí y le tome de la cabeza levantándola y metiéndole mi verga en su boquita.

 -Ahora sácale la leche a papi.

 Angelito inicio entonces sus chupadas deliciosas que en otro momento prolongaría pero esta situación me tenía a punto. Me encontraba parado con las piernas flexionadas recibiendo la felación de mi primogénito.

 Sentía que la descarga venia, ese carboncito no se cansaba y cuando sentía las pulsiones sabía que venía el premio. Su lengua entro a mi uretra y me tambalee apoyándome en la pierna del Licenciado José. Entonces tome su verga aun gorda al momento que de expulse todos los mecos en la boquita de mi hijo, mi hijo especial y glotón que trago lo que pudo, yo sentía la rigidez de la verga de José en mi mano mientras sentía como me exprimían la mía en succiones rápidas.

 Me retorcí de placer, que morbo era todo aquello, la vista se me nublo de tamaño orgasmo, y agitado fui recobrando el sentido, mientras que mi bebe no se desprendía como chivito amantándose de teta.

 -Es suficiente bebe.- lo aleje y eructo.

 Me reí, la situación era graciosa, solté una carcajada. Voltee y la risa paro cuando vi a mi jefe con la cabeza hacia el otro costado. Había despertado? Era un movimiento que hizo entre sueños?

 No quise averiguarlo y limpie la escena guardándole la verga en el short y poniéndole una frazada al Licenciado lo tape para irme a dormir al cuarto con mi hijo, un glotón de primera que ahora no llenaba con una sola verga que mamar.

 

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