Ángel mi bebe autista chupa dia y noche la verga de papi 7
Angelito mi bebe se queda a cargo de Anthony el portero.
Desperté muy caliente, la noche anterior parecía haber sido un sueño, cada vez podía controlar menos la situación con mi bebé mamón.
Angelito me había sacado la leche teniendo del otro lado de la puerta a un repartidor viéndome a los ojos, sin yo poder hacer nada. Había sido muy excitante pero muy arriesgado, debía evitar que cosas así se repitieran, o no?
La verdad es que me excitaba mucho poder ser descubierto, que supieran que mi propio hijo se tomaba el semen que contenía sus propios hermanitos. Me calentaba bastante el morbo de que vieran que su boquita nunca era separada de su juguete favorito. Él quería la teta de papi todo el tiempo hacía berrinche si no podía estarme mamando la verga, dormía chupándola, jugaba chupándola, veía la televisión chupándola.
Mis huevos eran exprimidos al menos tres veces al día siendo ahora mi leche parte primordial de su dieta. Realmente ya me había superado, a veces sentía que se quedaba con hambre pero por más semental que fuera no podía alimentarlo tantas veces al día como él quería.
El día se tornó tranquilo, ya trabajaba tiempo completo para el licenciado José. Él me mensajeaba regularmente y me preguntaba por Angelito. Incluso a veces me pedía una foto de él. Morbosamente yo le mandaba fotos de mi bebe solo en interiores, pues me excitaba la idea de exhibirlo.
La plática a veces sentía que se tornaba más a mi hijo que al trabajo y me decía que esperaba nuestras próximas reuniones para poder convivir con él.
Lo que me preocupaba era el tener que él salir del departamento. En estos días el departamento ya no era tan habitable como antes. Yo trataba de mantenerlo limpio pero Angelito apenas me dejaba hacerlo.
Me dificultaba el poderme mover por el departamento con el prendido a mi verga mientras trataba de limpiar o de preparar el almuerzo. Aunque el almuerzo no era tan difícil, me situaba en la estufa friendo huevos con las piernas flexionadas mientras angelito chupaba mi verga como si fuese un becerro chupando la ubre de su mama vaca, solo que en este caso era de su papa toro.
Lo llevaba al comedor donde él continuaba paradito saciando su hambre de leche paterna. Yo veía mientras tanto en mi celular noticias, respondía mensajes mientras comía y bajo la mesa angelito me comía la verga.
Me quedaba ahí y al término de mi café expulsaba la leche directo del glande a la garganta hambrienta de mi bebé.
– Ay angelito ya me sacaste la leche otra vez, qué goloso eres bebé.
El se quedaba succionando mi verga ya menos erecta mientras yo hacía una sobremesa forzada actualizándome en redes sociales. La verdad es que no era muy activo en redes sociales, tenía algunos familiares y amigos o compañeros de trabajo. Veía como compañeros de la universidad ahora tenían hijos o ya estaban divorciados para este punto, veía sus fotos familiares o de viajes. También veía cuerpos atractivos de mujeres y hombres que siempre querían mostrar su mejor parte frente a la pantalla del celular.
Cuando sentía que las chupadas de Angelito se volvían más suaves lo levantaba y lo sentaba en una silla y entonces le servía su fruta y papilla especial.
Él comía tranquilo pero con su manita buscaba mi verga para apretarla, como esperando que no se le escapara, quería sentir que seguía ahí para más adelante metérsela en la boca. Para este punto mi bebé ya no podía vivir sin mi tolete.
Yo no sabía cómo lograría salir del departamento para hacer las actividades de la oficina. Y lo que verdaderamente más me preocupaba era que necesitaba ayuda con el departamento.
La puerta sonó, me levantándome alertado, separando la manita de angelito de mi palo. Caminé hacia la puerta mientras mi verga oscilaba de un lado a otro. Vi por la mirilla de la puerta, era Anthony el portero del edificio era un hombre de raza negra musculoso que usaba un pantalón de vestir y una camisa fajada y ceñida la cual mostraba su cuerpo atractivo.
- Quién es? – dije ya sabiéndolo mientras buscaba el short que ponía junto a la puerta para casos como estos.
- Soy yo señor Andrés, Anthony el portero.
Me alisté echando un vistazo Angelito el cual comía con dos manos un pedazo de melón ignorando mi nerviosismo. Al abrir la puerta Anthony tenía una sonrisa muy grande lo cual lo hacía ver muy guapo, tenía el cabello muy corto y chino, su aspecto era pulcro y su vibra bastante agradable.
- Qué pasa Anthony? cómo estás? disculpa es que estábamos desayunando.
- Ah sí ya veo ya veo, discúlpeme no quería molestar es solo que hablé con la señora Rosa la persona que le ayudaba en el aseo y la comida de su departamento, es así verdad?
Yo asentí sorprendido. Me sentí asustado, quizás ella le había dicho algo lo que pasaba entre mi bebé y yo.
– Lo que pasa es que sé que quizá sea un atrevimiento de mi parte – dijo Anthony frotándose las manos – pero me preguntaba si necesitaba una persona que les ayude?
Medité un momento, respirando aliviado, luego sonreí.
- Estabas pensando en algún familiar tuyo?
- No cómo cree, yo sé que es complicado para usted que una persona nueva entre su casa y lo entiendo, estaba pensando en ofrecerme yo mismo.
- Tú?
- Sí señor Andrés, verá en mi país yo trabajaba en un restaurante, luego cuando me vine a este país empecé a trabajar en algunos restaurantes por aquí pero no me trataban respetuosamente usted sabe. Así que creo saber suficiente para prepararle sus alimentos y claro ordenar su casa sin problema.
- Pero y tu trabajo como portero?
- Mire de hecho quizá usted no lo sepa porque solo sale algunas veces en el día pero hay otro portero por la noche, es un señor mayor muy amable aunque dicen que se queda dormido en su puesto jajaja
- Yo entro a trabajar cerca de las 8 de la mañana, podría venir temprano con ustedes, hacer su comida y la limpieza. Yo sé que quizá requiera más tiempo, me parece que Rosa venía dos veces a la semana verdad? yo podría venir todos los días y limpiar un poco cada día y diariamente prepararle sus alimentos y terminando iría a tiempo a mi turno como guardia.
Analice la situación, comida caliente y bien hecha para ambos, volteé a ver el departamento, este ya era un desastre por este momento.
- No lo sé, me agrada la idea pero es que Angelito es muy especial, no sé cómo reaccione al cambio.
- Angelito? – dijo saludándolo de la puerta – él es muy bonito yo lo quiero mucho y no creo que a él le moleste verme por aquí, podemos intentarlo y si no le gusta mi trabajo me voy y tan amigos como siempre.
- No lo sé Anthony, muchas gracias pero no lo sé.
Él asintió triste, entendí que quizá ese dinero extra le vendría bien, quizá estaba pasando por un mal momento, pero era una situación de riesgo. Rosa era una mujer malhumorada pero nunca se metía en mis asuntos, no sabía si Anthony haría preguntas.
Lo vi girar, caminando en el pasillo, sus glúteos grandes oscilaban hipnóticamente se veía muy atractivo en ese uniforme, entró al ascensor despidiéndose con la cabeza.
- Anthony espera. Puedes empezar mañana? -Él sonrió y asintió.
- Así será señor, nos vemos aquí temprano.
Al día siguiente desperté con las succiones suaves de Angelito como todas las mañanas, había eyaculado entre sueños llenando su garganta de lechita caliente. Él tragaba todo sin problemas, mamar era su actividad favorita y lo hacían aún dormido.
Acaricié su carita apreciando su belleza, mi hijo era muy hermoso esos cachetes suaves, sus labios gruesos, sus ojos grandes y expresivos, lo amaba mucho.
Sentí como mi verga se erectaba con su succión suave, sus labios subían y bajaban, me quedé acostado pensando en cómo mi vida se había tornado así, mi bebé amamantandose del palo de su papi. Sentía mis huevos llenandose, me sentía muy caliente en esta mañana. Pero me detuve, el día apenas había iniciado, mi Angelito exigiría sus dosis de leche paterna y si no las recibía completas haría un berrinche así que le saqué mi falo de su boquita y le puse su chupón especial, saliendo de la habitación desnudo con una gran erección.
Me quedé pasmado al ver a Anthony de frente haciendo la limpieza de la cocina, él se sorprendió también al verme desnudo con una enorme erección apuntando hacia él.
– Anthony qué pasa – dije cubriéndome como pude con las manos.
– Señor Andrés, tal vez no recuerde pero me dijo que podía iniciar el día de hoy.
– Pero cómo entraste?
– La señora Rosa me dio las llaves, ayer venía para dárselas a usted, ella me contó que ya no trabajaba aquí y olvide dárselas, pero supuse que con ellas podía entrar para trabajar hoy, disculpe si lo tomé por sorpresa, pero no se avergüence, es su casa, usted está en libertad de andar desnudo sin problema.
Pero para nada era algo normal, yo venía saliendo de la habitación que compartía con mi hijo con una erección grande y con la punta de la verga mojada. Cualquier persona podía atar cabos de lo que pasaba ahí con el bebé
– Disculpe, quiere que me retire, por mí no se sienta mal, yo solo seguiré trabajando. Mire ya les he preparado la comida del mediodía y usted me dice que quiere que le prepare en este momento de almuerzo y quedará en un momento.
Yo observé aun desnudo parado en la cocina tapándome la entrepierna. Vi como todo se veía muy limpio, había ordenado en solo unas horas de la mañana. El lugar olía muy bien. Lo vi ahí con su mirada de disculpa con sus ojos grandes y sus labios carnosos, tal vez él no pensaría nada malo de mi situación, todos los hombres despertamos con una erección matutina y el hecho de que yo tuviese un hijo en mi misma habitación no significaba que le estuviese chupando el pito a su papá verdad?
– Sí gracias Anthony déjame ponerme algo de ropa – el cambio su semblante y sonrió – unos huevos revueltos estarían bien para almorzar.
Regrese a la habitación poniéndome una playera interior y un shorts sin ropa interior, ya no lo usaba para este punto ni siquiera estaba limpia, siempre andaba sin nada abajo para hacerle más fácil el trabajo a Angelito.
El almuerzo fue más tranquilo, me explicó que había traído ingredientes de su casa, le agradecí y le dije que le pagaría todo, luego aclaramos cuánto sería el pago por su trabajo, le hablé de la comida especial de Angelito y él dijo que no sería problema.
Almorzó junto conmigo y me dijo que iría a su trabajo de guardia fajandose la camisa y alistándose, yo le agradecí y le dije que lo esperaba mañana.
– Nos vemos también en la entrada del edificio señor Andrés, recuerde que sigo siendo el portero – dijo guiñándome un ojo.
Observé el departamento se veía impecable, cómo había podido haber logrado tan rápido, Angelito despertó y lo llevé al comedor donde nuestra rutina siguió igual, me desnudé para que él pudiera tener a su alcance su juguete favorito, el cual inmediatamente se metió en la boquita.
Al día siguiente fue igual, ahora agudizaba el oído para cerciorarme de que Anthony estaba del otro lado de la puerta limpiando el departamento, me vestía con algo sencillo y salía platicando tranquilamente con una taza de café, eran los 20 minutos más sociables que tenía en el día, la charla se daba de manera orgánica. Él era muy interesante, me contaba de su país, de su vida pasada, inclusive me llegó a contar de algunos de sus amores, que aunque omitía nombres yo sospechaba que se refería a hombres.
Siempre venía muy limpio, muy pulcro, alguna vez desperté más temprano y vi que el aseo lo hacía en camisa interior de tirantes mostrando sus musculosos brazos y el sudor suave en esa piel de ébano. Me agradaba su presencia me sentía atraído por él, era muy guapo, además era correspondido, sentía un coqueteo de su parte pero prefería esa tranquilidad de tener sus servicios y su compañía.
La rutina con mi bebé era mejor aún. El departamento estaba impecable. Comíamos mejor gracias a Anthony y podía tener una conversación cada mañana, cuando él se iba lo extrañaba, un par de veces bajé a la portería para continuar la conversación aprovechando que Angelito hacía siesta.
Una mañana Angelito despertó antes de que Anthony se fuera a trabajar, yo me encontraba tomando un café y fue Anthony quien fue por él a la habitación, me puse nervioso pero al ver que angelito reaccionó bien a sus mimos me tranquilicé. Sentó a mi hijo en sus piernas y lo empezó a alimentar.
Angelito interactuaba bien con Anthony aunque notaba que buscaba con su mirada mi entrepierna. Luego angelito se llevó el dedo índice de Anthony a la boca succionándolo. Yo sonreí nervioso.
– Es que los autistas son muy de sensaciones y formas, sabes?.
– Claro señor Andrés, yo lo sé, es un nene muy especial y muy bonito también.
Y no le quitaba el dedo de la boca, lo animaba a seguir, yo estaba nervioso pero lo disimulé tratando de seguir la conversación, el ambiente se empezó a enrarecer, la conversación era forzada, la mirada de Anthony era solo para Angelito, le besaba su nuca y repetía lo bonito que era. Sentí una excitación recorrer mi cuerpo al ver el cuerpo grande musculoso de Anthony color negro con mi bebé en sus piernas casi desnudo mientras chupaba sin parar su dedo haciendo un gran ruido de succión.
– Anthony no se te hace tarde? -dije arrastrando las palabras, él me miro, su mirada era vidriosa, asintió y luego lentamente sonrío.
– Tiene razón señor Andrés, ya me alisto. – pasándome a mis brazos a mi bebe y al pararse note un gran bulto en su pantalón, la figura de su verga era evidente, se dibujaba erecta y muy grande, pero antes de poder reaccionar ya estaba abriendo la puerta de la salida.
-Nos vemos mañana que tengan un buen día, adiós bebé.
Apenas cerró la puerta saqué la verga del short y se la metí a mi bebe a la boca, Angelito mamaba rápido, parecía tan urgido como yo, su boquita se atragantaba sacándome la leche casi de inmediato mientras me imaginaba la verga negra y gorda de Anthony marcarse en su pantalón.
Una mañana que aparentaba ser tranquila donde tomaba mi café recién preparado, mientras hablaba con Anthony de los pormenores del clima fue interrumpida por la llamada de mi jefe. El licenciado sonaba bastante alarmado por teléfono. Me pedía que de inmediato me presentara en la oficina por aparentemente habíamos tenido robo de identidad las cuentas bancarias de la empresa y requería de mi presencia, rápidamente me alisté lo más formal que pude, con una camisa polo y un pantalón de vestir café sin nada abajo.
Traté de ver las posibilidades de llevarme a mi hijo conmigo, pero no sé cuánto tiempo estaría, ni la magnitud del problema. Sería muy complicado que fuera conmigo, entonces vi a Anthony con su playera sin mangas de tirantes limpiando la cocina.
- Anthony crees que puedas ayudarme? Tengo una emergencia en mi oficina.- mi voz debió haber muy sonado muy seria pues él se detuvo de su labor dirigiendo su vista hacia mí.
- Claro, dígame qué necesita señor?
Le explique mi emergencia en el trabajo, el acepto sin problema y me explico que el guardia del otro turno podría cubrirlo el tiempo que fuera.
- Angelito estará dormido todo este tiempo, si despierta solamente dale de desayunar como ya lo has hecho antes.
- No se preocupe, usted vaya, estaremos bien aquí.
En la puerta gire dando una última mirada atrás al departamento, el ya no se percataba de mi presencia, su cabeza estaba hacia la puerta de mi cuarto donde mi bebe aun dormía.
Una hora después parecía que la urgencia había terminado, llegando apenas a la oficina ordene papeles, cuentas e hice las llamadas pertinentes, resolviendo el conflicto. Por fin tuve un momento para sentarme frente al escritorio en la oficina de licenciado José, ambos ya calmados tomando un café que ya para entonces se encontraba frío. El agradecía mientras repasábamos lo que haríamos en adelante.
Se veia muy guapo con una camisa remangada color celeste que acentuaban sus ojos azules enmarcados en sus lentes caros y su perfil muy atractivo. Me preguntó por mi hijo y fue cuando apenas recordé que por la emergencia no había revisado las cámaras de mi casa.
Solo tenía dos cámaras una en la entrada y otra en el cuarto, esa cámara la utilizaba para cerciorarme de Angelito, ya fuera porque estaba en el otro cuarto haciendo ejercicio o porque había salido a recoger un paquete en la entrada, rara vez las veía, pero en este momento me ayudarían a verificar cómo se encontraba mi bebe.
El cuarto estaba a media luz, mi hijo estaba sentado en la cama, entonces la puerta se abrió, Anthony venía caminando hacia él con su playera de tirantes, pero aparte de esa prenda no usaba nada, se encontraba desnudo. Escupí el café abriendo bien los ojos tratando de ver si no era un espejismo lo que observaba en la cámara de seguridad del cuarto de mi hijo.
– Te pasa algo? -me preguntó licenciado José.
– No, no es nada es solo un mensaje de audio importante, saque de mi bolsillo mis audífonos que conecte a mi celular, y escuché lo que venía desde la habitación de mi departamento.
-Hola bebé, cómo estás? – Angelito solo hizo un pequeño gruñido de felicidad, reconociendo a Anthony.
-Bebé tienes hambre? mira lo que te he traído, tanto tiempo esperado poderte alimentar, tu papi te da de la suya para alimentarte, lo sé porque lo vi el otro día en la cámara del ascensor. Mira bebé mi verga es grande y negra quieres metértela a la boquita? dale una chupadas, sé que te gusta, espere mucho tiempo para quedarnos tu y yo solos. Pero por fin llegó el día, chupala bebé oh qué rica boquita tienes, tu papi te tiene bien entrenadito, chúpala, todos los días pienso en tu boquita suave, el otro dia que me chupaste el dedo estuve a punto de sacármela y metértela en la boca frente a tu papa pero logre contenerme.
Mis ojos no daban crédito lo que veía y escuchaba, Anthony hasta este momento se había mostrado como una persona amable, estaba prácticamente violando la boquita de mi bebé en mi propio cuarto, su verga era enorme, negra, ancha con la cabeza morada y mi hijo la chupaba como si del caramelo más delicioso se tratará.
Estaba muy caliente sentí que mi verga reventaría mis pantalones, estaba hipnotizado viendo el celular, veía como mi bebé se atragantaba de verga negra y cómo lo disfrutaba tanto. Anthony lo acariciaba suavemente, le pasaba sus manos por cada rincón de su suave piel.
Esto estaba mal, debería de llamar Anthony gritándole que se detuviera, que llamaría a la policía, que lo mataría pero no lo hice, solamente seguí viendo como tenía a mi bebe atragantado de su verga.
-Todo está bien Andrés? – subi la mirada hacia mi interlocutor y asenti sin siquiera poder pronunciar palabras, él me veía curioso, pero volví hacia la pantalla de mi celular donde vi ella a mi bebé amamantándose de la verga de Anthony en la recámara de mi cuarto.
-Ay bebé qué boquita tan rica tienes, podría estar así todo el día, es una delicia la sensación de tu boquita en la punta.
Anthony giro acostando a Angelito boca arriba, subiéndose con el cuerpo recto sobre el, se apoyo en los codos dejando su entrepierna a la altura de la boquita de Angelito, el cual continuo su succión. El cuerpo de Anthony de caoba, brilloso, musculoso con su espalda ancha, sus nalgas gordas y sus brazos fuertes tensos por la posición en la que se encontraba.
De repente el licenciado José retomó la plática, me contaba que iría de vacaciones a una playa, que necesitaba descanso y me empezó a platicar de sugerir otra reunión con una cervezas y un buen vino, yo trataba de seguirle la conversación mientras veía mi celular bajo el escritorio.
Veía como Angelito ordeñaba a Anthony quien parecía no cansarse de la oposición al contrario su cara era un auténtico placer.
Interrumpí abruptamente la conversación para decir que tenía que retirarme, José me observó tratando de adivinar mi cara.
-Yo te llevo tengo una vuelta por tu departamento
-No es necesario José, muchas gracias licenciado.
Pero no pude refutarlo, además me venía bien llegar rápido.
-Sé que no quieres estar tanto tiempo lejos de tu hijo, me dices que lo dejaste encargado con el portero verdad? El que ahora trabaja para ti, debe de ser de tu confianza para haberlo dejado solas con él.
Confianza? yo no sabía ni qué pensar de todo esto lo que sí es que tenía una erección demasiado notoria así que tratando de cubrirme con unos papeles me levanté y salí de la oficina.
Íbamos en su camioneta, tenía el celular en el bolsillo del pantalón pero aun portaba un audífono en el oído derecho, escuchando las chupadas de Angelito y los gemidos de Anthony.
– No puedes vivir sin Angelito verdad? – dijo sonriendo con una mirada coqueta.
Yo sonreí mientras escuchaba como los gemidos de Anthony se intensificaban.
-Ya viene bebe, sigue chupando que te voy a dar toda la lechita para que desayunes, pero apúrate que es mucha y es toda para ti.
Cubrí mi entrepierna que estaba muy hinchada mientras escuchaba los gemidos de la descarga de Anthony en la garganta de mi propio hijo.
-Ahhhhh comete todo bebe ahhhhh.
Los gemidos inundaban mi oído y mi cerebro, la descarga fue mucha pues no deja de gemir.
-Es toda tuya bebe traga, es muy nutritiva como la que te da tu papi, ahhhh
El licenciado me veía de reojo, mi erección era muy evidente, se me había mojado la entrepierna con liquido seminal, ya ni siquiera cubria lo caliente que estaba.
Llegamos al edificio y baje sin agradecerle, corriendo al acceso y entrando al elevador. En mi oído aun escuchaba la respiración agitada de Anthony y las succiones de mi bebe. Salí del elevador directo a mi puerta buscando la llave con las manos temblando, batalle pero abrí entrando al departamento y al llegar a mi habitación…
Continuara…
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